Por Anthony F. Buzzard
“Evangelio”"1. La buena nueva del Reino de Dios anunciado por Jesucristo al mundo. El cuerpo de doctrina religiosa enseñada por Jesucristo y sus Apóstoles. La religión cristiana, la revelación cristiana.
2. Identificados por los protestantes con su propio sistema de creencias en oposición al sistema perverso de la creencia imputada por ellos a sus adversarios, también se aplica por los puritanos y los evangélicos como la moderna doctrina de la salvación sólo a través de la confianza en el mérito del sacrificio de Cristo”.
La primera definición representa el claro lenguaje de Jesús según Mateo, Marcos y Lucas. La segunda definición es una reducción drástica del Evangelio a sólo uno de sus componentes, la muerte de Jesús. El fundamento del Evangelio, así como su ámbito de aplicación, está definido por Jesús como “el evangelio del reino de Dios” (Lucas 4:43). Jesús se presenta para la propagación de este Evangelio como la razón de toda su misión salvadora: “Estoy bajo presión divina de predicar el Evangelio acerca del Reino de Dios… Esa es la razón por la cual fui comisionado” (Lucas 4:43). Hay 13 capítulos de Mateo (3-15), 7 capítulos de Marcos (1-7), 5 capítulos de Lucas (4-8), sumando un total de 25 capítulos, que registran la predicación del Evangelio tal como Jesús lo ha realizado, en el que hay no hay ni una sola mención de su muerte de sacrificio o su resurrección al tercer día. Jesús “predicó el Evangelio” y envió a predicar a otros lo mismo, sin la inclusión de los datos sobre su muerte y resurrección (que se añadieron más tarde). Esto debe demostrarnos que el Evangelio cristiano de la salvación no es un mensaje acerca de confiar únicamente en el mérito del sacrificio de Cristo. Hay un elemento más fundamental del Evangelio, y es llamado por Jesús (y los escritores de los Evangelios) “el Evangelio acerca del Reino de Dios.” Jesús inauguró su ministerio mandando a creer en el Evangelio del Reino como la base de la fe salvadora (Marcos 1:14, 15). En la parábola del sembrador, él hace del arrepentimiento y la fe en el Evangelio del Reino el requisito esencial para el verdadero discipulado: “Cuando alguno oye la palabra [Evangelio] acerca del reino [Mat. 13:19] viene el diablo y arrebata la palabra que se ha sembrado en su corazón, para que no lo pueda creer y ser salvo”(Lucas 8:12; ver Marcos 4:11, 12). El vínculo entre la creencia del evangelio del Reino y la salvación es inconfundible. Esto es simplemente una confirmación de la base de la fe salvadora enseñada desde el principio por Jesús cuando ordena: “El Reino de Dios está cerca: arrepentíos y creed en el Evangelio [del Reino]” (Marcos 1:14, 15). “Cree el Evangelio del Reino” es el primer y más fundamental mandamiento de Jesús (junto con su insistencia en la creencia en el Dios único de su herencia judía – Marcos 12:29 y sig.).
Incluso cuando Jesús presentó a sus discípulos— los cuales ya habían estado predicando el Evangelio (el reino)— los hechos acerca de su muerte en sacrificio por los pecados y su resurrección, ellos no entendieron esos hechos. Tan tarde como en Lucas 18:31-34, cuando Jesús hizo una tercera declaración de su inminente muerte y resurrección, los apóstoles no entendían lo que eso significaba. Los hechos nos muestran que no hay menos de 17 capítulos de Mateo (3-19), 9 capítulos de Marcos (1-9), 14 capítulos de Lucas (4-17) – Un total de 40 capítulos – que reportan la predicación del evangelio del reino de Jesús y sus discípulos, en los cuales no hay un primer anuncio dela muerte de Jesús y su resurrección; y más tarde, cuando es anunciada su muerte, persiste una total incomprensión de su significado. Estos datos deben demostrar a la persona de de mente abierta que la definición del Evangelio como “la confianza en la muerte meritoria de Jesús” (definición del punto 2, arriba) es insuficiente como reflejo del evangelio de la Biblia. Los hechos demandan una definición bíblica del Evangelio que contenga como elemento más fundamental y permanente: “Las buenas noticias acerca del Reino de Dios”, y en segundo lugar los hechos asociados con la muerte y resurrección de Jesús. Las definiciones dadas anteriormente, por lo tanto, describen perfectamente la definición bíblica del Evangelio prístino. La primera (1, arriba) describe exactamente los hechos de los Evangelios: El evangelio exige una comprensión y fe inteligente en la Buena Noticia (Evangelio) acerca del Reino de Dios (incluyendo la información acerca de la muerte salvífica de Jesús y la resurrección). La segunda definición (2, arriba) es ciertamente una versión reducida del Evangelio presentado por los evangélicos: Su Evangelio ha sido reducido sólo a la cuestión de la muerte y resurrección de Jesús, sin la inclusión de todo el contenido del Evangelio que menciona el reino. Dado que el Evangelio es sinónimo de la fe cristiana, y con el cristianismo mismo, cualquier pérdida del contenido del Evangelio implica un ataque a Jesús y su obra de salvación. La pérdida del Reino de Dios como el primer elemento en el Evangelio que Jesús predicó es un asunto que debe llamarnos la atención urgentemente, a todos los que amamos la Biblia de verdad.
La ausencia del componente principal del Reino de Dios en el Evangelio predicado en la actualidad queda demostrada por la ausencia total de la frase “Evangelio del reino” en la predicación evangélica y en los escritos actuales de las iglesias”.
Otras frases ambiguas o poco precisas han sido sustituidas, como “el Evangelio de Cristo” (¿Es este “el Evangelio de Cristo” o “el Evangelio que Jesús predicó?),” El Evangelio de la gracia de Dios”, y así sucesivamente. Estas otras frases son en realidad títulos bíblicos alternativos para el Evangelio, y en un contexto en el que el público ya sabía que el Evangelio era acerca el Reino de Dios, ellas pierden su ambigüedad. Sin embargo, puesto que el Evangelio del Reino ha estado tanto tiempo fuera de circulación, las frases alternativas se vuelven confusas, ya que tienden a confundir a la audiencia en la creencia errónea de que el Evangelio es la muerte y resurrección de Jesús solamente. Si alguien sostiene de que Pablo redujo el Evangelio a los hechos sobre la muerte y resurrección de Jesús solamente, nuestra respuesta sería la siguiente: 1) Si Pablo realmente no predicó el Evangelio del Reino, entonces él estaba violando la Gran Comisión por la cual Jesús había encargado la predicación a todas las naciones de las enseñanzas exactas que él mismo había dado (Mt. 28:19, 20). 2) De acuerdo a la información cuidadosa de Lucas, Pablo de hecho siempre predicó “el evangelio del reino de Dios” (Hechos 19:8, 20:25, 28:23, 31), y por tanto, no limitó su Evangelio solamente a los hechos sobre la muerte y resurrección de Jesús. 3) Pablo en 1 Corintios 15:1-3 declara que la muerte y resurrección de Jesús fue “entre los asuntos de primera importancia” en el Evangelio. Él no dijo que constituían todo el Evangelio. En el mismo capítulo se asume que el público entiende el término Reino de Dios, y él utiliza el término característico como el Reino que no puede ser heredado por una persona humana en su constitución actual (“carne y sangre”), pero se puede entrar/heredar sólo en la futura resurrección, cuando Jesús vuelva a establecer el Reino de Dios en la tierra (1 Cor. 15:50-52). 4) Pablo identifica el Evangelio como la tradición que había recibido de otros (1 Cor.15:3) y como “la palabra de fe que predicamos” (Romanos 10:8). Es un Evangelio sostenido en común por los apóstoles y evangelistas. Como confirmación de este Evangelio, encontramos en Hechos 8:12 que Felipe instó a la creencia en el “Evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo.” Justo al final de su carrera, que él resumió en Mileto como “la proclamación del Evangelio del Reino” (Hechos 20:25), Pablo predicó tenazmente el mismo Evangelio del Reino modelado por la evangelización de Jesús: Convertirse en cristiano significa ser “persuadido por el Reino de Dios y Jesús” (Hechos 28 : 23, 24, CP. Hechos 8:12). Y Pablo es visto por última vez en Hechos llevando a cabo un ministerio de larga duración en Roma como evangelista de la causa del Reino de Dios, el corazón del Evangelio que Jesús había predicado (Hechos 28:30, 31). Tan agudo es Lucas para demostrar que Pablo siguió perfectamente al maestro en su declaración pública del Evangelio, que él informa la actividad característica de Pablo de la siguiente manera: “Y Pablo recibía a todos los que acudían a él, proclamando el Evangelio del Reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesús Mesías, con toda apertura, y sin trabas” (Hechos 28:30, 31). De Jesús, Lucas refiere: “Jesús recibió a la multitud y comenzó a hablar con ellos sobre el Reino de Dios” (Lucas 9:11). Lucas tuvo el privilegio único de escribir más del Nuevo Testamento que cualquier otro escritor, y sólo él informa de los progresos de la fe cristiana, tanto antes como después de la cruz. Lucas documenta el trabajo del Jesús histórico, como predicador del Evangelio acerca del Reino e informa que el Jesús resucitado continuó proclamando el mismo Evangelio del Reino a sus discípulos por espacio de 40 días más hasta volver al cielo (Hechos 1:3).
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“Evangelio”"1. La buena nueva del Reino de Dios anunciado por Jesucristo al mundo. El cuerpo de doctrina religiosa enseñada por Jesucristo y sus Apóstoles. La religión cristiana, la revelación cristiana.
2. Identificados por los protestantes con su propio sistema de creencias en oposición al sistema perverso de la creencia imputada por ellos a sus adversarios, también se aplica por los puritanos y los evangélicos como la moderna doctrina de la salvación sólo a través de la confianza en el mérito del sacrificio de Cristo”.
La primera definición representa el claro lenguaje de Jesús según Mateo, Marcos y Lucas. La segunda definición es una reducción drástica del Evangelio a sólo uno de sus componentes, la muerte de Jesús. El fundamento del Evangelio, así como su ámbito de aplicación, está definido por Jesús como “el evangelio del reino de Dios” (Lucas 4:43). Jesús se presenta para la propagación de este Evangelio como la razón de toda su misión salvadora: “Estoy bajo presión divina de predicar el Evangelio acerca del Reino de Dios… Esa es la razón por la cual fui comisionado” (Lucas 4:43). Hay 13 capítulos de Mateo (3-15), 7 capítulos de Marcos (1-7), 5 capítulos de Lucas (4-8), sumando un total de 25 capítulos, que registran la predicación del Evangelio tal como Jesús lo ha realizado, en el que hay no hay ni una sola mención de su muerte de sacrificio o su resurrección al tercer día. Jesús “predicó el Evangelio” y envió a predicar a otros lo mismo, sin la inclusión de los datos sobre su muerte y resurrección (que se añadieron más tarde). Esto debe demostrarnos que el Evangelio cristiano de la salvación no es un mensaje acerca de confiar únicamente en el mérito del sacrificio de Cristo. Hay un elemento más fundamental del Evangelio, y es llamado por Jesús (y los escritores de los Evangelios) “el Evangelio acerca del Reino de Dios.” Jesús inauguró su ministerio mandando a creer en el Evangelio del Reino como la base de la fe salvadora (Marcos 1:14, 15). En la parábola del sembrador, él hace del arrepentimiento y la fe en el Evangelio del Reino el requisito esencial para el verdadero discipulado: “Cuando alguno oye la palabra [Evangelio] acerca del reino [Mat. 13:19] viene el diablo y arrebata la palabra que se ha sembrado en su corazón, para que no lo pueda creer y ser salvo”(Lucas 8:12; ver Marcos 4:11, 12). El vínculo entre la creencia del evangelio del Reino y la salvación es inconfundible. Esto es simplemente una confirmación de la base de la fe salvadora enseñada desde el principio por Jesús cuando ordena: “El Reino de Dios está cerca: arrepentíos y creed en el Evangelio [del Reino]” (Marcos 1:14, 15). “Cree el Evangelio del Reino” es el primer y más fundamental mandamiento de Jesús (junto con su insistencia en la creencia en el Dios único de su herencia judía – Marcos 12:29 y sig.).
Incluso cuando Jesús presentó a sus discípulos— los cuales ya habían estado predicando el Evangelio (el reino)— los hechos acerca de su muerte en sacrificio por los pecados y su resurrección, ellos no entendieron esos hechos. Tan tarde como en Lucas 18:31-34, cuando Jesús hizo una tercera declaración de su inminente muerte y resurrección, los apóstoles no entendían lo que eso significaba. Los hechos nos muestran que no hay menos de 17 capítulos de Mateo (3-19), 9 capítulos de Marcos (1-9), 14 capítulos de Lucas (4-17) – Un total de 40 capítulos – que reportan la predicación del evangelio del reino de Jesús y sus discípulos, en los cuales no hay un primer anuncio dela muerte de Jesús y su resurrección; y más tarde, cuando es anunciada su muerte, persiste una total incomprensión de su significado. Estos datos deben demostrar a la persona de de mente abierta que la definición del Evangelio como “la confianza en la muerte meritoria de Jesús” (definición del punto 2, arriba) es insuficiente como reflejo del evangelio de la Biblia. Los hechos demandan una definición bíblica del Evangelio que contenga como elemento más fundamental y permanente: “Las buenas noticias acerca del Reino de Dios”, y en segundo lugar los hechos asociados con la muerte y resurrección de Jesús. Las definiciones dadas anteriormente, por lo tanto, describen perfectamente la definición bíblica del Evangelio prístino. La primera (1, arriba) describe exactamente los hechos de los Evangelios: El evangelio exige una comprensión y fe inteligente en la Buena Noticia (Evangelio) acerca del Reino de Dios (incluyendo la información acerca de la muerte salvífica de Jesús y la resurrección). La segunda definición (2, arriba) es ciertamente una versión reducida del Evangelio presentado por los evangélicos: Su Evangelio ha sido reducido sólo a la cuestión de la muerte y resurrección de Jesús, sin la inclusión de todo el contenido del Evangelio que menciona el reino. Dado que el Evangelio es sinónimo de la fe cristiana, y con el cristianismo mismo, cualquier pérdida del contenido del Evangelio implica un ataque a Jesús y su obra de salvación. La pérdida del Reino de Dios como el primer elemento en el Evangelio que Jesús predicó es un asunto que debe llamarnos la atención urgentemente, a todos los que amamos la Biblia de verdad.
La ausencia del componente principal del Reino de Dios en el Evangelio predicado en la actualidad queda demostrada por la ausencia total de la frase “Evangelio del reino” en la predicación evangélica y en los escritos actuales de las iglesias”.
Otras frases ambiguas o poco precisas han sido sustituidas, como “el Evangelio de Cristo” (¿Es este “el Evangelio de Cristo” o “el Evangelio que Jesús predicó?),” El Evangelio de la gracia de Dios”, y así sucesivamente. Estas otras frases son en realidad títulos bíblicos alternativos para el Evangelio, y en un contexto en el que el público ya sabía que el Evangelio era acerca el Reino de Dios, ellas pierden su ambigüedad. Sin embargo, puesto que el Evangelio del Reino ha estado tanto tiempo fuera de circulación, las frases alternativas se vuelven confusas, ya que tienden a confundir a la audiencia en la creencia errónea de que el Evangelio es la muerte y resurrección de Jesús solamente. Si alguien sostiene de que Pablo redujo el Evangelio a los hechos sobre la muerte y resurrección de Jesús solamente, nuestra respuesta sería la siguiente: 1) Si Pablo realmente no predicó el Evangelio del Reino, entonces él estaba violando la Gran Comisión por la cual Jesús había encargado la predicación a todas las naciones de las enseñanzas exactas que él mismo había dado (Mt. 28:19, 20). 2) De acuerdo a la información cuidadosa de Lucas, Pablo de hecho siempre predicó “el evangelio del reino de Dios” (Hechos 19:8, 20:25, 28:23, 31), y por tanto, no limitó su Evangelio solamente a los hechos sobre la muerte y resurrección de Jesús. 3) Pablo en 1 Corintios 15:1-3 declara que la muerte y resurrección de Jesús fue “entre los asuntos de primera importancia” en el Evangelio. Él no dijo que constituían todo el Evangelio. En el mismo capítulo se asume que el público entiende el término Reino de Dios, y él utiliza el término característico como el Reino que no puede ser heredado por una persona humana en su constitución actual (“carne y sangre”), pero se puede entrar/heredar sólo en la futura resurrección, cuando Jesús vuelva a establecer el Reino de Dios en la tierra (1 Cor. 15:50-52). 4) Pablo identifica el Evangelio como la tradición que había recibido de otros (1 Cor.15:3) y como “la palabra de fe que predicamos” (Romanos 10:8). Es un Evangelio sostenido en común por los apóstoles y evangelistas. Como confirmación de este Evangelio, encontramos en Hechos 8:12 que Felipe instó a la creencia en el “Evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo.” Justo al final de su carrera, que él resumió en Mileto como “la proclamación del Evangelio del Reino” (Hechos 20:25), Pablo predicó tenazmente el mismo Evangelio del Reino modelado por la evangelización de Jesús: Convertirse en cristiano significa ser “persuadido por el Reino de Dios y Jesús” (Hechos 28 : 23, 24, CP. Hechos 8:12). Y Pablo es visto por última vez en Hechos llevando a cabo un ministerio de larga duración en Roma como evangelista de la causa del Reino de Dios, el corazón del Evangelio que Jesús había predicado (Hechos 28:30, 31). Tan agudo es Lucas para demostrar que Pablo siguió perfectamente al maestro en su declaración pública del Evangelio, que él informa la actividad característica de Pablo de la siguiente manera: “Y Pablo recibía a todos los que acudían a él, proclamando el Evangelio del Reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesús Mesías, con toda apertura, y sin trabas” (Hechos 28:30, 31). De Jesús, Lucas refiere: “Jesús recibió a la multitud y comenzó a hablar con ellos sobre el Reino de Dios” (Lucas 9:11). Lucas tuvo el privilegio único de escribir más del Nuevo Testamento que cualquier otro escritor, y sólo él informa de los progresos de la fe cristiana, tanto antes como después de la cruz. Lucas documenta el trabajo del Jesús histórico, como predicador del Evangelio acerca del Reino e informa que el Jesús resucitado continuó proclamando el mismo Evangelio del Reino a sus discípulos por espacio de 40 días más hasta volver al cielo (Hechos 1:3).
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