martes, 15 de septiembre de 2009

DRAMÁTICO TESTIMONIO DE UNA TESTIGO DE JEHOVÁ DESILUSIONADA DE LOS LÍDERES DE SU SECTA


Hola, Apologista:


Me llamo Karina, yo soy testigo de Jehová hace 15 años y toda mi familia. Busqué sitios que me dejaran mandar una pregunta a los Testigos de Jehová y no los encontré. Sólo encontré páginas como la suya…es irónico, pero yo no sabía de tantas cosas que me estoy enterando ahora.

La razón por la cual escribo esto es porque yo amo a Jehová y no entiendo por qué existe desamor en las congregaciones de los TJ si se supone que estamos en la religión verdadera. Yo estoy inactiva hace 2 años y les cuento que toda mi familia es Testigo de Jehová. Yo tengo 35 años de edad, de los cuales he dedicado más de 10 a Jehová, dejando toda mi vida a un lado por servirle a Él. Todo estaba bien hasta que me casé y nació mi hija que a los 6 años le encontraron una enfermedad rara que sólo tiene 4 casos en Chile. Es una enfermedad terminal muy cara cuyo costo es de más 450.000 pesos mensuales lo cual no podemos costear. Me sentí muy sola con este dolor de ver que mi hija muere un poco todos los días sin tener ayuda de nadie. Tratamos mucho tiempo de no pedir ayuda a los hermanos, y sólo recurríamos a entes de gobiernos e incluso a la televisión para poder trasladar exámenes al extranjero que erróneamente pensamos que BETEL PODRIA TRANSPORTAR PERO NOOO…ELLOS NO AYUDAN A NADIE. ES MUY FUERTE PARA MI HABLAR MAL DE ELLOS, POR QUE AMO A JEHOVA, y aún soy testigo de Jehová.

Le cuento que cada día estábamos peor, hasta el punto de no tener que comer. Vivimos muy cerca de la casa Betel y una hermana que trabajaba en Betel y me dijo que a ellos les sobraba la comida y que se la llevaban a la casa. Le pedí que preguntara si podían darme a mí algo y a ella le respondieron que no, porque no se podía hacer eso. Hablé con el superintendente y le pedí que me regalaran cartón que ellos botan y me dijeron que no, que si me lo dan a mi tendrían que darle a otros hermanos. En fin, son muchas las cosas que puedo decir pero por respeto no lo hago. Actualmente mi hija tiene 12 años y estamos muy cansados tratando de sacarla adelante, y muy heridos por la supuesta “hermandad”.

Gracias por escucharme, ya que con ellos uno no se puede comunicar. Me encantaría poder preguntarle en su cara cómo es posible que permitan que un niño muera por sólo no querer prestar un poco de ayuda?

Desearía compartir mis experiencias con otros Testigos que ignoran cómo son en realidad los líderes de esta organización que pensé era dirigida por Jehová Dios.

Mi correo es






¿PRUEBA LA RELIGIÓN DE MITRA QUE EL CRISTIANISMO ES FALSO?


Estimados amigos:


Algunos críticos del cristianismo enseñan que la religión cristiana no se basa en la revelación divina, sino que fue formada de fuentes paganas, y Mitra es una de ellas. Afirman que la figura de Mitra tiene mucho en común con Jesús, demasiado comunes para ser coincidencia.


El Mitraísmo fue una de las principales religiones del Imperio Romano, que se deriva del antiguo dios persa de la luz y la sabiduría. El culto del mitraísmo era muy prominente en la antigua Roma, especialmente entre los militares. Mitra era el dios de la guerra, batalla, la justicia, la fe, y el contrato. De acuerdo con el mitraísmo, Mitra se llamaba el hijo de Dios, nació de una virgen, tuvo discípulos, fue crucificado, resucitó de entre los muertos al tercer día para expiar los pecados de la humanidad, y regresó al cielo. Por lo tanto, los críticos sostienen que el cristianismo prestó sus conceptos del culto a Mitra. Pero, ¿es éste el caso? ¿Se puede demostrar que el cristianismo tomó elementos del culto de Mitra para el desarrollo de su teología?


En primer lugar, el cristianismo no necesita de ninguna influencia externa para obtener cualquiera de sus doctrinas. Todas las doctrinas del cristianismo existen en el Antiguo Testamento, donde podemos ver las enseñanzas proféticas de Jesús como el Hijo de Dios (Zac. 12:10), nacido de una virgen (Isaías 7:14), fue crucificado (Salmo 22), Su expiación por sangre (Lev. 17:11), su resurrección de los muertos (Salmo 16:10), y la salvación por la fe (Habacuc 2:4). Además, los escritores de los evangelios fueron testigos de la época (o dirigida por testigos presenciales como son Marcos y Lucas), que representan con exactitud la vida de Cristo. Por lo tanto, lo que hicieron fue escribir lo que enseñó Jesús, así como registrar los eventos de su vida, muerte y resurrección. En otras palabras, se registró la historia, los hechos reales y por lo tanto no tenían necesidad de fabricar o de tomar prestado de ninguna otra religión.


Habrá sin duda similitudes en algunos temas religiosos, dada la cultura agraria. Recuerde, una sociedad de base agrícola, como era la gente de la zona del Mediterráneo antiguo, sin duda desarrollarán temas teológicos basados en hechos observables, es decir, la vida, muerte y resurrección de la vida hallada en los cultivos, del ganado, y en la vida humana. Sólo sería natural desarrollarse para temas similares ya que se observan en la naturaleza y puesto que la gente creó dioses en relación con la naturaleza. Sin embargo, cualquier lectura del Antiguo Testamento resulta en la observación de la intrusión de Dios en la historia judía como se registra en los milagros y el don de profecía. Añada a eso la evidencia arqueológica increíble de las ciudades y eventos del Antiguo Testamento y usted tiene un documento basado en hechos históricos en lugar de la fabricación mítica. Por otra parte, es de estos escritos del Antiguo Testamento que se desarrollaron los temas del Nuevo Testamento.


A continuación se presenta un gráfico que demuestra algunas de los temas del Nuevo Testamento se encuentran en el Antiguo Testamento.


Tema del Antiguo Testamento Referencia del Nuevo Testamentocumplido en Jesús


La Ascensión de Jesús a la diestra de Dios
Sal. 110:1 Mateo 26:64, Hechos 7:55-60, Ef. 1:20


Expiación por la sangre
Lev. 17:11 Hebreos 17:11. 9:22


Jesús es el Unigénito Hijo
Salmo 2:7 Hechos 13:33; Heb. 1:5

La crucifixión
Salmo 22:11-18, Zac. 12:10 Lucas 23:33-38

Hijo de Dios
Miqueas 5:1-2; Salmo 2:7 Heb. 1:5; 5:5

El representante de Dios entre su pueblo
Isaías 9:6, 40:3 Juan 1:1,14; 20:28; Col. 2:9; Matt. 3:3

Venida de Cristo del Padre
Ex 3:14; 2) Sal. 45:6 Isaías 9:6; Zac. 12:10 1) Juan 8:58; 1:1,14; 2) Heb. 1:8, Col. 2:9, Heb. 1:1-3

Hijo Unigénito
Gen. 22:2. Ver Tipología Juan 3:16, Heb. 11:7

Resurrección de Cristo
Salmo 16:9-10, 49:15; es. 26:19 Juan 2:19-21

Retorno de Cristo
Zac. 14:1-5; Miq. Mateo 1:3-4. 16:27-28, Hechos 1:11; 3:20

Ofrenda por el pecado
Ex. 30:10; Lev. Rom 4:3. 8:3; Heb. 10:18, 13:11

Hijo de Dios,
Salmo 2:7 Juan 5:18

Expiación Sustitutiva
Isaías 53:6-12; Lev. 6:4-10,21 Matt. 20:28, 1 Ped. 2:24; 2 Cor. 5:21; 1 Ped. 3:18;

Nacimiento de una Virgen
Isaías 7:14 Matt. 1:25

Como puede usted ver, no hay necesidad de que cualquiera de los escritores cristianos tomara prestado de cualquier otra cosa que no fuera la fuente del Antiguo Testamento, a fin de establecer una doctrina cristiana sobre Jesús. Si es cierto el argumento de que las mitologías paganas pre-dataron a las enseñanzas cristianas y que el cristianismo tomó de ellas muchos elementos, entonces también debe ser verdad que las religiones paganas tomaron elementos de la religión judía, ya que el judaísmo es anterior o más antiguo de lo que ellas son! Teniendo en cuenta que todos los temas cristianos se encuentran en el Antiguo Testamento y el Antiguo Testamento se inició alrededor de 2000 aC y terminó alrededor de 400 aC, entonces podemos concluir que estas religiones paganas de hecho han tomado de las ideas judías que se encuentran en el Antiguo Testamento. Piense en ello. La idea de un sacrificio de sangre y una cubierta para el pecado se encuentra en los tres primeros capítulos del Génesis, cuando Dios cubrió a Adán y Eva con pieles de animales y profetizó la venida del Mesías.

Además, los que escribieron sobre Jesús en el Nuevo Testamento fueron Judíos (o bajo la instrucción de los Judíos) devotos que creyeron firmemente en la legitimidad y la inspiración de las Escrituras del Antiguo Testamento y que sentían un fuerte desprecio por las religiones paganas. Hubiera sido una blasfemia para ellos incorporar fuentes paganas en lo que veían como el cumplimiento de las sagradas escrituras del Antiguo Testamento sobre el Mesías. Además, dado que estaban escribiendo sobre Jesús, ellos estaban escribiendo basados en lo que Él enseñó: la verdad, el amor, la honestidad, integridad, etc, ¿Por qué entonces mentirían e inventarían historias para luego sufrir una gran persecución, dificultades, el ridículo, el arresto, las palizas, y la muerte por todas las mentiras y falsedades fabricadas del paganismo? No tiene sentido.

En el mejor de los casos, el Mitraísmo tenía algunos temas comunes con el cristianismo (y el judaísmo) que se registraron en el Antiguo y Nuevo Testamentos. Lo que es lo más probable es que, mientras el mitraísmo desarrollaba, comenzó a adoptar los conceptos cristianos.

“Las denuncias de una dependencia del cristianismo primitivo en el mitraísmo han sido rechazadas por muchos motivos. El Mitraísmo no tenía el concepto de la muerte y resurrección de su dios y no hay lugar para cualquier concepto de renacimiento – al menos durante sus primeros tiempos … Durante las primeros etapas del culto, la idea de la reencarnación habría sido ajeno a su perspectiva de base … Además, el mitraísmo era básicamente un culto militar. Por lo tanto, uno debe ser escéptico acerca de las sugerencias de que atrajo a personas no militares como los primeros cristianos “1.

Lo que es más probable es que con el carácter explosivo de la iglesia cristiana en el siglo 1 y 2, otros grupos de culto comenzaron a adaptarse para aprovechar algunas de las enseñanzas contenidas en el cristianismo.

“Si bien hay varias fuentes que sugieren que el mitraísmo incluía una idea de la reencarnación, todas son post-cristianas. … La primera data de finales del siglo II dC” 2

Por lo tanto, a pesar de que existen similitudes entre el cristianismo y el mitraísmo, corresponde a los críticos demostrar que uno ha tomado del otro. Pero, teniendo en cuenta que los escritores del Nuevo Testamento fueron Judíos que evitaban la filosofía pagana y que el Antiguo Testamento tiene todos los temas que se encuentran en el cristianismo, es mucho más probable que si algún tipo de préstamos se hizo, fue hecho por las religiones paganas que quisieron emular el éxito del cristianismo.

____________


1. R. Nash, el cristianismo y el mundo helenístico como aparece

citado en Norman Geisler, Enciclopedia Baker de Apologética Cristiana, Grand Rapids: Baker Books, 1999, p. 492.

2. Bill Wilson, compilado por The Best of Josh McDowell: una defensa Ready, Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1993, p. 167.
Fuente:


Traducido por: Apologista





HALLAN EN ISRAEL LA SINAGOGA MÁS ANTIGUA HASTA AHORA DESCUBIERTA


Los restos de una sinagoga de 2.000 años de antigüedad donde Jesús pudo haber predicado fue hallada por los arqueólogos en la orilla del mar de Galilea. La sinagoga, una de las más antiguas jamás encontradas, fue descubierta en Migdal, que los cristianos creen que es el lugar de nacimiento de María Magdalena, una seguidora de Jesús.

“Es posible que Jesús haya predicado en esta sinagoga, ya que Migdal era una ciudad judía importante en aquel tiempo”, dijo Dina-Abshalom Gorni, directora de las excavaciones a AFP.

Jesús hizo mucho de su predicación en las orillas del Mar de Galilea, también conocido como lago Kinneret, donde los cristianos creen que hizo varios milagros.

lunes, 14 de septiembre de 2009

PAPÍAS: APOLOGISTA DEL MILENARISMO


Ruinas de la antigua Hierápolis de donde surgiría

Papías de Hierapólis, maestro cristiano alrededor del año 115 se dice que escribió 5 libros de explicaciones y comentarios sobre las escrituras, que lamentablemente no han sobrevivido, salvo por citas de posteriores escritores. En esos pocos fragmentos se ve claramente la aceptación de los diferentes evangelios y cartas apostólicas que ya se consideraban sagradas. Por él, se conocen datos sobre los autores de dos evangelios: Marcos y Mateo. Era un firme defensor del milenarismo, por otro lado era normal para aquel tiempo aceptar esa esperanza, y esto muestra que el Apocalipsis de Juan, era materia de estudio y de predica por todo el cristianismo. Papías, además, se presenta como discípulo de un tal Juan, algunos especulan con que se refiera al envejecido Juan, no sabemos si se trataba del llamado Juan el Teólogo, el caso que lo distingue del apóstol Juan, y le menciona como Juan el presbítero. Menciona también como sobresaliente cristiano a un tal Aristón al decir lo siguiente: Yo acostumbraba inquirir lo que habían dicho Andrés, o Felipe, o Tomás, o Jacobo, o Juan, o Mateo, o cualquier otro de los discípulos del Señor, y lo que están diciendo Aristión y el anciano Juan, los discípulos del Señor. Porque los libros para leer no me aprovechan tanto como la viva voz resonando claramente en el día de hoy en (la persona de) sus autores. (Jerónimo, de vir. illust. 18)

Según la cita de Eusebio en su "Historia Eclesiástica", Papías en uno de sus libros aseveraba que la resurrección de los muertos sería seguida por mil años de un visible glorioso reino terrenal de Cristo, y de acuerdo con Ireneo (Adv. Haereses, V, 33), él pensaba que los santos también disfrutarían de una superabundancia de placeres terrenos, de hecho llegó a afirmar lo siguiente: "Vendrán días en que crecerán vides, cada una de las cuales tendrá diez mil brotes, y cada brote diez mil ramas, y cada rama diez mil ramitas, y en cada ramita diez mil racimos, y en cada racimo diez mil granos, y cada racimo, una vez prensado, producirá veinticinco medidas de vino. Y cuando alguno de los santos habrá tomado en la mano uno de estos racimos, otro gritará: Yo soy un racimo mejor; tómame, bendice al Señor a través de mí. Del mismo modo, un grano de trigo producirá diez mil espigas, y cada espiga tendrá diez mil granos, y cada grano diez libras de harina fina, brillante y limpia, y los otros frutos, semillas y hierbas producirán proporciones similares, y todos los animales, usando estos frutos que son productos del suelo, se volverán pacíficos y armoniosos, obedientes al hombre en toda sujeción. ( Adversus Haeresus - Ireneo V33, 3,4)

El que Papías hiciera esa descripción aparentemente tan atiborrada de placeres, o estaba haciendo una alegoría de la abundancia y la felicidad infinita del paraíso, o creía que esto literalmente iba a ser así. En cualquier caso de esto se desprende que para el tiempo de Papías, las referencias al paraíso terrenal, comunes en el judaísmo, eran entendidas como tal y aceptadas comúnmente y de forma literal. Tal es así que Jerónimo de Estridón, historiador cristiano y autor de la primera traducción completa de la Biblia al latín, en el siglo IV, escribió al respecto de Papías el siguiente comentario citando uno de sus escritos: Este (Papías) se dice que propagó la tradición judía de un Milenio, y que fue seguido por Ireneo, Apolinario y los otros, que dicen que después de la resurrección el Señor reinará en la carne con los santos. (Jerónimo, de vir. illust. 18)

Lástima que sólo quedan restos de sus libros, en la mayor parte citas que posteriores escritores hicieron de sus escritos, en algunos casos como las citas que hace Eusebio de Cesárea contaminados con prejuicios contra él, alienados con un antimilenarismo propios de la parte final del siglo IV. Pero el que siglos después se hable de él indica que fue un maestro considerado y respetado en su tiempo y sus escritos se mantuvieron en vigor durante décadas.


CONSTANTINO Y LA TRINIDAD PAGANA



Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD)

« No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia,
por tu verdad» (Sal. 115:1).

Ontológicamente hablando, la trinidad es una descabellada contradicción delante del monoteísmo hebraico. Si la Biblia afirma que Dios es «uno» (echad, heb.), como «persona», claro está, que «uno» es, y no «uno» compuesto por otras más «personas» o fracciones. Considerar a Dios como “triuno”, incurriríamos a un claro e innegable politeísmo. Menos de «uno» no es “dos”, ni “tres”. Es imposible que Dios siendo «uno» se le pueda fragmentar en “dos” o en “tres”. Aritméticamente, esto no puede proceder. Pablo no vacila en decir que Dios, el Padre de Jesucristo, es «uno» solo:
«…para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él…» (1 Co.8:6 a).
No hay un «sin embargo» en el texto mismo que señale o nos lleve a elucubrar que Cristo comparta la naturaleza deífica del Padre. Entre Cristo, el Hombre, y el Padre Dios, existe una notable diferencia y separación:
«… y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él» (1 Co. 8:6 b).
En otra parte, con la misma tónica:
«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre…» (1 Tim. 2:5).
Para el «Investido de Dios», para quien «las cosas de arriba no son locura» (1 Co.2:14), el admitir sin juicio y con liviandad una trinidad incapaz de comprenderse por la razón humana, por cualquier lado que sea vista, le sería por demás absurdo. Ninguna destreza, truco o hábil vuelco de la mente resultaría convincente para adherirlo con gusto y júbilo a tan semejante perversidad.
Durante el gobierno de Constantino, hubo contradicciones teológicas entre los cristianos de Antioquia y de Alejandría. Para Constantino, este antagonismo de pensamientos dogmáticos religiosos fue percibido como un peligro, como una amenaza para la unidad política de su vasto imperio. Los cristianos de Antioquia consideraban a Cristo como un ser preexistente, eterno, divino, que vino a manifestarse como hombre, como un ser humano. La otra facción, la de los cristianos alejandrinos, bajo el flujo de la marea del paganismo secular griego, sostenían que Jesús únicamente parecía ser una persona humana (la palabra «parecer», viene de palabra griega «docético»: Gnosticismo docético). Para los cristianos de Alejandría, el “salvador y dios descendió” para apropiarse de un cuerpo humano. Esto dio pie a la creencia de una naturaleza humana impersonal del “agente divino”. Dentro del grupo de personas que vivían alrededor de Antioquia, emanó una idea diferente en cuanto la naturaleza de Cristo. Sin omitirse la unicidad de Dios, se pensó que Cristo había sido uno “creado”. Arrio defendió con tremebundo arrojo que Cristo tuvo un principio, un origen, pero sin negar su preexistencia. Dijo que quizás éste no fue alguna vez eterno ni coeterno con el Padre. Arrio consiguió muchos prosélitos bajo el estandarte de esta disimulada postura cristológica en territorio alejandrino, pero durante el transcurso de su promulgación en Egipto, Arrio fue con gran celeridad excomulgado.
Estos puntos de vista tan contrarios trajeron una inquietante preocupación a «El Víctor Constantino». La religión tuvo un papel determinante en el equilibrio social del imperio romano de Constantino en el Siglo IV. Por tal causa, fue de importancia vital que el Estado controlara el sistema religioso para evitar futuras revueltas y subversiones que comprometieran negativamente la imagen de Constantino y su gobierno.
Temiendo que estos desacuerdos teológicos viniesen a desencadenar enfrascamientos violentos y un tambaleo que afectara la mesura y el comedimiento social de su reino, una división del imperio, ya que anticipadamente había fracasado en conciliar las dos partes opuestas, de disputas enconadas, Constantino envía a las partes contradictorias sendas cartas de conciliación para darle fin a las controversias y llegar a un acuerdo teológico común. Aunque ignorante en las diferentes cuestiones teológicas que le habían quitado el sosiego, y tal vez, el sueño continuo, el “endiosado” emperador se jactó de conocerlas a la “perfección”. El tema a discutir, la naturaleza de Cristo y la Deidad. La reunión se fechó en el principio del verano del año 325 DC. en un pueblo junto al lago de Nicea, en el noroeste de Turquía.

Entre los que presidían este “santo concilio” para tomar una decisión unánime y definitiva, estaba el estrambótico ermita Jacobo de Nisibis, que vestía piel de cabra acompañado de una “corte” de molestos moscos, San Nicolás (el arquetipo del Santa Claus moderno), y por supuesto, el propio Constantino, de falto saber Escritural, que decidieron en consentido acuerdo a favor de los teólogos de Alejandría, arropados bajo el manto de le filosofía griega, liderados por Atanasio. Fue en este concilio insurrecto ante los ojos de Dios en que Cristo se tornó como la segunda persona de la “deidad”, como “uno coigual al Padre”, donde fue constituido como “eterno dios”. Y eso no es todo: Un siglo después, el espíritu santo es por indiscutible fallo y oficio declarado como la “tercera persona de dios”. A partir de este momento, la profanía trinitaria secular se encontraba ataviada y lista para hacer honda mella en los siglos venideros dentro del marco protestante y católico. La herejía de “uno de tres cabezas” engendrada de la mixtura filosófica griega-bíblica, derrocó el monoteísmo hebreo, pisoteándolo en “cuerpo entero”, desechando injustificadamente con desdén la veracidad del «Dios Unipersonal».
No cabe la menor duda que Constantino se salió con la suya. Con el fin de proteger su imperio de potenciales revueltas a causa de las candentes rivalidades doctrinales suscitadas en ese tiempo, Constantino propuso un concilio en Nicea en que el «paganismo griego cristianizado» fue el único vencedor, mas los hombres ignorantes y ciegos que lo aprobaron, y los que lo siguen aprobando en el presente tiempo, los únicos vencidos y condenados.
El concilio de Nicea fue el fundamento principal para la estructuración posterior y completa del debacle pagano trinitario que salió de su profundo abismo para extenderse universalmente como maligna y enlutada sombra, institucionalizada ya por el poder católico romanista. Un hecho sin precedentes que estando establecido acarrearía en el futuro la terrible consecuencia de poner a millones y millones de seres humanos en la vía imperceptible de la muerte eterna.
La decisión tomada por Constantino en este concilio de intereses personales fue prioritaria para que el dogma trinitario se arraigara con grande fuerza en el corazón del protestantismo histórico y mundial.
Para quienes no conocen la vida de Constantino, el venerado súper campeón de la «apóstata iglesia romana», la historia escribe con letras de sangre que fue un desmesurado homicida. Se sabe que después del concilio de Nicea, en el año 326 DC. mandó a asesinar a su primer hijo, Crispus; por si poco fuera esto, hizo matar a Fausta, su segunda esposa; a Licinianus, su sobrino; a Liciano, el marido de su hermana. Constantino, con actitud inmisericorde, asesinó a un rival de guerra dado por derrotado. Constantino, que no tenía nada de cristiano, pero que afirmaba tal cosa, ordenó la deificación de su padre y se autonombró como el “apóstol decimotercero”. Consideró que cada religión debía de respetarse, y fue adorador ferviente del Baal Solar (“Sol Invictus”). Constantino, “el cristiano”, hizo fabricar un arco de triunfo al “dios sol” en la ciudad de Constantinopla, y una estatua al mismo “dios” con sus rasgos fisonómicos. Al morir, fue deificado como “divino ser”. Fue Constantino, el “fiel amante” de Dios y de su Cristo, el que decapitó a su cuñado, el que despedazó a miles de prisioneros Francos en la arena de la muerte, indiferente a la persecución de los cristianos de aquella época por el cruel Diocleciano, de los hijos de Dios que rechazaron la adoración a los ídolos paganos que «no ven, ni oyen, ni huelen, ni sienten, y que están muertos como el que los hace» (Sal. 115). Constantino fue egoísta, petulante y despiadado al extremo. Aun después de su supuesta “conversión”, Constantino jamás se deshizo del título que lo reconocía como “máximo pontífice”, además siguió practicando tanto ritos paganos como cristianos. En las monedas acuñadas en ese tiempo, para agradar a los “creyentes en cristo”, Constantino colocó el símbolo de la cruz, y en la otra cara a Marte y Apolo.
Constantino fue el primero en formalizar el sincretismo pagano- cristiano conocido, en su precisa cristalización, como la “iglesia católica romana”, que germinó en el concilio ecuménico más trascendental y dañino para la Iglesia Cristiana en todos los tiempos. Fue Constantino el que corrompió y degradó el cristianismo, conduciéndolo a creer en un “dios” formado por “dos personas”. No tuvo que pasar mucho tiempo después para que este cristianismo de perecederos horizontes abrazara el dogma del “dios trinitario”. Constantino fue la piedra angular para la intromisión en el cristianismo de esta mentira anti monoteísta.
Paradójicamente, mientras el protestantismo se queja de muy mala gana de la idolatría del romanismo católico, éste vino para contagiarle abierta, y lo peor de todo, con consentimiento de causa, su virulenta y destructiva enfermedad del “dios tricocéfalo”.
Dios es «uno», y no “tres”:
«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es» (Dt.6:4).
«Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro» (Is. 45:18).

LA VIDA AUSTERA DE LA EVANGELISTA DE LA PROSPERIDAD JOYCE MEYER Y COMPAÑÍA


Miren amigous cuantous bobous e ingenuos me siguen (… me siguen dandou sus dólareis) parra que you viva comou una reina juntou con mi espouso e hijous…realmentei soy muy afortunada por la fortuna acumulada en mi ministeriou de la prosperridad…¿y tú qué esperras para darrmei tus verdeis?


En un artículo en julio de la revista Carisma, Joyce Meyer dice: "Como cristianos, debemos alentar a otros a vivir según las normas piadosas y a resistir la atracción del mundo ..." Joyce no ha sido muy "resistente" en este aspecto que digamos. Pero luego ella establece lo que son las normas de su "santa piedad": "Debemos establecer altos estándares para lo que usamos, para lo que vemos en la televisión, para lo que escuchamos, en cómo utilizamos nuestro tiempo, con quienes nos relacionamos, y cómo gastamos nuestro dinero. " Así que por ese alto nivel .... con quiénes nos relacionamos", ¿se supone que no se debería andar con prostitutas, leprosos, mendigos y recaudadores de impuestos?

Joyce Meyer sin duda tiene un alto nivel de lo que ella usa y cómo vive de todos modos. Ella malgasta el dinero del MINISTERIO no sólo en casas de lujo para ella y su familia, sino en un pródigo y ostentoso estilo de vida egocéntrico (éstos incluyen artículos en el edificio del ministerio):

Una cómoda de mármol… 23,000 dólares

Mesa de negociaciones de malaquita… 30,000 dólares

Reloj francés… 11,219 dólares

Par de floreros de Dresde… 19,000 dólares

Seis floreros franceses de cristal… 18,500 dólares.

Porcelana de Dresde que representa la Natividad…8,000 dólares

Dos gabinetes de curiosidades… 5,800 dólares

Porcelana de la crucifixión… 5,700 dólares.

Par de de floreros de porcelana alemanes…5,200 dólares.

Librería de oficina de encargo… 14,000 dólares

Estaciones de la Cruz en porcelana de Dresde…7,000

Escultura de águila en un pedestal… 6,300

Águila hecha de plata…$5,000

La mesa de negociaciones de la oficina privada de Meyer y 18 sillas… 49,000 dólares

La artesanía en madera en las oficinas de Meyer y su esposo Además de numerosas

pinturas compradas por $ 1.000 a $ 4.000 cada una… 44,000 dólares.

Mesa de conferencias de malaquita…$30,000

Reloj francés…. 11.219 dólares.

Par de vasos de Dresde…12,000 dólares.

Seis vasos de cristal francés…18,500 dólares.

En total, los archivos del asesor de los efectos personales del ministerio muestran que el valor de casi 5.7 millones de dólares de mobiliario, ilustraciones, cristalería, y el último equipo y maquinaria que llena el edificio de 158,000 pies cuadrados. El ministerio también posee una flota de vehículos con un valor estimado de 440,000 dólares.

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EL MODELO DE LAS DOS EDADES




Un modelo básico que se utiliza para describir las cosas del reino de Dios es el modelo de las “dos edades”. Las enseñanzas de Jesús, y también los otros escritos del Nuevo Testamento hablan de la existencia de "esta edad", y también la "edad por venir". Se utilizan en el contexto de que son dos períodos distintos de tiempo. No hay en general, ninguna implicación de que haya alguna tercera edad, o algún tiempo en el que las dos edades se superponen. Por ejemplo, esta terminología es utilizada en


Mateo 12:

Mateo 12:32: "Cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado, pero al que hable contra el Espíritu Santo, no será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. NKJV

La diferencia en las edades

También hay diferencias entre las dos edades, mostrando cómo funciona el mundo de manera diferente en cada uno. Un ejemplo de esto es en el caso del matrimonio:

Lucas 20:34: Jesús les dijo: "Los hijos de esta edad se casan, y se le da en matrimonio. 35. Pero aquellos que se consideran dignos de alcanzar esa edad y la resurrección de los muertos, ni se casarán ni se darán en el matrimonio. 36. Pues no pueden ya más morir, pues son como los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. WEB

Aquí Jesús dice que el matrimonio es una costumbre normal en la era o edad presente, pero que ya no se producirá en la época futura. Junto con eso, se afirma que la gente no muere más en el siglo venidero. Eso identifica la edad por venir como una donde la gente recibe la vida eterna, la cual no está disponible en este momento. El otro concepto introducido aquí es el de la resurrección de los muertos. Aunque no se explica exactamente aquí, forma esa relación entre la persona en esta edad, y la persona de la edad por venir.

La escritura en 1 Corintios menciona también la sabiduría y los gobernantes de los siglos. La palabra "sabiduría" trae consigo implicaciones bastante amplias, porque define la forma de pensar en una sociedad, y toda la base del sistema de valores. La naturaleza de los gobernantes también define la forma en que la sociedad trabaja y piensa.

1 Corintios 2:6: Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que están maduros, aún no la sabiduría de este siglo, ni de los gobernantes de esta edad, que vienen a nada. RV

Con aquellas palabras, Pablo decía que los valores en términos de lo que era sabio y lo que era una tontería cambiarán entre las dos edades, y que los gobernantes de esta edad no entienden la sabiduría de la era o edad por venir. La sabiduría de la edad presente se considera siempre mala o inferior a la de la edad venidera. En el libro de Gálatas, afirma que la Edad presente es mala por naturaleza y que debemos buscar ser librados de ella.

Gálatas 1:3: Gracia a vosotros y paz de Dios el Padre, y nuestro Señor Jesucristo, 4. , que se entregó por nuestros pecados, para que él nos librará de este siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre WEB

Vida Eterna

El concepto de "vida eterna" aparece muchas veces en la Biblia, y que significa ser capaz de vivir para siempre sin morir. En Marcos 10, se registró que un hombre rico le preguntó a Jesús lo que tendría que hacer para heredar la vida eterna.

Marcos 10:17: Como iba a salir en el camino, uno corrió hacia él, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para que pueda heredar la vida eterna?" WEB

Es evidente que el hombre está hablando de una vida eterna escatológica, y muy probablemente tenía en mente la enseñanza de la resurrección que se describe en Daniel 12 del Antiguo Testamento. La respuesta a esto es de interés para nosotros, porque la gente está naturalmente interesada en su destino a largo plazo. Además de seguir los mandamientos, Jesús le dijo también que no podía aferrarse al mismo tiempo a sus riquezas financieras y a las riquezas de Dios. Eso llevó a la afirmación siguiente:

Marcos 10:23: Jesús miró a su alrededor, y dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil es que un rico entre en el reino de Dios!

Esto proporciona un vínculo directo entre "heredar la vida eterna" y "entrar en el Reino de Dios". Así como en Lucas 20:36 la resurrección de la edad venidera no iba a morir, aquí la entrada en el Reino de Dios se equipara a la vida eterna misma.

De esto, podemos concluir que una de las características del Reino es que la gente puede vivir para siempre en él.

Como el pasaje continúa, se hace una conexión adicional entre "la vida eterna" y "la era venidera", mostrando que la vida eterna era algo de esperar sólo en esa nueva era que aún estaba por aparecer.

Marcos 10:30: .. recibirá cien veces más ahora en este tiempo, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna. WEB

LA VIDA ETERNA: LA VIDA DE LA EDAD FUTURA


Estimados hermanos y amigos, ¿Qué entendemos los cristianos por “vida eterna”? Para la mayoría de las personas, el término se refiere a la existencia que nunca acaba en un lugar llamado “cielo”, donde van los buenos después de que mueren. Los más sofisticados de entre nosotros podrían haber “madurado” una expectativa de una reunión de ángeles con arpas o San Pedro en las puertas de perlas. Pero sea lo que sea el cielo, éste sigue siendo una especie de “destino” a los que estamos “en camino para allá”, a lugar que esperamos ir con “vida eterna”. La frase “Cuando lleguemos al cielo”, u otras como éstas, es parte de la fe de los llamados “cristianos ortodoxos”. Puesto que el mundo es una existencia miserable y mala, de acuerdo con ese punto de vista, el objetivo de la vida cristiana es conseguir escapar del mundo. Mientras que los cristianos siguen estando “en la tierra”, se les recuerda que el cielo es su “verdadero hogar”, y que deben tratar de tener a tantas personas como sea posible con ellos en ese lugar donde se encuentra la verdadera felicidad. El cristianismo, entonces, se convierte en una especie de Gran escape de este mundo, y Jesús es su Pionero.

Pero eso, en mi opinión, esa creencia no es la comprensión de la “vida eterna” que nos es dada en la Escritura y la Tradición. Más bien, según ellas, la “vida eterna” es algo que ya se puede experimentar en el presente, una vida que comienza ahora, pues su esencia es conocer al único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien Él envió (Juan 17,3). En otras palabras, la vida eterna ya ha comenzado para el que conoce a Dios y Jesucristo. La vida eterna no es simplemente una zanahoria extendida por Dios para atraernos a nosotros a la vida moral para que podamos tenerla después de la resurrección. Para ver esto más claramente, tenemos que entender lo que el término “vida eterna” hubiera significado para la gente en los tiempos de Jesús.

En el siglo I dC, muchos pensadores judíos dividieron la historia en dos períodos o edades: “La Edad Presente” (ha Olam ha ‘-zeh) y “la Edad por venir” (ha Olam ha’-ba). La presente edad (o “esta edad”) se refiere al mundo y la época en que vivían entonces: una era atravesada por las fuerzas del mal (como lo demuestra la dominación pagana de Israel), en el que toda la creación fue objeto de la esclavitud del pecado y la muerte. Estos Judios miraron hacia adelante, sin embargo, a la esperanza en un tiempo futuro, el siglo venidero, en la que el Dios de Israel vendrá a salvar no sólo a su pueblo elegido, sino también toda la creación a través de su Mesías y reinará sobre la creación renovada en justicia, la verdadera justicia y la paz. Esta fue la época de la gloria prometida por los profetas de Israel, como Amós, Oseas, Isaías, Jeremías, Ezequiel, y, quizás el más importante de ellos, Daniel. La edad futura es también la época de la resurrección: el Dios de Israel vencerá a la muerte y restaurará la vida que se perdió en el comienzo mismo de la historia bíblica. Tomemos, por ejemplo, este pasaje de Isaías, en la que Dios promete:

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y una tierra nueva, y de lo primero no habrá memoria ni vendrá al pensamiento. Sin embargo, y alegrémonos siempre en lo que creo, porque he aquí, yo traigo a Jerusalén para ser una alegría, y su pueblo a ser una alegría. Y me alegraré de Jerusalén y se alegra en mi pueblo, no se oirá más en que el sonido del llanto y el grito de angustia. (Isaías 65,17-19)

Mucha gente en la época de Jesús tuvo este entendimiento de las dos edades. Esto se ejemplifica en el texto siguiente de los judíos del primer siglo dC: Este mundo actual no es el final, la gloria no reside en ella… Pero el día del juicio será el final de esta era y el comienzo de la era inmortal por venir, en el que la corrupción ha pasado, la indulgencia pecaminosa ha llegado a su fin, la incredulidad ha sido cortada, y la justicia se ha incrementado y la verdad ha aparecido… El Altísimo hizo este mundo para el bien de muchos, pero el mundo por venir para el bien de unos pocos. “(4 Esdras 7.112 – 115; 8,1)

Más importante aún, el Nuevo Testamento da testimonio de esta creencia en las dos edades. No es de extrañar, por supuesto, ya que Jesús y la mayoría de sus autores eran judíos, después de todo. Éstos son algunos ejemplos de esta doble división de la historia:

Y el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre será perdonado, pero al que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. (Mateo 12,32)

Jesús dijo: “En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas, o madre o padre o hijos o campos por mi causa y por el evangelio, que no recibirá cien veces más ahora en este tiempo, casas y hermanos y hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna. (Marcos 10.29-30; véase también Lucas 18,29-30)… [T]

Aquellos que una vez fueron iluminados, que han saboreado el don celestial, y han compartido en el Espíritu Santo, y han probado la bondad de la palabra de Dios y los poderes de la era por venir… “(Hebreos 6.4-5)

En el segundo texto citado, Jesús dice que la “vida eterna” es lo que se da en “la edad futura”. Así, la “vida eterna” no es simplemente una interminable existencia, sino la vida del mundo futuro. El pasaje de Hebreos se desarrolla en esta vida. Afirma que los cristianos ya han “probado la bondad de la palabra de Dios y los poderes de la edad futura”. De acuerdo a los primeros cristianos, la edad venidera ya se había puesto en marcha por medio de Jesucristo, sobre todo en su pasión, muerte y resurrección. Él era el Mesías que había venido a inaugurar la largamente prometida ha Olam ha ‘-ba. Las dos edades estaban superpuestas, por decirlo así, pero la actual edad empezó a desvanecerse (por decirlo de alguna manera) para dar paso a la plenitud de la edad futura “, en la que la corrupción ha pasado, la indulgencia pecaminosa ha llegado a su fin, la incredulidad se ha cortado, y la justicia se ha incrementado y la verdad ha aparecido entre los fieles en medio de un mundo malo, citando al autor de IV de Esdras. A pesar de todas las bendiciones de la edad futura aún no había llegado, los que fueron bautizados en la muerte y resurrección de Jesús ya había comenzado a experimentar su vida. El apóstol Pablo lo expresó de esta manera:

¿No sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él por el bautismo en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. (Romanos 6:3-4)

Esta “novedad de vida”, por lo tanto, no es algo que los cristianos sólo la experimentarán en la vida futura, que ya está en nosotros ahora, en virtud de nuestro bautismo. La re-creación del cosmos, “los cielos nuevos y tierra nueva” anunciado por Isaías, ha sido inaugurada por el Mesías. Irrumpe en la presente edad cada vez que alguien entra en la muerte y resurrección de Jesús. “Si alguno está en Cristo, es una nueva creación. Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas “(2 Cor 5,17).

Esto es lo que la Escritura y la Tradición judáica nos enseñan, si dejamos que “la vida eterna”, la vida del siglo venidero, sea experimentada por todos los que estamos en Cristo. Por lo tanto, cantamos en cada Divina Liturgia las palabras inspiradas por Hebreos 6,4-5, en el que celebramos la vida que ha sido derramada en nosotros.

domingo, 13 de septiembre de 2009

¿WHO’S TAKEN AND WHO’S LEFT BEHIND?


By Joe Ortiz (aunque discrepo de su fe trinitaria, el Sr. Ortíz hace un análisis interesante sobre el pre-tribulacionismo)

This is a chapter excerpted from Joe Ortiz’ new book The End Times Passover

Chapter 2 – Who’s Taken, Who’s Left, At What Rapture?

Before we examine and present biblical evidence as to how God is going to protect His called out ones during the increased times of tribulation that precede the return of Christ, through what we call the End Times Passover, the author finds it necessary to make some critical observations about the language that has been used for many years concerning God’s End Times rescue program, especially the part theorists call The Rapture! The author also wants to clear up, once and for all, the issue of who’s taken and who’s left.

Let’s first examine closely the phrase that most theorists use in connection with what they believe is the ecclesia’s “blessed hope,” which they refer to as The Rapture. What do proponents of a Pre-Tribulation escape from earth to heaven mean when they call God’s rescue of His church the “blessed hope?” Do they mean that the “blessed hope” spoken about in Titus 2:13 is The Rapture, the catching up to heaven aspect, and thereby is the single most important part of God’s overall redemption program?

Let’s examine the scriptural passage most often referred to by theorists, which they claim is the primary scripture source of this unauthorized coined phrase: The Rapture!

For the Lord himself come down from heaven, with a loud command, with the voice of the archangel and with the trumpet call or God, and the dead in Christ will rise first. 17 After that, we who are still alive and are left will be caught up with them in the clouds to meet the Lord in the air. And so we will be with the Lord forever. 18 Therefore encourage each other with these words, (1 Thessalonians 4:16-18, NIV). [Underline and bold is by the author, solely for emphasis]

John F. Walvoord, in his book The Rapture Question (page 12), states that “The word rapture is from rapere, found in the expression “caught up” in the Latin translation of 1 Thessalonians 4:17.” George Eldon Ladd, in his book The Blessed Hope (page 78), states “The word “Rapture” is derived from the Latin word rapio which is found in the Latin Bible in verse 17 and translated “caught.” Hal Lindsey, in his book The Rapture (page 24), states that “The word rapture comes from a Latin translation of the Greek word harpazo in 1 Thessalonians 4:17 which is translated in English as “caught up.” It literally means “to seize” or “to snatch.” If I had my way, I would call the rapture “the great snatch.”

Regardless of which rendering you prefer, all three of these gentlemen believe that the so-called “The Rapture” phrase originates from the Greek verb harpazo. The author checked in W. E. Vine’s book, An Expository Dictionary of Biblical Words, for the meaning of the word “rapture,” and the word “rapture” does not appear in his dictionary, whatsoever. Neither does Vine have any category in his Greek Dictionary for the word caught nor caught up, only for the words snatch, pluck, pull and take.


This is what Vine states is the definition for the word catch:

Catch: HAPRAZO, a verb, to snatch or catch away, is said of the act of the Spirit of the Lord in regard to Philip in Acts 8:39; of Paul in being caught up to Paradise, 2 Cor. 12:2, 4; of the rapture of the saints at the returning of the Lord, l Thess. 4:17; of the rapture of the man child in the vision of Rev. 12:5. This verb conveys the idea of force suddenly exercised, as in Matt. 11:12, “take (it) by force;” 12:29, “spoil” (some mss. have diarpazo here); in 13:19 RV., “snatcheth;” for forceful seizure, see also John 6:15, 10:12, 28, 29; Acts 23:10; in Jude 23, RV. “snatching.” See Pluck, Pull, Snatch, and Take (by force). (W. E. Vine, An Expository Dictionary of Biblical Words, Thomas Nelson Publishers, page 166) [Bold and underline is by the author, solely for emphasis]

Let’s briefly examine the Greek word harpazo and the scriptures where this word is used. Once again, the word harpazo is the Greek verb for pluck, catch, snatch and take, and it is never used as a noun, pronoun or proper noun. The author might add that the word up is not included after the word caught in 1 Thessalonians 4:17. We first find the word harpazo in Matthew 11:12, where it is used about the Kingdom of God, where violent men take by force; in Matthew 12:29, where Jesus, while talking to the Pharisees, states “how can anyone enter a strong man’s house and carry off his possessions unless he first ties up the strong man.” We see harpazo again in Matthew 13:19, in Jesus’ parable of the sower, where He states, “When anyone hears the message about the Kingdom and does not understand it, the evil one comes and snatches away what was sown in the heart.” The word harpazo is again used in John 6:28, where we see that Jesus knew that the people were going to try to take Him by force and make Him King. Harpazo is again used in John 10:12, where Jesus, referring to Himself as “The Good Shepherd,” talks about the wolf who attacks the flock and scatters it, the wolf being an example of the Devil and the flock being the example of His sheep (called out ones). Further in John 10:28, 29, we see Jesus proclaiming that His sheep listen to His voice, they follow Him, He gives them eternal life, they will never perish and no one can snatch them out of His hand. Jesus goes on to say, “My Father, who has given them to me, is greater than all; no one can snatch them out of my Father’s hand.”

In Acts 8:39, the verb harpazo is found in the original manuscript where we see the apostle Philip being snatched by the Spirit to Azotus; and, in Acts 23:10, it is used again to describe when the apostle Paul is taken by force to the Roman barracks. In 2 Corinthians 12:4, the Greek verb harpazo again is used to describe Paul being caught into paradise (he didn’t know if in spirit or body), but not up to paradise. The word up does not follow the word caught in this verse, but, rather, the preposition into (Gr. eis). The most well known scripture where the Greek verb harpazo is used is found in 1 Thessalonians 4:17, where we see Paul exhorting the believers that they will be caught to meet the Lord in the air. You will notice very carefully though, that this verse doesn’t say they will be caught up to heaven, but rather, caught together to meet the Lord in the air. [There is more to follow on this verse in another chapter]

We see the word harpazo used also in Jude 23, where the author exhorts the saints to be merciful and snatch others from fire; and, in Revelation 12:5, the verb harpazo is used to describe the male child (Jesus) who was snatched to God and His throne. In this verse also we do not see the word up used after caught or snatched.

The question we would pose to theorists, dispensationalists and our readers, too, is this: Would it be proper to say in Matthew 11:12 that the Kingdom of God is raptured by violent men? Would it be proper to say in Matthew 12:29 that someone enters a strong man’s house and raptures what was sown in the heart? Would it be proper to say in John 6:15 that the people were trying to rapture Jesus and make Him King? Would it be proper to say in John 10:12 that the wolf raptures the flock and scatters it? Does it make any sense at all to say in John 10:28 and 29 that no one can rapture the sheep from Jesus’ or the Father’s hand? If we were to accept the theorists’ contention that the word harpazo is to be interpreted as rapture, then we would also have to apply the word rapture to all of the above-mentioned verses that contain the word harpazo.

In Acts 8:39, it describes where the apostle Philip is snatched by the Spirit to Azotus, but does it state that Philip was snatched up to Azotus? Not at all! If we can truly discern the exact rendering of the word harpazo, we can see that it does not convey where a person is snatched to, but rather, the Greek verb harpazo means the manner in which the person was snatched. This verse merely describes the forceful manner in which Philip was transported from his location on the desert road, where he had finished ministering to the Ethiopian eunuch, and then appeared at Azotus. Would it be proper to say that Philip was raptured to Azotus? Of course not! This verse merely tells us that Philip was quickly and forcefully transported by the Spirit from where he was to Azotus! In Jude 23, the word harpazo is used to describe how the Christian should snatch a person from a life of sin and escape the fire of wrath to come. Would it be proper to say we are to rapture them from sin or from fire?

With the exception of Revelation 12:5, where it talks about the male child (Jesus) who was snatched to God and His throne, and possibly in the account where Paul speaks about him being caught into the third heaven (he didn’t know if it was in body or spirit), it appears that when the word harpazo is used, it does not refer to anyone being taken up but merely the forceful manner in which they are transported. Some theorists have argued that Paul definitely entered into heaven, even though Paul himself was not certain whether he was plucked in the body or spirit; however, we can rightly state that Paul did not bodily enter into heaven because 1 Corinthians 15:50 tells us that flesh and blood cannot inherit the kingdom of God. We must conclude then that Paul has not seen heaven and is the only person in history who has been allowed to hear (not see) unspeakable words, which is not lawful for man to utter, (2 Corinthians 12:4, KJV).

More importantly, while many theorists believe that the Christian Church will experience a secret catching up to heaven, an event theorists claim will be unseen by those who will supposedly be left behind, nowhere in 1 Thessalonians 4:17 nor any other place in the Bible does it make that specific claim! However it does specifically state that God’s ecclesia will be caught to meet the Lord in the air, but the verse (in the original manuscript) does not say that the Christian Church is caught up to heaven. It merely states that the called out ones will be caught (Gr. harpazo, snatched) together with those who sleep in Christ to have a meeting (Gr. noun apentesis, a meeting, officially greet arriving royalty) with Jesus in the air, and henceforth will be with Him forever. The author might add that this verse does not say at what specific location the ecclesia will be at with Him after it is caught; however, this location will become clearly and abundantly identified later in this book!

In Webster’s New Collegiate Dictionary, the English word rapture is defined as a noun from the Latin raptus, which means “a state or experience of being carried away by overwhelming emotion; a mystical experience in which the spirit is exalted to acknowledge things; an expression or manifestation of ecstasy or passion.” Theorists contend that their doctrinal phrase “The Rapture” (which has become predominately accepted, if not wholly adopted, by the dispensational community) is a pronoun that describes the most anticipated special event by many in the Christian community. They believe they have correctly coined this anticipated event, The Rapture (now a proper noun), based solely on their interpretation of the Greek verb harpazo. They now interpret the verb (hapazo) as a noun (rapture), feeling it is derived from the Latinization of the verb to “seize.” The Latin for “seize” is definitely rapere, from whence comes the Latin noun raptus, the past participle of rapere, from the Middle English. However, the Latin noun raptus has more to do with the completed act in where a person has been seized and carried away. It does not imply the manner (as does the verb harpazo) in which a person is carried away. Therefore, the Greek verb harpazo is not to be deciphered as an event that has transpired, but rather, it denotes the manner in which a person is being seized.

In essence, theorists have been using the Greek verb harpazo not only as a noun, but they also have coined a proper noun (The Rapture) for this action, which is truly altering the word of God! The word caught in 1Thessalonians 4:17 is not a noun, but rather, the word caught (Greek verb harpazo) here is describing the rapidity and forceful manner in which a person is lifted or carried off. Theorists continue, as they have for over two hundred years – when the word Rapture was coined to describe the action they believe is being described in 1 Thessalonians 4:17, to rest their doctrinal beliefs on this interpretation as being biblical truth. That the verb harpazo is so carelessly used to describe an event rather than the manner in which God’s ecclesia will be caught to have a meeting (Gr. apentesis, official greeting of royalty) with the arriving Christ (the royalty of all royalties) truly boggles the mind!

Without appearing picayune in this matter, myths are too often formed in such a presumptuous and careless manner. This phrase “The Rapture” has gained such worldwide acceptance these last two hundred years, especially by modern-day theorists and evangelists who incessantly infer that “the blessed hope” is the being caught part of God’s overall redemption program. The blessed hope is more than the being caught to meet the Lord in the air portion of God’s overall redemption program; it entails so much more. Matthew Henry, in his commentary on the book of Titus, Chapter 2, elaborates the totality of the blessed hope of God’s called out ones:

There is a common and blessed hope for all true Christians in the other world. If in this life only they had hope in Christ, they were of all men the most miserable, 1 Co. 15:19. By hope is meant the thing hoped for, namely, Christ himself, who is called our hope (1 Tim. 1:1), and blessedness in and through him, even riches of glory (Eph. 1:18), hence fitly termed here that blessed hope. [2.] The design of the gospel is to stir up all to a good life by this blessed hope. Gird up the loins of your mind, be sober, and hope to the end for the grace that is to be brought unto you at the revelation of Jesus Christ, 1 Pt. 1:13. To the same purport here, Denying ungodliness and worldly lusts, live soberly, righteously, and godly, in this present world, looking for the blessed hope; not as mercenaries, but as dutiful and thankful Christian. What manner of persons ought you to be in all holy conversation and godliness, looking for and hastening to the coming of the day of God! 2 Pt. 3:11, 12. Looking and hastening, that is, expecting and diligently preparing for it. [3.] At, and in, the glorious appearing of Christ will the blessed hope of Christians be attained; for their felicity will be this, to be where he is, and to behold his glory, Jn. 17:24. The glory of the great God and our Saviour will then break out as the sun. Though in the exercise of his judiciary power he will appear as the Son of man, yet will he be mightily declared to be the Son of God too. The divinity, which on earth was much veiled, will shine out then as the sun in its strength. Hence the work and design of the gospel are to raise the heart to wait for this second appearing of Christ. We are begotten again to a lively hope of it (1 Pt. 1:3), turned to serve the living God, and wait for his Son from heaven, 1 Th. 1:9, 10. Christians are marked by this, expecting their Master’s coming (Lu. 12:36), loving his appearance, 2 Tim. 4:8. Let us the look to this hope; let our loins be girt, and our lights burning, and ourselves like those who wait for their Lord; the day or hour we know not, but he that shall come will come, and will not tarry, Heb. 10:37. [4.] The comfort and joy of Christians are that their Saviour is the great God, and will gloriously manifest himself at his second coming. Power and love, majesty and mercy, will then appear together in the highest lustre, to the terror and confusion of the wicked, but to the everlasting triumph and rejoicing of the godly. Were he not thus the great God, and not a mere creature, he could not be their Saviour, nor their hope. (Matthew Henry, Commentary on Titus 2) [Bold and underlines is by the author, solely for emphasis]

No, the blessed hope is not merely the being caught (or Raptured, as theorists call that act), it is the totality of God’s redemption program, as Matthew Henry so eloquently presents in his commentary. Unfortunately, a myriad of dispensationalists and Rapture theorists continue to present their soothing mythology to hundreds of thousands of Christians, thereby lulling many into a false sense of hope, one that mitigates the impending persecutions Christians will experience before The Second Advent of Jesus Christ. Unfortunately, these theorists have conveniently and cleverly twisted the words of God to infer a pseudo hope for the Christian, by giving new meaning to one single verb in the Bible. Unfortunately, the Rapture has become the mantra for theorists who believe that the (caught) act is the blessed hope spoken of in Titus, Chapter 2. The Greek verb harpazo, which merely describes the rapid and forceful manner that called out ones will be gathered together to have a meeting in the air with Christ, has now become the blessed hope for most Christians; simply by interpreting a verb (harpazo) into a proper noun they call The Rapture!

One graphic example the author often uses to explain the inference we are dealing with here is one where a great rescue of a valiant soldier in a war zone has been planned. Let’s say, for example, the battle-weary soldier is finally going to be reunited with his commander after having served for many years in battle, where for three and a half years he has been involved in hand-to-hand combat. He’s war-torn and weary, a victim of many bayonet and bullets wounds, almost to the point of death. He is now a prisoner of his enemies, a victim of much torture and persecution. But he waits and waits, never losing faith, always praying that soon he will be rescued from this ordeal. Then, lo and behold, he looks up and there he sees a helicopter coming in his direction, armed and loaded with ammunition, and his commander is at the controls. Suddenly, he sees this giant, knotted rope coming down, he reaches up and grabs a hold of it and, within a twinkling of an eye, he is “snatched” and delivered from the horrors he has been experiencing. Allow the author to ask this question. “What is the most important thing the soldier was hoping for? The being snatched up part or the fact that finally he would be going to meet with his commander and never have to experience combat again?” Yes, the “snatching” process was very important because he knew then, at that exact moment, he would no longer have to do battle again. However, during his combat period, he was not concerned so much about the specifics of his rescue, but rather, how much longer it would take before his commander came to destroy his enemies and reunite him with his fellow soldiers, family and friends. Unfortunately, too many Christians are more caught up with the process of the rescue than they are in the true blessed hope, which is the glorious appearing, return and being reunited with Jesus Christ!

The point the author is trying to make here is that there are millions of Christians who believe deeply in the so-called Rapture theory and have become so convinced that now that they are “Born Again” Christians, they can continue the remainder of their earthly journey without fear of having to experience great tribulation. However, too many Christians are resting their hopes on an unproven theory that claims they will be secretly “caught up” to heaven at any moment, which the author is convinced that scripture reveals will not be the case. As we will see in later chapters, the phrase The Rapture has lulled many Christians into a wishful thinking state that could very well catch them off guard and, more importantly, impede the growth and maturing process that will be necessary to spiritually deal with the reality of the coming tribulation.

The author believes that scripture clearly spell out the three-step phase of God’s Rescue Program as it relates to 1 Thessalonians 4:16-17, where the so-called The Rapture theory originates. No scripture in the Bible specifies that the “blessed hope” is fulfilled by being “caught up” to heaven; but, rather, the being “caught” to have a meeting in the air with Jesus is the second part of the overall three-stage rescue process that culminates in our being reunited with Jesus Christ, our Lord and our God, who will return to reign on earth, forever!

Let’s look at what the Bible says is the first stage:

Listen, I tell you a mystery: We will not all sleep, but we will all be changed – 52 in a flash, in the twinkling of an eye, at the last trumpet. For the trumpet will sound, the dead will be raised imperishable, and we will be changed. 53 for the perishable must clothe itself with the imperishable and the mortal with immorality. 54 When the perishable has been clothed with the imperishable, and the mortal with immortality, then the saying that is written will come true: “Death has been swallowed up in victory, (1 Corinthians 15:51-53, NIV). [Bold and underline is by the author, solely for emphasis]

In these passages, we see a graphic description of The Resurrection, where the main emphasis is solely on the being “changed” phase of God’s rescue process. No mention is made in these verses about being “caught up” to heaven because Paul here is providing discernment pertaining solely to the mystery of the instantaneous transition (in the ‘twinkling of an eye’) phase that precedes the being “caught” described in 1 Thessalonians 4:17. Paul states that the perishable must put on the imperishable, and the mortal must put on immortality. He states that this will happen at the last trumpet which harmonizes not only with 1 Thessalonians 4:16, but also with Matthew 24:31 and Revelation 11:15-18, which describes the fulfillment of The Resurrection and the subsequent rewarding of the saints (vs. 18). This passage will be discussed later in greater detail, as will other passages pertaining to this subject from the Book of Revelation.

Phase Two of God’s Rescue Program is the part where called out ones will be “caught” together with those that sleep in Christ to have a “meeting” with the Lord in the air! According to Strong’s Exhaustive Concordance, the word “meet” in 1 Thessalonians 4:17 is not the Greek verb apantao, to go to meet, to meet, but it’s the Greek noun apantesis, which is best defined as a meeting where one welcomes another. This is what W. E. Vine says about this Greek noun:

“APANTESIS, a meeting (akin to Apantao, apo, from antao, to meet with, come face to face with), occurs in Mat. 25:6 (in some Mss in verse 2, and in 27:32, in some Mss); Acts 28:1; 1 Thess. 4:17. It is used in the papyri of a newly arriving magistrate. It seems that the special idea of the word was the official welcome of a newly arrived dignitary (Moulton, Greek Test. Gram. Vol. 1, p. 14).” (W. E. Vine, An Expository Dictionary of Biblical Words, Thomas Nelson Publishing, pages 729,730) [Bold and underline is by the author, solely for emphasis]

According to Vine, the Greek noun apantesis does entail “to meet with, come face to face with;” however, he says that the meaning relates more so with the welcoming of an arriving dignitary. This word apantesis is used only four times in the Bible, and it means the same thing each time: to not only have a face-to-face meeting, but to greet, welcome and then to escort back the persons you had the meeting with! In Acts 28:15, we see the word apantesis used as Paul was talking about fellow Christian brothers who had heard that Paul and 276 of his companions were coming to Rome, and they went outside of the city, as far as the Forum of Appius and the Three Taverns to have a meeting (apantesis) with them. They met them and then they escorted them back to the city! The same word is used in the parable of the five faithful virgins that went to meet (apantesis) the arriving bridegroom then escorted him back to the wedding banquet, mentioned in Matthew 25: 1 and 6. Many theorists use the parable of the five virgins as proof that they went to meet the bridegroom and then supposedly went up to heaven with Him. However, further in the parable, we see the other five virgins who did not have the oil knocking on the door where the wedding banquet was being held, pleading for the Lord to open the door. Mere logic dictates that these unprepared virgins could not have been at heaven’s gate. [More on this aspect in another chapter] Nevertheless, in each of the four cases where the word apantesis is used, it always describes a face-to-face meeting, but the greater definition is one that specifically describes a welcome meeting to escort the arriving party back to where the greeters came from!

The best example the author can use of what the word apantesis truly means in 1 Thessalonians 4:17, and the other scripture just cited, is comparable to when a group of people gather together at an airport to greet a visiting dignitary. Whenever the President of the United States or the Queen of England visits each other’s country, you will always find a welcoming committee comprised of very special people. You might find some people standing behind the fence trying to get a glimpse of the dignitaries, but only the “chosen ones” are allowed “to meet” with the VIPs, and thereby, share in the glory of the arriving royalty. Therein lays the reason why there cannot be a secret ‘snatching up’ of any believers solely to return to heaven, anywhere from three and a half to seven years, because the returning Christ wants the whole world to see that those who believe in Him will be rewarded for their faith, patience and trust, and consequently share in His Glory! A beautiful example of this truth is found in Colossians 3:4 which states, “When Christ, who is your life, appears, then you also will appear with Him in glory.” In Philippians 3:20, it explicitly tells us that although our citizenship is in heaven, the verse goes on to state that, we eagerly await a Savior from there, the Lord Jesus Christ, who by the power that enables Him to bring everything under His control, will transform our lowly bodies so that they will be like His glorious body, (Philippians 3:20, 21, NIV). [Underline is by the author, solely for emphasis] Also, in 1 Thessalonians 2:19, Paul is telling the saints in Thessalonica what the “blessed hope” really is, and when it is fulfilled:

For what is our hope, our joy or the crown in which we will glory in the presence of our Lord when He comes? Is it not you? Indeed, you are our glory and joy, (1 Thessalonians 2:19 [Bold and underline is by the author, solely for emphasis]

Therefore, is the so-called “The Rapture,” the being caught (Gr. verb harpazo) part of the Lord’s return a special event, unto itself?” No! It is one aspect of God’s rescue plan; however, it is not a specially named event that the Bible identifies, as it enunciates proper pronouns such as the Sabbath Day or the Passover. Theorists foolishly contend and grammatically err that the verb harpazo should now be equated as the Latin noun raptus, and therefore the verb caught should now be viewed as a pronoun: The Rapture!

There are four special aspects to God’s end time rescue plan, and it appears that they are instantaneous to a certain degree; however, there is a procession aspect to the main event which scripture plainly states in harmony with the passages cited. Number one is the change (Gr. allasso, to make other than it is) spoken of in 1 Corinthians 15:52, which does not entail nor describes any removal or translation to heaven. This is where the perishable puts on the imperishable and the mortal puts on the immortal “in the twinkling of an eye.” The second stage is when the called out ones are caught (Gr. harpazo, snatched), not necessarily in the twinkling of an eye, but forcefully; both those who have already died and are currently asleep in Christ, and those who will be alive and awaiting His return. The next stage is when we will meet (Gr. apantesis, a meeting), the noun for a welcoming face-to-face meeting with the Lord in the air, and then escort Him back to earth as we share in His visible glory, and then to begin the kingdom reign on earth with Him forever! Then there is the fourth phase, where we must all appear before the judgment seat of Christ; that every one may receive the things done in his body, according to that he hath done, whether it be good or bad, (2 Corinthians 5:10, KJV). [Detailed discussions on the Judgment Seat of Christ follow in other chapters of this book]

The author understands how convenient it has been these many years for numerous scholars to refer to God’s total rescue plan in the pronoun tense by calling it The Rapture. However, upon close scrutiny of what the scriptures truly say, and how they harmonize with the passages we have cited, it appears to the author that calling this snatching part of God’s rescue program The Blessed Hope certainly detracts from the intent of what God’s Word plainly states. There is no mystery in what He is conveying to us. God, in the person of Jesus Christ, will return to earth to rule and reign in visible glory. There is absolutely no need for the Lord to secretly step down from His heavenly throne to snatch a group of people out of this world and return back to heaven for a period of time unbeknownst to any besides those who wish this were the case. [The author will be deal with this topic in greater detail in a later chapter.]

The main point we want to make is that to refer to one aspect (the catch part) of God’s rescue program, as being significantly more important than His overall “blessed hope” redemption plan, is harmful to the growth and maturation needed by believers, who must be spiritually ready for the great and increasing times of persecutions that Christians will be experiencing in future times, and the horrific events that must precede His arrival.

Who’s Taken and who’s Left?

Another example of how theorists erroneously use scripture to pad their secret Pre, Mid or Post Tribulation Rapture to heaven theories is found in their interpretation of Luke 17:34, 35. Let’s read these two verses very carefully, but first beginning with the four preceding verses in this chapter. In attempts to validate their left behind schemes, implying called out ones will be taken to heaven while the unjust will remain on earth to suffer God’s wrath, they primarily quote Luke 17, verses 30 through 35:

It will be just like this on the day the Son of Man is revealed. 31 On that day no one who is on the roof of his house, with his goods inside, should go down to get them. Likewise, no one in the field should go back for anything. 32 Remember Lot’s wife! Whoever tries to keep his life will lose it, and whoever loses his life will preserve it. 34 I tell you, on that night two people will be in one bed, one will be taken and the other left. 35 Two women will be grinding grain together; one will be taken and the other left, (Luke 17:30-35, NIV). [Bold and underline is by the author, solely for emphasis]
Some Bibles have included another verse here, 36, which reads: “Two men shall be in the field; one shall be taken, and the other left.” Nevertheless, the message is clear that regardless of marital status or working relationships of these individuals, when the Son of Man is revealed, these verses clearly state that one person will be punished and the other spared from God’s wrath. The true sadness, however, is the manner in which many in the evangelical and dispensationalist community erroneously interpret these verses to support their secret escape to heaven theories. Too often have preachers and teachers of the Gospel interpreted this verse to read that those taken are the ones that will supposedly be caught up to heaven and the ones left are supposedly those who will be punished and sent to hell! Let’s examine very carefully the exact meaning of these two words: taken and left!

According to W. E. Vine, the word taken (or receive) is the Greek verb paralambano, which means to “receive, to take to (or with) oneself.” (W. E. Vine, An Expository Dictionary of Biblical Words, Thomas Nelson Publishers, Pages 926 and 1117). Vine states that paralambano is used in Matthew 27:27, as we see Jesus being taken into the Praetorium where He was beaten immediately prior to His crucifixion. It is interesting to see that the Greek word paralambano is not used for the word taken in Acts 1:2, where it speaks about Jesus will be taken up to heaven. The word there is analambano (Gr. ana, up, lambano, take). Nor is paralambano used in Acts 1:9 to describe Him being taken up to heaven in Acts 1:9. The Greek word used to describe Jesus being taken up to heaven in Acts 1:9 is epairo (to lift, raise). The word paralambano describes more so a forceful action of taking and receiving unto oneself without asking. Also, paralambano obviously does not convey the rapid manner the Greek word harpazo (catch or snatch) used in the famous verse (1 Thessalonians 4:17) from where theorists’ base most of their secret Pre-Tribulation escape theory.

We also see the word paralambano used in John 19:16 where it speaks about Jesus Christ, when Pilate delivered him over to the Jews: And they took Jesus and led Him away, (John 19:16, KJV). We see paralambano again in Acts 15:39, when Barnabas, after having a sharp disagreement with Paul, took Mark and sailed for Cyprus. We see paralambano again in Acts 16:33, where Silas and Paul’s jailer took them and washed their wounds after the earthquake incident. In Acts 21:24, we again see paralambano used for the word take in the scene where Paul exhorts James and the elders to take the four men among them and join in their purification rites so as not to start rumors that Paul is encouraging Jews to turn away from the Law. In verse 32, the word is again used to describe the Roman commander who took some officers and soldiers to rescue Paul from the aroused crowd in Jerusalem. In Acts 23:18, we also see paralambano used to describe the incident where Paul commanded one of the centurions to take the young man to his commander to relay the message that the Jews were contemplating a plot to kill Paul.

These have been but a few examples where paralambano means to take, took or taken. This Greek word is also used to describe the word receive, or to receive from another. We see the usage in Mark 7:4, where the Pharisees received (from tradition) certain edicts pertaining to the cleansing of cups, pots, pitchers and themselves prior to eating. We see this word in John 1:11, where it speaks about Jesus coming to His own (the Jews) who did not receive Him. In John 14:3, the word is used to describe how Jesus will receive those who are His when He returns at The Second Advent. Some would say this describes the process used at the so-called Rapture; however, the receiving here is not the being caught (harpazo) to have a meeting with the Lord in the air that we see in 1 Thessalonians 4:17, but rather, what we see is the receiving unto Himself (or to His side) when He sets up His earthly kingdom. The word in this verse (John 14:3) is not analambano (to take up), but paralambano (to take or grasp to Himself). This verse, as we will see later on, is not describing the so-called Rapture-to-heaven scenario. We see the word again in 1 Corinthians 11:23, where Paul, speaking about the manner in which the Lord’s Supper is to be partaken, states that he received instruction from the Lord not to partake the Lord’s Supper unworthily. Moreover, what Paul received was the realization that Jesus died for our sins (1 Corinthians. 15:1, 3) and that the Lord’s Supper was to be an honored memorial of this fact, not to be desecrated by orgiastic ribaldry, as had become the communion ritual in the Corinthian church. In Galatians 1:9, we see paralambano again as Paul exhorts that specific church to accurse the man who preaches a gospel contrary to the one they had received. This was the true gospel Paul spoke about, because he neither was taught nor received it from man, but through a revelation of Jesus Christ (vs. 12). In Philippians 4:19, Paul once again reiterates the need for Christians to practice the things we have learned, heard, seen and received from Him, another example where paralambano is used.

There are many other instances too numerous to mention where the word paralambano is used and, in each case, like the ones we have examined, none are ever used to describe or picture the catching up of any individual or group to heaven. In other words, paralambano describes a taking unto oneself or receiving unto oneself, as one would forcefully seize hold of something for further action.

Let’s now examine the word left used in Luke 17:34, 35. The Greek word for left is aphiemi and, much to many peoples’ surprise, the word means, to forgive! W. E. Vine states that aphiemi has three chief meanings, but it primarily means to send forth, send away (apo, from, hiemi, to send), besides its other meanings, to remit or forgive (a) debts, Matt. 6:12, 18:27, 32, these being completely canceled; (b) sins, e.g., Matt. 9:2, 5, 6; 12:31, 32; Acts 8:22 (“the thought of thine heart”) Romans 4:7; James 5:15; 1 John 1:9, 1:12. Vine goes on to state that aphiemi, like its corresponding noun (aphesis, a dismissal, release), it “firstly signifies the remission of the punishment due to sinful conduct, the deliverance of the sinner from the penalty divinely, and therefore righteously, imposed; secondly, it involves the complete removal of the cause of offense; such remission is based upon the vicarious and propitiatory sacrifice of Christ.” Obviously, those who are left are the forgiven ones, and those taken are the ones who are bound for punishment. Obviously, those saints are the same ones spoken of in 1 Thessalonians 4:15 and 17 who will be alive and awaiting the return of Christ. Vine, speaking about those called out ones who remain (alive) on earth before the Lord returns, also defines the word remain with another Greek word, perileipo He states perileipo means “to leave over,” is used in the Passive Voice in 1Thessalonians 4:15 an 17. He says the RV translates perileipo as they “that are left,” and the King James Version translate perileipo as they “that remain,” literally, “left over,” i.e., “the living believers at the Lord’s return.” (W. E. Vine, An Expository Dictionary Of Biblical Words, Thomas Nelson Publishers, pages 452, 655, 656, 661, 1103)

It is interesting to note, and extremely important to mention, that the word aphiemi, in Luke 17:34, 35, is the same word used in the Lord’s Prayer (Matthew 6:12; Luke 11:4) where it states: “And forgive (aphiemi) us our debts, as we also have forgiven (aphiemi) our debtors.” [Parenthesis by the author, solely for emphasis]

Having now seen the precise definition of these two Greek words, can there be any doubt in the reader’s mind as to who is taken (paralambano, taken aside) and who is left (aphiemi, forgiven)? But yet, thousands of preachers and Bible teachers, dispensationalists and Rapture theorists daily use these verses (Luke 17, 34, 35) as depicting those taken as the ones who are secretly caught up to heaven, and those left as the ones who are left behind to suffer the wrath of God for a seven-year period of time. The even sadder commentary on theorists who ignorantly interpret these verses in such a haphazard manner is the fact that the following verse, in Luke 17:37, specifically (and ever so clearly) informs us as to the destination of those who are taken. Verse 37 reads: “Where, Lord?” They asked. He replied: “Where there is a dead body, there the vultures will gather.” In light of the proper interpretation of the word left (aphiemi, to forgive), it’s obvious that the disciples are asking where will those taken be sent. They couldn’t be asking where those left would be taken. They would already be there!

No! My friends! Christians aren’t taken anywhere! They are left alone, passed over, forgiven. Unbelievers are the ones taken, as they are seized and bound, as the tares apart from God’s wheat spoken of in Matthew 13:30, NIV: “Let both grow together until the harvest: and in the time of harvest I will say to the reapers, Gather ye together first the tares, and bind them in bundles to burn them: but gather the wheat into my barn! In Matthew 13:40, we see when they (tares) will be burned up: As the weeds are pulled up and burned in the fire, so it will be at the end of the age, (Matthew 13:40, NIV). Here we see a perfect picture of Jesus instructing His angels to bind unbelievers in preparation to be burned, while at the same time providing his called out ones protection inside His End Times Passover barn (See Isaiah 26:20) while He pours out His wrath on the unbelievers. And He performs this at the end of the age, (Matthew 13:40, NIV). [Underline by the author, solely for emphasis]
Once again, as has been the case too often, many theorists’ exegesis begins to crumble under extensive examination, due to their lack of knowledge of the precise and true meaning of key words and scriptural verses they use to pad their secret pre-tribulation escape theories.

Even more disconcerting is the pervasive and incessant promulgation of these left behind mythologies that permeate the Christian publishing and video markets of today, which are deluding millions of Christians into a false sense of security, motivated more so by profit and temporal fame. The author makes no apologies to these writers and preachers in regards to this matter. While there exists much love by the author for all those who claim to speak God’s gospel truth about who is taken and who is left, claiming that those taken are Christians and those left behind are the heathen, it is inexcusable to persist in this folly when the word of God clearly states His children are left (Gr. aphiemi, forgiven) alone when He returns.






LA VERDAD DE LA PANDEMIA