Mostrando entradas con la etiqueta América Latina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta América Latina. Mostrar todas las entradas

miércoles, 24 de junio de 2009

AMÉRICA LATINA: ALTO RIESGO SOCIAL


La región llega a esta crisis con fortalezas macroeconómicas pero con marcados déficit sociales. Las prioridades deben estar claras: hay que garantizar el trabajo, la educación, la sanidad y la dignidad del pueblo

BERNARDO KLIKSBERG 24/06/2009

América Latina creció un 4,8% en 2005, un 5,6% en 2006, un 5,7% en 2007, y un 4,6% en 2008. A consecuencia de una crisis que no generó, sino de la que es una víctima más, sus economías decrecerán en 2009 un 0,3% según CEPAL o un 0,6% de acuerdo al Banco Mundial. Será una caída muy fuerte. Se está produciendo por diversas vías. En cinco de sus mayores economías las exportaciones cayeron un tercio entre agosto y diciembre de 2008. Los flujos de inversiones pueden caer a menos de la mitad en este año. El turismo está siendo afectado.

Están bajando las remesas migratorias. Son del 18% al 24% del Producto Bruto de Honduras, Guyana, Haití, Jamaica y El Salvador, y del 6,6% al 12,1% del de Nicaragua, Guatemala, República Dominicana, Bolivia y Ecuador. Se redujeron en el último año un 8% en Guatemala, y un 11% en México, Por ejemplo, las remesas desde España fueron en 2008 un 7,1% menores al año anterior.

La región ha llegado a esta crisis con fortalezas macroeconómicas pero con marcados déficits sociales. Más de un tercio de su población es pobre y la desigualdad es la peor de todos los continentes. La combinación de la crisis con estas vulnerabilidades puede ser explosiva si no se adoptan las políticas más adecuadas.
Entre los posibles efectos sociales de la crisis se hallan:

1. Aumentará la desocupación. La tasa de desempleo urbano puede crecer según la OIT, que ha ido aumentando sus proyecciones negativas desde el 7,5% al 8,4% y luego al 8,8%. Serían entre 2,3 millones y 3,2 millones de nuevos desocupados, que elevarían el total a 18,2 millones o 19,1 millones.

2. Los más afectados serán los jóvenes.En nueve países analizados la tasa de desempleo juvenil más que duplica la tasa de desocupación total. Aun en una de las economías más prósperas como la de Chile, el 20,2% de los jóvenes está desocupado. En Colombia los desempleados jóvenes son 978.000, el 50% del total nacional. En Perú, son el 22%. Uno de cada cuatro jóvenes latinoamericanos está fuera del mercado laboral... y del sistema educativo.

La crisis puede agravar aún mucho más la situación de los jóvenes. Eso ya está sucediendo en Estados Unidos. Un estudio del Center for Labor Market del pasado mayo concluye: "Cuanto más joven, más será expulsado del mercado de trabajo". En la medida en que se reducen los puestos de trabajo disponibles están quedando fuera los jóvenes, los pobres y los de menos educación. También se está produciendo el fenómeno de que los jóvenes graduados con título universitario están ingresando en trabajos que no requieren más calificación que uno secundario, desplazando así a sus pares menos educados.

3. Las mujeres pueden ser más discriminadas laboralmente. Ya previamente a la crisis, en 2006, la tasa de desocupación femenina era un 56% superior a la masculina, y sus ingresos un 72% de los de los hombres. Pero en esta crisis esas brechas se están agudizando. Entre otras actúan las estructuras machistas que siguen viendo al hombre como el sostén real del hogar y desvalorizan el rol laboral logrado con tanto esfuerzo por la mujer.

Las mujeres verán también aumentadas sus responsabilidades familiares por las dificultades económicas. En un mercado laboral mucho más tenso y disputado se hará aún más difícil la situación de las mujeres solas jefas de hogar, que son un pilar de la familia en la región. Como media, un 33% de los hogares están dirigidas por ellas. En el caso de Nicaragua es un 40%, en México un 26%. La CEPAL estimó que sin la barrera de protección que significan las trabajadoras al frente de hogares, la pobreza sería un 10% mayor en América Latina.

También puede producirse como ha sucedido en crisis recientes en diversos países de la región un aumento de las ya muy altas tasas de violencia doméstica, que van del 10% al 38% según el país. El estrés socioeconómico agudo que implica la crisis para muchas familias puede ser un disparador de estas conductas aberrantes que recién empiezan a ser denunciadas y sancionadas como corresponde.

4. Elevación del número de trabajadores pobres. La OT proyecta que en un escenario pasivo, si no hay respuestas públicas de envergadura, el número de trabajadores con empleo pero cuyos sueldos serán menores que el umbral de la pobreza puede subir en cinco millones en 2009.

5. Crecimiento de la vulnerabilidad en salud y protección social. La cobertura social de la región es limitada. Casi cuatro de cada 10 ocupados urbanos carecen de protección en salud y seguridad social. El crecimiento del trabajo informal por la crisis aumentará la población vulnerable.

Por otro lado, a pesar de progresos, la región tiene indicadores comprometidos en mortalidad infantil (multiplica por 10 la de los países nórdicos) y mortalidad materna (multiplica por 15 la de Canadá). Pueden potenciarse por el aumento de la pobreza en sus diversas expresiones.

6. Los riesgos en deserción escolar. América Latina tiene 110 millones de personas que no terminaron la primaria, y sólo uno de cada dos jóvenes termina la secundaria. En la crisis puede aumentar significativamente el trabajo infantil que lleva al abandono de la escuela en los primeros niveles. Hay 18 millones de niños menores de 14 años que trabajan. También el ingreso temprano al mercado de trabajo de los jóvenes de menores recursos puede llevar a acortar sus años de estudio, en un mundo en donde es fundamental para las personas aumentar su capital educativo.

7. El fortalecimiento de las "trampas de la pobreza". El Banco Mundial estima que habrá seis millones nuevos de pobres en América Latina en este año. Muchos de ellos estarán encerrados en "trampas" que sólo políticas públicas agresivas pueden romper.
El círculo perverso que se produce es conocido. Siendo niños de hogares pobres, deberán trabajar, abandonarán la escuela, sólo podrán acceder a empleos marginales, carecerán de protección social y reproducirán la pobreza. Un alto porcentaje de los niños nacidos en hogares donde sus padres no terminaron la primaria tampoco la finalizan. En México, en 2008, mostrando como funcionan estas "trampas", el 83% de los ocupados con primaria incompleta no tenían seguridad social, frente al 45% en la población global.

La región tiene a pesar de sus avances macroeconómicos un fuerte talón de Aquiles social. Sus desigualdades agudas inciden en los altos niveles de pobreza. Lo ilustra el siguiente dato: a pesar de producir alimentos que podrían abastecer varias veces a su población, el 16% de los niños está desnutrido. De 2005 a 2007, aun siendo época de bonanza económica, al subir el precio de los alimentos el total de personas desnutridas creció fuertemente, en seis millones llegando a los 51 millones. En América Latina el tema no es la producción, sino el acceso a los alimentos.

La crisis requerirá prestar máxima atención a lo social. Las ideas de ajuste ortodoxo practicadas en décadas anteriores pueden ser fatales, acentuar todas las tendencias referidas y generar altísimos niveles de conflictividad.

Entre otras áreas, hará falta mucha política contracíclica: invertir fuertemente en obra pública, potenciar el mercado interno, proteger a la pequeña y mediana empresa, extender el crédito, blindar las inversiones en educación y salud, encarar especialmente el desempleo joven y las discriminaciones de género, ampliar la cobertura social...

¿Cómo financiarlo? Hay mucho terreno a explorar, desde los elevados niveles de evasión fiscal, pasando por la posibilidad de rehacer el anacrónico pacto fiscal actual, hasta el gasto militar, que creció un 30,54% en los últimos 10 años.
Se necesitará, asimismo, junto a política pública de calidad, responsabilidad social a escala de la empresa privada, movilizar el voluntariado y aumentar sustancialmente los niveles de concertación social.

Una ciudadanía cada vez más activa exige que, a diferencia de los ochenta y los noventa, esta vez las prioridades deben estar claras. En primer lugar, debe quedar garantizado el derecho al trabajo y la dignidad de las grandes mayorías de la población que están en serio riesgo.

viernes, 22 de mayo de 2009

ECONOMÍA-AMÉRICA LATINA: REMESAS EN LA CUERDA FLOJA


Patricia GroggIPS / IAR Noticias21/05/09

La caída de las remesas hacia América Latina, a causa de la crisis financiera mundial, amenaza a hogares de medianos y escasos recursos, especialmente en naciones donde esos ingresos representan proporciones importantes del producto interno bruto (PIB).…Siga leyendo, haciendo click en el título…Para algunas familias, la contracción de las remesas de trabajadores emigrantes puede significar no comer por algunos días, “así de sencillo y trágico”, dijo a IPS el investigador en cuestiones migratorias Gabriel Polanco, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé una reducción moderada de los envíos familiares de dinero hacia la región. Pero su impacto podría ser mayor en países como El Salvador, República Dominicana o México, primer receptor latinoamericano de esos recursos.

Según Polanco, no hay aún datos ni evidencias de que la caída de las remesas esté generando ya problemas sociales importantes. “Pero si continúa el ciclo, es posible que pronto comencemos a sentirlo y verlo en algunas estadísticas”, alertó.

El descenso ya comenzó a reflejarse en cifras. Datos preliminares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indican que las remesas en algunos países de la región cayeron hasta 13 por ciento en enero. Según la institución, 2009 será el primer año de declive, tras una década de crecimiento continuo de esos flujos de divisas.

En México, el monto de las remesas, fundamentalmente desde Estados Unidos, registró una caída de 4,9 por ciento en el primer trimestre de 2009 respecto del mismo período de 2008. El año pasado, el total de esas transferencias privadas recibidas en este país sumó 25.145 millones de dólares, lo que representa 2,5 por ciento del PIB nacional.

En volumen de remesas, México encabeza la lista seguido por Brasil (7.200 millones de dólares), Colombia (4.842 millones), Guatemala (4.315), El Salvador (3.788), República Dominicana (3.111), Perú (2.960), Ecuador (2.822) y Honduras (2.701 millones), según el BID.

Estudiosos afirman que la recesión de Estados Unidos, las dificultades de los inmigrantes para encontrar empleo, el endurecimiento de las fiscalizaciones en los lugares de trabajo y la mayor vigilancia fronteriza influirán en la esperada contracción de las remesas para este año y los siguientes, si la crisis económica se profundiza.

En El Salvador, esto provocará una situación “dramática” en los hogares receptores más pobres, ya que los obligará a “focalizar aun más el consumo en bienes de primera necesidad”, sobre todo alimentos, aseguró a IPS el sociólogo Juan José García, especialista en migración y remesas.

La salvadoreña María Hernández comenzó a sentir hace meses el peso de la crisis. Con dos hijos residentes en Estados Unidos, ella contaba con una ayuda mensual de entre 400 y 500 dólares, que cesó en octubre de 2008. “El envío de remesas se ha detenido, afortunadamente estoy acostumbrada a trabajar”, dijo Hernández a IPS.
En ese país centroamericano las remesas que reciben 381.700 familias –equivalentes a 27 por ciento de la poblaación– se destinan casi por completo a alimentación, vestido, pago de servicios básicos, educación y salud. Las mujeres encabezan 52 por ciento de los hogares receptores.
También en República Dominicana la mayoría de las familias beneficiarias de remesas tienen a una mujer como jefa de hogar. “Cada mes, mi hija me envía 150 dólares. Este dinero lo utilizo para pagar la escuela de otros cuatro hijos, comprar alimento y mejorar mi casa”, contó a IPS Elida Jiménez, de 55 años.
La contracción afectará a 73.650 hogares dominicanos que dejarán de recibir remesas en 2009, empeorando sus condiciones de vida, especialmente en las familias de jefatura femenina.
Las mujeres tienen protagonismo en los dos extremos del fenómeno. Las inmigrantes bolivianas en España envían cada año a su país el equivalente a 5,95 por ciento del PIB nacional, según el español Centro de Investigación y Cooperación Especializado en Remesas de Inmigrantes.
En Cuba, el impacto de la crisis global se verá “suavizado” por las recientes medidas del gobierno estadounidense de Barack Obama, coinciden investigadores.
En 2004, el presidente George W. Bush (2001-2009) había limitado a uno cada tres años los viajes de cubanos residentes en Estados Unidos a este país isleño y a un máximo de 300 dólares trimestrales los envíos a sus familiares directos. Obama eliminó los topes a los montos y las frecuencias y amplió el espectro de receptores a los parientes hasta tercer grado.
“Quizás por la crisis no habría un aumento a corto plazo, pero tampoco se prevé disminución. Creo que no habrá más impacto que el que ya hubo a partir de 2004″, comentó a IPS un economista cubano que no quiso identificarse. En su opinión, cualquiera sea el volumen, las remesas aportan ingresos netos al país.

Dado el componente ideológico del conflicto con Estados Unidos, las autoridades cubanas evitan los datos estadísticos sobre el monto anual de remesas, la mayoría desde ese país en el que residen más de un millón de inmigrantes cubanos.

Basándose en cálculos sobre ventas de la red comercial en divisa libremente convertible (CUC), que abastece alimentos, menaje del hogar, ropa, calzado y electrodomésticos, economistas estiman en más de 1.000 millones de dólares el monto anual de las remesas cubanas.

El centro de estudios Diálogo Interamericano, con sede en Washington, habla de 830 y 985 millones de dólares, de los cuales 53 por ciento proviene de Estados Unidos, 23 por ciento de España y 24 por ciento desde otros países.

Cerca de 40 por ciento de las remesas desde Estados Unidos llegan por medios alternativos, una informalidad alimentada por las restricciones de Bush y por el gravamen de 20 por ciento que el gobierno cubano aplica al dólar estadounidense. “La Western Union me quita mucho”, se quejó una mujer que acababa de cobrar una transferencia a través de esa empresa.

En cambio, María, de 75 años, relató que “mi hija entrega 125 dólares en Miami y a mi me dan acá 100 CUC”, al explicar cómo funcionan las transferencias informales. “No sé, es como una agencia o negocio particular”, agregó. Con ese dinero, ella compra en la “shopin” (tienda en divisas) y satisface “gastos de la casa”.

Al parecer, esas redes funcionan de modo análogo a las transferencias electrónicas de empresas como Western Union: alguien recibe el dinero en Estados Unidos y avisa a su “agente” en Cuba que entregue a la persona indicada el monto equivalente en CUC.

En República Dominicana, apenas 10 por ciento de las remesas llegan por vía bancaria, y el resto por viajeros y agentes “remesadores”, dijo a IPS una fuente del Banco Central. Los costos de las transferencias bancarias son de unos 50 dólares.

El Banco Mundial calcula que un envío de 200 dólares desde Estados Unidos a una localidad mexicana tiene un costo promedio de 11,6 dólares. La principal vía de ingreso de esos fondos a México es Western Union.

Cifras del Banco Central salvadoreño indican que casi 76 por ciento de las remesas llegan por el sistema bancario y el resto por correos privados y encomenderos.

Según estudios académicos sobre política social en Cuba, las remesas se concentran en buena medida en la población blanca y de estratos medios. Son parte de una estrategia de supervivencia y elevación de ingresos planteada en el seno familiar a raíz de la crisis económica de los años 90.

El economista cubano Pedro Monreal llegó a la conclusión de que las remesas son ”un factor decisivo en la atenuación del empobrecimiento” de varios sectores de la población cubana y una importante fuente de ingresos para el presupuesto estatal, por la vía de impuestos indirectos.

Pero la manera en que esas transferencias se articularon en la economía contribuyó a ”la estratificación del consumo, la segmentación de los mercados y la exclusión social”, advirtió Monreal en su estudio “Migraciones y remesas familiares. Veinte hipótesis sobre el caso de Cuba”, publicado por la corresponsalía de IPS en La Habana.
*****
(*) Con aportes de Diego Cevallos (México), Raúl Gutiérrez (San Salvador) y Valeria Vilardo (Santo Domingo).

LA VERDAD DE LA PANDEMIA