Mostrando entradas con la etiqueta SALVADOR. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta SALVADOR. Mostrar todas las entradas

viernes, 3 de septiembre de 2010

AMIGO TESTIGO DE JEHOVÁ: ¿HA CREÍDO USTED EN EL EVANGELIO?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Una de las cosas extrañas que encuentro en la teología de los Testigos de Jehová es que su “Cuerpo Gobernante” enseña que sólo los “ungidos”, o 144,000 Testigos de Jehová, llamados también como ”la manada pequeña”, o “los hijos de Dios y los hermanos de Cristo”, son los únicos que son sellados con el Espíritu Santo. Sin embargo, y para sopresa mía, me topé con un versículo escrito por el apóstol Pablo a los creyentes de Efeso, y que lee así: Efesios 1:13: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el EVANGELIO de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Pues bien, ¿cómo fue que aquellos cristianos primitivos (supuestamente “Testigos de Jehová”) del primer siglo llegaron a ser sellados con el Espíritu Santo? Pues según el texto, HABIENDO OÍDO la palabra de verdad, que es el evangelio salvador, y habiendo CREÍDO EN ÉL (es decir, en el evangelio).

La pregunta es ésta: ¿Ha creído usted, amigo “Testigo de Jehová”, en la palabra de la verdad, el evangelio salvador? Si su respuesta es que sí, entonces usted está incluido en esta declaración de Pablo, y por tanto debe haber sido sellado con el espíritu santo de la promesa, de lo contrario, ¡usted sigue siendo un incrédulo de la palabra de la verdad!

Después de haber leído este comentario, le vuelvo a preguntar: ¿Seguirá usted creyendo al cuerpo gobernante de la Watchtower o al apóstol Pablo? Si usted persiste en creer a la WT, entonces usted no ha creído en el evangelio salvador, y ha permitido que la misma WT lo condene a la perdición.

viernes, 9 de abril de 2010

¿QUÉ EVANGELIO DEBE USTED CREER PARA SER SALVO? (ROMANOS 1:16)


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
.
Un evangelio poco conocido hoy
.
¿Sabía usted que el reino de Dios fue el mensaje central de nuestro Señor, y la razón que lo trajo a este mundo hace dos milenios? En Lucas 4:43 Jesús fue claro cuando dijo: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he sido enviado”. Aquí Jesús fue enfático cuando dijo que fue enviado para predicar EL REINO DE DIOS. Este REINO DE DIOS fue llamado por el mismo Señor como “el evangelio”, el único y singular evangelio salvador y que desafortunadamente se encuentra ausente en muchas de las iglesias supuestamente cristianas de hoy.
.
Es importantísimo saber que la frase “Reino de Dios” aparece en el evangelio de Marcos 14 veces; en Lucas 32 veces; en Mateo 4 veces, y 32 veces “el reino de los cielos”. Por cierto que también “el reino de Dios” aparece en el evangelio de Juan (6:33).
.
El teólogo George Eldon Ladd nos dice en su prólogo de su libro “El Reino de Dios”, lo siguiente: “Nuestro Señor Jesús dedicó gran parte de su ministerio público a la enseñanza del reino de los cielos. Este tema es aún hoy día un mensaje importante para el hombre dondequiera que éste se encuentre”.
.
También G.E. Ladd nos dice en la página 13 del mismo libro, lo siguiente: “El tema de la venida del Reino de Dios fue lo central de la misión de Jesús.”
.
Entonces es menester preguntarnos: ¿Hemos realmente recibido el evangelio primitivo de Jesús cuando nos convertimos? ¿No será que éste aún permanece perdido o ausente de nuestro montón de conocimientos recibidos de la Iglesia?
.
Un Reino que ha sido complicado y trucado con elucubraciones innecesarias
.
Siendo que el reino es un mensaje simple y claro, es sorprendente ver cómo en los sitios web cristianos dónde se trata del tema, se lo presenta de manera confusa y enrevesada que hace imposible que los simples puedan entenderlo, aquellos que son como niños de corazón y de mente.
.
Unos creen que el Reino es una realidad presente, pero otros lo creen futuro; unos creen que el reino es la iglesia, mientras que otros lo creen que será una monarquía restaurada judía en Jerusalén. Unos dicen que el reino está en el corazón del creyente, en tanto que otros creen que es el cielo mismo a donde supuestamente irán los salvos a morar eternamente.
.
Pero me pregunto, ¿sería posible que el mensaje central y salvador de Jesucristo fuera tan complicado y sujeto a miles de interpretaciones que lo único que haría sería confundir más bien que orientar a los potenciales creyentes?¿Cómo puede uno aceptar el prístino y salvador evangelio del reino si éste es presentado de manera contradictoria y embrollada por las diferentes denominaciones que lo predican?¿Podría ser que el diablo, el gran enemigo del evangelio de la gloria de Cristo, esté detrás de toda esta confusión reinante? Creo que es hora que entendamos el reino de Dios de manera como es presentada en las Escrituras, no a partir del Nuevo Testamento, sino desde el mismo Antiguo Testamento. La llamada Iglesia de Cristo presenta un reino eclesiástico que no se ajusta al Antiguo Testamento, pues recordemos que el reino de Dios no comenzó con Cristo, sino con su ancestro, David. Este insigne rey tuvo un reino literal en la tierra y súbditos a sus órdenes, sabemos que era muy reverenciado y mentado en las memorias o crónicas de Israel. Así que para entender el reino predicado por Jesús debemos estudiar sus antecedentes en el Antiguo Testamento.
.
La Expectativa de los Judíos del Primer siglo
.
Es muy interesante lo que se puede extraer de este suceso que relata la entrada de Jesús en Jerusalén, pues nos revela lo que los paisanos de Jesús esperaban con desesperación. Dice así el relato de Marcos: “Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego que entréis en ella, hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡BENDITO EL REINO DEL PADRE DAVID QUE VIENE! Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce”.
.
Después de leer este acontecimiento de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el pueblo se emocionó mucho, pues veían a su rey entrar en la ciudad capital del reino davídico, y ellos pensaron que el reino se manifestaría inmediatamente en Jerusalén. Por eso su exclamación fervorosa: “Bendito el reino del padre David que viene”. Pero, ¿estaban errados los judíos por semejante esperanza? Veamos. En Lucas 19 Jesús precisamente da una parábola (de las Diez Minas) por la misma razón: “…por cuanto estaba CERCA DE JERUSALÉN, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente” (Lucas 19:11). Pero nótese que Jesús no se detiene para reprender o corregir a aquellos hombres por su “supuesta ilusa esperanza” de un reino Davídico restaurado en Jerusalén”, y tampoco les dice algo así como: “Oigan, hijos de Abraham, sepan que yo no voy a reinar en Jerusalén sino desde el cielo y con mi iglesia”. Tampoco les dice que su reino es “en el corazón de mis discípulos” o cosa semejante. El simplemente avala su expectativa mesiánica dando una parábola para que entiendan que el reino davídico será efectivamente restaurado en Jerusalén, pero que AÚN TARDARÍA HASTA SU REGRESO O PARUSÍA EN GLORIA. Este hecho destruye o fulmina todas las otras tesis del reino que aparecen por internet, y que trastocan el verdadero mensaje o esperanza del reino davídico por restaurarse.
.
Cristo vino a confirmar las promesas hechas a los padres del pueblo Hebreo
.
Cuando comenzamos a aceptar que el reino está estrechamente ligado a los Judíos, y que Dios hizo pactos muy claros y específicos con Abraham y David, tanto a corto como a largo plazos relativos a una tierra y a un reino, entonces no nos iremos por la tangente con respecto a lo que significa bíblicamente el reino de Yahweh. El problema de las iglesias es que muchas de ellas interpretan alegóricamente el reino obviando su naturaleza terrenal y nacional, tal vez por prejuicios infundados como que los judíos fueron rechazados por Dios porque “mataron a Jesús”. Estos se olvidan de lo que escribió Pablo a los romanos: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció…” (11:1,2). En otra ocasión, Pablo les dice a los mismos romanos que Cristo vino a confirmar lo que Dios les prometió a los padres. Dice el apóstol, así: “Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres” (15:8). Así, pues, si Cristo vino a confirmar las promesas hechas a los padres, esto significa que están vigentes, al día, ¡y por cumplirse! Es necesario entender esto para no irnos por las ramas con relación al reino verdadero que vino a ser confirmado y predicado por Jesucristo, y que luego fue anunciado por sus apóstoles y discípulos verdaderos (Lucas 8:1,2; 9:1,2).
.
Pablo y el evangelio primitivo
.
A continuación veremos qué evangelio original predicaba el apóstol de los gentiles:
.
“Y entrando él dentro de la sinagoga, hablaba libremente por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo del reino de Dios” (Hechos 19:8).
.
“Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, por quien he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro” (Hechos 20:25).
.
“Y habiéndole señalado un día, vinieron á él muchos á la posada, á los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios, persuadiéndoles lo concerniente á Jesús, por la ley de Moisés y por los profetas, desde la mañana hasta la tarde” (Hechos 28:23).
.
“Predicando el reino de Dios y enseñando lo que es del Señor Jesucristo con toda libertad, sin impedimento” (Hechos 28:31).
.
“¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones. Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios” (1 Cor.6:9,10).
.
“Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción” (1 Cor. 15:50).
.
“Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gál. 5:21).
.
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, ó inmundo, ó avaro, que es servidor de ídolos, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios” (Efe. 5:5).
.
“Y os protestábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó á su reino y gloria” (1 Tes. 2:12).
.
“Una demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis” ( 2 Tes.1:5)
.
“REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino” (2 Tim. 4:1).
Otros que creyeron en el evangelio primitivo:
.
José de Arimatea:
.
“José de Arimatea, senador noble, que también esperaba el reino de Dios, vino, y osadamente entró á Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús”.
.
Los Apóstoles:
.
“EN aquel tiempo se llegaron los discípulos á Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?” (Mateo 18:1).
.
“Entonces los que se habían juntado le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restituirás el reino á Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6,7)
.
La Madre de los hijos de Zebedeo:
.
“Entonces se llegó á él la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorándo le, y pidiéndole algo. Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Di que se sienten estos dos hijos míos, el uno á tu mano derecha, y el otro á tu izquierda, en tu reino” (Mateo 20:19,20).
.
El pueblo Judío:
.
“Bendito el reino de nuestro padre David que viene: ¡Hosanna en las alturas!” (Marcos 11:10).
.
Los fariseos:
.
“Y preguntado por los Fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia” (Lucas 17:20).
.
El “buen ladrón” de la Cruz:
.
“Y dijo á Jesús: Acuérdate de mí cuando vinieres a tu reino” (Lucas 23:42).
Jesús llamó a los hombres a predicar el reino
.
“Jesús le dijo: ‘Dejen que los muertos entierren a sus propios muertos, y tu ve y predicar el reino de Dios” (Lucas 9:60).
.
Jesús previó la continuación de la Predicación de este evangelio del reino hasta Su Segunda Venida
.
Marcos 16:15,16: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio (del reino, Mar. 1:14,15) a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
.
Lucas 9:60: “Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios”.
.
Lucas 9:1,2: “Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos”.
.
Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
.
Mateo 10:7: “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de Dios se ha acercado.”
.
Mateo 24:14: “Y este evangelio del reino será predicado como testimonio en todas las naciones, y entonces vendrá el fin”.
.
El ministerio de Felipe: el bautismo y el reino
.
Es interesante leer sobre el ministerio de Felipe en Hechos 8:12, 13 y que dice: “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. También creyó Simón (el mago) mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito”. Noten ustedes, hermanos, que aquellos discípulos de Felipe fueron bautizados por él cuando creyeron, ¿en qué? ¡en el anuncio del evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesús! Así que sí los discípulos de Felipe se bautizaron creyendo en Jesús y en su evangelio del reino. Entonces, ¿por qué millones de cristianos se bautizan hoy “creyendo” sólo en Cristo sin creer al mismo tiempo en su reino?¿Por qué se les ha ocultado el reino de Dios? No será que Satanás está detrás de este error?¿No dice Pablo de Satanás que “…el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (la gloria y reino son sinónimos—comparar Mateo 20:21 y Marcos 10:37) el cual es la imagen de Dios”. Sí, el enemigo obscurece la mente de los incrédulos (ojo: ¡Hay muchos cristianos gentiles incrédulos que suponen que el reino de Dios no es para ellos sino sólo para los Judíos!) para que no entiendan el evangelio del reino de Cristo, y así no se salven.
.
La Muerte, Sepultura, y Resurrección de Cristo Dentro el Evangelio Salvador
.
Es justo y crucial señalar que Pablo menciona igualmente la muerte, sepultura y resurrección de Cristo como parte integrante del evangelio salvador, según lo leemos en 1 Corintios 15:1-9. Y es que es imposible heredar el reino de Dios si Cristo no hubiera muerto en la cruz y resucitado de entre los muertos en victoria. Esto lo explica el apóstol Pablo mismo cuando dice que si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe y esperanza de gloria. Así que el evangelio de Cristo, el del reino, se ve fortalecido y garantizado por la buena nueva de que Su Majestad, el rey, resucitó, está glorificado, y presto a volver para darnos nuestra corona de gloria también. Esto debemos creerlo también de todo corazón para ser salvos.
.
Pregunta Crucial
.
¿Está su pastor predicando este mismo mensaje bíblico (apostólico) en su iglesia? Usted tiene que definir bien este asunto, porque creer en un evangelio falso no lo salvará, pues sólo hay un evangelio salvador, y no dos o más (Gál. 1:6-9). Ese evangelio primitivo, recuerde, es el reino de Dios y la muerte, sepultura y resurrección de Cristo al tercer día. Este fue el mensaje completo que el Señor espera que prediquemos a los hombres para su salvación (Lucas 4:43, Lucas 9:60; Rom. 1:16; 1 Cor. 15:1-9).

miércoles, 24 de febrero de 2010

¿ES POSIBLE REALMENTE SABER SI UNO ES SALVO? ¡PUES, NO,… AÚN!


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Sí, y aunque usted se sorprenda, ningún cristiano puede decir que es salvo, porque sencillamente ningún cristiano ha sido del todo salvo. ¿Pero cómo puede ser eso posible?, se preguntará usted, y no le quitamos la razón, puesto que siempre se nos ha enseñado que Jesús vino a salvar a los pecadores.

La salvación como proceso

Lo que los cristianos deben entender es que la salvación es un proceso que empieza con nuestra conversión o arrepentimiento, y la aceptación por fe en Cristo y su evangelio del reino. Pero allí no acaba todo, pues ese converso es un niño en la fe que necesitará madurar hasta llegar a la “perfección” o a la “estatura de Cristo”. Sólo en esta condición de maduro o perfecto podrá ganar su salvación. Veamos algunos pasajes de la Escritura que demuestran que la salvación es un proceso, pues Pablo escribió a los Filipenses: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra SALVACIÓN con temor y temblor” (
Filipenses 2:12). ¿”Ocupaos en vuestra salvación”? Así es, hay que ocuparse día a día para ganar la salvación. Es necesario que el trabajador trabaje primero para que gane su retribución o pago. Dice Pablo: El LABRADOR, para participar de los frutos, debe trabajar primero” (2 Timoteo 2:6)

La perfección como requisito para la salvación

Las Escrituras nos mandan a llegar a ser perfectos para ser los poseedores de las herencias prometidas. Por ejemplo, el apóstol Pedro dice que para entrar en el reino uno debe madurar, crecer, y perfeccionarse. En 2 Pedro 1:5-11, él escribe: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Nótese que para entrar en el reino (que equivale a la salvación, véase Mateo 19:16-25) es necesario hacer firme nuestra elección y vocación por medio del crecimiento y la perfección espiritual. SE requiere añadir a la fe inicial, la virtud, el conocimiento, el domino propio, la paciencia, la piedad, el afecto fraternal, y a éste, el amor. ¿Pero cuántos pueden decir que lo están logrando? Por eso, cuando los creyentes afirman que son salvos, deberían considerar seriamente si realmente han logrado llegar a la “cúspide” de la fe como lo requiere Pedro. Pero pareciera que para muchos cristianos negar su completa salvación es negar su conversión, lo cual no es verdad. Uno puede ser un sincero converso, pero no un salvo todavía.

Si usted examina bien las Escrituras, verá que ellas nos hablan frecuentemente del perfeccionamiento. Y esto es importante, pues sólo los perfectos habitarán la nueva tierra del futuro. Dice Salomón: “Porque los rectos habitarán la tierra, Y los PERFECTOS permanecerán en ella” (
Proverbios 2:21). “El que hace errar a los rectos por el mal camino, El caerá en su misma fosa; Mas los PERFECTOS heredarán el bien” (Proverbios 28:10). Es obvio que es imposible que un recién convertido sea perfecto, así como es imposible que un niño recién nacido sea maduro. Necesitará crecer primero a la estatura de Cristo. Por eso el Señor “constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de PERFECCIONAR a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13). ¿Se da usted cuenta ahora por qué usted no es salvo apenas se convierte, sino que más bien usted ha comenzado un proceso de salvación de por vida hasta para alcanzar la plena madurez, perfección y la estatura de Cristo? El apóstol Pablo era consciente de esto, por eso él habló de su vida cristiana como una carrera. El escribió: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”(2 Timoteo 4:7,8).

¿Acaso no dice la Biblia que Cristo nos salvó?

Algunos podrán alegar que Cristo ya nos salvó y para probarlo nos muestran los pasajes siguientes:

“Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5) y “Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:9). Sin embargo, el mismo Pablo dice cómo nos salvó el Señor: Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? (
Romanos 8:24). Es decir, tenemos esa esperanza de ser salvos, y esa esperanza nos ha salvado. A los Tesalonicenses Pablo confirma lo que decimos, cuando escribe: “Pero puesto que nosotros somos del día, seamos sobrios, habiéndonos puesto la coraza de la fe y del amor, y por yelmo la esperanza de la salvación” (1 Tesalonicenses 5:8). Y a Tito, Pablo iguala la esperanza de la salvación, con la esperanza de la vida eterna. “Para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna (Tito 3:7). Así que, tanto la salvación y la vida eterna son aún nuestras mayores esperanzas junto con la misma venida de Cristo (Tito 2:13).

La Parusía y la salvación definitiva

Pablo dice que Cristo volverá por segunda vez para salvarnos en: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Hebreos 9:28). Y Pedro es de igual parecer, cuando dice: “Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:5). Así que nadie aún es salvo hasta que venga Cristo, nuestro Señor, y tome cuentas a sus siervos por lo que han hecho mientras estaba ausente. En Lucas 19:11-27 Jesús habló de la Parábola de las Diez Minas y en ella él habla del amo que regresa y recompensa a sus siervos por lo que han hecho con sus minas. Los que hicieron más tendrán más dominio sobre las naciones, y los que hicieron menos, menos domino sobre las naciones. Pero aquellos negligentes que guardaron sus minas y se dieron la gran vida, sufrirán la decapitación delante del amo y perecerán para siempre. Así que la vida cristiana es una vida de continuo trabajo para obtener la salvación, que no es otra cosa que ganar la vida eterna en el reino de Dios. Esta verdad muy pocas personas lo entienden, pero una vez que leen Mateo 19:16-25, quedan plenamente convencidos de lo que decimos.

Hermanos, no crean cuando los predicadores le dicen que usted ya ha sido salvado por haber “aceptado a Cristo”. Ese engaño puede resultarle peligroso, ya que le puede dar una falsa sensación de seguridad que no la tiene. El diablo ha levantado engañadores que ofrecen una salvación automática y fácil. Ellos dicen que con sólo “aceptar a Cristo y recibirlo en su vida” usted ya es salvo…¡mentira! Usted no ha sido salvo por aceptar a Cristo y su evangelio!…Usted ha aceptado a Cristo y su evangelio para entrar en el camino de la salvación. Usted ha aceptado correr la carrera cristiana para estar en forma para cuando Cristo regrese, y así él le pueda otorgar su corona de gloria por haber sido un buen “atleta cristiano”. Usted no entrará al reino si usted ha descuidado su ejercitación espiritual y moral, y se ha quedado plantado, pasmado, y fuera de forma. Esta es la verdad que nos presenta la Biblia.


www.apologista.blogdiario.com


www.elevangeliodelreino.org


www.yeshuahamashiaj.org
www.apologista.over-blog.es

viernes, 20 de noviembre de 2009

2 PEDRO 1:1— JESÚS: ¿NUESTRO DIOS Y SALVADOR?


Es sorprendente que Pedro diga en 2 Pedro 1:1 que Jesús es nuestro Dios y Salvador y en otro pasaje él distinga a “Dios” de Jesús, el Salvador (ver. 1 Pedro 1:2: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús”). Por lo que es muy poco probable que Pedro quisiera significar algo diferente en 2 Pedro 1:1. Incluso en el siguiente versículo (el 2), Pedro distingue entre Dios y Jesús, así: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús” (2 Pedro 1:2). Así el contexto sí indica que se refiere a dos personas. Esta es la base de algunas traducciones que traducen esto en tal forma como para mostrar una distinción entre “Dios” y “Nuestro Salvador, Jesucristo”.
A continuación se presentan algunas traducciones de la frase de 2 Pedro 1:1, en el que se indica una distinción entre Dios y Jesús:
“…de la justicia de Dios y nuestro Salvador Jesucristo” – Traducción de la Biblia del Tercer Milenio.
“…de nuestro Dios y de Cristo Jesús Salvador” – New Revised Standard Version (Nueva Versión Estándar Revisada)
“…a través de la justicia de nuestro Dios y de nuestro Libertador, Yeshua el Mesías” – La traducción de la Biblia Judía Completa
“…a través de la justicia de Dios y nuestro Salvador Jesucristo” – Traducción de la Biblia de Webster
“…justicia de nuestro Dios y de nuestro Salvador Jesucristo”. – Nuevo Testamento de Weymouth
“…de la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo” – Nueva Versión Internacional
“..nuestro Dios y salvador Jesucristo” – Nueva traducción de la Biblia Americana, margen
“…la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo”: – Nuevo Testamento Literal Concordante
“…la ‘veracidad de nuestro Dios y de Jesucristo”. – Nuevo Testamento de Daniel Maza (1729)
“…la justicia de nuestro Dios y nuestro Salvador, Jesucristo” – Traducción literal de la Biblia, por Jay P. Green, Sr.
“…de la justicia de nuestro Dios y de nuestro Salvador Jesucristo” – Traducción de la Biblia en Inglés simple

“…compartir la fe que Dios en su justicia ha asignado también a nosotros, así como el de nuestro Salvador Jesucristo. – 21st Century NT (N.T del Siglo 21)
Por supuesto, si el manuscrito siriaco es correcto, la palabra “Dios” no aparece siquiera en 2 Pedro 1:1.

viernes, 9 de octubre de 2009

“¿TENIENDO OJOS NO VEIS, Y TENIENDO OÍDOS NO OÍS?¿Y NO RECORDÁIS?” (Marcos 8:18)


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Estimados lectores, millones de llamados cristianos oyen, cuando se leen las Escrituras en sus iglesias, las famosas bienaventuranzas de Jesús en Mateo 5:1-12, donde dice:“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (vs. 1-12).En estas bienaventuranzas Jesús enseña una doctrina escatológica totalmente diferente de la que se escucha en las iglesias (católicas y protestantes por igual).

En estas iglesias se oye constantemente que iremos a vivir al cielo si somos “buenos” y que la tierra será finalmente destruida por fuego. Estos cristianos tienen ojos para ver y para leer, y oídos para oír, y no entienden nada. Simplemente no prestan atención a lo que dice Jesús en sus llamadas “Bienaventuranzas”.

¿Y qué podemos resaltar de las Bienaventuranzas?

Pues entre otras cosas, las siguientes oraciones:

1.- Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

2.- Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.

3.- Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.¿Encontramos allí algo que nos diga que vamos a partir al cielo para entrar a una mansión celestial para siempre?¿Lee usted algo parecido a la creencia popular de que la tierra desaparecerá y que nuestras almas partirán al cielo después de morir? Yo, en lo personal, ¡no!

¿Qué es el Galardón en los cielos?

Pero algunos me dirán: ¿Acaso, Sr. Apologista, pasará usted por alto lo dicho por Jesús en esas mismas bienaventuranzas, cuando dice: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos”? ¿Acaso no habla aquí Jesús de que iremos al cielo para estar con Dios Padre y con él? Pues no! En esta parte de las bienaventuranzas Jesús no dice eso! ¿O es que acaso Jesús se está contradiciendo cuando habla de que los mansos heredarán la tierra y no el cielo? ¡De ningún modo!, pues Jesús no puede contradecirse, puesto que él es la fuente de la verdad, aunque hay que armonizar sus dichos con otras Escrituras para entenderlo mejor. Lo que Jesús dice es que grande es nuestro galardón que está RESERVADO en los cielos (Ver 1 Pedro 1:4). Simplemente está reservado allá y listo para manifestarse, es decir, nuestra corona de la vida que traerá Jesús en su venida (Apo. 2:10; 22:12)…y por supuesto la Nueva Jerusalén que bajará a la nueva tierra para que tomemos nuestras respectivas moradas prometidas en Juan 14:2,3.¿Es el reino de los cielos el cielo mismo?

Algunos, sin embargo, argumentarán que en sus bienaventuranzas Jesús sí ofrece el cielo a los suyos cuando dice Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Es decir, ellos suponen que cuando Jesús ofrece el reino de los cielos, él está prometiendo el cielo a los suyos. Pero es realmente cierto eso? ¿Puede Cristo ofrecer el cielo a los pobres en espíritu, y la tierra a los mansos?¿Es esa la enseñanza de Jesús? ¡No lo creo ni por un segundo! Creo que cuando Jesús ofrece el reino de los cielos, él está ofreciendo el reino que viene de los cielos, y que es de Dios, no de los hombres. Así, el reino que se establecerá en la tierra será un reino celestial en la tierra, un reino que estará dirigido por Dios a través de su agente, el Mesías Jesús.Recordemos amigos que Jesús nos ofrece una nueva tierra donde imperarán él, su reino, y la justicia verdadera. Este es el mensaje central de las bienaventuranzas de Jesús…¡pero muchos aún oyen esto y no entienden ni pueden recordar nada. Sólo recuerdan la tradicional enseñanza católico-gnóstica de la partida post-mortem de las almas al cielo para estar con la Divinidad. Pero esto no fue lo que Jesús enseñó. Debemos retomar el mensaje verdadero de Cristo que es su reino venidero de justicia en la tierra. Por eso Jesús nos mandó que pidiéramos y buscáramos constantemente la venida de su reino, tanto en Mateo 6:10 como en Mateo 6:33. Esta no fue una petición para un reinado de Cristo “en el corazón de los creyentes”, sino para un reinado literal de Jesús en la tierra, donde por fin el mal y el malo no existirán más.

Ciegos para ver y sordos para oír acerca del evangelio del reino

También muchos parecen desoír y olvidarse que el evangelio verdadero es descrito como el reino de Dios. En numerosos pasajes del NT encontramos la locución: “El evangelio del reino” pero los cristianos de hoy simplemente leen “el evangelio” y se olvidan del reino. Es decir, están sufriendo de Alzheimer o de “olvidaditis aguda”, una enfermedad muy común entre católicos y protestantes por igual. Ellos han leído y escuchado que Cristo predicó el evangelio del reino, pero luego ellos enseñan otros evangelios que ni siquiera se asoman por las Escrituras, como es el caso del “evangelio social”, y “el evangelio de la prosperidad”. Estos falsos evangelistas para nada hacen mención de aquella parte del evangelio que se refiere al reino…el reino de Dios. Definitivamente estos “cristianos” oyen pero no escuchan, ven pero no leen correctamente. Y eso que Pablo dijo que sólo hay un verdadero evangelio…y no dos o más (Gál. 1:6-9). Por eso me llama la atención, y me sigue escandalizando, por el descuidado reinante entre los afamados predicadores “cristianos” cuando omiten el reino de Dios en sus prédicas del evangelio. Y allí están miles de bobos siguiendo a tales guías ciegos, sin protestar en absoluto por tal grave omisión en sus “homilías salvíficas”. Estos potenciales creyentes son simplemente ciegos que son guiados por ciegos…¡y ya sabemos cómo terminarán aquellos que son guiados por ciegos!

Pero por otro lado entiendo que estos predicadores son instrumentos de Satanás y presas del engaño satánico, pues como dice Pablo: “el dios de este siglo ha cegado el entendimiento de los incrédulos (estos predicadores son verdaderos incrédulos), para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo…” (2 Cor. 4:4). Simplemente estos evangelizadores están CIEGOS, y son guías ciegos que guían a otros ciegos en dirección al foso oscuro de la perdición eterna.

El reino de Dios es el evangelio salvador

Jesús dijo: “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio (Buenas Nuevas).” (Marcos 1:15). ¿Y qué era ese evangelio o Buenas Nuevas de Jesús? El versículo anterior, el 14, Jesús mismo lo revela: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios.”

Si esto es muy complicado para entender, entonces hay un problema con la inteligencia humana, pues esto está dicho para que aun un niño lo pueda comprender sin problema alguno. Sin embargo, los más entendidos de los hombres parecen no captar esta sencilla verdad de que el evangelio de Cristo es el Reino de Dios, y han optado por inventar nuevos y más “potables” evangelios para el gran público hambriento de promesas “fuera de este mundo”.

Y es muy importante predicar el único y singular evangelio porque de esto depende nuestra salvación. Así lo dijo Pablo con estas palabras que no deberían borrarse de nuestras mentes inquisidoras: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de salvación a todo aquel que cree (en el evangelio, claro), al Judío primeramente y también al Griego” (Romanos 1:16).

Pero si alguno cree en un evangelio falso, ¿podrá realmente salvarlo? Un sencillo ejemplo: si usted necesita tomar Aspirina para su dolor de cabeza, y toma Alcaselser, logrará conseguir alivio para su mal? No lo creo! Usted necesita creer en el evangelio correcto “prescrito” por el médico Jesús para poder conseguir la salvación de todo su ser. Usted debe confiar y obedecer lo que el gran Médico y salvador de los enfermos receta para la curación definitiva de su mal. Así que empiece creyendo en su remedio salvador que se llama: “el evangelio del reino”. Este remedio usted deberá buscar y pedir todos los días hasta que se complete su tratamiento justo cuando regrese el Médico celestial a visitarlo nuevamente en persona. Ya si después de toda esta exhortación la gente persiste en creer en evangelio espurios, en cuentos de hadas, allá ellos. De los torpes e insensatos no es el reino, sino de sabios y entendidos.




jueves, 30 de julio de 2009

EL NIÑO QUE ENTREGÓ UN MENSAJE DE VIDA


Tremendo mensaje

Todos los Domingos por la tarde, después del servicio mañanero en la iglesia, el Pastor y su hijo de 11 años iban al pueblo a repartir volantes a cada persona que veían. Este Domingo en particular, cuando llegó la hora de ir al pueblo a repartir los volantes, el tiempo estaba muy frío y comenzó a lloviznar. El niño se puso su ropa para el frío y le dijo a su padre, ‘OK, papá, estoy listo’.

Su papá, el Pastor, le dijo, ‘Listo para qué?’

‘Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.’

El papá respondió, ‘Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando.’

El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, ‘Pero Papá, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.’

El Papá contestó , ‘Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.’
Con desespero, el niño dijo, ‘Papá, puedo ir yo solo? Por favor?
Su padre titubeó por un momento y luego dijo, ‘Hijo, tú puedes ir.
Aquí tienes los volantes, ten cuidado.’
‘Gracias papá!’

Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.

Después de 2 horas caminando bajo la lluvia, con frío y su último volante, se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el volante, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces él se viró hacia la primera casa que vio, caminó hasta la puerta del frente, tocó el timbre varias veces y esperó, pero nadie salió.


Finalmente el niño se volteó para irse, pero algo lo detuvo. El niño se volteó nuevamente hacia la puerta y comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Él seguía esperando, algo lo aguantaba ahí frente a la puerta. Tocó nuevamente el timbre y esta vez la puerta se abrió suavemente.
Salió una señora con una mirada muy triste y suavemente le preguntó,
‘Qué puedo hacer por ti, hijo.’


Con unos ojos radiantes y una sonrisa que le cortaba las palabras, el niño dijo, ‘Señora, lo siento si la molesté, pero sólo quiero decirle que *DIOS REALMENTE LA AMA* y vine para darle mi último volante, que habla sobre DIOS y SU GRAN AMOR. El niño le dio el volante y se fue.


Ella solo dijo, ‘GRACIAS, HIJO, y que DIOS te bendiga.’


Bien, el siguiente domingo por la mañana el pastor estaba en el púlpito y cuando comenzó el servicio preguntó, ‘Alguien tiene un testimonio ó algo que quiera compartir?.


Suavemente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando empezó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos:

‘Nadie en esta iglesia me conoce. Nunca había estado aquí, incluso todavía el domingo pasado no era Cristiana. Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. El domingo pasado fue un dia particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón; ese día llegué al final del camino, ya que no tenía esperanza alguna ni ganas de vivir. Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré y aseguré bien un extremo de la soga a las vigas del techo; entonces me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. Parada en la silla, tan sola y con el corazón destrozado, estaba a punto de tirarme cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre de la puerta. Entonces pensé, ‘Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá’.

Yo esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más insistente, y luego la persona comenzó a golpear la puerta con fuerza.


Entonces me pregunté, QUIEN PODRÁ SER? Jamás nadie toca mi puerta ni vienen a verme! Solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez con mayor insistencia.

Cuando abrí la puerta no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi puerta estaba el más radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh, nunca podré describirla! Las palabras que salieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida, cuando dijo con voz de querubín , ‘SEÑORA , sólo quiero decirle que DIOS realmente la ama.’

‘Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia , cerré mi puerta y leí cada palabra del volante. Entonces fui al ático para quitar la silla y la soga. Ya no las necesitaría más.. Como ven ahora soy una hija feliz del REY. Como la dirección de la iglesia estaba en la parte de atrás del volante, yo vine personalmente decirle GRACIAS a ese pequeño ÁNGEL DE DIOS que llegó justo a tiempo y, de hecho, a rescatar mi vida de una eternidad en el infierno.’

Todos lloraban en la iglesia. El Pastor bajó del pulpito hasta la primera banca del frente, donde estaba sentado el pequeño ángel; tomó a su hijo en sus brazos y lloró incontrolablemente.

Probablemente la iglesia no volvió a tener un momento más glorioso.

Dios bendiga tus ojos por leer este mensaje. No permitas que este mensaje muera de frío; después de leerlo, pásalo a otros.


Recuerda, el mensaje de DIOS puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien cerca de ti…


¡! Que Dios te bendiga siempre ¡!

LA VERDAD DE LA PANDEMIA