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jueves, 21 de mayo de 2009

EL MILENIO Y LA IGLESIA PRIMITIVA



Por David M. Williams


(Traducido por Ingº Mario A Olcese)

El área de la escatología relacionada con el milenio está cargada de desarreglo hermenéutico. Existen aquellos que afirman que el período de mil años (el milenio) a los que se refiere el Libro de Apocalipsis en varias ocasiones (capítulo 20, versos 3, 4, 5, 7) no es literal. Más bien, se cree que tiene un significado "espiritualizado" o alegórico. Esto es conocido como amilenialismo, y el prefijo "a" significa "no", tal como un "ateo" que no es un "teísta" (uno que cree en Dios) y un "agnóstico", que mantiene no tener "conocimiento ("gnóstico" se deriva de la palabra griega para conocimiento).

Otra opinión del milenio es el milenarismo; Es decir, el milenio ocurre antes de que el periodo de Tribulación de 7 años tenga lugar. Esto contradice el ordenamiento cronológico de Apocalipsis sin embargo, el cual detalla la Tribulación (capítulo 4-19), el regreso de Cristo (capítulo 19) y luego el reinado milenario (capítulo 20). Lo que sigue es la consumación de todas las cosas y los nuevos cielos y la tierra nueva (capítulo 21-22).

Es bien conocido entre los estudiosos e historiadores bíblicos que la fe de la Iglesia primitiva fue el chiliasmo - basado en la palabra Griega en Apocalipsis 20:3 que denota el número 1,000. El Chiliasmo fue un punto de vista premilenario mal definido que anticipó el regreso de Cristo, y Su reinado por mil años literales antes del juicio final.

Ireneo, por ejemplo, un discípulo de Policarpo el mártir, quien a su vez fue instruido por los Apóstoles y tuvo comunicaciones familiares con muchos que habían visto al Cristo resucitado, escribieron de un período milenario literal. En libro cinco de Adversus Haereses (En contra de las Herejías) Ireneo provee una defensa apologética para el milenio y la restauración futura de Israel que él insiste no puede ser alegorizado (35:1-35). Después del milenio, Ireneo Prevé el juicio final de Dios y la retribución en términos de los capítulos 20 y 21 del Libro de La revelación.

Hipólito, el obispo de habla griega de una Iglesia en Roma, que murió como un mártir alrededor del 235 DC es bien conocido por sus escrituras escatológicas. En De Christo Et Antichristo (Cristo y anticristo) Hipólito escribe del anticristo y el período de la Tribulación. En su Comentario sobre Daniel, el comentario bíblico existente más viejo hoy disponible, Hipólito detalla su esperanza milenaria y la relación del libro de Apocalipsis con Daniel, con sus descripciones apocalípticas de los tiempos del fin. Es importante darse cuenta de que la crítica común del pensamiento premilenario como una invención reciente es simplemente falsa - más bien es la más vieja de todas las creencias escatológicas cristianas.

Desafortunadamente algunos estaban inclinados de hacer hincapié cariñosamente en sus esperanzas milenarias en una manera estúpidamente materialista, como Papías, cuyo cuarto libro detalla una descripción vívida del reino milenario, en la cual la fertilidad de la tierra aumentará en proporciones sorprendentes por el bien de los santos resucitados. Acerca del año 100 A.D., Cerinto, un antiguo líder gnóstico, escribió del lujo y los deleites sensuales que él esperó que el milenio trajera.

En el cuarto siglo, el gran pensador cristiano Agustín de Hipona, quien ha influenciado toda la teología latina, rechazó las nociones literales detrás del chiliasmo, basado en su desacuerdo con las nociones materialistas que habían llegado a ser asociadas con ésta. Aunque Agustín originalmente se aferró al chiliasmo y aún reconoció como una opinión defendible, él describió lo que él encontró lo que le pareció más "razonable" en el capítulo 20 De Civ Dei (La Ciudad de Dios) escrito en 425 DC. Agustín había modelado una opinión dónde en contraste al chiliasmo, la edad presente misma era el milenio. Él percibió el reino de Dios como ya manifestado en la Iglesia y proclamó que la edad entre el Pentecostés y el retorno de Cristo era el mismo milenio, marcado por la influencia siempre creciente de la Iglesia en trastornar el mal en el mundo antes del regreso de Cristo. Uno fácilmente puede comprender cómo podría haber surgido esta opinión, dado el cambio dramático en los asuntos de la Iglesia después del Edicto de Constantino de Tolerancia, temprano en el cuarto siglo. De hecho, más tarde la teología latina tuvo una tendencia extendida para identificar el Reino de Dios, al menos en su primera etapa de existencia, con la Iglesia Católica institucional.

Después del año 1,000 dC el pensamiento de un periodo literal de mil años se desvaneció; La construcción milenarista de Agustín se convirtió más bien en amilenialismo, siendo los "mil años" meramente figurativo. Ciertamente, durante la Edad Media el pensamiento de un milenio literal fue generalmente supuesto como cismático o herético. El Amilenialismo es todavía enseñado en escuelas filosóficas como aquella representada por el Westminster Theological Seminary.

La posición milenaria fue refinada y además desarrollada por Daniel Whitby en tiempos relativamente recientes. No obstante, esto no puede ser sostenido con cualquier pensamiento serio debido a la sucesión de guerras y otras calamidades siendo experimentadas - el reino de Dios no puede ser traído por el esfuerzo humano. Aquellos que todavía sostienen el post- milenialismo tienden a ser grupos como los Preteristas que sostienen que el Libro de Apocalipsis se relaciona con acontecimientos que giran alrededor del Emperador Nerón, a pesar de la riqueza de la evidencia interna y externa para lo contrario (como la fecha de la escritura del Apocalipsis).

El pensamiento Premilenario fue revivido después de ser meticulosamente delineado por el predicador bautista laico William Miller (exponente famoso del adventismo del séptimo día) y de mediados del 1800. Sus puntos de vista cayeron en descrédito después de que dos intentos erraron para establecer una fecha para el regreso de Cristo.

El siguiente renacimiento ocurrió con John Nelson Darby (de la distinción de la Hermandad de Plymouth) a finales de los 1850 en forma de Milenialismo dispensacional- la noción de que Dios interactúa con la humanidad en una serie de épocas o dispensaciones. Darby tramó estas hebras diversas en un sistema cohesivo apremiante que él respaldó en cada punto por textos Bíblicos copiosos de prueba, luego incansablemente lo promovió a través de su escritura y predicación.

Ciro Scofield popularizó este sistema de creencia con la publicación de su Biblia de referencia y lo catapultó en el pensamiento prevaleciente protestante.

Es importante notar que el dispensacionalismo y el milenialismo no son sinónimos, aunque el dispensacionalismo es premilenario (pero uno puede ser premilenario sin ser un dispensacionalista). El Dispensacionalismo es enseñado por escuelas filosóficas representadas por el Dallas Theological Seminary (Charles Ryrie siendo un miembro bien conocido del personal).

Las razones esenciales para mantenerse firme en un milenio literal es que representa la fe de la Iglesia primitiva, la enseñanza heredada de los Apóstoles, y que provee una comprensión de Apocalipsis 20 que es armoniosa con otros pasajes Bíblicos, y que es obtenida de una interpretación coherente y literal de las Escrituras. Aquellos que eligen negar un milenio literal deben proveer fuerte razonamiento para su decisión. Aquellas creencias amilenialistas no pueden ser extraídas de la Escritura, sino que más bien que deben ser aprendidas fuera de ella.


Berkhof, L. 1975. The History of Christian Doctrines, Baker Book House, Michigan.

Bromiley, G. 1978. Historical Theology, T & T Clark, Ltd., Edinburgh.

Cairns, E. 1981. Christianity Through the Centuries, Acadamie Books, Michigan.

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Curtis, G. 1994. Until the End of Time, Thomas Nelson Publishers, Nashville.

Daley, B. 1991. The Hope of the Early Church: A Handbook of Patristic Eschatology, Cambridge University Press, Cambridge.

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Jensen, I. L. 1981. Jensen's Survey of the New Testament, Moody Press, Chicago.

Mickelsen, A. B. 1963. Interpreting the Bible, Wm. B. Eerdmans Publishing Company, Michigan.

Walvoord, J. 1978. The Rapture Question, Zondervan, Michigan.

Willmington. n.d. Willmington's Guide to the Bible, Pacific College Study Series, Melbourne.

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Zoba, W. 1995, `Future Tense', Christianity Today, vol. 39, no. 11.

sábado, 11 de abril de 2009

PARTIDARIOS DESTACADOS DEL MILENIO EN LA TIERRA



Las opiniones sobre el retorno del Mesías fueron deformadas y las convicciones originales de la iglesia llegaron a ser intituladas como pre-Milenaristas. La doctrina del Milenio, como Milenarismo o Quiliasmo, fue siempre la opinión de la iglesia Sabataria. Fue rechazada y alterada y hasta su mismo nombre fue apropiado por la doctrina falsa y la Teología Trinitaria.

La visión de que los santos dirigentes eran sólo aquellos que habían sido martirizados no era la de la iglesia del Nuevo Testamento. Pablo declaró que aquellos que estuvieran vivos no precederían (o impedirían en la KJV en inglés) a los muertos en Cristo, sino que serían reunidos con ellos para estar con el Señor permanentemente (1Tes. 4:15-18). Ésta fue la visión Milenarista original de la iglesia.

Los autores Milenaristas o Premilenaristas fueron Apolinario, Comodiano, Hipólito, Ireneo, Justino Mártir, Lactancio, Metodio (vio el milenio como el día del juicio), Montano, Nepos, Pseudo-Bernabé, Tertuliano y Victorino. La teoría de la 70ava semana atrasada, relacionando Daniel 9:25 a Cristo, fue primero introducida por Hipólito.

Esta doctrina se desarrolló dentro de lo que se llama el Quiliasmo, lo cual es esencialmente la doctrina del susodicho premilenarismo. Milenio es el término para los mil años y Quiliasmo es otro término que significa también mil años. Pero eran dos términos separados. Quiliasmo fue más tarde aplicado a las doctrinas de un milenio que contenía una cantidad excesiva de aspectos físicos. Los Gnósticos comenzaron a desarrollar el Quiliasmo donde había una forma excesiva física y carnal de vivir durante mil años. Ha sido desacreditado a causa de los autores Gnósticos.

Satanás atacó el Milenio usando su verdad en exceso, aplicándole un aspecto físico en maneras extraordinarias. Las doctrinas milenarias variaron bajo el Quiliasmo; De los santos martirizados gobernando con Cristo, se extendieron frecuentemente en los escritos Quiliásticos posteriores para incluir a todos los Cristianos vivientes en el retorno de Cristo, más que los muertos en Cristo o martirizados. Los últimos escritos Quiliásticos, especialmente aquellos de Lactancio y de su época, han sido desacreditados por los excesos que ellos le atribuyen al reino terrestre de Jerusalén y algunos se volvieron más bien carnales con escritos tomados prestados de fuentes no bíblicas.

La iglesia Católica posteriormente mantuvo que el Milenio era un tema judío apocalíptico y negó la intención literal del Apocalipsis.

Aunque sea difícil de visualizar las imágenes utilizadas en el Apocalipsis y las cosas expresadas por ellas, sin embargo, no hay duda que la descripción total se refiere a la batalla espiritual entre Cristo y la Iglesia por una parte, y los poderes malignos del infierno y del mundo por otra. No obstante, una gran cantidad de Cristianos de la era post-apostólica, especialmente en Asia Menor, cedieron a un judío apocalíptico poniéndole un sentido literal a estas descripciones del Apocalipsis de Juan; el resultado fue la difusión del Milenarismo que ganó defensores leales, no solamente entre los heréticos sino además entre los Cristianos Católicos (Catholic Enc., Vol. X, Milenio, p. 308).

Esto nos muestra los niveles de la distorsión. Por supuesto que la primera iglesia era milenaria. La razón por la cual la Iglesia de Roma no quiso a este judío apocalíptico es porque su poder estaba basado en Roma y porque al imperio romano (a fin de cuentas) no le gustaba la idea de un gobierno mundial de mil años en Jerusalén. La ideología, que Cristo gobernará este planeta por mil años desde Jerusalén, es el problema inherente de esos Cristianos en Europa. Ellos no quieren aceptar que Cristo sea un judío que gobierne el mundo desde Jerusalén. Es la razón por la que esa gente niega la intención literal de la Biblia con respecto al establecimiento del Milenio.

El Gnóstico Cerintio describió imágenes del Milenio con colores brutos, sensuales (C. E. Ibíd.) (Caius in Eusebius, "Hist. Eccl.", III, 28; Dionysius Alex. in Eusebius, Ibíd., VII, 25).

El obispo Papías de Hierápolis, un discípulo de Juan, fue un defensor del Milenarismo. Según J.P. Kirsh, (C.E. Ibíd.), es un Católico; Sin embargo, esto es imposible si consideramos la formación de los Atanasios como iglesia. Papías e Ireneo pretendieron haberse aprendido las doctrinas del Milenio de Juan. Ireneo recalcó que otros Presbyteri que habían visto y entendido al discípulo Juan aprendieron de él la creencia en el Milenarismo como parte de la doctrina del Señor.

Tenemos entonces dos testigos. Ireneo dice claramente que todos los demás obispos y jefes de iglesias, que vieron y entendieron a Juan, aprendieron de él la doctrina del Milenio. Tenemos un testimonio ocular, es decir, alguien que vio a Juan y que fue enseñado por Juan y sus discípulos. Dicen que Juan les enseñó las doctrinas del Milenio como parte del trabajo del Señor, y además que ésta es la doctrina original de la iglesia.

Según Eusebio (Hist. Eccl., III, 39), Papías afirmó en su libro que la resurrección de los muertos sería seguida por un reino terrestre, glorioso y visible, de Cristo y, según Ireneo (Adv. Her V, 32-33), enseñó que los santos también gozarían de una sobreabundancia de placeres terrestres durante el Milenio (ver también Cath. Enc. op. cit.). En tal caso, hasta los mismos santos terrestres pueden, de acuerdo con Ireneo, tomar una forma física y participar en esa estructure.

La Epístola de San Bernabé se considera también que tiene ideas Milenarias. Las ideas de los seis días semanales y del reposo del Sábado son vistas como si se expandieran a los seis mil años del plan de la obra de Dios y el descanso de mil años del Milenio. Por lo tanto, los siete mil años son un concepto de la primera estructura judaica Cristiana.

La primera iglesia entendió que la semana representaba los seis mil años del reino de Satanás y del trabajo de Dios y que el séptimo día, el Sábado semanal, representaba los mil años del Milenio. Esta doctrina ha sido una característica de la iglesia de Dios durante 2,000 años y por eso fue atacada en este siglo. La doctrina es atacada constantemente porque usted la comprende. Es por eso que el Sábado es atacado, porque el Sábado representa también el Milenio.

El mártir Justino en Roma toma la posición bíblica del Milenio en su diálogo con Trifón (c. 80-81). Menciona que aun en aquel entonces, había muchos Cristianos que no lo creían.

Melito, obispo de Sardis del segundo siglo, adoptó las doctrinas del Milenio y siguió a Ireneo en sus visiones.

Los Montanistas también eran defensores fervientes del Milenio. Tertuliano, el protagonista del Montanismo, expuso la doctrina en su obra (ahora perdida) De Spe Fidelium y en Adv. Marcionem, IV.

El rechazo del Milenio provino inicialmente del Gnosticismo (ver Cath. Enc. op. cit.). Sin embargo, la base real del rechazo es un simple anti-Semitismo. Fue rechazada también por los Alogi en Asia Menor y no nada más rechazaron el Apocalipsis (atribuyéndolo a Cerintio), sino también el Evangelio de Juan. La batalla contra el Milenarismo fue mano a mano con la batalla contra los Montanistas. Surgió una herejía que adoptó el Milenionismo. Satanás trabaja sobre esta premisa todo el tiempo. Establece un grupo con una mezcla de herejía y verdades, de tal manera que cualquiera que ataque la herejía ataca al mismo tiempo la verdad. Por lo tanto, tienes la verdad mezclada con el error y la verdad se barre con el error.

Hacia el final del segundo siglo y principios del tercero, Cayo, un presbítero romano, atacó el Milenarismo, pero Hipólito de Roma lo defendió.

El adversario más poderoso del Milenarismo fue Orígenes de Alejandría. Las doctrinas que surgieron de Alejandría no solamente atacaban la Divinidad sino también la intención literal de las Escrituras.

En vista del Neo-Platonismo sobre el cual fueron fundadas sus doctrinas y su método espiritual-alegórico de explicar las Santas Escrituras, no podía estar de acuerdo con los Milenarios. Luchó en contra de ellos expresamente, dada la gran influencia que sus escritos tuvieron sobre la teología eclesiástica particularmente en los países Orientales, el milenarismo gradualmente desapareció de las ideas de los Cristianos Orientales (Cath. Enc., Ibíd., p. 309).

Nepos, obispo de Egipto, se opuso a la posición alegórica de Orígenes en el tercer siglo, y defendió la doctrina Milenaria al establecer la posición en Arsinoe. Es a través del neo-platonismo que la doctrina de la trinidad comenzó a ser expuesta. Orígenes era neo-platonista. Entonces, tienes estos errores penetrando en la iglesia que atacan esas doctrinas, las cuales establecen el reino de Cristo en este planeta. Ese es el tema real de su ataque. Dionisio de Alejandría aparentemente convenció a los Milenaristas de abandonar sus visiones para prevenir un cisma (Eusebius, Hist. Eccl. VII, 14).

Las doctrinas del Milenio permanecieron en Egipto por un tiempo y Metodio, obispo de Olimpo y principal adversario de Orígenes, defendió el Milenarismo en su Simposio (IX, 1, 5, en Patr. Graec de Migne, XVIII, 178 sig.). Apolinario, obispo de Laodicea, defendió el Milenarismo en la segunda mitad del cuarto siglo. Esta batalla, que empezó en el primer siglo, existió aún en el cuarto siglo. Los escritos se mencionan por Basilio de Cesarea (Epist. CCLXIII, 4, en Patr. Graec. de Migne, XXXII, 980); véase también Epifanio (Her. LXX, 36, en Migne, loc. cit. XLII, 696) y Jerónimo (En Isa. XVIII, en Patr. Lat. de Migne, XXIV, 627). Jerónimo declara también que el Milenarismo era una doctrina predominante, pero que a partir de eso, la Iglesia efectivamente desalentó el punto de vista. Era una doctrina encontrada en el Occidente, véase Comodiano (Instrucciones 41,42,44 Migne, Ibíd. V, 231 sig.) y Lactancio (Instituciones VIII, Migne, Ibíd. Vi, 739 sig.), quien también se influenció por las profecías sibilinas, las cuales son por los primeros Milenaristas de la iglesia. Las profecías sibilinas están enlistadas básicamente en el Antiguo Testamento Pseudepígrafe. Son Mesiánicas. Si son Cristianas o no, eso es una tema de conjetura. Son Judaicas Mesiánicas y se refieren al reino físico del Mesías. La doctrina se encuentra en la iglesia Unitaria en particular.

A causa de los errores serios de las iglesias modernas acerca del retorno de Cristo y la restauración Milenaria, muchos teólogos modernos tienen la tendencia de desacreditar las promesas del Antiguo Testamento que se aplican a la restauración considerándolas fantásticas y muchos confunden los términos Israel y Judío. No comprenden que los judíos son sólo una parte de Israel y que las diez tribus perdidas están allí y forman una organización y que hay una visión bíblica general del mundo entero que finalmente se convertirá en Israel en el fin de los tiempos.

Tienen la tendencia de racionalizar las promesas de Dios en el Antiguo Testamento como otra evidencia de la influencia etrusca y persa sobre las doctrinas, y por lo tanto desvalorizan su naturaleza inspirada. Invariablemente, cuando los autores desvalorizan las Escrituras del Antiguo Testamento, sus conclusiones se vuelven imaginarias y no bíblicas. Como hemos visto varias veces, las Escrituras son de hecho el Antiguo Testamento y los evangelios están unidos a ellas. Los apóstoles tenían solamente las Escrituras, es decir, el Antiguo Testamento para enseñar. Los escritos de Pablo no habían sido recolectados y sus escritos no son la Escritura en el mismo sentido que la Biblia. Son simplemente una adenda a la Biblia. Debemos entender esto claramente.

A fin de atacar el Milenio, tuvieron que deshacerse del libro del Apocalipsis. Esto se vio como la solución y por un largo tiempo quitaron el libro del Apocalipsis de la Biblia. Hay poca ambigüedad en el Apocalipsis. Es muy claro y específico y muy condenatorio de los sistemas religiosos falsos. Es muy claro con respecto a lo que Cristo va a hacer con el mundo

www.elevangeliodelreino.org
www.esnips.com/web/BibleTeachings (Estudios en español e inglés)

¿POR QUÉ UN MILENIO?




¿Realmente necesita Jesús regresar a la tierra para reinar?

Por
Dr. David R. Reagan

Cuando empecé a estudiar la profecía bíblica, la pregunta, “¿Qué propósito cumpliría el Milenio?”, realmente me molestaba. La Palabra claramente enseña que el Señor va a regresar a esta tierra para reinar por mil años. Pero yo seguía preguntando, “¿por qué?” Desde entonces he descubierto que la mayoría de los amilenialistas sienten de esa misma forma. Ellos preguntarán, “¿por qué querría el Señor regresar a este mundo putrefacto? ¿Cuál posiblemente podría ser Su propósito para regresar a este mundo para reinar por mil años? ¿Por qué necesitan el Señor o el mundo un Milenio?” Mi estudio de la Palabra me ha llevado a la conclusión de que Dios tiene varios propósitos de vital importancia para el Milenio.
Promesas a los judíos

La primera razón por la que debe haber un Milenio es que Dios ha hecho promesas a los judíos que El cumplirá durante esa época. Dios ha prometido que El reunirá en la tierra de Israel al remanente de judíos que acepten a Jesús como su Mesías al final de la Tribulación (Ezequiel 36:22-28 y Zac. 10:6-9). El derramará Su Espíritu sobre este remanente (Is. 32:15; 44:3), aumentará grandemente su número y su tierra (Ez. 36:10-11; 48:1-29) y los hará la nación más importante de todo el mundo (Is. 60-62).
Servirán como una lección objetiva de la gracia y la misericordia que Dios otorga a aquéllos que se vuelven a El en arrepentimiento: “Y sucederá que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré y seréis bendición” (Zac. 8:13). Zacarías dice que las bendiciones de Dios sobre el remanente judío serán tan grandes en esos días que “…diez hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto a un judío diciendo: ‘Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros’” (Zac. 8:23).
Promesas a la Iglesia

Una segunda razón para el Milenio se relaciona con una promesa que Dios ha hecho a la Iglesia. Dios ha prometido que los Redimidos en Cristo reinarán sobre todas las naciones del mundo. Esta promesa fue dada a través del profeta Daniel en las siguientes palabras: “Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán” (Daniel 7:27). En el Nuevo Testamento, Pablo repitió la misma promesa en los términos más sencillos: “Si sufrimos, también reinaremos con él” (2 Ti. 2:12). Jesús afirmó la promesa en Su carta a la iglesia de Tiatira cuando escribió: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro…” (Ap. 2:26-27). Cuando Juan fue llevado al Cielo para visitar el salón del trono de Dios, escuchó una hueste celestial entonando un cántico que contenía el siguiente versículo: “Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Ap. 5:10). Esta promesa a la Iglesia de dominio mundial va a ser cumplida durante el Milenio. Eso es a lo que Jesús se estaba refiriendo en el Sermón del Monte cuando dijo: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mt. 5:5). Jesús reinará como rey del mundo desde el Monte Sión en Jerusalén (Is. 24:23 y Zac. 14:9). Los Redimidos, en sus cuerpos glorificados, le ayudarán con Su reinado sirviendo a nivel mundial como administradores, jueces y tutores espirituales de aquéllos que entren en la carne al reino – y de sus hijos (Dn. 7:18,27; Jer. 3:15; Lc. 19:11-17)
Promesas a las naciones

Dios ha prometido que vendrá un tiempo cuando las naciones serán provistas con su más grande sueño – a saber, la paz mundial. Éste ha sido un sueño internacional desde el comienzo del tiempo, pero ha demostrado ser imposiblemente evasivo.

Conferencia de paz tras conferencia de paz han sido llevadas a cabo. Múltiples tratados han sido firmados. Organizaciones mundiales han sido formadas. Y aún, la guerra continúa causando estragos a las naciones. Dios ha prometido darle a la Humanidad y a la tierra un descanso de sus guerras. Pero esa paz no vendrá hasta que el Príncipe de la Paz regrese. Sólo entonces las naciones “volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces”. Sólo entonces veremos el sueño de un mundo donde “no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Is. 2:4). Dios ha prometido que inundará la tierra con paz, rectitud, justicia y santidad: “La tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Is. 11:9). Incluso las campanillas en los frenillos de los caballos y las ollas de las cocinas llevarán la inscripción “Santidad a Jehová” (Zac. 14:20,21). Estas gloriosas promesas de paz, reposo y rectitud serán cumplidas durante el Milenio.
Promesas a la Creación
Dios también ha hecho promesas a Su creación, las que cumplirá durante el Milenio. Dios ha prometido remover la maldición que puso sobre la creación debido al pecado del Hombre. Él ha prometido liberar a la creación de su atadura de corrupción y restaurarla a su belleza, balance y paz originales (Ro. 8:18-23). Los animales carnívoros se convertirán en herbívoros (Is. 11:6). Los animales mortíferos dejarán de ser venenosos (Is. 11:8-9). El reino vegetal florecerá y producirá abundantemente (Is. 35 y Ez. 34:25.31). La tierra de Israel será transformada tan radicalmente que los visitantes proclamarán en asombro: “Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén” (Ez. 36:35).
Promesas a Jesús
La razón más importante para el Milenio es que Dios va a usarlo para cumplir las promesas que ha hecho a Su Hijo. Dios le ha prometido a Jesús que será glorificado en la historia para compensarlo en parte por Su humillación en la historia. La Biblia dice a quemarropa que Jesús regresará para manifestar Su gloria (Is. 24:23; 66:18-19; 2 Tes. 1:7-10). Dios también ha prometido que le dará a Jesús dominio sobre todo el mundo y que El reinará sobre todas las naciones desde el Monte Sión en Jerusalén (Dn. 7:13-14; Is. 2:2-4; Zac. 14:1-9). El Salmo 2 presenta un buen resumen de estas promesas. Comienza examinando la rebelión de los líderes políticos del mundo contra Dios y Su Hijo, mencionado en el pasaje como “Su Ungido” (versículos 1-2). Este salmo describe el desprecio de éstos hacia el Señor (versículo 3). Pero el salmo dice que Dios está sentado en los cielos y se ríe y se burla de ellos porque El ha señalado un día de cuentas cuando “los aterrará en Su furor” (versículo 5). Ese será el día cuando El ponga a Jesús como “Rey sobre Sión” (versículo 6). Después habla Jesús y cuenta de la promesa que Su Padre le ha hecho: “Yo publicaré el decreto; el Señor me ha dicho: Mi Hijo eres Tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro…” (Salmo 2:7-9). Debe mantenerse presente que Jesús actualmente es un “rey en espera”. Al igual que el Rey David, quien tuvo que esperar muchos años después de que fue ungido antes de que pudiera convertirse en rey de Israel, Jesús ha sido ungido Rey de reyes y Señor de señores, pero aún no ha empezado a gobernar. Actualmente está actuando como nuestro Sumo Sacerdote ante el trono de Dios (Heb. 8:1). El está esperando la orden de Su Padre para regresar y reclamar todos los reinos de este mundo (Heb. 2:5-9 y Ap. 19:11-16).
Una razón final
Hay otro propósito para el Milenio que debería tenerse en cuenta. Creo que Dios va a usar el Milenio para demostrarle al Hombre de una vez por todas que la religión de Satanás, el Humanismo, está totalmente en bancarrota. Todos los Humanistas, sin importar su etiqueta política o teológica, coinciden en que la fuente del mal en el mundo es externa al Hombre. Miran al mal arraigado en la corrupción de la sociedad. Creen que la solución a todos los problemas del Hombre puede encontrarse en una reforma social. Tome, como un ejemplo, su actitud hacia el crimen. Ellos creen que la sociedad es la causa raíz del crimen. Todo lo que tenemos que hacer para eliminar el crimen, argumentan, es proveerles a las personas un trabajo garantizado que les suplirá el ingreso suficiente, de modo que puedan vivir en un bonito suburbio. Pero tales reformas no transforman la naturaleza básica de las personas. En el gueto, un hombre pagará 25 dólares por una prostituta. En el suburbio, perseguirá a la esposa de su vecino. En el gueto, lanzará una piedra a una ventana y robará un aparato de televisión. En el suburbio, se pondrá su traje de tres piezas, irá a la oficina, manipulará la computadora y desfalcará un millón de dólares. Usted no cambia la naturaleza básica de las personas cambiando su ambiente. Cambiar su ambiente simplemente los convierte en pecadores más sofisticados. El enfoque Humanista es absolutamente contrario a las Escrituras. La Palabra de Dios enseña que la fuente del mal está arraigada en la naturaleza caída del Hombre y que es el Hombre, no la sociedad, quien necesita ser cambiado (Gn. 8:21; Jer. 17:9-10; Mr. 7:20-23). La Palabra también enseña que la única manera en que este cambio puede ocurrir es a través de la labor del Espíritu Santo dentro de una persona que ha puesto su fe en Jesús. Dios va a demostrar este punto usando el Milenio como un gran laboratorio experimental. Va a colocar a la Humanidad en un ambiente perfecto de paz y prosperidad durante mil años. Satanás estará atado. La rectitud abundará. Sin embargo, al final, cuando Satanás sea soltado, la mayoría de las personas se unirán a él cuando llame a las naciones a rebelarse contra Jesús (Ap. 20:7-10). El Milenio demostrará que el Hombre no necesita una nueva sociedad, sino un nuevo corazón.
Esencial para el Plan Maestro
El Milenio es esencial para el cumplimiento de todas las promesas que Dios ha hecho a los judíos, la Iglesia, las naciones y la creación. También es esencial para Su determinación de demostrar que la fuente de todo mal es la naturaleza caída del Hombre, no la corrupción de la sociedad, y que la única esperanza para este mundo es Jesús, no reformas políticas. Más importante, el Milenio es esencial para el propósito de Dios de glorificar a Su Hijo. El va a manifestar la gloria de Jesús ante Sus santos redimidos y ante todas las naciones del mundo.

“Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. Porque de Jehová es el reino y El regirá las naciones… La posteridad le servirá.; esto será contado de Jehová hasta la postrera generación. Vendrán y anunciarán su justicia; a pueblo no nacido aún, anunciarán que El hizo esto” (Salmo 22:27-31).

La Fidelidad de Dios

El Creador de este universo es un Dios de pactos que es fiel a todas Sus promesas. El no puede mentir (Heb. 6:18). El no puede olvidar una promesa (Dt. 4:31). El es fiel incluso cuando nosotros somos infieles (2 Ti. 2:13)

Así como El cumplió todas las promesas relacionadas con la Primera Venida de Su Hijo, El va a cumplir todas aquéllas que se relacionan con Su Segunda Venida, incluyendo la promesa de un reinado milenario.

Muchos en la Iglesia pueden ignorar Sus promesas aún no cumplidas. Otros pueden haberlas olvidado. Pero Dios no lo ha hecho. El pretende cumplir cada una de ellas.

Tenemos el privilegio de vivir en una época en la que podemos ser testigos de la forma en que Dios está orquestando los eventos de este mundo hacia el cumplimiento de todas las promesas en Su plan maestro.

Engrandeced a nuestro Dios.El es la Roca, cuya obra es perfecta,Porque todos sus caminos son rectitud;Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en El;Es justo y recto.(Dt. 32: 3b-4)
Preguntas rápidas acerca del Milenio

1) ¿Quiénes poblarán la tierra durante el Milenio?
A aquéllos que estén vivos al final de la Tribulación y que hayan aceptado a Jesús como su Señor y Salvador se les permitirá entrar al Milenio en la carne (Mt. 25:3-46). Todos los incrédulos sobrevivientes serán consignados a la muerte (Lc. 17:26-37).

Éste será un pequeño número de personas, porque la mayoría de aquellos que pongan su fe en Jesús durante la Tribulación serán martirizados por su fe (Ap. 7:9-14).

Los creyentes que entren al Milenio en la carne empezarán a propagarse, y la población del mundo crecerá exponencialmente. La razón por la que el crecimiento será tan rápido se deberá a que los lapsos de vida se expandirán y la muerte será reducida.

Isaías dice que la gente vivirá tanto como un árbol (Is. 65:22) y ya no habrá más infantes que vivan sólo unos pocos días (Is. 65:20). Aquéllos que mueran a los 100 años de edad serán considerados jóvenes y sólo aquéllos que rechacen aceptar al Señor morirán a esa edad (Is. 65:20). La implicación de la profecía de Isaías es que durante el Milenio el lapso de vida de aquéllos en la carne regresará a cómo era antes del diluvio, cuando las personas vivían entre 800 y 1000 años. Si esto es así, entonces para el final del Milenio la población de la tierra podría exceder fácilmente los 6 billones actuales.

2) ¿El Milenio se llevará a cabo en esta tierra o en una nueva?

El reinado Milenial de Jesús se llevará a cabo sobre esta tierra, pero la tierra será grandemente cambiada en su naturaleza.

La primera tierra, la tierra de Adán y Eva, era perfecta. No había plantas o animales venenosos. No había animales carnívoros. No había cataclismos naturales como terremotos, maremotos o huracanes. El Hombre y la naturaleza vivían juntos en perfecta armonía.

Pero cuando el Hombre pecó, Dios puso una maldición sobre la tierra y la naturaleza de la tierra cambió radicalmente. La muerte entró al mundo. La naturaleza se volvió contra la Humanidad. Esta nueva tierra, la número 2, existió hasta la época de Noé.

Cuando ocurrió el diluvió universal, esta segunda tierra fue “destruida” (2 P. 3:6) en el sentido que cambió radicalmente otra vez. La capa de vapor de la tierra colapsó, su masa terrestre se separó en continentes, la tierra giró sobre sus ejes y la presión del agua forzó la formación de nuevas cordilleras montañosas. Hemos estado viviendo en la tierra número tres desde entonces.

Cuando Jesús regrese a reinar, la tierra cambiará radicalmente una vez más. Los agentes de cambio serán terremotos y fenómenos sobrenaturales en los cielos (Ap. 6:12-14). Todas las islas serán movidas (Ap. 16:18-20). Cada valle será alzado y cada monte será bajado (Is. 40:4). La topografía de Israel cambiará radicalmente, con Jerusalén convirtiéndose en el lugar más alto sobre la tierra (Is. 2:2).

martes, 4 de noviembre de 2008

MILENIO Y MILENARISMO

Generalmente, se considera que la doctrina del Reinado Milenario de Cristo sobre la Tierra es una doctrina herética. Sin embargo, basada en 2 Pedro y en Apocalipsis, la doctrina gozó en la Antigüedad no solo de gran aceptación sino que, de acuerdo a esclarecidos y muy altamente considerados Padres de la Iglesia, ésta fue la doctrina a mayor grado ortodoxa. Entre los milenaristas tenemos que consignar al apóstol Juan, a Policarpo de Esmirna, a Papías de Hierápolis, a Lactancio, a Ireneo de Lugdunum y a una innumerable hueste de fieles cristianos de los primeros tiempos.Finalmente, la Iglesia católica, a pesar de haber rechazado la doctrina apelando a la pluma de insignes "espiritualizantes gnostizados", tales como Orígenes, Eusebio de Cesarea y Agustín de Hipona, entre otros muchos, jamás se ha atrevido a declararla herética, porque así creían y enseñaban los Padres de la Iglesia, incluso los más venerados y tenidos por autoridad, mártires de la fe como Justino Mártir, por ejemplo, y esaclarecidos autores como el propio apóstol Juan, quien consigna la doctrina en su Revelación. Se entiende que si la Iglesia católica se atreviera a condenar al milenarismo incurriría en un total rompimiento con los Padres de la Iglesia primitiva, y con la mismísima Iglesia apostólica, porque así creían ellos, y eso era lo que predicaban, el reinado milenario literal de Cristo sobre la tierra, y por eso afrontaron las hostilidades incluso del Estado romano y no temieron sufrir la muerte como "testigos", que es lo que la palabra "mártir" significa.Solamente cuando la Iglesia aspiró a ser parte de este mundo y a asumir realengo, riquezas, títulos, honores y dominación, y solamente entonces, negó sus aspiraciones celestiales, negó la literalidad y tangibilidad del reinado milenario de Cristo sobre la tierra y la restauración de todas las cosas en la re-creación de que hablan los escritores bíblicos inspirados. Uno de los principales documentos milenaristas de la Iglesia primitiva, actualmente conocida como Epístola de Bernabé, habla precisamente de esta esperanza espiritual, tomando su argumentación de la misma fuente que el Apocalipsis, cuyo escritor fue el apóstol Juan. Los gnostizantes que se infiltraron en la Iglesia primitiva comenzaron por negar la autenticidad del Apocalipsis y de la Segunda Carta de Pedro, así como de la Carta de Pablo a los Hebreos, como una manera de atacar lo más directamente posible y derrotar a quienes creían en la realidad del reinado milenario de Cristo sobre la tierra. Sin embargo, entre los católicos ha habido esclarecidos milenaristas, como el sacerdote jesuita chileno Manuel Lacunza, quien escribió una monumental y muy bien documentada obra, titulada "La Venida del Mesías en Gloria y Majestad", bajo el seudónimo de Juan Josafat y dirigida al sacerdote Cristófilo.
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lunes, 3 de noviembre de 2008

JESUCRISTO: REY DEL MILENIO

Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

Es de importancia mostrar el conocimiento sistematizado teológico al neófito que se abre por los caminos tempranos del Santo Dios y al maduro espiritual que quiere crecer aún más en los asuntos bíblicos verdaderos para fomentar así la firmeza de su carácter, que es conforme a Cristo. El mundo está lleno de corrupción y maldad, y aquel que no se encuentre bien establecido en la Ley del Santo, arriesgará su vida constantemente ante un sistema diabólico terrenal que no depara en absorberlo y destruirlo inmisericordemente. Bien dijo Cristo que el conocimiento de la verdad traería libertad.


La Palabra de Dios esclarece correctamente que el Mesías de Dios será Rey del Reino Milenario. Hay mucha información bíblica al respecto. Sugiero, que se lean los versículos bíblicos para que se entienda bien a lo que queremos llegar. Muchos debaten contra nosotros inciertamente, sin saber lo que hablan, conjeturando ideas individuales. Aquí, todos es pesado por la Biblia, y la vedad reluce por el método usado. Las Escrituras dan fe que el Milenio será dirigido por Jesucristo (Is.2:2-4; 9:3-7; 11:1-10; 16:5; 24:21-23; 31:4-32; 42:1-7, 13; 49:1-7; 51:4-5; 60:12; Dan.2:44; 7:15-28; Abd.17:21; Mi. 4:1-8; 5:2-5, 15; Sof. 3:9, 10, 18-19; Zac. 9:10-15; 14:16-17). La Biblia dice que el Reinado de Cristo tendrá alcance universal, y la autoridad para su efecto, será por designio Divino: «Pero y he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte» (Sal. 2:6).


La Biblia dice que David será regente en el Milenio. Las referencias bíblicas que hablan de esto (Lea los textos bíblicos hermano y amigo, aliméntese y crezca hasta el cielo por la gloria de Jehová que está en su Palabra Santa) son bastantes: (Is.55:3-4; Jer.30:9; 33:15, 17, 20-21; Ez. 34:23, 24; 37:24, 25; Os. 3:5; Am. 9:11). Jesucristo es el Hijo de David, y su establecimiento como Rey Milenario viene a ser confirmado verbalmente en Nuevo Testamento, cuando el ángel Gabriel aparece a María la Virgen un poco antes de ser concebida por el Espíritu Santo de Dios:


«Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin» (Lc.1:31-33)

JESUCRISTO REINARÁ EN JERUSALÉN

Por Ingº. Mario A Olcese (Apologista)


Jerusalén, el trono de Jehová

Lo que Jesús dijo en Mateo 5:34,35 nos lleva la conclusión de que el Señor hará de Jerusalén su ciudad real…¡Su trono! El profeta Jeremías dice que en aquel tiempo (de la restauración del reino) llamarán a Jerusalén TRONO DE JEHOVÁ (3:17). El Salmo 67:4 dice que Dios pastoreará a las naciones EN (no “DE”) la tierra. En Apocalipsis 5:10 leemos: “Y los has hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.” En Apocalipsis 20:4,6 dice que estos reyes y sacerdotes reinarán con Cristo mil años en la tierra.

En el Salmo 122:3-5 encontramos la información de que los tronos de los “reyes y sacerdotes” estarán en Jerusalén. Dice así estos versículos: Jerusalén, que se ha edificado Como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, Conforme al testimonio dado a Israel, Para alabar el nombre de Jehová. Porque allá están las sillas del juicio, LOS TRONOS de la casa de David. Por lo tanto, el trono del “Rey de reyes” estará también allí. Jesús dijo que “Jerusalén es la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:34,35).

¿Dónde estaba Jesús en Juan 14:2,3?

En Juan 14:2,3 el Señor Jesús prometió a sus discípulos que ellos estarían con él en la tierra de Israel. Él dijo: “PARA QUE DONDE YO ESTOY (Jerusalén) vosotros también estéis”. Y en la profecía de Jeremías 23:5 leemos: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia EN LA TIERRA” ( También 33:15). Y en Romanos 4:13 dice que Jesús será “EL HEREDERO DEL MUNDO.”

La herencia de los Justos

Según el Salmo 37:29 “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Ahora bien: ¿Es Jesucristo el MAYOR JUSTO? ¡Sí! (Leer 1 Juan 2:1). Y si Jesús es el mayor JUSTO, ¿qué heredará él y dónde vivirá? Pues, ¡en la tierra!. En el Salmo 85:9 se complementa lo anterior diciendo que LA GLORIA HABITARÁ LA TIERRA. Y, ¿cuál GLORIA? ¡La gloria del Señor Jesucristo! (Mateo 16:27; 24:30; Juan 1:14; 17:24; Colosenses 3:4). Por tanto: ¡Jesucristo habitará en la tierra!

En 2 Samuel 23:3 dice: “El Dios de Israel ha dicho: Habrá un justo que GOBIERNE ENTRE (no “SOBRE”) LOS HOMBRES, que GOBIERNE en el temor de Dios.” Sí, Jesús será aquel justo varón que gobierne en medio o entre los hombres en este planeta. ¡Eso dice la Biblia! Además, David dice en su Salmo 140:13 que LOS RECTOS morarán o habitarán en la presencia del rey. Pero: ¿Dónde morarán LOS RECTOS en la presencia del rey? No puede ser el cielo porque Salomón escribió en Proverbios 10:30: “EL JUSTO NO SERÁ REMOVIDO JAMÁS; pero los impíos NO HABITARÁN LA TIERRA.” La conclusión lógica y bíblica es que los rectos habitarán la tierra y estarán en la misma presencia del rey en la tierra. Dice Salomón: “LOS RECTOS HABITARÁN LA TIERRA, Y LOS PERFECTOS PERMANECERÁN EN ELLA.” (Proverbios 2:21). ¡Aquí está la evidencia! ¿y quiénes son los PERFECTOS que permanecerán en la tierra? ¡Los cristianos! (Leer 2 Timoteo 3:17; Colosenses 1:28).

La Herencia de los mansos

Jesús dice que “los mansos heredarán la tierra” (Mateo 5:5), pero más adelante dirá: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN…” (Mateo 11:29). Notemos que Cristo es también el mayor MANSO del mundo. Esto quiere decir que él HEREDARÁ LA TIERRA (comparar con Romanos 4:13). Él fue claro al decir que “los MANSOS heredarán la tierra”.

La Expectativa de los Judíos del Primer siglo

Es muy interesante lo que se puede extraer de este suceso que relata la entrada de Jesús en Jerusalén, pues nos revela lo que los paisanos de Jesús esperaban con desesperación. Dice así el relato de Marcos: “Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡BENDITO EL REINO DEL PADRE DAVID QUE VIENE! Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce”.

Después de leer este acontecimiento de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el pueblo se emocionó mucho, pues veían a su rey entrar en la ciudad capital del reino davídico, y ellos pensaron que el reino se manifestaría inmediatamente en Jerusalén. Por eso su exclamación fervorosa: “Bendito el reino del padre David que viene”. Pero, ¿estaban errados los judíos por semejante esperanza? Veamos. En Lucas 19 Jesús precisamente da una parábola (de las Diez Minas) por la misma razón: “…por cuanto estaba CERCA DE JERUSALÉN, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11). Pero nótese que Jesús no se detiene para reprender o corregir a aquellos hombres por su “supuesta ilusa esperanza” de un reino Davídico restaurado en Jerusalén”, y tampoco les dice algo así como: “Oigan, hijos de Abraham, sepan que yo no voy a reinar en Jerusalén sino desde el cielo y con mi iglesia”. Tampoco les dice que su reino es “en el corazón de mis discípulos” o cosa semejante. El simplemente avala su expectativa mesiánica dando una parábola para que entiendan que el reino davídico será efectivamente restaurado en Jerusalén, pero que AÚN TARDARÍA HASTA SU REGRESO O PARUSÍA EN GLORIA. Este hecho destruye o fulmina todas las otras tesis del reino que aparecen por internet, y que trastocan el verdadero mensaje o esperanza del reino davídico por restaurarse.

Más sobre el Reino de Dios en:

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¿QUÉ CREYERON LOS JUDÍOS DEL SIGLO I SOBRE EL REINO DE DAVID?

Breve Reflexión del Ingº Mario A Olcese (Apologista)

La Expectativa de los Judíos del Primer siglo

Es muy interesante lo que se puede extraer de este suceso que relata la entrada de Jesús en Jerusalén, pues nos revela lo que los paisanos de Jesús esperaban con desesperación. Dice así el relato de Marcos: “Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡BENDITO EL REINO DEL PADRE DAVID QUE VIENE! Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce”.

Después de leer este acontecimiento de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el pueblo se emocionó mucho, pues veían a su rey entrar en la ciudad capital del reino davídico, y ellos pensaron que el reino se manifestaría inmediatamente en Jerusalén. Por eso su exclamación fervorosa: “Bendito el reino del padre David que viene”. Pero, ¿estaban errados los judíos por semejante esperanza? Veamos. En Lucas 19 Jesús precisamente da una parábola (de las Diez Minas) por la misma razón: “…por cuanto estaba CERCA DE JERUSALÉN, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11). Pero nótese que Jesús no se detiene para reprender o corregir a aquellos hombres por su “supuesta ilusa esperanza” de un reino Davídico restaurado en Jerusalén”, y tampoco les dice algo así como: “Oigan, hijos de Abraham, sepan que yo no voy a reinar en Jerusalén sino desde el cielo y con mi iglesia”. Tampoco les dice que su reino es “en el corazón de mis discípulos” o cosa semejante. El simplemente avala su expectativa mesiánica dando una parábola para que entiendan que el reino davídico será efectivamente restaurado en Jerusalén, pero que AÚN TARDARÍA HASTA SU REGRESO O PARUSÍA EN GLORIA. Este hecho destruye o fulmina todas las otras tesis del reino que aparecen por internet, y que trastocan el verdadero mensaje o esperanza del reino davídico por restaurarse.

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LA VERDAD DE LA PANDEMIA