jueves, 29 de abril de 2010

EL PELIGRO DE PERDER DE VISTA EL REINO DE DIOS (LUCAS 9:62)


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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El peligro de mirar en la dirección contraria
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He aquí una historia bíblica que deseo compartir con ustedes de dos hombres que querían seguir a Jesús. Es como sigue: “Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:61,62). En este breve relato del encuentro de Jesús con dos hombres que estaban dispuestos a seguirlo, Jesús les dice que los que quieren poner primero los intereses familiares antes que la proclama del reino, no son aptos para dicho reino. En general, lo más grande que tiene el hombre es su familia, y acá vemos a Jesús exhortando a dos potenciales seguidores a que ignoren a sus familias para seguirlo a él. Esto me pareció muy extraño en un principio, y lo debo confesar. Sin embargo, creo que aquí hay una enseñanza que nos dice que el amor por Cristo y su reino deben ser más fuertes que el amor que uno siente por sus seres queridos. Y también el reino de Dios es lo primero y lo más importante que incluso la misma familia. Recordemos que en una ocasión Jesús dijo: “El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí” (Mateo 10:37).
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Entonces Jesús está enseñando que el amor por él y su evangelio del reino debe superar al amor que uno tiene por sus seres queridos, e incluso por el que uno tiene por su propia persona. Así que estos dos hombres de la historia evangélica aún estaban mirando hacia atrás, hacia su familia, y no se estaban enfocando hacia la meta suprema. Pablo con claridad pudo Decir: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13,14). Y además él dijo que quienes no se enfocaban en el “supremo llamamiento” era porque todavía estaban pensando sólo en las cosas mundanas o terrenales (verso 19: “…sólo piensan en lo terrenal O MUNDANO”. Pero nuevamente la enseñanza acá de Jesús no es que abandonemos a nuestras familias por completo, porque aquel que no provee para su propia casa ha renegado a la fe y está caminando hacia su perdición (1 Timoteo 5:8: “porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”). Tenemos que entender que la enseñanza de Cristo es espiritual. La idea es que uno no debe estar poniendo primero sus intereses personales y los de su familia y relegando los intereses del Reino en un segundo plano. Entonces si ponemos primero a Cristo y su reino de justicia, todo lo demás vendrá por añadidura.
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El Ejemplo de Lot y Su Familia
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El fiel Lot fue advertido a tiempo por los ángeles de Yahweh para escapar a tiempo con su familia de las ciudades pecaminosas de Sodoma y Gomorra porque Dios las iba a destruir totalmente . He aquí la historia:
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“Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba. Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos. He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal”. Aquí hay otra enseñanza profunda y espiritual en esta historia que nos dice que siempre debemos mirar hacia adelante y no volver la vista hacia atrás, hacia nuestro pasado, hacia nuestras posesiones y hacia nuestros amigos y familiares que quedaron atrás. Es semejante a lo que leímos en Lucas 9:62.
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De modo que se nos manda a no retroceder, a no bajar la velocidad, a no ser indolentes y conformistas, a no estar mirando nuestro pasado y lo bien que lo pasábamos con nuestros familiares y amigos en nuestras mansiones y en nuestros clubes elegantes. Aquí, en la historia de Lot y su familia, la esposa se rezagó por mirar su pasado, lo que estaba dejando atrás, como su casa, sus amistades, sus comodidades, temiendo seguramente deambular por un lugar incierto y desértico para después comenzar todo nuevamente. Pero esa imprudente decisión de mirar hacia atrás, por su apego a su pasado, le costó su vida. Esta es una realidad que se repite en nuestros propios días, cuando constatamos que muchas mujeres (como ocurrió con la esposa de Lot) aún se resisten a dejarlo todo para obedecer la voz del Señor. Ciertamente ellas, más que los varones, son seducidas por la vanidad de la vida y por los deseos de los ojos. Y todo esto es un impedimento para que ellas puedan alcanzar su salvación y las de sus esposos e hijos. No digo que esto no ocurre con los varones, pero lo cierto es que las damas están mayormente bombardeadas por tanta propaganda materialista, que difícilmente pueden sacudirse de la avaricia y el consumismo que generan estos anuncios. Por eso es que difícilmente podrán los ricos entrar en el reino de Dios. Estos individuos están enredados en los negocios de esta vida porque desean mantener, e incluso mejorar, su estatus de vida cómodo y con excesos. Aparentemente parece inocuo este anhelo, ¡pero está lejos de serlo! (Lucas 8:14: “…son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto”).
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lunes, 26 de abril de 2010

JESUS DIJO: “PARA QUE DONDE YO ESTOY, VOSOTROS TAMBIÉN ESTÉIS” (JUAN 14:3)—¿PERO DÓNDE ESTABA JESÚS?


Por Ing° Mario A. Olcese S (Apologista).
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Uno de los versos más usados para enseñar que vamos al cielo es Juan 14:23. Aquí el Mesías dijo, "En la casa de Mi Padre muchas moradas hay: De no ser así, les habría dicho. Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si fuere y os preparare lugar para vosotros, vendré otra vez, y los recibiré a Mí Mismo; para que donde yo estoy, vosotros también estén".

¿Qué y Dónde está Jesús preparando lugares para los Suyos?

Antes que nada Jesús jamás prometió a sus seguidores darles un lugar en el cielo como morada permanente. Tampoco ninguno de sus apóstoles creyó que iría al cielo para estar con Dios y Jesús. Fue el filósofo Griego Platón el que sentó las bases de un alma inmortal que parte de este mundo después de la muerte. Su filosofía fue mezclada con el pensamiento Hebreo y nació el gnosticismo. Esta secta gnóstica, muy en boga en los tiempos de Jesús, amenazó a la sana doctrina predicada por Jesús y sus apóstoles. Los apóstoles, y en especial Pablo y Juan, advirtieron a las iglesias cristianas en contra de esa secta. Pablo llamó a los gnósticos: “La falsamente llamada ciencia” (“gnosis”)(1 Timoteo 6:20). Los gnósticos decían que la materia era mala y pecaminosa, y que Cristo no era humano sino que tenía apariencia de hombre. Creían que existía un plano superior (el “Pleroma”, especie de cielo gnóstico) donde vivían los AEONES (espíritus puros superiores, entre los cuales estaba Cristo antes de venir al mundo). Los gnósticos creían que ellos tenían el conocimiento verdadero para lograr partir a ese plano o dimensión de los espíritus con el alma inmortal. ¿No se parece esto mucho al pensamiento “cristiano” sobre una existencia en el cielo con Dios, Cristo, y sus ángeles después de esta vida, a través de nuestras “almas inmortales”? Es muy probable que muchísimos cristianos sean realmente cristianos gnósticos en este punto.

También Pablo advirtió, que después de su “partida”, entrarían en el rebaño del Señor falsos maestros que buscarían ganarse el rebaño con palabras pervertidas (Hechos 20:29,30). Y así fue. Con el correr del tiempo, la iglesia se corrompe con sus propios malos obispos que se levantan con sus herejías destructoras. En el siglo IV aparece el obispo “San Agustín de Hipona”, el Padre y Teólogo del catolicismo. Éste distorsiona radicalmente el verdadero significado del reino bíblico al decir, por vez primera, en su obra “La Ciudad de Dios”, que el reino era la iglesia católica Romana. Parece ser que los “amilenialistas católicos”, y “campbelitas amilenialistas” no han logrado sacudirse del todo de los errores de Agustín de Hipona.

El reino de los cielos
Algunos dirán: “Bueno, ¿no dice Jesús que “los pobres en espíritu es el reino de los cielos”? (Mateo 5:3). Pero tomemos nota que el Señor NO dice que de los pobres en espíritu es el reino EN (sino “DE”) los cielos”. De modo que lo que Cristo ofreció a los pobres en espíritu era un reino que tiene su origen en Dios, y no en los hombres. Viene de Dios como un don o regalo para los hombres.

Pues bien, regresemos a Juan 14:1-3 de la pregunta. Veamos lo que verdaderamente dijo el Señor Jesucristo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que DONDE YO ESTOY, vosotros también estéis.”

Donde yo Estoy
Muchos estudiantes de la Biblia no se han puesto a pensar en esta última frase “para que DONDE YO ESTOY (tiempo presente)”. En las más importantes versiones de la Biblia Inglesa se vierte este pasaje como “WHERE I AM” en tiempo siempre presente (“donde yo estoy”). Esta frase es sumamente importante y clave para entender los versos en cuestión. Jesús está ofreciendo un lugar a sus discípulos “en la casa de su Padre”. Luego nos dice que él nos tomará para que estemos con él en el lugar donde ÉL ESTÁ en el momento de pronunciar la promesa. Y, ¿dónde estaba Jesús cuando pronunció esa promesa? ¿En el cielo? ¿En Marte? No! Él estaba aún en LA TIERRA, y más exactamente, EN JERUSALÉN. Recuerde que Jesús todavía no había ascendido al cielo, y aún no había ni siquiera resucitado. Por tanto Jesús estaba ofreciéndoles a sus seguidores volver a la tierra para estar con ellos en el lugar donde proclamó su promesa, es decir: ¡En Jerusalén!

Muchos cristianos creen que Jesús nos “llevará al cielo” para darnos nuestro “lugar” en la casa del Padre. Pero Jesús nunca habló de llevarnos al cielo en Juan 14:1-3. Usted NO leerá, ni siquiera una vez, de que iremos al cielo para recibir nuestro “lugar” una vez que esté preparado por Jesús. Lo que Jesús dijo era que prepararía nuestro lugar en la casa de su Padre y que luego volvería para estar con nosotros. Lo que NO dijo era CUÁNDO Y DÓNDE recibiríamos nuestro lugar en la casa del Padre. Él sólo está ahora ocupado PREPARANDO nuestras moradas, pero NO nos dice cuándo entraremos en ellas. En Apocalipsis 21 se revela que la “ciudad santa” bajará del cielo después del milenio. La ciudad santa de Apocalipsis 21 es descrita por Ezequiel como un edificio (40:2), y como una casa en 2 Corintios 5:1,2. Esta ciudad o casa canta bajará del cielo, y “Dios estará con los hombres” (Apocalipsis 21:3). Sólo los salvos entrarán en ella para tomar sus lugares o moradas (Apocalipsis 21:27). También leer Hebreos 11:9,10 donde se nos dice claramente que Abraham (el padre de la fe) “esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” Y en Hebreos 13:14 Pablo dice: “Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos LA PORVENIR.”
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domingo, 25 de abril de 2010

¿LE CUESTA MUCHO SER SABIO Y PRUDENTE?


DEFINICIÓN DE SABIDURÍA:
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Conocimiento profundo en ciencias, letras o arte. / Conducta prudente en la vida. / GRAN CONOCIMIENTO, PRUDENCIA.
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Sinónimos: Inteligencia, juicio, capacidad, habilidad, intuición, prudencia, cordura, sensatez.
La Sabiduría, no es un cúmulo de conocimiento, sino un proceso de aprendizaje continuo, nadie que no se deja enseñar por otros; puede decir que tiene sabiduría.
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Tener sabiduría, no es conocer todas las cosas, sino practicar cada día lo que se va aprendiendo.
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Debemos aprender cada día a tratar de ser capaces de resolver los conflictos de nuestra cotidianidad, y los conflictos no se resuelven, tomando decisiones al azar, sino planificando soluciones.
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La sabiduría, es un privilegio, que todo ser humano tiene que alcanzar, porque desde que nacemos estamos expuestos a aprendizajes, y tener sabiduría precisamente, es tener la capacidad de poner en práctica cada uno de esos aprendizajes.
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El problema del ser humano, es que desde niños, todos estamos expuestos a aprender cosas buenas y cosas malas, la aptitud que tengamos por delante en la vida, la determina, la selección que hagamos de esos aprendizajes, no podemos estar justificando lo malo, y aprender a hacerlo, y pretender tener sabiduría.
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Toma en cuenta estas consideraciones:
1.- Cuando ponemos en práctica, todas las cosas buenas que vamos aprendiendo tenemos sabiduría,
2.- Cuando dejamos de lado, todas las cosas malas que aprendimos conciente o inconscientemente, tenemos sabiduría,
3.- Cuando escuchamos a los demás, para ver que opinión tienen, y comparamos unas con otras, y nos preocupamos por escoger la mejor opción antes de actuar, tenemos sabiduría,
4.- Cuando tratamos de aprender de nuestros errores, y buscamos de corregirlos, para no volver a cometerlos, tenemos sabiduría,
5.- Cuando no nos empeñamos, en nuestros viejos hábitos, aunque sepamos que están mal, tenemos sabiduría.
6.- Cuando en medio de problemas, no actuamos sin pensar tenemos sabiduría,
7.- Cuando evitamos el mal a toda costa, aunque estemos muy tentados tenemos sabiduría,
8.- La Sabiduría, no se compra, ni se adquiere, la sabiduría, se construye, Sabiduría, es una virtud que desarrolla con el pasar del tiempo,
9.- Tener sabiduría, no significa no equivocarse, pero significa, levantarse de nuestras equivocaciones,
10.- Tener sabiduría, no significa ser mejor que los demás sino tener herramientas para caminar en la vida, y para compartirlas con las demás.
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La Mayoría de los conflictos que tiene la humanidad, están ampliamente vinculados a la falta de sabiduría, la gente quiere ser audaz, poderosa, temible, admirable, o cualquier otra cosa, pero nadie quiere ser sabio.
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Tener sabiduría es el principio de todas las cosas, podemos ser buenos, pero tan solo vivir una vida desastrosa por ser torpes, al momento de tomar nuestras propias decisiones en la vida.
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De nada serviría tener tantas cualidades pero ser un necio,que no sabe a dónde va, ni que quiere, ni como llegar a las metas de su vida.
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LA SABIDURÍA te conecta a la felicidad porque si tú eres prudente y sabio, en tus decisiones, tendrás resultados sanos, pero si eres necio en cuanto a las decisiones, y aptitudes que tomas en tu vida, tarde o temprano caerás en el lazo de tu necedad.
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“Cuando estamos construyendo nuestras vidas con sabiduría, estamos construyendo nuestra propia felicidad”

LA VERDAD DE LA PANDEMIA