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sábado, 30 de mayo de 2009

¿ES MARÍA LA MUJER VESTIDA DEL SOL Y DE LA LUNA BAJO SUS PIES CON DOCE ESTRELLAS (APOCALIPSIS 12)?


¿Quién es esta peculiar mujer, que aparece vestida del sol y de la luna bajo sus pies, con 12 estrellas en una corona alrededor de su cabeza? ¡Los católicos romanos dicen que es la virgen María, dado que fue la madre de Jesucristo, ya que este relato muestra a la mujer simbólica que habrá de ser, pero el problema de esa hipótesis es que no se acopla de ninguna manera con el versículo 6! En este verso nos enteramos de que "la mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar que Dios había preparado, para ser alimentada allí durante 1.260 días. Eso no le ocurrió nunca a María y nunca le ocurrirá en el futuro. Con seguridad esta no es una figura de una persona, sino más bien de un grupo de individuos bien definidos.


Algunos comentaristas sostienen que simboliza a la iglesia, cuya imagen aparece al final de Apocalipsis como la esposa de Cristo, es decir, como una mujer, pero es imposible que esta mujer represente a la iglesia porque la iglesia no produjo a Jesús, sino que sucedió todo lo contrario. Fue el Señor quien dio origen a la iglesia y ésta surge del costado herido de Jesús. Por lo tanto, este simbolismo no encaja con la imagen que nos encontramos aquí.


Por lo tanto, es preciso que examinemos las claves que se nos ofrecen a fin de identificar a esta mujer, que esta vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas alrededor de su cabeza. El único otro lugar donde se usan estos tres símbolos juntos es en Génesis 37, en donde aparece el relato de José, cuando era un joven, que había tenido un sueño. Una noche soñó que el sol, la luna y 11 estrellas descendían y se inclinaban ante él. Cometió la equivocación de contarle el sueño a sus padres y a sus hermanos, que se sintieron muy molestos por ello. Su padre interpretó correctamente el significado del sueño como que José sería exaltado de algún modo y toda la familia vendrían y se tendrían que inclinar ante él. Sabemos por la historia que sucedió después que esto pasó, efectivamente, de ese modo. José se convirtió en el segundo gobernador de Egipto y sus padres y sus 11 hermanos tuvieron todos ellos que acudir ante su presencia e inclinarse ante él.


Está claro, por lo tanto, que es una descripción de la nación de Israel. (José sería, pues, la estrella duodécima.) En Romanos 9:5 el apóstol Pablo dice acerca de los judíos: "de ellos son los patriarcas y de ellos según la carne proviene el Cristo... que llega a los gentiles por esa vía. Por lo tanto, en este caso la mujer es Israel, que ocupa nuevamente un lugar destacado. Como describe acertadamente un comentador: "por eso aparece ataviada con el esplendor del sol, que es Cristo mismo, que no tardará en aparecer en su poder supremo como el Hijo de Justicia (Mal. 4:2) porque el sol es el gobernante de ese día y, como consecuencia, su antigua gloria antes de que amanezca, la luz reflejada de su típico sistema, viene a ser como la luna a sus pies. La corona de 12 estrella que lleva sobre su cabeza se refiere, como es natural, a las doce tribus, que son ahora planetas alrededor del sol.

viernes, 8 de mayo de 2009

LA ENGAÑOSA DOCTRINA DE QUE MARÍA ES LA MADRE DE LA IGLESIA



¿Es María la Madre de la Iglesia?


Ciertamente, uno de los títulos más importantes atribuidos a María por el catolicismo es la Madre de la Iglesia. La institución católica romana obtiene está enseñanza de la exaltación de María primordialmente de las palabras de Jesús, mientras colgaba de la cruz:

Cuando Jesús vio a su madre allí, y al discípulo que él amó parado cerca, él dijo a su madre, “Querida mujer, aquí está tu hijo,” y para el discípulo, “aquí está tu madre”. Desde entonces, este discípulo la hizo pasar a su casa (Juan 19:26,27).

María Fue una Viuda en la Cruz

Pero hay otro pasaje forma para interpretar el pasaje de arriba, el cual es bastante más consistente con otras Escrituras que describen a María y cómo la miraron los cristianos originales. Antes de que miremos estos otros pasajes pertinentes, examinemos el contexto de Juan 19:26,27. En aquel momento, José estaba muerto, habiendo dejado a María viuda. Esto es derivado a partir de última vez que alguna vez escuchamos acerca de José, que fue en Lucas 2 cuando Jesús estaba en el templo a la edad de 12. Dieciocho años más tarde cuando Jesús empezó Su ministerio, José nunca es mencionado otra vez con María, esto es fácilmente entendible si él había muerto, como muchos creen. En lugar de que José esté con María (que es lo qué esperaríamos) durante el ministerio terrenal de la enseñanza de Jesús, en la cruz y en el aposento alto, María es frecuentemente citada sola con sus otros hijos; Mar. 3:31-34; Luc. 8:19-21; Juan 2:12; Hechos 1:14) o a solas (Jn 19:26,27).

Los Otros hijos de María fueron incrédulos cuando Jesús murió

Además, los otros hijos de María, nacidos después de Jesús, fueron todos incrédulos durante su ministerio terrenal. Dice la Escritura:

Después de esto, Jesús circuló en Galilea, a propósito manteniéndose fuera de Judea porque los judíos allí estaban esperando quitarse la vida. Pero cuando la Fiesta Judía de Tabernáculos estaba junta, los hermanos de Jesús le dijeron a él, ” Usted debe salir aquí y debe ir a Judea, a fin de que sus discípulos pueden ver los milagros que usted ve. Nadie que quiere convertirse en una figura pública actúa en secreto. Desde que usted está haciendo estas cosas, la función misma para el mundo”. Pues aun sus hermanos no creyeron en él. (Juan 7:1-5).

Así es que cuando Jesús se estaba muriendo en la cruz, María fue una viuda y sus otros hijos no fueron creyentes en ese momento. (Pronto después eso cambió). Jesús, por consiguiente, comisionó a Juan para que llevara a María a su casa y cuide de ella, como él haría por su madre natural, que haría a Juan como un hijo para María. El más sabio y fuerte cuida del más débil y más desprotegido, así es que Juan se encargó de María. El usar mal Juan 19:26,27 leyendo en él que María fue hecha la Madre de la iglesia ha conducido a muchos a un enfoque no bíblico sobre María para las necesidades espirituales de uno, en lugar de mirar hacia Jesús como la Biblia declara.

Los Cristianos Cuidan de las Viudas

También, recuerde que cuidar de las viudas es fundamental para el Cristianismo:

Pero si una viuda tiene a los hijos o los nietos, estos deberían aprender ante todo a poner en práctica su religión cuidando de su familia y así también recompensando a sus padres y sus abuelos, pues esto le gusta a Dios. (1 Tim 5:4)

La religión que Dios que nuestro Padre acepta como puro y sin falta alguna es ésta: Cuidar de los huérfanos y las viudas en su desasosiego y abstenerse de estar contaminado por el mundo. (Santiago 1:27)

Jerusalén es nuestra Madre

Déjenos ahora considerar otra evidencia Bíblica referente a este tema de María como la Madre de la Iglesia. Primero, ¿Es alguna vez este título dado a ella o a alguien? De manera chocante, es encontrado en Gálatas 4:26, pero no adscrito a María:

“Pero la Jerusalén que está arriba es libre, y ella es nuestra madre”.

Claramente, el apóstol de Señor enseñó que la Jerusalén de arriba es la madre de la iglesia y no María. También debería ser mencionado que la última vez que María es mencionada en las epístolas está en este mismo capítulo, pero ella no es nombrada, aun en la forma más leve, como que tiene algún papel exaltado, como se esperaría, si ella fuese entonces la madre de la iglesia.


Esto es cómo fue referida María:

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley” (Gálatas. 4:4).

María es mostrada en Gálatas 4 como que es simplemente una mujer y nada más. Si Pablo hubiera creído que María fue la Madre de la Iglesia él tuvo una excelente oportunidad en Gálatas 4 de mencionarlo, pero no lo hizo!

“Quién Ha Sido Una Madre para Mí”

Además, en su epístola a los romanos, Pablo mencionó quién “había sido una madre para él,” pero no fue María, la madre de Jesús:

Saluda a Rufo, escogido en el Señor, y también a su madre, quien ha sido una madre para mí (Rom 16:13).

La madre de Rufo fue como una madre para Pablo y la única figura materna que él menciona. Si María fue la madre de la iglesia, como algunos leen en Juan 19:26,27, ¿Pudo Pablo declarar esto sin una mención de María? ¡Nunca!

Jesús Nunca Exaltó A María sobre Sus Otros Discípulos

También debería ser acentuado que el Señor Jesús nunca exaltó a María por encima de sus otros discípulos. Considere cuidadosamente las palabras eternas de Jesús:

Señalando a sus discípulos, él dijo, ” Aquí está mi madre y mis hermanos. Porque quienquiera que haga la voluntad de mi Padre en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre”. (Mateo 12:49,50)

¿”quiénes son mi madre y mis hermanos”? Él preguntó. ¡Entonces él miró a aquellos sentados alrededor de él y dijo, “He Aquí mi madre y mis hermanos! Quienquiera que haga la voluntad de Dios es mi hermano y mi hermana y mi madre”. (Marcos 3:33-35)

Ahora la madre de Jesús y los hermanos le visitaron, pero no pudieron ponerse cerca de él por el populacho. Alguien le dijo, “tu madre y tus hermanos están de pie afuera, queriendo Verte. Él contestó, “mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica. (Lucas 8:19-21).

Interprete la Escritura con la Escritura

Según Jesús, todos sus discípulos son iguales a María. Ella no es honrada por encima de la iglesia como su madre, según el Señor. ¿Por qué entonces alguien debería interpretar Juan 19:26,27 en una forma que es contradictoria para estas otras Escrituras relacionadas? Necesitamos dejar a la Escritura interpretar a la Escritura.

¡Uno también debe preguntarse por qué Juan nunca exaltó a María, o aun la mencionó, en cualquiera de sus epístolas! Lo mismo puede ser dicho acerca de Pedro, de quién los católicos se les enseñó a creer que fue el primer Papa. Ciertamente, él debería haber exaltado a María, como tantos otros Papas han hecho a todo lo largo de los siglos, pero él aparentemente no pensó que ella tuviese algún papel especial en los temas diversos de los que él se ocupó en sus epístolas, que incluyó la salvación y la oración.

Jesús la Refutó Públicamente

Regresando a Jesús, considere cuidadosamente su enseñanza eterna, cuando públicamente él refutó una mujer que intentó exaltar a María sobre la base de que ella le dio nacimiento:

Mientras Jesús decía estas cosas, una de las mujeres en el populacho alzó su voz y le dijo a él, “bendito es el vientre que te cargó y los pechos que te amamantaron”. Pero él dijo, “al contrario, bendito son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la observan. (Lucas 11:27,28).

Sería como si un católico del presente día estuviese en presencia del Señor tratando de sobre exaltar a María siendo refutado abiertamente en público por el Señor por su error.

María en el Aposento Alto

Un pasaje Bíblico final necesita ser citado, que ocurrió después de la muerte de Jesús en la cruz y cuando los discípulos que sumaban 120, incluyendo María, estaban todos reunidos juntos:

Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. Porque está escrito en el libro de los Salmos: Sea hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella; y: Tome otro su oficio. Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles (Hechos 1:14-26).

¡Pedro y Juan estaban presentes, pero nuevamente allí hay una total ausencia de cualquier clase de honor especial que fuera dado a María, algo que resulta extraño si fuese verdad que ella había sido declarada la Madre varias semanas antes!

Los Discípulos No Confiaron en la Intercesión de María

¡Además, los discípulos tuvieron una petición importante de oración, pero no tuvieron a María para que la presentara al Señor! Aparentemente, también no consideraron su intercesión como que era más poderosa que la de ellos ni pensaron que ella fuese la abogada de todas las gracias. En lugar de eso, le oraron directamente a Dios y sin ir a través de un santo, como Abraham, Ezequiel, Daniel, etc.

Considere Cuidadosamente Esto

Finalmente, considere cuidadosamente esto acerca de la maternidad Maríana de la iglesia. Prov 1:8,9 lee:

Escucha, mi hijo, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Serán una guirnalda para honrar tu cabeza y una cadena para adornar tu cuello.

¿Si María es la Madre de la Iglesia, por qué no tenemos algunas palabras de sabiduría de ella para guiarnos? Ella no escribió ningún libro del Nuevo Testamento. También, ¿por qué no se nos muestra a María cuidando amablemente de los nuevos conversos para el Cristianismo, como pensaríamos que le correspondería a ella por su cargo excelso?

Pero fuimos corteses entre ustedes, como una madre cuidando de sus hijos pequeños. (1 Tes 2:7)
Pero el punto central para todo esto es que María nunca es mostrada por título o inferencia, en toda la Escritura, como que es la Madre de la Iglesia, como los católicos piensan. De hecho, hay más prueba Bíblica para negar esta enseñanza católica a que afirmarla.

Enfocarse exclusivamente en Juan. 19:26,27 para obtener esta enseñanza es inducir el error a las almas preciosas, y conducirlas fuera de la verdad y en algo diferente de lo que la Biblia declara acerca de este asunto, que ha conducido a la destrucción espiritual de las personas que intentan establecer contacto con Dios, pero haciéndolo en una manera no bíblica. La salvación es sólo encontrada en Jesús. Llegamos a él acudiendo sinceramente y respetuosamente, pero nunca a través de María.

sábado, 11 de abril de 2009

“SALVE…LLENA ERES DE GRACIA!”






(Lucas 1:28)
por Daniel Sapia



La plenitud de gracia en María
Leemos en la Sagrada Escritura que el Arcángel Gabriel la saluda diciendo: “Dios te salve, llena eres de gracia” (Lc. 1,28). Estas palabras manifiestan con toda claridad la santidad completa del alma de María, en virtud de que son irreconciliables el pecado y la gracia, como lo son la luz y las tinieblas. Hemos visto [en el número anterior] que la Virgen Santísima además de no haber contraído el pecado original, tampoco tuvo durante su vida falta alguna incluso venial; por tanto, si en el alma se da la ausencia total de pecado, debe haber en ella la presencia total de gracia, como dice explícita­mente la Escritura con las palabras del Arcángel.
Citado de un artículo del portal católico
Encuentra.com

« Salve!.. llena de gracia.! »
Nunca a tan pocas palabras quisieron hacerle decir tanto…

«Llena de gracia…»
La expresión traducida por la mayoría de las versiones católicas como “llena de gracia” (Lucas 1:28) corresponde al original griego “kejaritomene“, que en realidad significa “[muy] agraciada” - “[muy] favorecida“. Así lo traduce, por ejemplo, la versión de la Biblia católica Latinoamericana “Alégrate tú, la Amada y Favorecida; el Señor está contigo..” o la versión también católica de Mateos-Schökel “Alégrate, favorecida, el Señor está contigo..” (ambas versiones con su correspondiente aprobación de la censura eclesiástica). Si este texto es tan importante a la hora de buscar algún fundamento bíblico de la exención de pecado en María, llama la atención que estas 2 conocidas versiones católicas no se ajusten a la necesaria traducción “llena de gracia” que Roma alienta. Más aún: la palabra “LLENA” no figura en el original griego, sino que fue “interpretada” de esa manera en la mayoría de traducciones católicas. Donde SI figura textualmente la expresión “LLENO DE GRACIA” es en Juan 1:14 [1] (refiriéndose a Jesús) y en Hechos 6:8 [2] (refiriéndose a Esteban). Con lo cual es para Esteban que la Escritura afirma una condición realmente “lleno de gracia”, pero no lo hace para María (sino -según vimos- como “muy agraciada”, “muy favorecida”), por más que el Magisterio de Roma fuerce Lucas 1:28 para intentar justificarlo.
El remate del argumento católico es que “si María estaba LLENA de Gracia (plena-completa), pues no había lugar para el pecado y eso garantiza su condición de inmaculada, pues donde hay plenitud de gracia no hay lugar para el pecado…” [3]. Si esto fuera cierto, entonces Esteban también merecería ser considerado “Inmaculado”. Pero más allá de eso, mientras Esteban es taxativamente reconocido en la Escritura como LLENO (textual del griego “PLERES”) DE GRACIA, a María se la reconoce como MUY agraciada-favorecida, y “muy” en ningún caso significa “plenitud 100%” (como sería el caso de “lleno”), con lo cual el argumento católico sustentado en Lucas 1:28 pierde toda eficacia.
“-¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo..” (Lc 1:28 Reina-Valera 1995)
“¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo” (Reina-Valera 1960)
“¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo” (Reina-Valera 1909)
“Tengas gozo, altamente favorecida, el Señor es contigo..” (Reina-Valera 1865)
“¡Salve, muy favorecida! el Señor es contigo:..” (Reina-Valera Antigua)
“¡Te saludo, muy favorecida! El Señor está contigo..” (Reina-Valera Textual)
“¡Alégrate, muy favorecida! ¡El Señor está contigo..” (Castilian)
“-¡Dios te ha bendecido de manera especial! El Señor está contigo..” (Biblia en lenguaje sencillo)
“¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo;..” (Biblia de las Américas)
“¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo..” (NVI)
Con lo cual no sólo María no es “llena de gracia” (conforme el texto griego de Lucas 1:28) sino que además esa expresa condición (de llenura) SI es reconocida inspiradamente en otro “personaje bíblico”, orientada hacia Esteban [2].
Finalmente, no cabe la menor duda de que la virgen hebrea María, madre de Jesús, ha sido dichosa, agraciada, bienaventurada, más que ninguna otra mujer de la historia, habida cuenta de que fue elegida por Dios mismo para engendrar humanamente a Su Hijo. Pues, los hijos de Dios no tenemos inconvenientes en reconocer este enorme e irrepetible privilegio del que goza nuestra amada María. Pero ello no le otorga a la virgen hebrea atributos místicos per-sé, tal como la teología católica se empeña en adjudicar.

Un saludo… ¿“imperial“?
No hace mucho un católico “crítico examinador de mis escritos”, dijo:
“Cuando el arcángel le dice a María “Ave!” no la adora pero si le muestra un respeto mucho mayor que el que María, (pobre, humilde, niña judía) pudiera recibir al cruzarse con alguien conocido en la calle. Ave es la exclamación del pueblo ante sus césares (”Ave Caesar moritori te salutant!”) El ángel sabe quién es María y por eso le rinde honores como si fuera una emperatriz. ¡Algo inaudito! ¡Un arcángel que mora en la inmediata presencia de Dios saluda a una muchachita de esa manera!”
Pareciera que cualquier cosa fuera útil a la hora de intentar ensalzar a la bienaventurada María con prerrogativas místicas. Por supuesto este despliegue “Mariológico” carece de todo valor, como intentaré exponer.
En la Escritura, el sentido del saludo del ángel no es en absoluto en tono de “honores imperiales” como sugiere el texto citado. Allí la intención, como bien lo expresan las traducciones católicas que cito a continuación, es saludar con una expresión de júbilo: “ALÉGRATE..! Dichosa… muy favorecida… agraciada…“. Lejos está este saludo de ser una manera de “rendir honores imperiales”
“Alégrate tú..” (Biblia Latinoamericana - católica)
“¡Alégrate!…” (El Libro del Pueblo de Dios - católica)
“-Alégrate…” (Mateos-Schökel - católica)
“¡Alégrate…” (de Jerusalén - católica)
Si la expresión griega “CHAIRÖ” significara alguna especie de “rendir honores imperiales”, entonces de igual manera Jesús (en persona) se los habría rendido a “María Magdalena y la otra María..” (Mateo 28:1), porque allí se utiliza similar saludo al que el ángel Gabriel tuvo para con María..
“En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron..” (Mateo 28:9 BJ)
“Dios os guarde…” (Vulgata Latina trad. Torres Amat - católica”
“Alégrense…” (El Libro del Pueblo de Dios - católica)
“Paz a ustedes..” (Latinoamericana - católica)
“Jesús salió al encuentro diciéndoles: Salve.” (Nacar-Colunga - católica)
“.. y las saludó diciéndoles: “Alégrense“..” (El Libro de la Nueva Alianza - católica)
“.. y las saludó diciendo: -¡Alégrense!..” (Mateos-Schökel - católica)
¡Todas versiones católicas de la Biblia! Y no se percibe “saludo imperial” por ningún lado.
“Y entrando, le dijo: «Alégrate…”
EWTN
“Y entrando, le dijo: «Alégrate,..” Catholic.net
“En el relato de la Anunciación, la primera palabra del saludo del ángel ―Alégrate― constituye una invitación a la alegría…” Vatican.va, Juan Pablo II, Audiencia Gral. 8/08/1996.
“La primera palabra que quisiera meditar con vosotros es el saludo del ángel a María. En la traducción italiana el ángel dice: “Te saludo, María”. Pero la palabra griega original —”Kaire”— significa de por sí “alégrate“, “regocíjate“.
Vatican.va, Benedicto XVI, Homilía 18/12/2005

Con lo cual, el ángel Gabriel, que mora en la presencia inmediata de Dios, saludó a “la muchachita” (textual de las palabras del católico citado) de una manera que, lejos de demostrar “honra imperial”, manifestaba el júbilo por la noticia que le venía a traer. Pretender del saludo del ángel algo adicional a lo señalado es forzar la Escritura para que parezca sustentar las prerrogativas místicas que la teología católica adjudica a la bienaventurada María.
Bendiciones en Cristo
Daniel Sapia
Notas
[1] “Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.” (Juan 1:14 BJ)
[2] “Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y señales..” (Hechos 6:8 BJ)
[3] En palabras de una sacerdote católico: «Leemos en Lucas 1, 28 que Dios por medio de Gabriel llama a María muy favorecida (Sof 3, 14, Jl 2, 21; Zac 9,9), que en griego es KECHARITOMENE (llena de gracia) o “la perfección de gracia“. La raíz de esta palabra es caris que significa gracia. De hecho, la forma de la palabra en griego hace entender que María YA ES (pasado) perfeccionada en la gracia. Y, como dice Pablo (Fil 3, 9s), el pecado es incompatible con esta. Es decir que en María no hay espacio, en su alma y corazón, para pecados. La gracia se opone al pecado…» (P. Daniel Gagnon, redimir.org. Resaltado agregado)

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