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viernes, 3 de septiembre de 2010

AMIGO TESTIGO DE JEHOVÁ: ¿HA CREÍDO USTED EN EL EVANGELIO?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Una de las cosas extrañas que encuentro en la teología de los Testigos de Jehová es que su “Cuerpo Gobernante” enseña que sólo los “ungidos”, o 144,000 Testigos de Jehová, llamados también como ”la manada pequeña”, o “los hijos de Dios y los hermanos de Cristo”, son los únicos que son sellados con el Espíritu Santo. Sin embargo, y para sopresa mía, me topé con un versículo escrito por el apóstol Pablo a los creyentes de Efeso, y que lee así: Efesios 1:13: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el EVANGELIO de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Pues bien, ¿cómo fue que aquellos cristianos primitivos (supuestamente “Testigos de Jehová”) del primer siglo llegaron a ser sellados con el Espíritu Santo? Pues según el texto, HABIENDO OÍDO la palabra de verdad, que es el evangelio salvador, y habiendo CREÍDO EN ÉL (es decir, en el evangelio).

La pregunta es ésta: ¿Ha creído usted, amigo “Testigo de Jehová”, en la palabra de la verdad, el evangelio salvador? Si su respuesta es que sí, entonces usted está incluido en esta declaración de Pablo, y por tanto debe haber sido sellado con el espíritu santo de la promesa, de lo contrario, ¡usted sigue siendo un incrédulo de la palabra de la verdad!

Después de haber leído este comentario, le vuelvo a preguntar: ¿Seguirá usted creyendo al cuerpo gobernante de la Watchtower o al apóstol Pablo? Si usted persiste en creer a la WT, entonces usted no ha creído en el evangelio salvador, y ha permitido que la misma WT lo condene a la perdición.

viernes, 9 de octubre de 2009

“¿TENIENDO OJOS NO VEIS, Y TENIENDO OÍDOS NO OÍS?¿Y NO RECORDÁIS?” (Marcos 8:18)


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Estimados lectores, millones de llamados cristianos oyen, cuando se leen las Escrituras en sus iglesias, las famosas bienaventuranzas de Jesús en Mateo 5:1-12, donde dice:“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (vs. 1-12).En estas bienaventuranzas Jesús enseña una doctrina escatológica totalmente diferente de la que se escucha en las iglesias (católicas y protestantes por igual).

En estas iglesias se oye constantemente que iremos a vivir al cielo si somos “buenos” y que la tierra será finalmente destruida por fuego. Estos cristianos tienen ojos para ver y para leer, y oídos para oír, y no entienden nada. Simplemente no prestan atención a lo que dice Jesús en sus llamadas “Bienaventuranzas”.

¿Y qué podemos resaltar de las Bienaventuranzas?

Pues entre otras cosas, las siguientes oraciones:

1.- Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

2.- Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

3.- Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.¿Encontramos allí algo que nos diga que vamos a partir al cielo para entrar a una mansión celestial para siempre?¿Lee usted algo parecido a la creencia popular de que la tierra desaparecerá y que nuestras almas partirán al cielo después de morir? Yo, en lo personal, ¡no!

¿Qué es el Galardón en los cielos?

Pero algunos me dirán: ¿Acaso, Sr. Apologista, pasará usted por alto lo dicho por Jesús en esas mismas bienaventuranzas, cuando dice: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos”? ¿Acaso no habla aquí Jesús de que iremos al cielo para estar con Dios Padre y con él? Pues no! En esta parte de las bienaventuranzas Jesús no dice eso! ¿O es que acaso Jesús se está contradiciendo cuando habla de que los mansos heredarán la tierra y no el cielo? ¡De ningún modo!, pues Jesús no puede contradecirse, puesto que él es la fuente de la verdad, aunque hay que armonizar sus dichos con otras Escrituras para entenderlo mejor. Lo que Jesús dice es que grande es nuestro galardón que está RESERVADO en los cielos (Ver 1 Pedro 1:4). Simplemente está reservado allá y listo para manifestarse, es decir, nuestra corona de la vida que traerá Jesús en su venida (Apo. 2:10; 22:12)…y por supuesto la Nueva Jerusalén que bajará a la nueva tierra para que tomemos nuestras respectivas moradas prometidas en Juan 14:2,3.¿Es el reino de los cielos el cielo mismo?

Algunos, sin embargo, argumentarán que en sus bienaventuranzas Jesús sí ofrece el cielo a los suyos cuando dice Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Es decir, ellos suponen que cuando Jesús ofrece el reino de los cielos, él está prometiendo el cielo a los suyos. Pero es realmente cierto eso? ¿Puede Cristo ofrecer el cielo a los pobres en espíritu, y la tierra a los mansos?¿Es esa la enseñanza de Jesús? ¡No lo creo ni por un segundo! Creo que cuando Jesús ofrece el reino de los cielos, él está ofreciendo el reino que viene de los cielos, y que es de Dios, no de los hombres. Así, el reino que se establecerá en la tierra será un reino celestial en la tierra, un reino que estará dirigido por Dios a través de su agente, el Mesías Jesús.Recordemos amigos que Jesús nos ofrece una nueva tierra donde imperarán él, su reino, y la justicia verdadera. Este es el mensaje central de las bienaventuranzas de Jesús…¡pero muchos aún oyen esto y no entienden ni pueden recordar nada. Sólo recuerdan la tradicional enseñanza católico-gnóstica de la partida post-mortem de las almas al cielo para estar con la Divinidad. Pero esto no fue lo que Jesús enseñó. Debemos retomar el mensaje verdadero de Cristo que es su reino venidero de justicia en la tierra. Por eso Jesús nos mandó que pidiéramos y buscáramos constantemente la venida de su reino, tanto en Mateo 6:10 como en Mateo 6:33. Esta no fue una petición para un reinado de Cristo “en el corazón de los creyentes”, sino para un reinado literal de Jesús en la tierra, donde por fin el mal y el malo no existirán más.

Ciegos para ver y sordos para oír acerca del evangelio del reino

También muchos parecen desoír y olvidarse que el evangelio verdadero es descrito como el reino de Dios. En numerosos pasajes del NT encontramos la locución: “El evangelio del reino” pero los cristianos de hoy simplemente leen “el evangelio” y se olvidan del reino. Es decir, están sufriendo de Alzheimer o de “olvidaditis aguda”, una enfermedad muy común entre católicos y protestantes por igual. Ellos han leído y escuchado que Cristo predicó el evangelio del reino, pero luego ellos enseñan otros evangelios que ni siquiera se asoman por las Escrituras, como es el caso del “evangelio social”, y “el evangelio de la prosperidad”. Estos falsos evangelistas para nada hacen mención de aquella parte del evangelio que se refiere al reino…el reino de Dios. Definitivamente estos “cristianos” oyen pero no escuchan, ven pero no leen correctamente. Y eso que Pablo dijo que sólo hay un verdadero evangelio…y no dos o más (Gál. 1:6-9). Por eso me llama la atención, y me sigue escandalizando, por el descuidado reinante entre los afamados predicadores “cristianos” cuando omiten el reino de Dios en sus prédicas del evangelio. Y allí están miles de bobos siguiendo a tales guías ciegos, sin protestar en absoluto por tal grave omisión en sus “homilías salvíficas”. Estos potenciales creyentes son simplemente ciegos que son guiados por ciegos…¡y ya sabemos cómo terminarán aquellos que son guiados por ciegos!

Pero por otro lado entiendo que estos predicadores son instrumentos de Satanás y presas del engaño satánico, pues como dice Pablo: “el dios de este siglo ha cegado el entendimiento de los incrédulos (estos predicadores son verdaderos incrédulos), para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo…” (2 Cor. 4:4). Simplemente estos evangelizadores están CIEGOS, y son guías ciegos que guían a otros ciegos en dirección al foso oscuro de la perdición eterna.

El reino de Dios es el evangelio salvador

Jesús dijo: “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio (Buenas Nuevas).” (Marcos 1:15). ¿Y qué era ese evangelio o Buenas Nuevas de Jesús? El versículo anterior, el 14, Jesús mismo lo revela: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios.”

Si esto es muy complicado para entender, entonces hay un problema con la inteligencia humana, pues esto está dicho para que aun un niño lo pueda comprender sin problema alguno. Sin embargo, los más entendidos de los hombres parecen no captar esta sencilla verdad de que el evangelio de Cristo es el Reino de Dios, y han optado por inventar nuevos y más “potables” evangelios para el gran público hambriento de promesas “fuera de este mundo”.

Y es muy importante predicar el único y singular evangelio porque de esto depende nuestra salvación. Así lo dijo Pablo con estas palabras que no deberían borrarse de nuestras mentes inquisidoras: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de salvación a todo aquel que cree (en el evangelio, claro), al Judío primeramente y también al Griego” (Romanos 1:16).

Pero si alguno cree en un evangelio falso, ¿podrá realmente salvarlo? Un sencillo ejemplo: si usted necesita tomar Aspirina para su dolor de cabeza, y toma Alcaselser, logrará conseguir alivio para su mal? No lo creo! Usted necesita creer en el evangelio correcto “prescrito” por el médico Jesús para poder conseguir la salvación de todo su ser. Usted debe confiar y obedecer lo que el gran Médico y salvador de los enfermos receta para la curación definitiva de su mal. Así que empiece creyendo en su remedio salvador que se llama: “el evangelio del reino”. Este remedio usted deberá buscar y pedir todos los días hasta que se complete su tratamiento justo cuando regrese el Médico celestial a visitarlo nuevamente en persona. Ya si después de toda esta exhortación la gente persiste en creer en evangelio espurios, en cuentos de hadas, allá ellos. De los torpes e insensatos no es el reino, sino de sabios y entendidos.




viernes, 10 de abril de 2009

¿QUÉ SE ESPERA QUE CREAMOS ANTES DE SER BAUTIZADOS EN AGUA?



¡La Verdad Ignorada por Muchos!

Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

Millones de cristianos se han bautizado sin estar seguros de lo que la Biblia espera que crean primero antes de recibir ese “sacramento”. Los predicadores generalmente presentan a Jesús como “el suficiente salvador personal” (una terminología ajena a la Escrituras) y luego, después de un periodo de “instrucción”, el pastor bautiza al “creyente” para que sea miembro de la denominación. Sin embargo, y pese a estos esfuerzos por “convertir” a los incrédulos, creemos que son muy pocas las personas que se han detenido a inquirir acerca de lo que puntualmente creyeron los primeros cristianos antes de ser bautizados. ¡Usted se sorprenderá al descubrir la simple verdad!

Jesús, su Mensaje Salvador, y el bautismo

En Marcos 1:1,14,15 Jesús es visto inaugurando su ministerio de tres y medio años con estas declaraciones: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Aquí vemos que Jesús inicia su ministerio anunciando el evangelio del reino de Dios, tal como lo reveló él en Lucas 4:43: “Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.”

Estimados amigos, el reino de Dios—el evangelio original— era el encargo (Las Buenas Noticias) de Dios para la humanidad proclamado por Jesucristo, el Mensajero. Esta Buena Nueva fue la razón por la que Jesús vino al mundo hace dos milenios…¡Y él mismo lo dijo sin tapujos! (Luc. 4:43)— Jesús después dice que su mensaje debe ser creído, y luego de haberlo creído, proceder al bautismo. Así lo mandó Jesús con estas palabras: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere (¿en qué? ¡En el evangelio del reino, según Marcos 1:14,15!) y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Entonces aquí está la razón para el bautismo bíblico, que habiendo creído en el reino de Dios (el evangelio) poder participar (“viendo y entrando”) en él, por medio de “nacer de nuevo” por agua y espíritu (Véase Juan 3;3,5). ¿Entienden ahora? Pero, ¿cuántos hombres son bautizados hoy sin entender ni un ápice lo que es el reino de Dios? Sólo pregúntese a usted mismo si realmente usted oyó, entendió y creyó en el evangelio del reino antes de su bautismo, y hágale esa misma pregunta a cualquier hermano de su iglesia, y con seguridad ninguno le dirá que se bautizó cuando creyó en el evangelio del reino de Dios. Es más, pocos o ninguno saben qué es exactamente dicho único y prístino evangelio del Señor Jesucristo llamado el Reino de Dios.

Felipe y sus Bautizados

Es interesante leer sobre el ministerio de Felipe en Hechos 8:12, 13 y que dice: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón (el mago) mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito”. Noten ustedes, hermanos, que aquellos discípulos de Felipe fueron bautizados por él cuando creyeron, ¿en qué? ¡en el anuncio del evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesús! Así que sí los discípulos de Felipe se bautizaron creyendo en Jesús y en su evangelio del reino. Entonces, ¿por qué millones de cristianos se bautizan hoy “creyendo” sólo en Cristo sin creer al mismo tiempo en su reino?¿Por qué se les ha ocultado el reino de Dios? No será que Satanás está detrás de este error?¿No dice Pablo de Satanás que “…el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (la gloria y reino son sinónimos—comparar Mateo 20:21 y Marcos 10:37) el cual es la imagen de Dios”. Sí, el enemigo obscurece la mente de los incrédulos (¡Hay muchos cristianos gentiles incrédulos que suponen que le reino de Dios no es para ellos sino sólo para los Judíos!) para que no entiendan el evangelio del reino de Cristo, y así no se salven.

Cristo y Su Reino: la razón para Ser Cristianos Consagrados

No hay mayor honor que ser embajadores de Cristo. Ahora bien, los cristianos son embajadores de un Rey, y esto implica un reino, un territorio, y una dinastía real. Muchos no parecen entender que somos embajadores de un rey y su reino, y no simplemente de un rey y un cielo etéreos. Pablo dijo ser un embajador en cadenas (Efesios 6:20), porque por causa del reino (que era la esperanza de Israel, ver Hechos 1:6) dijo él, estaba en cadenas: “Así que por esta causa (¿Cuál causa?)os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel (el reino, Hechos 1:6) estoy sujeto con esta cadena” (Hechos 28:20).

Véase además en los versos que siguen sobre la predicación del reino de Pablo y que lo tenía en cadenas: “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (vs. 23,30,31).

De modo que Pablo, como nosotros, era embajador del reino de Dios ante los judíos y los gentiles por igual. El predicó el mismo evangelio que su Señor predicó antes que él. En Hebreos 2:3 Pablo dice: “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande (a través de Cristo y su evangelio del reino) La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron”. Así que el reino de Dios fue anunciado primeramente por Jesucristo, pero continuado por los que oyeron, es decir, los apóstoles, y los discípulos de éstos. Este mensaje equivale a la gran salvación reservada para los que lo creen con todo su corazón.
Dios los bendiga,

Apologista

www.elevangeliodelreino.org
www.yeshuahamashiaj.org

LA VERDAD DE LA PANDEMIA