Mostrando entradas con la etiqueta MENSAJE. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta MENSAJE. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de noviembre de 2009

EL REINO DE DIOS ES UN MENSAJE SIMPLE Y CLARO QUE HA SIDO OSCURECIDO POR LA FILOSOFÍA GRIEGA


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Sin duda alguna, el mensaje del reino es muy simple y claro si abrimos nuestros corazones. Y es tan claro que hasta un niño puede entenderlo y participar de él. Jesús dijo que de los niños es el reino de Dios, lo que sugiere que los niños muy bien lo pueden entender sin muchas explicaciones o elucubraciones.

Lo que sucede es que la mayoría de la personas les parece imposible que el reino de Dios sea el gobierno literal de Dios en el mundo a través de Cristo. No les entra en la cabeza que Cristo pueda estar en persona nuevamente entre los hombres, y no sobre los hombres. La Biblia es clara cuando enseña que habrá un justo que gobierne ENTRE (no sobre) los hombres en el temor de Dios, en justicia y en rectitud (Vea 2 Sam. 23:3). Para ellos es una degradación ver al Señor nuevamente como un humano (aunque inmortal) en la tierra, pues se les ha enseñado que él es Dios, y Dios no puede permanecer siendo un humano, por más inmortal que sea. Les parece una herejía imperdonable. Es el pensamiento gnóstico de que la materia (sarx, soma) es intrínsecamente mala y corrupta lo que los lleva a pensar así. Años de pensamiento Griego han opacado la esperanza verdadera del reino de Cristo en la tierra por otra esperanza que se resume como ”la partida al cielo de las almas benditas”.

Es hora de que los cristianos entiendan que habrá una RESTAURACIÓN DE TODAS LAS COSAS (Hechos 3:19-21) y esto implica esta misma tierra que habitamos, a los hombres, y a nuestra flora y fauna.

Restauración es poner las cosas como eran al principio, y no destruir lo que Dios hizo en un comienzo. Si éste fuera el caso, entonces no queda otra cosa que pensar que Dios creó una tierra y una humanidad imperfectas. Sin embargo, las Escrituras nos dicen que todo lo Dios creó era bueno en gran manera, por lo que no se justificaría ninguna destrucción de lo que al principio se hizo, sólo una regeneración o renovación.

La Biblia ciertamente nos habla de “nuevos cielos y una nueva tierra” como también de “un nuevo hombre”, aunque por cierto más en lo espiritual que en lo físico. El hombre es ya un “nuevo hombre” cuando se vuelve a Cristo y “nace de nuevo” por la palabra, aunque padecerá de dolencias y experimentará finalmente la muerte. Esta imperfección debido al pecado será corregida cuando vuelva Jesús y transforme a los suyos en humanos inmortales, hechos a su propia imagen.

Creemos que el reino de Dios no significa una mudanza hacia otro lugar lejano de la tierra, en dirección al cielo, sino una nueva existencia en la tierra, donde el mal y los pecadores hayan dejado de existir, y los hombre vuelvan a vivir en armonía con Dios y su medio ambiente renovado…un verdadero retorno al paraíso terrenal, sin contaminación y sin una flora y fauna degradadas.

El reino de Dios es una propuesta de un mundo ideal, utópico, paradiasíaco, donde la humanidad sentirá los beneficios del reinado de la justicia, donde no habrá finalmente violencia, injusticias, guerras, miserias, taras genéticas, desiertos extremadamente áridos, enfermedades incurables, desempleo, y otros males que aquejan a la humanidad en el presente. Será el reinado del mismo Hijo de Dios y sus santos sobre toda la humanidad por espacio de diez siglos, y luego seguirá el reino eterno del Padre.

Estas son buenas noticias en verdad, y no esa absurda y extraña creencia de una partida al cielo a través de nuestras supuestas “almas inmortales” para estar con Dios y Cristo tocando un arpa o lira dorada por toda una eternidad. Una vida de ocio en el cielo resultaría monótona y absurda, sin duda. Dios trabaja hasta hoy, y ciertamente su Hijo, y Dios puso igualmente al hombre en la tierra para que trabajara en ella, tal como Él trabaja desde los cielos. En el reino de Cristo, los salvos trabajarán, ya no con el sudor de la frente, sino como algo muy natural, sin agotarse y sin frustarse por los fracasos. Será una vida de permanente actividad para todos, pero con felicidad, y sin amarguras. La tierra realmente será restaurada como al principio, antes de la caída de los primeros padres, y los hombres comerán de los frutos que la nueva tierra les prodigará, de sus viñas, de sus campos, es decir, de sus propias cosechas, las cuales, seguramente, no serán destruidas por las plagas y la malas hierbas como sucede hoy. No habrá ya necesidad de insecticidades que puedan provocar el cáncer y la muerte a los hombres. Todo será bendito, pues será un mundo nuevo, regenerado, y restaurado como en el principio, antes de la caída de los primeros padres. Esto no es dificíl de creer, pues nada es imposible para Dios. El dio la tierra a los hombres, y no en vano la creó, sino para ser habitada la diseñó.

El mensaje de Cristo es precisamente éste, que el hombre puede ser restaurado en su habitat original sin las maldiciones que se traducen en el sufrimiento y la muerte de todo ser vivo.

El tema del reino es fundamental en la prédica de Jesús, y es la razón de ser de su venida (Lc. 4:43). El se esmeró en que la gente creyera en este mensaje esperanzador, y que a través de la fe, los hombres puedan entrar nuevamente en ese mundo ideal y maravilloso.

Este nuevo mundo significará la salvación de los hombres, un mundo donde la humanidad tendrá finalmente el don de la inmortalidad, cuando sus cuerpos sean cambiados por su Majestad, el Señor Jesucristo, el Segundo Adán que regresa a gobernar en el paraíso restaurado para convertirse en el ”padre eterno” (es decir, “el padre de la era venidera”) de los salvos. ¿Le cuesta a usted mucho creer en este mensaje? ¡A mí no!

jueves, 30 de julio de 2009

EL NIÑO QUE ENTREGÓ UN MENSAJE DE VIDA


Tremendo mensaje

Todos los Domingos por la tarde, después del servicio mañanero en la iglesia, el Pastor y su hijo de 11 años iban al pueblo a repartir volantes a cada persona que veían. Este Domingo en particular, cuando llegó la hora de ir al pueblo a repartir los volantes, el tiempo estaba muy frío y comenzó a lloviznar. El niño se puso su ropa para el frío y le dijo a su padre, ‘OK, papá, estoy listo’.

Su papá, el Pastor, le dijo, ‘Listo para qué?’

‘Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.’

El papá respondió, ‘Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando.’

El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, ‘Pero Papá, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.’

El Papá contestó , ‘Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.’
Con desespero, el niño dijo, ‘Papá, puedo ir yo solo? Por favor?
Su padre titubeó por un momento y luego dijo, ‘Hijo, tú puedes ir.
Aquí tienes los volantes, ten cuidado.’
‘Gracias papá!’

Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.

Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último volante, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces él se viró hacia la primera casa que vio, caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.


Finalmente el niño se volteó para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteó nuevamente hacia la puerta y comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.
Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó,
‘Qué puedo hacer por ti, hijo.’


Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo, ‘Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que *DIOS REALMENTE LA AMA* y vine para darle mi último volante, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR. El niño le dio el volante y se fue.


Ella solo dijo, ‘GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.’


Bien, el siguiente domingo por la mañana el pastor estaba en el púlpito y cuando comenzó el servicio preguntó, ‘Alguien tiene un testimonio ó algo que quiera compartir?.


Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

‘Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo pasado no era Cristiana. Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón; ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir. Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre de la puerta. Entonces pensé, ‘Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá’.

Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona comenzó a golpear la puerta con fuerza.


Entonces me pregunté, QUIEN PODRÁ SER? Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme! Solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.

Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh, nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín , ‘SEÑORA , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.’

‘Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante. Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga. Ya no las necesitaría más.. Como ven ahora soy una hija feliz del REY. Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, yo vine personalmente decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.’

Todos lloraban en la iglesia. El Pastor bajó del pulpito hasta la primera banca del frente, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su hijo en sus brazos y lloró incontrolablemente.

Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.

Dios bendiga tus ojos por leer este mensaje. No permitas que este mensaje muera de frío; después de leerlo, pásalo a otros.


Recuerda, el mensaje de DIOS puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien cerca de ti…


¡! Que Dios te bendiga siempre ¡!

domingo, 10 de mayo de 2009

CONFUNDIENDO EL MENSAJE CON EL MENSAJERO



Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Una seria confusión reinante


Una de las cosas que me preocupa mucho es que la mayoría de los cristianos confunden el mensaje que Cristo proclamó con su misma persona, es decir, que el mensaje es Cristo mismo y no lo que él anunció por mandato de Su Padre. Tenemos que distinguir que hay dos cosas distintas y fundamentales en las Escrituras:


a) Hay un personaje central que es Jesucristo.
b) Hay un mensaje central que es el evangelio del Reino.

Así que mientras se confunda al personaje clave con el mensaje central estaremos perpetuando un error que puede costarnos la salvación.

En Hechos 10:36 Pedro dice: “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos”. Este pasaje es más que contundente para demostrar que el mensaje de Dios no es Cristo mismo sino el evangelio de la paz que fue dado a conocer POR MEDIO de Jesucristo. Sí, Jesucristo vino a predicar el mensaje o evangelio de la paz a los suyos, pero no a sí mismo. Sin embargo, como veremos más adelante, el mensaje de Dios lo involucrará a él mismo como el PERSONAJE CENTRAL de todo el anuncio.

El mismo Señor Jesús revela que Su Padre lo envió precisamente para anunciar el evangelio del reino, que es el evangelio de la paz venidera para todos los pueblos. En Lucas 4:43 Jesús revela el propósito central de su venida: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios PORQUE PARA ESTO FUI ENVIADO”. Sí, Jesús fue enviado a predicar el evangelio del reino de Dios, para que todos aquellos que lo crean puedan salvarse. Pablo dirá luego: “No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que lo cree, al Judío primeramente y también al Griego” (Romanos 1:16). Así pues, el mensaje de Cristo, su evangelio del reino, tiene poder para salvar a los que lo abrigan con fe. Pero,

¿Es que acaso no es necesario tener fe en Jesucristo?

Claro que es necesario tener fe en Jesucristo, puesto que el evangelio del reino involucra a su rey Jesucristo, el Soberano que lo hará realidad cuando vuelva a la tierra muy pronto.

Definitivamente uno no puede entrar en el reino sin creen en Jesucristo, el rey designado, el ungido de Dios. Si uno no cree en Jesucristo como el enviado del Padre, como el rey de ese reino que proclamaba, no puede ser salvo. En Juan 2:23 se nos dice que muchos creyeron en SU NOMBRE (Jesucristo), es decir, que creyeron que él es el Cristo, El Mesías, el rey del reino que proclamaba en reino venidero de justicia.
A la pregunta de Jesús acerca de quién era él, Pedro responde iluminadamente: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Mateo 16:15,16), y Jesús le responde que él es bienaventurado por su confesión de fe. El había reconocido y creído que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios, el verdadero Cristo—Cristo Jesús!

¿Podemos decir que Cristo es parte del anuncio o Evangelio de Dios?

Definitivamente. El evangelio completo es el reino de Dios y su rey, Jesucristo. En Marcos 1:1,14,15 Jesús llama a su anuncio del reino—El evangelio— ¿pero dónde dice Jesús aquí que él es parte de su evangelio? La respuesta la encontramos en 1 Corintios 15, donde Pablo declara que el evangelio es PRIMERAMENTE (no exclusivamente) Jesús crucificado, muerto, sepultado y finalmente resucitado al tercer día. Pero Pablo no estaba ignorando el Reino de Dios como parte del evangelio único que El Señor había estado anunciando desde el mismo comienzo de su ministerio, pues en los versos 45-50 de la misma carta a los Corintios, él vuelve a hablar del reino como la meta del cristiano una vez que sean transformados.

El Reino y el nombre de Jesucristo

No es de extrañarse que la predicación del evangelio de los discípulos de Jesús se circunscribiera a Jesús mismo y su reino glorioso venidero. Vemos unos pasajes:
Hechos 8:12: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres”.
Hechos 19:4, “Diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo… habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios”.

Hechos 20:21,25: “Testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo… Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro”.

Hechos 28:23: “Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas”.

Hechos 28:31: “predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento”.

Nótese que en todos estos textos, el reino de Dios no estaba ausente de la predicación apostólica. El reino de Dios era anunciado de la mano con la persona y obra de Jesucristo, pues la única forma de entrar por la puerta principal del reino es a través de la única puerta presentada en las Escrituras que es Cristo, nuestro Señor. Y es que si él no hubiera vencido y resucitado den entre los muertos vana hubiera sido nuestra fe, y aún estaríamos condenados a la perdición eterna. Así lo explica Pablo en 1 Corintios 15:17: “Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados”.

Creer en el Reino de Dios es un prerrequisito para ser bautizado

Las Escrituras nos dicen que el reino y en el nombre de Jesucristo son los dos asuntos fundamentales que el cristiano potencial debe creer para poder ser bautizado y así ser salvo (Ver Hechos 8:12). Recuérdese que los que fueron bautizados serían salvados (Véase Hechos 2:38-47). Así que es importante que usted crea en el nombre de Jesucristo, ¡pero también en el reino de Dios para que usted sea salvo y parte del cuerpo de Cristo! ¿Pero cuántos de los que se bautizan hoy dentro del catolicismo y del protestantismo hay creído en el reino original de Cristo antes de ser bautizados? Casi nadie! Los más de los que se han bautizado no tienen ni la más mínima idea de lo que es el reino de Dios, y si hay algunos que la tienen, muchas veces dista mucho en parecerse al reino que Cristo proclamó desde el inicio y hasta el final de su ministerio (Marcos 1:1,14,15-Hechos 1:3,6,7). Este es un asunto muy serio en verdad y no es una cosa de juego o un capricho de alguno que aparece por allí en internet bajo el nombre de “Apologista”.

¿Cuán a menudo escucha y predica usted algo sobre el Reino de Cristo?

Ahora es oportuno preguntarle, ¿cuándo fue la última vez que usted escuchó a su pastor o evangelista predicar un sermón completo sobre esta parte importante del evangelio salvador llamado ‘el evangelio del reino de Dios’? ¿Y cuándo fue la última vez que usted predicó el evangelio del reino de Dios a un amigo, conocido o pariente? Las preguntas son de suma importancia, puesto el reino de Dios debe ser creído junto con la persona de Jesús para ser salvo. La dosis curativa o salvadora es una cuchara completa de remedio, ¡no una cucharita! Si el Doctor nos manda una dosis completa para la salud total, ¿seremos tan irresponsables como para darle al enfermo sólo la mitad de la dosis? ¡Usted puede ser finalmente el corresponsable de la muerte de esa persona por su descuido o negligencia y terminar sentenciado a cadena perpetua!
Este blog cumple con predicar el Evangelio del Reino

Incontables horas de estudio y meditación han sido dedicadas por vuestro servidor para “acelerar” un poco la venida del Señor, quien dijo que primero debía anunciarse su evangelio del reino antes de que él pudiera volver en poder gloria a este mundo caótico y enfermo (Mateo 24:14). Sí amigos, este blog está orientado a proclamar la cercanía del reino de Dios, el gobierno divino en la tierra en la persona de Jesucristo; un nuevo orden ideal para todos los hombres de buena voluntad, sin importar raza, edad, clase social, o sexo.

Es hora de que despertemos todos del letargo espiritual, del sopor satánico que ha causado que el evangelio de la gloria de Cristo no brille en su real dimensión, y en muchos casos, ni siquiera brille aunque sea un poquito en la predicación contemporánea. Es hora de que retomemos el mensaje de Cristo que es el Reino de Dios tal como lo presentan las Escrituras, y no trucada por la maniobra de teólogos apóstatas que todo lo alegorizan o espiritualizan para su propia conveniencia. Responsable de este letargo generalizado es sin duda la iglesia Caótica, Apostatólica, y Romana a través de los escritos de Agustín de Hipona y otros llamados “Santos” de la iglesia Universal.

Venga Tu Reino…Buscad el Reino de Dios… (Mateo 6:10,33)

lunes, 4 de mayo de 2009

MENSAJE DE APOLOGISTA PARA ESTE MES DE MAYO




Estimados correligionarios y detractores por igual:

Me siento muy contento de la tremenda acogida que viene teniendo mi blog Apologista Unitario Sociniano, y por los numerosos e-mails que vengo recibiendo a diario de gente ansiosa de conocer más sobre el verdadero evangelio que es el Reino de Dios. Claro que también recibo e-mails de personas que me lanzan “piropos” de mal gusto, como si fuera un verdadero enemigo de Cristo o un vil apóstata endemoniado. Realmente yo no puedo y no debo congraciarme con todas las personas que se consideran cristianas, sino sólo con el Señor Jesucristo, quien encargó a sus seguidores fieles a predicar a todo el mundo habitado su único evangelio que es el reino de Dios. Recuerden lo que Pablo les dijo a los Gálatas: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre” (Gál. 1:8-11).

Sin embargo, es muy triste que millones de llamados cristianos estén aceptando “man made gospels” como si fueran del cielo, cuando en realidad son inventos truculentos y encandiladores del demonio que conducen a la perdición total. El diablo sabe muy bien que el evangelio original, que es el reino milenario de Cristo, y su muerte, sepultura y resurrección al tercer día, puede salvar a todos los potenciales creyentes si lo abrigan por fe (Romanos 1:16). Por esto Pablo advirtió a sus correligionarios a que se mantuvieran alertas frente a los mensajes o evangelios distintos que nada tienen en común con las Buenas nuevas de Cristo. Es para este fin que este blog existe, para mantenerlos alertas denunciado a los falsos maestros que vienen arrebatando ovejas del Señor para conducirlas con engaños (o falsos evangelios) al matadero.

Es increíble que aún persistan muchos llamados cristianos que no le den importancia al evangelio del reino, al seguir creyendo insistentemente en éste es simplemente la Buena Nueva del perdón de nuestros pecados, o la promesa de ir al cielo por la eternidad, o también la prosperidad material para todos los fieles hoy, o bien el evangelio social del catolicismo,… ¡pero no el evangelio del reino!

Algunos aún creen que el evangelio del reino es un mensaje de los “Testigos de Jehová”, cuando en realidad el reino de Dios es una esperanza creída desde los primeros cristianos y por los Judíos antes que ellos. El mensaje del reino no es propiedad de ninguna denominación religiosa, ya sean éstos Testigos de Jehová, cristadelfianos, iglesia de Dios Unida, iglesia de Filadelfia, o la iglesia de Dios del Séptimo día. Es definitivamente de propiedad divina, de Dios, quien se lo encargó a su Hijo Jesucristo para que lo predicase a su pueblo (Lucas 4:43) y luego al mundo entero (Mt.24:14).

Creo que mientras la iglesia postergue la predicación del reino a los pueblos, ella estará igualmente postergando la venida de Cristo al mundo, pues el Señor mismo dijo que antes de que viniera el fin (es decir, su venida en gloria), su evangelio sería proclamado como testimonio a todas las naciones.

Me alegra pues muchísimo de que este blog esté contribuyendo a “acelerar” la venida del Señor, dando a conocer a más personas el evangelio del reino tal como Jesús lo mandó. Cada vez que alguien lee alguno de nuestros artículos del reino, hacemos posible que el Señor esté más listo para volver a nuestra tierra decadente y moribunda para restaurar todas las cosas. No es oyendo lo que predican Carlos Cash Luna, Benny Hinn, Kenneth Copeland, Cindy Jacobs, Morris Cerullo, Pat Robertson, y a muchos otros falsos evangelistas famosos como lograremos ver a Jesucristo venir en nuestro “life-time”, sino escuchando, buscando y pidiendo el reino de Dios todos los días (Mateo 6:10,33).

Nuevamente les agradezco a todos ustedes por su preferencia al entrar por primera vez, o regularmente, a este singular blog el cual ha tenido el mes pasado un aumento de un 25% en visitas, un significativo aumento considerando que éste es un blog donde los unitarios somos aún una minoría… ¡los “apéstatas” de este mundo!

Así que a predicar el evangelio del reino para que nuestro Señor venga mucho más pronto de lo que pensamos.

Vuestro Servidor,

Ingº Mario A. Olcese (Apologista)




viernes, 10 de abril de 2009

EL MENSAJE CENTRAL DE CRISTO



Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

Muchos creyentes en Jesucristo parecen aún ignorar que su Señor vino a predicar un mensaje de parte de Dios Padre a la humanidad toda. El mensaje de Cristo es llamado también “el evangelio” en diferentes partes de la Escritura. Pero lo importante es resaltar que Jesús reveló que fue enviado puntualmente para PREDICAR EL EVANGELIO DEL REINO. Sólo basta leer lo que él mismo dijo en Lucas 4:43: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios, porque para esto he sido enviado”. Con estas palabras se despejan todas las dudas que se tienen de la verdadera razón de la venida del Hijo de Dios al mundo, pues todavía los cristianos siguen divididos en este punto vital. Algunos nos dicen que Cristo vino a salvarnos, y otros sostienen que él nació para enseñarnos normas de conducta, o bien para morir en la cruz del calvario para finiquitar las exigencias de la ley de Moisés y darnos esperanza de vida eterna. Y aunque estas confesiones no están lejos de la verdad, lo cierto es que Jesús reveló que fue enviado para anunciar el evangelio o mensaje salvador DEL REINO para todos los hombres de buena voluntad que están hambrientos de Dios (Rom. 1:16).

El Mensaje en las Parábolas

Tan crucial es el mensaje o evangelio de Cristo que éste aparece como el tema central de todas sus parábolas. De allí que las parábolas se las conozca como “las parábolas del Reino”. Sin duda, las parábolas fueron reservadas para los discípulos, y a ellos se les reveló mucho de su significado. Las parábolas fueron y serán la clave para entender todo lo que Jesús se ha propuesto hacer en este mundo cuando regrese. Entonces los discípulos verán que las promesas de Jesús en torno a su reino se harán efectivas, por fin. El cristiano debe investigar todo lo que las parábolas nos enseñan y predicarlas a todos los potenciales creyentes.

La frase “Reino de Dios” aparece en el evangelio de Marcos 14 veces; en Lucas, 32 veces; en Mateo, 4 veces y 32 veces “el reino de los cielos”. Por cierto que también “el reino de Dios” aparece en el evangelio de Juan, como en Juan 6:33.

Segundo Galilea nos dice en su libro “El Reino de Dios y la liberación del hombre, pág 10, así: “El Reino de Dios es el tema central de la Biblia, y su hilo conductor”. Ireneo, Obispo de Lyon (185 DC) nos dice en su obra “Contra las Herejías”, lo siguiente: “…y en su segunda venida les dará a los suyos un lugar en su reino”.

Clemente Romano (96 DC), segundo obispo de Roma, escribió en su segunda epístola, lo siguiente: “Si entonces hacemos lo que es justo a la vista de Dios, entraremos al reino, y recibiremos las promesas…esperemos cada día y hora el Reino de Dios en amor y rectitud.”

El teólogo George Eldon Ladd nos dice en su prólogo de su libro “El Reino de Dios”, lo siguiente: “Nuestro Señor Jesús dedicó gran parte de su ministerio público a la enseñanza del reino de los cielos. Este tema es aún hoy día un mensaje importante para el hombre dondequiera que éste se encuentre”.

También G.E. Ladd nos dice en la página 13 del mismo libro, lo siguiente: “El tema de la venida del Reino de Dios fue lo central de la misión de Jesús.”

El mismo Papa Juan Pablo II dijo en una ocasión sobre el Reino de Dios, así:

“Nosotros, que ahora formamos la iglesia de Cristo sobre la tierra, deberíamos encontrarnos en la dimensión de la verdad del Reino de Dios: Cristo ha venido para revelar este reino y para introducirlo en la tierra, en cada lugar de la tierra en los hombres y entre los hombres…” (15 Febrero de 1980).

Will Durant, erudito en historia, dice:

¿Qué quiso decir él (Jesús) por el Reino? Un cielo sobrenatural? Aparentemente no, porque los apóstoles y los cristianos primitivos esperaron unánimemente el reino terrenal. Esta era la tradición Judía que Cristo heredó; y él enseñó a sus seguidores a orar al Padre, “Venga tu reino, sea hecha tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo”.

Louis Berkhof dice que mitad de la iglesia era amilenaria durante el segundo y tercer siglos, pero no da prueba de ello. No hay evidencia de que la iglesia fuese amilenarista en su creencia. Tanto Clemente de Roma (30-95 DC), Bernabé, Ignacio (35-107 DC), Policarpo (70-155 DC), Papías (80-163 DC), Justino Mártir (100-164 DC), Ireneo (130-202 DC), Tertuliano (160-220 DC), Hipólito (murió en el 236 DC), Cipriano (195-228 DC), Comodiano (tercer siglo), Nepo (tercer siglo) y Lactancio (240-330 DC) fueron Premilenarios.

El historiador, Edward Gibbon (1737-1794), también confirma que el milenarismo o chiliasmo ( o la creencia del reino de mil años literales en la tierra) fue la creencia de la iglesia primitiva de los 3 primeros siglos. El escribe: “La seguridad de semejante milenio fue cuidadosamente inculcado por una sucesión de padres desde Justino Mártir e Ireneo, quien conversó con los discípulos inmediatos del apóstol, hasta Lactancio, que fue preceptor para el Hijo de Constantino. Aunque puede que no fuera universalmente recibido, parece que fue el sentimiento reinante de los creyentes ortodoxos.



En vista de todos estos testimonios, ¿por qué la mayoría de las iglesias hablan muy poco o nada sobre el evangelio del Reino?

www.yeshuahamashiaj.org (Inglés y Español)

jueves, 8 de enero de 2009

MENSAJE DE APOLOGISTA PARA ESTE MES DE ENERO DEL 2009



Estimados correligionarios y detractores que visitan mi blog regularmente:

Quiero desearles a todos ustedes un feliz año 2009 y que frente a la presente dura crisis mundial el Señor les provea de trabajo y salud para afrontar los meses difíciles que se avecinan.

Sin duda alguna estamos viviendo tiempos tristemente emocionantes, pues vemos que las profecías del Antiguo Testamento y las de nuestro Señor Jesucristo se están cumpliendo a pasos agigantados. Todos los eventos catastróficos que estamos contemplando con nuestros propios ojos no nos dejan dudas de que el Señor Jesucristo vendrá muy pronto a este mundo para restaurar todas las cosas a través de su reinado milenario mundial desde Jerusalén. Como los dolores de parto de la mujer encinta que van en aumento, y que anuncian la pronta “aparición” del hijo esperado, así los dolores de parto de nuestro mundo que van agudizándose día a día nos anuncian la pronta venida del Hijo esperado, el Señor Jesucristo.

Los estudiantes de las profecías bíblicas están replanteando sus antiguas creencias con respecto al anticristo y están dirigiendo su atención hacia otra dirección en vista de que Europa ya no representa mayor peligro para nuestro mundo. Sí, más y más estudiantes de la profecía están dirigiendo su atención hacia el Medio Oriente, y están esperando, ya no a un anticristo europeo, sino uno oriundo del Medio oriente, probablemente de la región Mesopotámica, y puntualmente, de Irak. Todo apunta al hecho de que los “diez dedos” de Daniel y los “diez cuernos” de Apocalipsis y Daniel que se levantarán en los días finales contra el pueblo santo, no saldrán de la Unión Europea— que por otro lado está conformada por veinte naciones y no diez— sino del Oriente Medio, como bien se puede comprobar leyendo el Salmo 83. Los estudiantes de la profecía pasaron por alto por mucho tiempo este Salmo que nos presenta precisamente diez reinos del Oriente Medio que se unirán para intentar aniquilar a Israel.

Este blog es un sitio que orienta al lector neófito de las Santas Escrituras y le brinda una visión panorámica y un nuevo entendimiento de los eventos mundiales a la luz de la palabra profética, pues nosotros seguimos fielmente el consejo de Pedro que dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19).

Nosotros creemos sinceramente que sin las profecías de las Escrituras la humanidad entera estaría en tinieblas, y la misma iglesia del Señor carecería de brújula y de horizonte en su derrotero piadoso. Las Escrituras nos dicen que sin profecía el pueblo se desbanda, se pierde, o se desorienta, por eso se hace cada vez más imperioso estar atentos a ella. (Prov. 29:18).

Viendo los cristianos fieles todos estos preocupantes eventos mundiales, no deberían ellos porqué sentirse atemorizados y desconsolados como aquellos individuos que no tienen esperanza, ya que es harto conocido por todos los cristianos bíblicos que todos estos sucesos anuncian la pronta venida de su rey y Señor, el cual transformará sus cuerpos mortales en inmortales para así poder heredar como ”reyes y sacerdotes” el reino de su Majestad, el Señor Jesucristo. Ellos recuerdan siempre las palabras del Señor Jesucristo, quien dijo: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).

Así que amigos, manténganse atentos a este blog para que puedan entender aún más el significado de los eventos que están tomando lugar hoy en el mundo entero, y en especial, en el Oriente Medio, que es la región donde las profecías bíblicas se enfocan principalmente.

Su Servidor,

Apologista

miércoles, 5 de noviembre de 2008

MENSAJE DE APOLOGISTA PARA ESTE MES DE NOVIEMBRE



Estimados amigos visitantes a mi blog “Despierta Conciencias”:

Como siempre les agradezco muy de veras vuestra preferencia por este blog, el cual anuncia y proclama fundamentalmente la pronta llegada de Jesucristo y la restauración de su reino en la tierra, el cual traerá la verdadera paz y justicia para todos.

Hoy los hombres viven angustiados por las cosas que están ocurriendo en la tierra porque obviamente todas las noticias parecen ser cada vez más desesperanzadoras. Hay guerras, hambres, terremotos, desastres naturales, crisis económica, conflictos étnicos, amenazas de una conflagración generalizada, etc, etc. Sin duda los dolores de parto se agudizan en la medida que el día del alumbramiento se va acercando, y todo indica que el Señor Jesús, el Hijo de Dios, está por venir al mundo nuevamente, cuando las angustias y los dolores del mundo hayan llegado a su colmo.

Estados Unidos está pasando por el peor momento de su historia, y están pagando el justiprecio por sus disipaciones, dispendios, negación de Dios, violaciones de las leyes divinas, materialismo, apostasía, y lo peor, por su postura ambigua para con el pueblo de Israel. Los estadounidenses dicen ser fieles aliados de Israel y de sus líderes, pero por otro lado han estado presionándolos para que hagan concesiones a los árabes para entregarles tierras que pertenecen celosamente a Dios. Y de allí que asombrosamente la mano de Dios se haya deja sentir más pesadamente en estos últimos cinco años con el aumento de los desastres naturales, y ahora, con la presente crisis económica que los está agobiando. Los pueblos necesitan saber que la solución de los problemas de un país comienza cuando sus gobernantes deciden vivir piadosamente, temiendo a Dios. Siendo ellos el buen ejemplo a seguir, podrán igualmente exigir al pueblo el mismo proceder, y aquellos que no se quieran ajustar a las leyes establecidas, tendrán que ser severamente sancionados.

Los Estados Unidos dieron radicalmente la espalda a Dios cuando prohibieron la religión en las escuelas, y se esmeraron por enseñar la perniciosa y diabólica teoría de la evolución, la cual convierte al hombre en un mero simio evolucionado, disímil de la imagen y semejanza de Dios. Al negar los evolucionistas a Dios, automáticamente negaron la existencia de leyes morales y divinas a seguir. Debido a la evolución, los hombres ahora pueden ver a sus semejantes como meros simios “superiores” a quienes pueden oprimir y hasta matar sin remordimiento alguno, porque finalmente deben sobrevivir los más aptos. Por tanto, la verdadera solución a los problemas sociales comienza con un retorno a Dios como Padre y Creador, y a la aceptación de sus preceptos divinos que fueron una vez dados en el Sinaí a Moisés.

Este blog, como dije al comienzo, tiene como interés supremo y primordial anunciar a los pueblos que la humanidad tiene esperanza para sobrevivir, y esa esperanza está en Jesucristo y su reino de justicia. Para mí, el Reino de Dios es mi tema favorito, y de hecho, es el tema central de la Biblia, y el verdadero EVANGELIO de Cristo (Mt. 24:14). Fue también lo primero (Mr. 1:1.14,15) y lo último (Hechos 1:3,6) que anunció Jesús mientras estuvo entre nosotros, y asombrosamente es lo que menos se anuncia o predica hoy en las iglesias y ministerios cristianos . El Reino de Dios ha quedado rezagado en un tercer plano, o como si fuera algo “muy judío”.

Siendo que el Reino de Dios no es tan sólo el tema central de la Biblia, y el EVANGELIO salvador, sino también la razón primordial de la venida de Jesucristo al mundo (Lucas 4:43), he decidió abrir ESTE blog que trata EXCLUSIVAMENTE de este tema para que los que deseen saber más al respecto puedan empaparse lo suficiente como para creerlo y abrazarlo con amor y fe sólida. Y es que el evangelio (del Reino) es poder de Dios para SALVACIÓN para todo aquel que CREE, ya sea Judío o Griego (Romanos 1:16).

EL MENSAJE DE JESÚS: ¿LO HA OÍDO USTED ALGUNA VEZ?

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Cristo, El Portador de un Mensaje del Cielo

Muy pocas personas, que se dicen cristianas, tienen el conocimiento exacto del mensaje que Cristo trajo para la humanidad hace dos milenios. Los más de los “cristianos” suponen que Cristo sólo vino a morir por los pecadores y así hacer factible el ingreso al cielo de ellos, una vez que se hayan arrepentido de sus pecados y hayan recibido el bautismo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Éstos no tienen ni la más mínima idea de que Cristo fue el Portador de “Buenas Noticias (= ‘el Evangelio’ o “el Mensaje”)” por parte de Su Padre Dios (Hechos 10:36). Trágicamente, la mayoría de sus “seguidores” no tiene ni la más mínima idea de que su Líder y Maestro comenzó su ministerio con un anuncio divino (Marcos 1:1,14,15), uno que era muy importante procedente del mismo Dios Padre para los seres humanos. Nótese que Dios envió a su pueblo un mensaje por intermedio de Jesucristo (Hechos 10:36). Además véase que este mensaje es equivalente al ‘evangelio de la paz’ (Hechos 10:36). También Jesús dice en Lucas 4:43: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio (“el Mensaje”) del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.” Jesús dice que es necesario que él predique el mensaje o el evangelio del reino a todas las ciudades, pues esa es la razón por la que Su Padre lo engendró en María. Jesús nació para anunciar el mensaje de Dios. Es decir, para proclamar el Mensaje Divino---¡Ésta fue la razón de su vida en la tierra!

El Mensaje o El Evangelio del Reposo Milenario

En Hebreos 4:2-4 leemos claramente lo siguiente: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva (el “mensaje” o el “evangelio”) como a ellos; pero no les aprovechó oír la palabra, por no haber ido acompañada de fe en las que la oyeron. Pero los que hemos creído (en el evangelio o el mensaje) entraremos en el reposo...” Pero Pablo también habla de que “entraremos al reino” en Hechos 14:22, lo que significa que “entrar en el reposo del Señor” y “entrar al reino de nuestro Dios” son expresiones equivalentes.
Observemos que la “buena nueva” (“el mensaje” o “el evangelio”) tiene que ver con el “entrar en el reposo de Dios” prefigurado por el séptimo día o “séptimo milenio” que es símbolo del reinado milenario de Cristo en la tierra (Hebreos 4:4)(Apocalipsis 20:4,5). “El reposo de Dios” es, pues, equivalente al reino de Dios, el cual que se inaugurará en la tierra con la Segunda Venida de Cristo---el Rey del reino. Sí, la meta del cristiano será ingresar al reposo de Dios, el cual será cristalizado cuando Cristo inicie su gobierno en el mundo (Mateo 25:31,34, 2 Pedro 1:5-11; Apocalipsis 5:10). Para mayor información sobre la naturaleza del reino de Dios solicite los artículos: “Las Buenas Nuevas de Jesucristo”, también “El Reino de Dios”, “Venga Tu Reino. Hágase tu voluntad...así también en la Tierra.”

En Marcos 1:1 leeremos sobre el comienzo o “principio del evangelio (o “del mensaje”) de Jesucristo”. En los versos 14 y 15 leemos: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio---o mensaje--- del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentios, y creed en el evangelio (=en el mensaje)”.

El Mensaje o El Evangelio de la Paz

Como podemos ver, hay un mensaje o buenas noticias que se llama “el reino de Dios”. Este “reino de Dios” tiene que ver con la paz, pues se le llama también “el evangelio o mensaje de la paz” (Hechos 10:36, Efesios 2:17). Veamos lo que dice Hechos 10:36: “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando EL EVANGELIO DE LA PAZ por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos.” Esta paz comienza con la reconciliación (justificación) del hombre con Dios. En Romanos 5:1 leemos claramente lo siguiente: “Justificados pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”(También Colosenses 1:20). Sí, es a través de Jesucristo que tenemos la buena nueva o el mensaje de la justificación o reconciliación con Dios. El hombre tiene ahora la oportunidad de acercarse a Dios para ser perdonado a través del sacrificio expiatorio de Jesucristo. ¡Este es el mensaje de la reconciliación o de la paz traído por Jesucristo! “Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15).

Pero también recordemos que el evangelio de la paz se relaciona con el reino de la paz de Cristo. El profeta Isaías, capítulo 9, y en los versos 6 y 7 dice: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro, y se llamará... Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y de la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino...”.

El Mensaje o también El Evangelio de la Salvación

El Apóstol Pablo les dice a los hermanos de Éfeso, lo siguiente: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.” Nótese, pues, que Jesús trajo un mensaje salvador. Éste es un mensaje de paz y de salvación relacionado con algo llamado “el reino de Dios”. Sin este reino de Dios, no se consumará toda la paz y la salvación de Dios. Pero repito, esta paz y salvación comienza en el momento que el pecador acepta el mensaje de Cristo, y lo hace suyo (Romanos 5:1). Luego, el pecador se arrepentirá de sus pecados pasados e iniciará una relación íntima con Dios de plena comunión como un hijo adoptivo de Él. Así estará en el camino al Reino de Cristo. La verdad de que el evangelio o el mensaje de Cristo tiene poder para salvar la encontramos en Romanos 1:16. Aquí Pablo dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.

Obviamente sin Cristo y su mensaje el hombre no puede alcanzar el perdón de sus pecados, y por tanto, su salvación. Para entender lo que es la salvación, pida gratis mi artículo: “La Salvación---¿Qué Significa?”. Pero le daremos un resumen de lo que esta salvación significa: Es entrar al reino venidero de Dios con vida eterna. Esta conclusión se extrae del diálogo del joven rico con Jesucristo de Mateo 19:16-25. Allí encontrará usted tres frases: “vida eterna”, “Reino de Dios”, “podrá ser salvo”. Pero esta es la consumación de la salvación, pues recuerde que ella comienza con nuestra reconciliación con Dios, por el perdón de los pecados pasados (Mateo 1:21).
El Mensaje o El Evangelio de la Gracia

Otro nombre que recibe el mensaje de Cristo es “el evangelio de la gracia.” Leemos en Hechos 20:24 lo siguiente: “...para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. Pablo dice al respecto, lo siguiente: “Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.” (Hechos 15:11).

La “gracia” tiene que ver con la buena voluntad y misericordia de Dios. Gracia tiene relación con la gratuidad, es decir, que podemos ser salvos porque Dios así lo quiso sin que nosotros tengamos que hacer “obras muertas” para alcanzarla. Ya no se requiere hacer penitencias, indulgencias, sacrificios, y cosas como éstas. Ahora se requiere de fe en la sangre de Cristo y comprender el significado de su sacrificio en la cruz por nosotros. Es interesante lo que dice Pablo a los romanos:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su GRACIA, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso por propiciación por medio en la fe en su sangre, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia al que es de la fe de Jesús. (Romanos 3:24-26).

Dios nos salva por los méritos de su Hijo, no por los nuestros. Nuestras obras y dinero no pueden “comprar” el perdón de nuestro Dios. Nadie podrá decirle a Dios: “Mira, yo he sido adúltero, pero también doné mucho dinero a los pobres” o “Mira, yo fui depravado sexual, pero fui un buen hijo, buen hermano, buen amigo, buen ciudadano, leal, respetuoso, culto, reservado, prudente, etc.” No, esto no salva a nadie. Lo que salva es el perdón que recibimos de Dios a través de Su Hijo por la fe. Nadie, pues, se justificará ante Dios por sus obras sin la fe en Jesús. Dice Pablo: “¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. Por cuál ley?¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.” (Romanos 3:27). Pero tampoco nadie podrá justificarse ante Dios diciendo que creyó en Cristo y su sacrificio, y no obstante siguió pecando como los incrédulos. Dice Pablo como sigue: “¿Qué, pues, diremos? Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1,2).

El Mensaje o El Evangelio de la Gloriosa Resurrección de Jesús

Leemos en Hechos 13:32 que el Apóstol Pablo dice: “Y nosotros también os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jesús...” Y en 1 Corintios 15:1-6 Pablo es claro cuando dice: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis...porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció más de quinientos hermanos...” También leemos que Pablo le dice a Timoteo: “Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio” (1 Timoteo 2:8).

Este hecho es muy importante, y se constituye en una buena noticia para todos los cristianos---¿Por qué? Pablo responde a esta interrogante, diciendo: “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana también es nuestra fe...y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (1 Corintios 15:14,17,20).

No sólo la muerte de Cristo para la salvación de los pecadores constituye una buena noticia, sino también su resurrección de entre los muertos.

El Mensaje o El Evangelio de la Inmortalidad

Dice San Pablo en 2 Timoteo 1:10: “...por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio”. Sí, Jesús vino para predicar ‘el evangelio de la vida y de la inmortalidad’. Y ciertamente él vino a traer un mensaje de daba vida---¡pero vida inmortal!. Los hombres, tarde o temprano, tienen que morir, lo cual no es un suceso grato por cierto. No obstante, Jesús habló de “muertos vivientes” que sepultan a otros muertos (Lucas 9:60). Pero el mensaje de Dios, por intermedio de Cristo, es que los “muertos vivientes” pueden tener vida abundante en Cristo (Juan 10:10). Jesús sacó a la luz la vida y la inmortalidad con su mensaje o evangelio. Pero muchos se resisten a creerle a Cristo y por eso siempre estarán muertos para Dios. En cambio, para Dios, los muertos (difuntos) en Cristo están vivos (Lucas 20:38), y tienen la esperanza de recibir la inmortalidad en la resurrección del día postrero (1 Corintios 15:52,53). Dice Jesús, además: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Juan 11:25,26).

El Mensaje o también El Evangelio de la gran Luz Divina

En 2 Corintios 4:4 se nos dice que el evangelio ilumina a los creyentes. Dice así Pablo: “En los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca LA LUZ DEL EVANGELIO de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. El Apóstol Juan también dice: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.” (1 Juan 1:5). El otro significado del mensaje de Cristo es que nuestro Dios y Padre es la fuente de la verdadera luz que ilumina a los hombres. Al traer Jesús el mensaje de luz de Su Padre, él mismo se convirtió en la luz del mundo. Por eso Jesús anuncia a los hombres: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8:12). Ésta, sin duda, era también una buena noticia para el mundo que andaba (...y anda) en tinieblas espirituales. Jesús aparece en la historia para alumbrar a los hombres por el camino que lleva a la vida eterna. Él también quiere que otros hombres sean luz para el mundo en su ausencia, por eso él les dice a sus seguidores: “Vosotros sois la luz del mundo...” (Mateo 5:14). Sólo Satanás está interesado en que la LUZ del evangelio no les irradie a los incrédulos---¿Cómo? ¡Cegando sus entendimientos! (Lea nuevamente 2 Corintios 4:4) Este es el plan maestro del diablo para engañar a los incrédulos---el cegar o embotar sus razonamientos con “falsos evangelios” o falsas filosofías de vida (Gálatas 1:6-9; Colosenses 2:8). Para mayor información sobre este tema acerca de las filosofías de los demonios, solicite el artículo: “Usted Puede estar Engañado por los Demonios”, es totalmente gratuito.

El Mensaje o también El Evangelio de la Esperanza

San Pablo les dice a los creyentes Colosenses, lo siguiente: “Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de LA ESPERANZA DEL EVANGELIO que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.” (Colosenses 1:23).

Notemos que Pablo habla que el evangelio es esperanza (‘el evangelio de la esperanza’)que permanece en la vida de los creyentes. Es decir, el otro aspecto del mensaje cristiano es la esperanza que viene del evangelio. El mundo vive muy desesperanzado sin Jesucristo. Las filosofías no cristianas brindan esperanzas etéreas, y de hecho, no son ‘la verdad’. Y También Pablo nos dice en 1 Tesalonicenses 4:13 que aquellos que no tienen esperanza viven tristes. Por tanto el mensaje o evangelio de Cristo alegra la vida, y le da sabor. ¿Y qué es lo que ofrece el mensaje o evangelio de Cristo para que estemos contentos? Eso lo responde Pablo a Tito con estas palabras: “En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos.” (Tito 1:2). Pero veamos lo que dice Pablo nuevamente en 1 Tesalonicenses 5:8: “...y con la esperanza de salvación como yelmo”. Aquí Pablo habla de la ‘esperanza de salvación’ y también dijo ‘esperanza de vida eterna’. Obviamente la salvación y la vida eterna están ligadas muy estrechamente, y Ambas constituyen una parte del mensaje o evangelio de Cristo.

Por su parte Pedro, el apóstol, dice: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.” (1 Pedro 1:3). Recordemos que la resurrección de Cristo es parte del evangelio, pues ella, como dijimos, garantiza nuestra propia resurrección en su segunda venida en gloria.
Otro forma de expresar esta esperanza es como está registrado en Romanos 5:2, donde Pablo dice: “...y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” Es decir, Pablo tenía su esperanza de participar de la gloria venidera del reino de Dios. Por eso Pablo dice: “A lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Tesalonicenses 2:14). La gloria, ciertamente está relacionada con el reino de Cristo, pues claramente dice en 1 Tesalonicenses 2:12: “Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria”.

Conclusión:

El evangelio o mensaje de Cristo se resume en una meta (fin) y el medio. La meta es el reino de Dios y la inmortalidad (=salvación). Para alcanzar la deseada salvación uno tiene que reconciliarse con Dios, aceptando Su mensaje. Deberá vivir ahora el creyente por la fe y en santidad de vida (este es el medio) para entrar en dicho reino o “reposo de Dios” cuando Jesucristo regrese por segunda vez.

http://www.yeshuahamashiaj.org/
http://www.elevangeliodelreino.org/
http://www.apologista.wordpress.com/

martes, 4 de noviembre de 2008

EL MENSAJE CENTRAL DE CRISTO


Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

Muchos creyentes en Jesucristo parecen aún ignorar que su Señor vino a predicar un mensaje de parte de Dios Padre a la humanidad toda. El mensaje de Cristo es llamado también “el evangelio” en diferentes partes de la Escritura. Pero lo importante es resaltar que Jesús reveló que fue enviado puntualmente para PREDICAR EL EVANGELIO DEL REINO. Sólo basta leer lo que él mismo dijo en Lucas 4:43: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios, porque para esto he sido enviado”. Con estas palabras se despejan todas las dudas que se tienen de la verdadera razón de la venida del Hijo de Dios al mundo, pues todavía los cristianos siguen divididos en este punto vital. Algunos nos dicen que Cristo vino a salvarnos, y otros sostienen que él nació para enseñarnos normas de conducta, o bien para morir en la cruz del calvario para finiquitar las exigencias de la ley de Moisés y darnos esperanza de vida eterna. Y aunque estas confesiones no están lejos de la verdad, lo cierto es que Jesús reveló que fue enviado para anunciar el evangelio o mensaje salvador DEL REINO para todos los hombres de buena voluntad que están hambrientos de Dios (Rom. 1:16).

El Mensaje en las Parábolas

Tan crucial es el mensaje o evangelio de Cristo que éste aparece como el tema central de todas sus parábolas. De allí que las parábolas se las conozca como “las parábolas del Reino”. Sin duda, las parábolas fueron reservadas para los discípulos, y a ellos se les reveló mucho de su significado. Las parábolas fueron y serán la clave para entender todo lo que Jesús se ha propuesto hacer en este mundo cuando regrese. Entonces los discípulos verán que las promesas de Jesús en torno a su reino se harán efectivas, por fin. El cristiano debe investigar todo lo que las parábolas nos enseñan y predicarlas a todos los potenciales creyentes.

La frase “Reino de Dios” aparece en el evangelio de Marcos 14 veces; en Lucas, 32 veces; en Mateo, 4 veces y 32 veces “el reino de los cielos”. Por cierto que también “el reino de Dios” aparece en el evangelio de Juan, como en Juan 6:33.

Segundo Galilea nos dice en su libro “El Reino de Dios y la liberación del hombre, pág 10, así: “El Reino de Dios es el tema central de la Biblia, y su hilo conductor”. Ireneo, Obispo de Lyon (185 DC) nos dice en su obra “Contra las Herejías”, lo siguiente: “…y en su segunda venida les dará a los suyos un lugar en su reino”.

Clemente Romano (96 DC), segundo obispo de Roma, escribió en su segunda epístola, lo siguiente: “Si entonces hacemos lo que es justo a la vista de Dios, entraremos al reino, y recibiremos las promesas…esperemos cada día y hora el Reino de Dios en amor y rectitud.”

El teólogo George Eldon Ladd nos dice en su prólogo de su libro “El Reino de Dios”, lo siguiente: “Nuestro Señor Jesús dedicó gran parte de su ministerio público a la enseñanza del reino de los cielos. Este tema es aún hoy día un mensaje importante para el hombre dondequiera que éste se encuentre”.

También G.E. Ladd nos dice en la página 13 del mismo libro, lo siguiente: “El tema de la venida del Reino de Dios fue lo central de la misión de Jesús.”

El mismo Papa Juan Pablo II dijo en una ocasión sobre el Reino de Dios, así:

“Nosotros, que ahora formamos la iglesia de Cristo sobre la tierra, deberíamos encontrarnos en la dimensión de la verdad del Reino de Dios: Cristo ha venido para revelar este reino y para introducirlo en la tierra, en cada lugar de la tierra en los hombres y entre los hombres…” (15 Febrero de 1980).

Will Durant, erudito en historia, dice:

¿Qué quiso decir él (Jesús) por el Reino? Un cielo sobrenatural? Aparentemente no, porque los apóstoles y los cristianos primitivos esperaron unánimemente el reino terrenal. Esta era la tradición Judía que Cristo heredó; y él enseñó a sus seguidores a orar al Padre, “Venga tu reino, sea hecha tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo”.

Louis Berkhof dice que mitad de la iglesia era amilenaria durante el segundo y tercer siglos, pero no da prueba de ello. No hay evidencia de que la iglesia fuese amilenarista en su creencia. Tanto Clemente de Roma (30-95 DC), Bernabé, Ignacio (35-107 DC), Policarpo (70-155 DC), Papías (80-163 DC), Justino Mártir (100-164 DC), Ireneo (130-202 DC), Tertuliano (160-220 DC), Hipólito (murió en el 236 DC), Cipriano (195-228 DC), Comodiano (tercer siglo), Nepo (tercer siglo) y Lactancio (240-330 DC) fueron Premilenarios.

El historiador, Edward Gibbon (1737-1794), también confirma que el milenarismo o chiliasmo ( o la creencia del reino de mil años literales en la tierra) fue la creencia de la iglesia primitiva de los 3 primeros siglos. El escribe: “La seguridad de semejante milenio fue cuidadosamente inculcado por una sucesión de padres desde Justino Mártir e Ireneo, quien conversó con los discípulos inmediatos del apóstol, hasta Lactancio, que fue preceptor para el Hijo de Constantino. Aunque puede que no fuera universalmente recibido, parece que fue el sentimiento reinante de los creyentes ortodoxos.



En vista de todos estos testimonios, ¿por qué la mayoría de las iglesias hablan muy poco o nada sobre el evangelio del Reino?

http://www.yeshuahamashiaj.org/ (Inglés y Español)

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿QUÉ MENSAJE ESTÁ USTED ESCUCHANDO EN SU IGLESIA?

Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

La pregunta: ¿qué mensaje está escuchando usted en su iglesia? equivale a preguntar, ¿qué evangelio ha creído usted para su salvación? Y es que es trágico que los más de los que asisten a la iglesia no se pregunten si lo que enseña su Pastor es lo mismo que enseñó Jesucristo y sus discípulos a sus audiencias del primer siglo. Esta pregunta es vital, porque Jesús vino a predicar un mensaje singular y divino que conduce a la vida eterna (Juan 6:68). Este mensaje es el evangelio del reino o buenas nuevas de salvación (Rom. 1:16), y se nos pide creer en este mensaje para ser salvos (Marcos 16:15,16). De modo que el evangelio verdadero salva al que lo cree de corazón. ¿Pero qué sucede cuando alguien cree en un falso mensaje o en un evangelio trucado? ¿Podrá acaso esa fe en un evangelio adulterado salvarle? Pablo fue enfático al decir: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gál. 1:6-9). Así que el asunto de resguardar el evangelio original es de vital importancia, y todo aquel que lo trastoque con evangelios espurios, son ANATEMAS, es decir, MALDITOS. Hoy estamos repletos de predicadores malditos, de siervos desleales que predican evangelios de demonios que los conducirán finalmente a la ruina total y a todos los incautos que los aceptan como verdaderos.

Parece que los Bereanos modernos escasean, es decir, los creyentes fieles y serios que se ciñen a la Palabra revelada. Hoy, los “creyentes” contemporáneos están buscando mensajes agradables a sus oídos, buenas nuevas que les ofrezcan para esta vida grandes bendiciones y no sufrimientos, comodidad y no sacrificio, placer y no desdicha, riqueza y no pobreza. Este tipo de mensajes son los que más atraen a las masas que buscan escapar automáticamente de sus miserias, o de sus actuales frustraciones, y que no están dispuestas a esperar hasta la venida de Cristo para ver sus más caros anhelos hechos realidad, o que no quieren atender primero las exigencias del Señor para la vida presente. Dice Pablo de éstos: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio” (2 Tim. 4:3-5). Aquí habla Pablo de personas que no tendrán interés por la sana doctrina, sino por los mensajes que alimenten sus liviandades. Mensajes que atizan sus avaricias, y sus deseos carnales, y no las aspiraciones espirituales imperecederas. Así, pues, millones son engañados a través de evangelios diabólicos predicados por los evangelistas de la prosperidad, de la riqueza presente, del reino ahora.

Deténgase a pensar

Es hora de que usted haga una pausa y reflexione con la Biblia en la mano si lo que enseña su pastor favorito en algún programa religioso de TV, como es el caso de “Enlace TV”, es Escritural o no. No es sabio que usted acepte automáticamente todo lo que se le dice sin antes verificarlo con la Biblia. Sólo cuando usted proceda tal como le estoy diciendo, usted se llevará una gran sorpresa al descubrir que un alto porcentaje de los mensajes que se predican hoy, jamás fueron proclamados por Jesús o cualquiera de sus apóstoles en el primer siglo. El mensaje central de Cristo, que giró alrededor de su muerte, sepultura, y resurrección al tercer día, y también en torno de su reino de justicia (sobre todo éste último), no ocupa el primer lugar en los sermones centrales de las iglesias. De hecho, el reino de Dios no es el tema de los sermones de hoy, y ni siquiera es lo primero que buscan los cristianos contemporáneos, a pesar de que Jesús nos mandó a buscarlo primeramente antes que cualquier otra cosa (Mateo 6:33). ¿Qué ha pasado con el evangelio original? ¡Simplemente no es atrayente ni “comercial”! La gente quiere vivir un reino ahora, y no en un reino utópico del futuro.

La verdad es que los predicadores fraudulentos de hoy no pueden ofrecer un reino glorioso venidero porque el reino glorioso de ellos lo pueden vivir ahora, como príncipes llenos de riquezas y comodidades. Ellos te dicen que tú puedes ser un príncipe en esta vida si “siembras tu semilla” fielmente. Para los evangelistas ricos sería una incongruencia ofrecerles a sus oyentes la gloria y las riquezas futuras del reino mesiánico, si las pueden vivir ahora y en abundancia. Esta es la razón por la que el evangelio original ha sido convenientemente sustituido por un evangelio de la prosperidad para todos hoy. Es la misma creencia equivocada que tuvieron algunos cristianos del siglo I, quienes suponían que ya estaban viviendo en el reino como reyes poderosos y ricos (1 Cor. 4:8).

¿Riquezas, hoy?

Personalmente me asombro al escuchar a los predicadores de los Estados Hundidos y de Latinoamérica (mimos de los gringos) predicar el mismo evangelio de la prosperidad, haciéndose ricos a costa de los “sembradores”, que con el cuento de la semilla, se quedan más pobres y más endeudados que nunca. Es gente que cree que Dios los llamó a ser ricos, y que la pobreza es una maldición, sin reflexionar que son los ricos muchas veces los más miserables y viciosos que existen. El dinero en exceso se puede convertir en una verdadera maldición, y esto no lo dicen los predicadores de la prosperidad. Recuerde, Jesús dice: "El engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa" (Mateo 13:22).

El Caso de Gayo

Juan le escribe a Gayo y le dice: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Juan 2-4).

Aquí vemos a un tal Gayo, cristiano, y amigo del anciano Juan. A éste, Juan le desea que llegue a ser “prosperado en todo…así como prospera tu alma”. ¿Qué vemos aquí? ¿Nos hemos detenido a usar nuestros cerebros que Dios nos ha dado para reflexionar en estas palabras? ¿Escudriña usted de verdad las Escrituras? Pues bien, acá tenemos a un hombre que prosperaba espiritualmente, que se hacía cada vez más sabio y maduro en la fe…¡pero su prosperidad material estaba estancada, no crecía, no aumentaba, no se hacía patente! Nótese que Juan no se asombró al ver que la prosperidad material de Gayo no caminase a la par con su prosperidad espiritual. El jamás creyó que ambas prosperidades (la espiritual y la material) caminarían juntas en un cristiano, y nunca prometió a nadie, ni siquiera a Gayo, de que serían prosperados en la misma medida, o más, que su crecimiento espiritual. Juan sólo deseó, como un anhelo muy personal, que Gayo fuese prosperado materialmente, pero no había garantía alguna de que esa bendición material ocurriría necesariamente en el futuro. Finalmente, Juan se alegró de ver que sus hijos en la fe andaban en la verdad, y no en el falso sendero de la riqueza o de la prosperidad material inmediata.

El Consejo olvidado de Jesús

Nuestro Señor siempre fue cauteloso con el tema de las riquezas, y para él las cosas materiales en exceso eran peligrosas e inseguras. Prácticamente las riquezas eran para él un obstáculo para el discipulado. Muchos hombres, como aquel joven rico que se entrevistó con Jesús, no pueden acceder al reino porque para ellos primero son sus riquezas terrenales. Ellos ya viven hoy su paraíso en la tierra, y no necesitan otro mundo maravilloso utópico para un futuro distante. El énfasis de Jesús en su declaración: “difícilmente entrará un rico al reino de Dios” debería frenar a muchos predicadores a seguir buscando vehementemente las riquezas presentes, pues sin darse cuenta podrían ellos mismos quedarse excluidos del reino de Dios. Jesús aconseja a todos, incluyendo a Carlos “cash” Luna, y a otros vividores del evangelio trucado, lo siguiente:

“Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios” (Juan 12:15-21)

¿Es usted Rico para Dios?

Hay personas que son ricas para el mundo, pero no para Dios. Lo importante es que usted entienda que lo más primordial es llegar a ser ricos para Dios. Y uno se hace rico para Dios cuando uno tiene la RIQUEZA DE LA FE en primer lugar (Santiago 2:5).

Muchos buscan desesperadamente las riquezas presentes porque no tienen la suficiente fe como para aceptar la promesa: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, todo lo demás vendrá por añadidura” (Mateo 6:33). Son justamente los impíos y los carentes de fe los que buscan desesperadamente asegurarse un confort material presente para luego ocuparse de las cosas del reino. ¡Es como darle la carne al diablo y los huesos a Dios! Los verdaderos cristianos NO SE ENREDAN EN LOS NEGOCIOS DE ESTE MUNDO. Dice así Pablo: “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado” (2 Tim. 2:4). La idea es que no debemos ser entrampados en los negocios de esta vida, ya que nos pueden distraer de la militancia cristiana. Pero si alguien llegó al Señor siendo rico, éste no debe poner su confianza o esperanza en sus riquezas. Básicamente Dios quiere que seamos ricos en buenas obras, y si alguno es rico materialmente, que haga buenas obras con sus bienes, pues así lo dice Pablo con estas palabras:

“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos” (1 Tim. 6:17-18).

La Iglesia Laodiceana de los últimos días

Así que la riqueza que ve Dios es la espiritual y no la material. Así se expresó Juan de la iglesia de Esmirna: “Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)…(Apo. 2:9). Nótese que la iglesia de Esmirna era pobre materialmente, pero rica para Dios. Esto es lo importante, estimados amigos: La riqueza espiritual a los ojos de nuestro Dios. En cambio, de la iglesia rica de Laodicea, Juan escribe: “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo” (Apo. 3:14-17). Aquí tenemos a la mega iglesia, rica y próspera, llena de lujos y confort, pero que está muerta a los ojos de Dios por su tibieza. Tiene un pie en el infierno y el otro en el cielo, por decirlo de alguna manera. Así que es obvio que los evangelistas de la prosperidad son los predicadores laodiceanos de los últimos tiempos que engañan a las buenas ovejas del Señor a vivir un reino ahora, en confort y riquezas en abundancia. Estos caminan a su perdición, cuando en el juicio final sean sentenciados a la gehenna. “En aquel día le dirán al Señor: Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:22,23). ¿No cae a pelo esta admonición a los evangelistas de la prosperidad que se las pasan haciendo “milagros” y expulsiones de demonios a granel? En el día del juicio, los falsos cristos (“ungidos”) que vienen predicando falsos evangelios, darán cuenta de sus perversidades ante el trono del Juez Supremo…y sentirán por primera vez la horrenda expectación de juicio en su real dimensión…y junto con ellos, los que los apoyaron.

http://www.yeshuahamashiaj.org/
http://www.elevangeliodelreino.org/

¿EXCLUYÓ PABLO EL EVANGELIO DEL REINO DE SU MENSAJE A LOS GENTILES?

Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

Hace unos días estuve navegando por godtube y me llevé una tremenda sorpresa cuando escuché a un pastor enseñar que Pablo predicó un mensaje distinto al de nuestro Señor. Es decir, aquel pastor enseñaba que Jesús predicó el evangelio del reino sólo a los Judíos, en tanto que el apóstol Pablo predicó el evangelio de la gracia a los no judíos. Ustedes, los que saben inglés, pueden escuchar esa herética prédica en el siguiente sitio:

http://www.godtube.com/view_video.php?viewkey=c6ca7f363a38c5f1c382

La verdad de los Hechos

Si Pablo predicó un evangelio diferente al de Jesús, nuestro Señor, ¿Por qué les dijo a los gálatas que sólo había un solo evangelio si en realidad había otro distinto para los judíos? (Gál. 1:6-9). ¿Por qué Pablo llamó a su evangelio “el evangelio de Cristo” si el evangelio de Cristo era supuestamente distinto al suyo? (Gál. 1:7). ¿Y por qué Jesús mandaría a sus apóstoles a hacer discípulos de gentes de todas las naciones, si el evangelio que ellos recibieron y aceptaron era sólo para los Judíos (Mateo 28:19, Marcos 16:15,16)?

¿Pero predicó Pablo el reino de Dios?

Si en verdad el evangelio del reino era sólo para los judíos, ¿por qué se lee en Hechos que Pablo predicaba el reino de Dios a los no Judíos?¿Por qué omiten esta información muchos llamados “evangelistas”?¿Es que hay algún antisemitismo escondido en algunos de estos falsos predicadores? No lo sé, pero la verdad es que Pablo predicó el evangelio del reino tanto a judíos como a no Judíos. Veamos los textos que así lo demuestran:

“Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios” (Hechos 19:8). Aquí Pablo, si bien es cierto predicó el evangelio del reino en una sinagoga de los Judíos, el hecho es que él no desatendió el reino de Dios en su predicación.

“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro” (Hechos 20:25). El contexto apunta al hecho de que Pablo estuvo predicando el reino de Dios a la Iglesia de Éfeso así como a los Judíos opositores (Verso 21).

“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:21,22). Aquí vemos a Pablo confirmando los ánimos de los creyentes gentiles en listra, Iconio y Antioquía con la esperanza del reino de Dios.

“Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas… Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (Hechos 28:23,29-31). Aquí tenemos a Pablo predicando dos años enteros en Roma, tanto a Judíos como a gentiles el evangelio del reino de Dios y acerca de Jesucristo.

Todos estos versículos tapan la boca de aquellos falsos evangelistas que vienen predicando que el reino de Dios no es el evangelio para los gentiles sino únicamente el evangelio de la gracia de Dios.

¿Anunció Pablo dos evangelios?

Ahora bien, es cierto que Pablo predicó el evangelio de la gracia y el evangelio del reino…¡y también el evangelio de la paz, el evangelio de la gloria de Cristo, el evangelio de vuestra salvación, el evangelio de aquella promesa, y el evangelio de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. ¿Pero acaso son todos éstos, distintos evangelios? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo entender las palabras de Pablo en Gálatas 1:6-9 cuando afirma que hay sólo un evangelio? La única explicación posible es que el evangelio de la gracia es el mismo evangelio del reino y viceversa, y es también lo son el evangelio de la paz, de la gloria de Cristo, de la salvación, y de aquella promesa.

En Hechos 20:24,25 tenemos la evidencia más clara y contundente de que el evangelio de la gracia es el evangelio del reino que Cristo, y después todos los apóstoles, predicaron. Veamos estos versos:

“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro”. Nótese cuán claro está el asunto del reino y la gracia en estos versículos. Pablo dice en el verso 24 que él daba testimonio del evangelio de la gracia, y en el siguiente, el 25, dice que él se la había pasado predicando el reino de Dios. ¡No es lógico e inteligente concluir que el evangelio de la gracia y el reino de Dios están íntimamente ligados como gemelos idénticos en una sola placenta?

¿Acaso no predicó Pablo un evangelio diferente a los Corintios?

Un buen número de Cristianos sostienen que Pablo no predicó el evangelio del reino de Dios a los corintios sino el evangelio de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesucristo. Ellos se basan en el pasaje de 1 Corintios 15: 1-8, que dice: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”. ¿Acaso descuidó Pablo anunciar el reino de Dios a los corintios?¿Les estaba privando del mensaje del reino por ser Griegos? ¡De ningún modo! Si usted no escudriña cada palabra que dice Pablo, usted andará ciego y en tinieblas. Fíjese lo que dice él en el verso 3 de 1 Cor. 15. Allí verá La palabrita clave “PRIMERAMENTE”. Es decir, la muerte, sepultura y resurrección de Cristo es lo primero que anunció Pablo a los corintios como el evangelio salvador, ¡pero no fue lo único! Lo primero indica que hay un segundo anuncio o tal vez un tercer y cuarto. Pues bien, ¿dónde está el mensaje del reino en 1 Corintios 15? Pues en el verso 50, que dice: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Cor 15:50). ¿Se dan cuenta que Pablo pone el reino de Dios en todo su mensaje como la meta o esperanza para la iglesia, y como tal, es parte importante del único evangelio salvador?

Note, sin embargo, que Pablo comienza predicando como el evangelio salvador a Cristo, su muerte, su sepultura y su resurrección gloriosa al tercer día, ¿por qué? Porque si Cristo no hubiera resucitado, tampoco nosotros tendríamos esperanza de resucitar para heredar el REINO DE DIOS. No es que la muerte, sepultura y resurrección de Cristo reemplace el reino de Dios, sino que ambas buenas noticias van ligadas estrechamente. Si no hay resurrección, no hay reino…¡así se simple es la cosa! Y si usted no cree en la resurrección de Cristo, entonces usted no puede creer que algún día resucitará también del sepulcro, y entonces se perderá para siempre.

Aquellos, pues, que nos quieren engañar con el cuento de que el reino no debe ser predicado a los gentiles, son enemigos del evangelio, porque entenebrecen la buena nueva salvadora de Cristo. Y eso es precisamente lo que el diablo quiere que usted crea, en un evangelio trucado, desligado del mensaje salvador del reino de Dios, que es la esperanza que consuela a los creyentes. Recuerde lo que escribió Pablo en Col. 1:23: “Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro”. Así que usted no debe moverse del evangelio que ha oído a través de los escritos de Pablo, y que es el mismo que anunció Jesús a sus paisanos, y para el cual Pablo fue hecho ministro para los gentiles.
Más sobre el verdadero reino de Dios en:
www.yeshuahamashiaj.org
www.elevangeliodelreino.org

……………………….

¿EXCLUYÓ PABLO EL EVANGELIO DEL REINO DE SU MENSAJE A LOS GENTILES?

Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)


Hace unos días estuve navegando por godtube y me llevé una tremenda sorpresa cuando escuché a un pastor enseñar que Pablo predicó un mensaje distinto al de nuestro Señor. Es decir, aquel pastor enseñaba que Jesús predicó el evangelio del reino sólo a los Judíos, en tanto que el apóstol Pablo predicó el evangelio de la gracia a los no judíos. Ustedes, los que saben inglés, pueden escuchar esa herética prédica en el siguiente sitio:

http://www.godtube.com/view_video.php?viewkey=c6ca7f363a38c5f1c382

La verdad de los Hechos

Si Pablo predicó un evangelio diferente al de Jesús, nuestro Señor, ¿Por qué les dijo a los gálatas que sólo había un solo evangelio si en realidad había otro distinto para los judíos? (Gál. 1:6-9). ¿Por qué Pablo llamó a su evangelio “el evangelio de Cristo” si el evangelio de Cristo era supuestamente distinto al suyo? (Gál. 1:7). ¿Y por qué Jesús mandaría a sus apóstoles a hacer discípulos de gentes de todas las naciones, si el evangelio que ellos recibieron y aceptaron era sólo para los Judíos (Mateo 28:19, Marcos 16:15,16)?

¿Pero predicó Pablo el reino de Dios?

Si en verdad el evangelio del reino era sólo para los judíos, ¿por qué se lee en Hechos que Pablo predicaba el reino de Dios a los no Judíos?¿Por qué omiten esta información muchos llamados “evangelistas”?¿Es que hay algún antisemitismo escondido en algunos de estos falsos predicadores? No lo sé, pero la verdad es que Pablo predicó el evangelio del reino tanto a judíos como a no Judíos. Veamos los textos que así lo demuestran:

“Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios” (Hechos 19:8). Aquí Pablo, si bien es cierto predicó el evangelio del reino en una sinagoga de los Judíos, el hecho es que él no desatendió el reino de Dios en su predicación.

“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro” (Hechos 20:25). El contexto apunta al hecho de que Pablo estuvo predicando el reino de Dios a la Iglesia de Éfeso así como a los Judíos opositores (Verso 21).

“Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:21,22). Aquí vemos a Pablo confirmando los ánimos de los creyentes gentiles en listra, Iconio y Antioquía con la esperanza del reino de Dios.

“Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas… Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” (Hechos 28:23,29-31). Aquí tenemos a Pablo predicando dos años enteros en Roma, tanto a Judíos como a gentiles el evangelio del reino de Dios y acerca de Jesucristo.

Todos estos versículos tapan la boca de aquellos falsos evangelistas que vienen predicando que el reino de Dios no es el evangelio para los gentiles sino únicamente el evangelio de la gracia de Dios.

¿Anunció Pablo dos evangelios?

Ahora bien, es cierto que Pablo predicó el evangelio de la gracia y el evangelio del reino…¡y también el evangelio de la paz, el evangelio de la gloria de Cristo, el evangelio de vuestra salvación, el evangelio de aquella promesa, y el evangelio de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. ¿Pero acaso son todos éstos, distintos evangelios? Si la respuesta es afirmativa, ¿cómo entender las palabras de Pablo en Gálatas 1:6-9 cuando afirma que hay sólo un evangelio? La única explicación posible es que el evangelio de la gracia es el mismo evangelio del reino y viceversa, y es también lo son el evangelio de la paz, de la gloria de Cristo, de la salvación, y de aquella promesa.

En Hechos 20:24,25 tenemos la evidencia más clara y contundente de que el evangelio de la gracia es el evangelio del reino que Cristo, y después todos los apóstoles, predicaron. Veamos estos versos:

“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro”. Nótese cuán claro está el asunto del reino y la gracia en estos versículos. Pablo dice en el verso 24 que él daba testimonio del evangelio de la gracia, y en el siguiente, el 25, dice que él se la había pasado predicando el reino de Dios. ¡No es lógico e inteligente concluir que el evangelio de la gracia y el reino de Dios están íntimamente ligados como gemelos idénticos en una sola placenta?

¿Acaso no predicó Pablo un evangelio diferente a los Corintios?

Un buen número de Cristianos sostienen que Pablo no predicó el evangelio del reino de Dios a los corintios sino el evangelio de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesucristo. Ellos se basan en el pasaje de 1 Corintios 15: 1-8, que dice: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”. ¿Acaso descuidó Pablo anunciar el reino de Dios a los corintios?¿Les estaba privando del mensaje del reino por ser Griegos? ¡De ningún modo! Si usted no escudriña cada palabra que dice Pablo, usted andará ciego y en tinieblas. Fíjese lo que dice él en el verso 3 de 1 Cor. 15. Allí verá La palabrita clave “PRIMERAMENTE”. Es decir, la muerte, sepultura y resurrección de Cristo es lo primero que anunció Pablo a los corintios como el evangelio salvador, ¡pero no fue lo único! Lo primero indica que hay un segundo anuncio o tal vez un tercer y cuarto. Pues bien, ¿dónde está el mensaje del reino en 1 Corintios 15? Pues en el verso 50, que dice: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Cor 15:50). ¿Se dan cuenta que Pablo pone el reino de Dios en todo su mensaje como la meta o esperanza para la iglesia, y como tal, es parte importante del único evangelio salvador?

Note, sin embargo, que Pablo comienza predicando como el evangelio salvador a Cristo, su muerte, su sepultura y su resurrección gloriosa al tercer día, ¿por qué? Porque si Cristo no hubiera resucitado, tampoco nosotros tendríamos esperanza de resucitar para heredar el REINO DE DIOS. No es que la muerte, sepultura y resurrección de Cristo reemplace el reino de Dios, sino que ambas buenas noticias van ligadas estrechamente. Si no hay resurrección, no hay reino…¡así se simple es la cosa! Y si usted no cree en la resurrección de Cristo, entonces usted no puede creer que algún día resucitará también del sepulcro, y entonces se perderá para siempre.

Aquellos, pues, que nos quieren engañar con el cuento de que el reino no debe ser predicado a los gentiles, son enemigos del evangelio, porque entenebrecen la buena nueva salvadora de Cristo. Y eso es precisamente lo que el diablo quiere que usted crea, en un evangelio trucado, desligado del mensaje salvador del reino de Dios, que es la esperanza que consuela a los creyentes. Recuerde lo que escribió Pablo en Col. 1:23: “Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro”. Así que usted no debe moverse del evangelio que ha oído a través de los escritos de Pablo, y que es el mismo que anunció Jesús a sus paisanos, y para el cual Pablo fue hecho ministro para los gentiles.
Más sobre el verdadero reino de Dios en:
www.yeshuahamashiaj.org
www.elevangeliodelreino.org

LA VERDAD DE LA PANDEMIA