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miércoles, 6 de enero de 2010

CUIDADO CON LA CIENCIA FICCION


6 de enero 2010 (David Cloud, Fundamental Baptist Information Service, PO Box 610368, Port Huron, MI 48061, 866-295-4143, fbns@wayoflife.org;
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La ciencia ficción lleva al lector en un extraño mundo sin Dios. ¡Oh, podría haber “un dios”, una “fuerza”, pero definitivamente no es el Dios de la Biblia, y los prominentes nombres en este campo son ateos.
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Tome a Carl Sagan, por ejemplo. Su best-seller de ciencia-ficción novela “Contacto” se convirtió en una película. Sagan fue uno de los sumos sacerdotes de la evolución atea. En su novela tiene al personaje principal debatiendo con dos predicadores y diciendo: “No hay pruebas convincentes de que Dios existe.” En 1997, Sagan dijo: “Yo comparto la opinión de mi héroe, Albert Einstein:” No puedo concebir un Dios que premia y castiga a sus criaturas o que tiene una voluntad del tipo que experimentamos en nosotros mismos. Yo tampoco puedo ni querría concebir a un individuo que sobrevive a su muerte física. Que las almas débiles, por miedo o por egoísmo absurdo, valoren esos pensamientos “(Parade, 10 de marzo de 1997).
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Considere la posibilidad de otro nombre destacado en la ciencia ficción, Isaac Asimov. En una entrevista en 1982 dijo: “Emocionalmente, soy un ateo. No tengo las pruebas para demostrar que Dios no existe, pero de manera firme sospecho de que no que no quiero perder mi tiempo “(Paul Kurtz,” Entrevista con Isaac Asimov en la Ciencia y la Biblia, “Free Inquiry, Primavera 1982, p. 9).
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Considere la posibilidad de Robert Heinlein, llamado “el decano de los escritores de ciencia ficción”. Rechazó la Biblia y promovió el “sexo libre”. Su libro “Stranger in a Strange Land” es considerada “la biblia oficial del movimiento hippie”. Heinlein era un nudista y practicaba “la poliandria.” Promovió el agnosticismo en sus libros de ciencia-ficción.
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Considere la posibilidad de Arthur Clarke, autor de muchas obras de sci-fi, incluyendo 2001: Una Odisea en el Espacio. Clarke, que probablemente fue un homosexual, promovió el panteísmo de la evolución. Le dijo a un periódico de Sri Lanka, “yo no creo en Dios o en una vida futura” (“La vida más allá de 2001: Entrevista exclusiva con Arthur C. Clarke,” la isla, 20 de diciembre de 2000). En las instrucciones que dejó para su funeral, en marzo 2008, dijo, “Absolutamente nada de ritos religiosos de cualquier tipo, en relación con cualquier fe religiosa, deberá ser asociado a mi funeral.”
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Considere la posibilidad de Kurt Vonnegut. Él era un ateo, y como presidente honorario de la Asociación Humanista de Estados Unidos, se suscribió a su código, que “no acepta los puntos de vista sobrenatural de la realidad”.
Considere la posibilidad de Gene Roddenberry, creador de Star Trek. Él era un agnóstico y humanista con la visión de un mundo en el que “cada uno es ateo y mejor para ello” (Brannon Braga, “Toda religión tiene una mitología,” Conferencia Internacional Atea, 24 de junio de 2006).
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La ciencia ficción está íntimamente asociada a la evolución darwiniana. Sagan y Asimov, por ejemplo, fueron destacados científicos evolucionistas. Sci-Fi surgió a finales de los 19 y principios del siglo 20 como un producto de una visión del mundo de evolución que niega al Creador Todopoderoso. De hecho, la evolución es la preeminente ciencia-ficción. ¡Cuidado!
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lunes, 12 de octubre de 2009

SIR HAROLD KROTO Y EL ATEÍSMO


Javier Sagastagoitia Hernani
El 28 de septiembre, este científico inglés disertó en Donostia sobre Ciencia, sociedad y sostenibilidad en el marco del congreso Atom by Atom. «El 90% de los científicos -dijo entre otras cosas- son ateos porque sólo aceptan las evidencias. Los científicos se basan en la evidencia como único criterio de verdad».

Algo así quiso decir, hace ya medio siglo, el cosmonauta ruso, Gagarín que, al llegar a tierra, afirmó que «no había visto a Dios por ninguna parte». Luego, no existía.

Al margen de las superabultadas cifras del 90% del número de ateos entre los científicos, siempre ha existido la tentación de traspasar los límites del campo reservado a la ciencia experimental e irrumpir en el terreno de la filosofía o de la mística. Decir si Dios existe no es tarea de los científicos ya que su investigación se ciñe a lo que es verificable con el instrumental que proporcionan sus métodos científicos. La Ciencia es neutra y no permite confirmar ni debilitar la realidad trascendente de Dios. La Ciencia no agota el conocimiento humano.
El físico alemán Albert Einstein, autor de la teoría de la relatividad que ha marcado fundamentalmente la ciencia moderna, decía con la mayor sencillez del mundo: «Sólo hago calcar las líneas que fluyen de Dios».
Es la confesión razonable de que nuestro Universo lleva la impronta de Alguien que quiso que los humanos estuviéramos aquí.
www.apologista.wordpress.com

LA VERDAD DE LA PANDEMIA