Nada en la historia de la iglesia moderna ha persuadido a creyentes a abandonar su fe en la suficiencia de la Palabra de Dios como la seudo-ciencia llamada Consejería Sicológica. Consideren lo siguiente: la iglesia evangélica se ha convertido en un servicio de referencia para consejeros psicólogos y psiquiatras. Muchas iglesias grandes tienen licenciados psicoterapistas en su personal. Agencias de misiones requieren que sus candidatos sean evaluados y aprobados por licenciados psicólogos profesionales antes de ser considerados para servicio misionero. Los psicólogos y consejeros cristianos son más conocidos y más respetados por evangélicos que predicadores y maestros. ¿Quién no ha escuchado del psicólogo Dr. James Dobson?
La mayoría de evangélicos están convencidos que la psicoterapia es científica y que es necesaria para suplir lo que falta o carece en la Biblia en lo que respecta a la condición mental, emocional y el comportamiento general del individuo. Cuando usamos el término “psicoterapia” nos referimos a la consejería psicológica, psicología clínica y psiquiatría (que no es biológica) También podemos usar el término “psicología” en general. Reconocemos que existen áreas de psicología que son claramente distintas de la psicoterapia y puede tener valor y mérito científico, como por ejemplo el campo que estudia la percepción, el punto de contacto entre el hombre y la máquina, ergonómica, alguna educación psicóloga, etc. Existe, sin embargo, un porcentaje mínimo en toda la industria de psicología que atestigua tener perspicacia científica de la mente del hombre.
¿Entonces cuál es el problema con psicoterapia? De acuerdo con numerosos estudios científicos, muy raramente da resultado ( y si lo hace es solo de manera superficial) y se sabe que es dañino y perjudicial al individuo. Desde el punto de vista bíblico, es una religión falsificada y está en contra de los principios bíblicos. Estas conclusiones se verán que son aparentes a medida que continuemos con este estudio de la psicoterapia. Dada la significante influencia que ha tenido en la iglesia, la psicoterapia comparada con los principios bíblicos y su aplicación en nuestras vidas, debería ser un asunto crucial y de importancia crítica para todos aquellos que creen que la Palabra de Dios es su autoridad máxima y que es totalmente suficiente ya “que nos ha dado todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda” ( Pedro 1:3). ¿Cómo se puede comparar éstas dos formas, maneras y su aplicación a la vida del creyente?
Para empezar, existe una gran diferencia entre ambas. Las teorías básicas de la consejería psicoterapia contradicen lo que la Biblia enseña acerca de la naturaleza del hombre y la solución de parte de Dios en lo que concierne a sus problemas mentales, emocionales y comportamiento en general. Los conceptos de la psicoterapia consideran la naturaleza de la humanidad como básicamente buena. La Biblia, por el contrario, dice que aparte de Jesucristo, el hombre no es bueno ya que nació con una naturaleza pecaminosa “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
La consejería psicológica promueve la creencia que los problemas que afectan adversamente al estado mental y emocional de la persona es determinada por circunstancias externas a la persona, como el abuso de parte de los padres o el ambiente en el cual la persona ha crecido. La Biblia nos dice que el corazón maligno del hombre y sus decisiones pecaminosas causan sus problemas emocionales, mentales y de su comportamiento en general. “Por que de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona” (Marcos 7:21-23).
La psicoterapia trata de mejorar al ser humano, a la persona, a través de conceptos como el amor propio, el aprecio hacia uno mismo, el valor personal, las apariencias personales, etc. La Biblia enseña que la persona en sí, el hombre en sí, es el problema principal de la humanidad y obviamente el hombre no es la solución a los problemas que afligen y atormentan a la humanidad. La Biblia también ha identificado proféticamente la solución principal de la consejería psicológica, que es el amor propio, como el vehículo a una vida depravada. “También debes saber esto; que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos…” (2 Timoteo 3:1).
La Biblia enseña que la reconciliación con Dios a través de Jesucristo es el único camino para que el hombre realmente pueda remediar sus problemas pecaminosos ya sea mental, emocional o forma de conducta. “En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus males acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de Él (Jesucristo), los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante Su muerte” (Colosenses 1:21,22).
La psicoterapia ha destruido la fe de muchos creyentes en lo que concierne a la suficiencia de la Biblia. Los psicólogos afirman tener conocimiento interno de la mente del hombre y la naturaleza de él, y también afirman poseer métodos para producir cambios en la naturaleza y mente del hombre que no se encuentran en la Biblia, consecuentemente pueden decir que la Biblia no puede ser suficiente para aconsejar o resolver los problemas de los creyentes, ya sean mentales, emocionales o de comportamiento en general.
La psicoterapia ha embaucado a la iglesia con la mentira que la psicología puede ser integrada con la Biblia. La idea en sí debería ser un escándalo para cualquier creyente bíblico. Desde el momento que la psicología y la Biblia son fundamentalmente opuestas la una con la otra, debería ser obvio que no puede haber una integración realista de ambas enseñanzas. Además, si la Biblia, el manual del Creador, no es suficiente para solucionar todas las cosas que conciernen a la vida y la bondad, entonces Sus seres creados tienen que buscar otras fuentes de información para poder encontrar soluciones para sus problemas mentales, emocionales y comportamiento en general. Y si ellos van a otras fuentes, entonces la afirmación de que la Biblia es autoritativa, inerrante y suficiente es también falsa.
¿Cuál es la influencia que tiene la psicoterapia en la iglesia? Sería raro encontrar un sermón sin influencias de psicología. Una típica iglesia de ésta clase sería la iglesia de Willow Creek cerca de Chicago, cuya influencia es nacional e internacional a través de sus 10,000 miembros y su asociación con otras iglesias. Un investigador de los métodos utilizados para el crecimiento de iglesias que dedicó un año observando la iglesia de Willow Creek tuvo ésta observación. “El Pastor Bill Hybels no solamente enseña principios psicológicos, pero muy a menudo usa éstos principios como guías de interpretación para su explicación de las escrituras… como por ejemplo… El Rey David tenía una crisis de identidad, el apóstol Pablo recomendó a Timoteo a hacerse un análisis a sí mismo, y Pedro tenía un problema con sus limitaciones. La intención y el resultado de todo esto son que los principios psicológicos son por lo general integrados en las enseñanzas de Hybels. El popular libro de Rick Warren llamado “La Vida con un Propósito” contribuye a la aceptación de la psicología en la iglesia cuando incluye ridículas afirmaciones como “Sansón tenía el problema de dependencia” y “la debilidad de Gideón era que tenía un nivel inferior de apreciación de su persona y también tenía profundas inseguridades.
¿Quiere decir esto que la psicología está influenciando al Cristianismo? Puede que sea así ya que a la iglesia se le ha vendido tres ideas erróneas:
1) La psicoterapia es un procedimiento científico;
2) La consejería puede ser dada sólo por profesionales;
3) La psicología cristiana reconcilia la ciencia y la fe.
Tratemos de analizar cada uno de éstas ideas. Primero, la psicoterapia no es un procedimiento científico. En el libro titulado “El Fin de la Sicología Cristiana” los escritores Martín y Deidre Bobgan observaron lo siguiente: “Tratando de evaluar la condición de la psicología, la Asociación Psicológica Americana nombró al Dr. Sigmund Koch para que organice y dirija un estudio que era financiado por la Fundación de Ciencias Naturales. Este estudio involucraba ochenta eminentes intelectuales profesionales que analizaron las realidades, teorías y métodos de la sicología. Los resultados de este procedimiento intensivo fueron publicados en Siete Volúmenes titulados “Psicología: El Estudio de una Ciencia” El Dr. Koch al ver los resultados finales de éste grupo de profesionales llega a la siguiente conclusión: “Yo creo que ya está todo bien claro y finalmente se puede decir que la psicología no puede ser una ciencia coherente”.
El Dr. Karl Popper, considerado como uno de los más grandes filósofos de la ciencia, después de haber finalizado un estudio completo de la psicoterapia declaró: “aunque pasando por ciencia (la psicoterapia) tiene en realidad más en común con mitos primitivos que con ciencia y se asemeja más a la astrología que a la astronomía”.
Segundo, la consejería no es sólo para profesionales. La psicoterapia, gracias a Freud y a algunos otros con conocimiento médico, tienen términos y conceptos que falsamente dan la impresión de que está relacionado con ciencia médica. El entendimiento, o la descripción, de la palabra “enfermedad” es crucial para poder continuar entendiendo éste “laberinto psicológico”.
La pregunta es ¿puede el proceso mental de una persona, es decir, su manera de pensar y de comportarse, estar físicamente o orgánicamente enfermo? Nuestros sesos, que son físicos, pueden estar enfermos o no funcionando de la manera apropiada, pero nuestras mentes, que no son físicas ¡no pueden estar enfermas! O sea que el término “enfermedad mental” no es apropiado, es un mito. Además, con algunas excepciones en el área de psiquiatría, los psicoterapistas no se refieren a los problemas orgánicos ni físicos de sus pacientes o clientes.
O sea que ¿qué hacen los psicoterapistas? Bueno, la mayoría de ellos hablan y escuchan. El investigador psiquiatra Dr. Thomas Szasz trata de explicárnoslos en una manera simple; “En un lenguaje simple, ¿qué realmente hace el paciente y el psicoterapista? Ellos se hablan y se escuchan el uno al otro. ¿De qué hablan? Tratando de simplificar se puede decir que el paciente habla acerca de sí mismo y el terapista habla acerca del paciente… cada uno trata de dirigir a la otra persona para que vea o haga las cosas en una manera determinada”.
Uno puede deducir que muchos evangélicos, ya sea en el púlpito o en el asiento de la iglesia, puede ciertamente ser eficiente en el campo de consejería, ¡lo cual es simplemente hablar y escuchar! Pero muy pocos de nosotros somos profesionales entrenados en una universidad. No tenemos el diploma que nos certifica académicamente él poder hablar y escuchar, ni tampoco se habrá estudiado las teorías del comportamiento humano, que no son nada más que opiniones y especulaciones de hombres impíos. Además existe más de 500 sistemas (algunos de estos se contradicen y otros son muy extraños) de terapia y miles de métodos y técnicas.
Así que no siendo profesionales no estamos al tanto de tal supuesto conocimiento. Pero aún así, ¿no son los profesionales más eficientes que los que no son profesionales en lo que se refiere a la ayuda de gente con sus problemas? La respuesta es negativa.
Después de haber examinado los resultados de consejeros psicólogos profesionales entrenados en instituciones de alto conocimiento y aprendizaje y aquellos consejeros psicólogos que no fueron entrenados por esas instituciones, los investigadores Truax y Mitchell publicaron un reporte en que nos dicen: “No encontramos, o no hay tal evidencia que el programa tradicional de entrenamiento les dé más capacitación a los terapistas profesionales que a los que no son profesionales y que no han sido entrenados con este programa”.
Consideremos la conclusión de una extensa investigación conducida por el Dr. Joseph Durlak: “En conclusión, resultados en estudios comparativos han favorecido a los que no son profesionales en el campo de consejería. No hubo diferencias significativas entre ambos grupos en 28 investigaciones, pero los que no eran profesionales fueron significantemente más eficientes que los profesionales en 12 estudios”.
Esta provocativa conclusión de estas investigaciones comparativas nos demuestra que los llamados profesionales no poseen una capacidad terapéutica superior comparado con los que no son profesionales. Además, la educación profesional en lo que respecta a la salud mental no es un requisito necesario para la eficacia de una persona que quiera dar consejería.
El autor y psicólogo Dr. Bernie Zibergeld, escribe en su libro titulado “El Retroceso de América: Los Mitos de Cambios Psicológicos” “. La mayoría de problemas que las personas encaran en su vida diaria podrían ser resueltos de una mejor manera si éstas personas hablaran con sus amigos, cónyuges, parientes o cualquier otra persona que estuviera teniendo éxito en el área de la vida en la que uno realmente no está progresando. Si yo tuviera un problema con mi esposa y no pudiera resolver tal problema, no iría a ver a un psiquiatra sino buscaría a un matrimonio que tuviera una relación que yo realmente admirara e iría a pedirles consejo. Yo buscaría ayuda a la persona que por la manera de vivir me pueda demostrar a mí que realmente él tiene resuelto tal problema”
Eso es realmente sentido común de parte de una persona que entiende el campo de la psicoterapia. Pero estamos viendo que en nuestro tiempo actual, en éstos “tiempos peligrosos” muchos en nuestras iglesias han abandonado no solamente el “sentido común” sino peor aún, han desechado los mandatos bíblicos, como es ministrar el uno al otro a través de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo. Han sido intimidados por mitos y se han alejado de la verdad.
Finalmente, la Psicología Cristiana no puede reconciliarse con fe y con ciencia. ¿Por qué no? Porque la psicología no es una ciencia, y tampoco puede ser cristianizada o integrada con el cristianismo. Por supuesto hay cristianos que son psicoterapistas profesionales licenciados, pero no existe una rama, una extensión de la psicología identificada como cristiana.
Consideren éste párrafo que expresa el punto de vista de la Asociación Cristiana de Estudios Psicológicos:
“Muy a menudo la gente nos pregunta si somos “psicólogos cristianos”… Nosotros somos cristianos que al mismo tiempo somos sicólogos pero en el tiempo presente no existe una aceptable psicología cristiana que sea notablemente diferente de la psicología que no es cristiana o secular. Es difícil insinuar que nosotros trabajamos o ejercemos nuestra profesión en una manera que es fundamentalmente distinta de nuestros colegas seculares… y aún así no hay una teoría aceptable, o tratamiento, o método que sea distintivamente cristiano”.
¿Cómo entonces los licenciados psicoterapistas que son cristianos ejercen su profesión? Ellos selectivamente escogen de entre los conceptos que aprendieron durante su educación secular y entrenamiento y tratan de integrar éstos conceptos en su sistema de creencia cristiana. Pero muchos o todos éstos conceptos no son éticos y están en contra de los principios bíblicos que se aplican cuando uno ministra a un creyente en lo que respecta a sus problemas relacionados con el pecado y el vivir una vida que es fructífera, productiva y agradable al Señor.
Uno realmente tiene que reflexionar y analizar la razón por la que un cristiano quiera considerar y aceptar una manera de pensar, una “sabiduría” que fue concebida por individuos que obviamente no eran cristianos y en realidad eran enemigos del cristianismo. Freud consideró la religión como si fuera una ilusión y era conocido por tener un odio hacia el cristianismo, porque él creía que el cristianismo estaba lleno de enseñanzas anti-semitas. Otros como Abraham Maslow y Carl Rogers, fueron descaradamente partidarios de la Nueva Era y eran Ocultistas. Y aún así consideren esta cita de un famoso psicólogo cristiano: “Bajo la influencia de los psicólogos humanistas como Carl Rogers y Abraham Maslow, muchos de nosotros que somos cristianos hemos empezado a ver nuestra necesidad por amor propio y aprecio a uno mismo. Esto es un enfoque bueno y necesario”. ¡No de acuerdo a la Escrituras!
El libro de Nehemías nos da una demostración de lo que está ocurriendo en la iglesia. Nehemías (cuyo nombre significa ‘El Señor es nuestro confortador’) es un tipo de Espíritu Santo. Dios lo manda a reconstruir Jerusalén pero bajo la apariencia de ayudar a Nehemías, los enemigos de Israel tratan de subvertir la restauración. Increíblemente el sacerdote Eliasib le dio a Tobías (que era un adversario) una cámara en los atrios de la casa de Dios, dándole acceso al cuarto donde se guardaban las ofrendas… el diezmo del grano… y la ofrenda de los sacerdotes. Tobías, el enemigo, fue dado un cuarto dentro del Templo del Señor (Nehemías 13:4-7). Así también es con lo llamado psicología cristiana de hoy en día.
¿Qué tan seria es la corrupción de la iglesia por esta psicología? Aunque ahora es realmente devastadora, las Escrituras nos advierten que va a ser peor y va a exceder lo que nosotros nos podemos imaginar. El apóstol Pablo fue enfático en su advertencia en 2 Timoteo 3:1-5 cuando dijo que en “los últimos días” la condición del hombre será “peligrosa”. Esa advertencia empieza con una característica que es la piedra angular de la psicología humanista y que Pablo nos indica (versículos 2-5) que es la raíz de todo lo maligno: el amor propio. En la próxima carta consideraremos los aspectos proféticos de la psicología y la llamada “psicología cristiana” y en la manera que contribuyen a la formación de la iglesia apóstata y a la religión del Anticristo.
Fuente: The Berean Call