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lunes, 4 de julio de 2011

Apologista Ingº Mario Olcese S explica lo que significa la palabra salva...

APOLOGISTA EXPLICA LO QUE SIGNIFICA LA PALABRA “SALVACIÓN” EN LA BIBLIA
julio 4, 2011 Written by apologista
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Apologista explica que salvación es básicamente entrar en el reino de Dios con vida eterna. Para demostralo, Apologista nos presenta Juan 3:16 y 17 y Lucas 4:43, pasajes donde Jesús dice que fue enviado al mundo para anunciar salvación a los que creen en él y darles vida eterna en su reino.

Así pues, Apologista concluye que básicamente Cristo fue enviado a ofrecer vida eterna, salvación, y el reino de Dios. Además, apologista nos recuerda la conversación que tuvo Jesús con el joven rico, y en donde el joven le pregunta a Jesús qué debe hacer para ganar la vida eterna, y Jesús le dice que guarde los mandamientos, y aunque el joven los guardaba, no estuvo dispuesto a renunciar a sus riquezas, tal como Cristo le exigió que hiciera. Esta negativa del joven rico hizo que Jesús dijera que dificilmente un rico entrará en su reino…y luego los discípulos sosprendidos se preguntan: ¿Quién podrá ser salvo? Aquí nuevamente vemos los mismos tres cosas que Cristo vino a anunciar: Vida eterna, reino de Dios, y salvación. Es decir, apologista concluye que para Jesús la salvación no es otra cosa que entrar en el reino de Dios con vida eterna.

Apologista luego sostiene que la salvación es un proceso que comienza con la conversión, y que debe trabjarse hasta el fin. El sostiene que hay una salvación aún pendiente que es escatológica y que se cumplirá sólo en la parusía de Cristo. En Hebreos 9:28 Pablo dice que Jesús volverá por segunda vez para salvar a los que le esperan, y en Mateo 25:31,34 Jesús mismo dice que volverá para darnos herencia en su reino milenial. Esto confirma nuevamente que la salvación futura es ingresar al reino de Cristo con vida eterna. Esto queda demostrado también leyendo Apocalipsis 12:10.



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martes, 26 de mayo de 2009

¿SE REQUIERE CREER EN LA FÓRMULA TRINITARIA PARA GANAR LA VIDA ETERNA?



Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Lucas 10:26-28:
Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

Mateo 19: 17-21:

Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.

Juan 3:36:

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Juan 5:24:

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

Juan 6:40:

Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Juan 6:47:

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Juan 6:54:

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Juan 17:3

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Romanos 2:6,7:

El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad”.

Romanos 6:22:

Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Gálatas 6:8:

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

1 Timoteo 1:16:

Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.

1 Timoteo 6:12:

Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

1 Juan 5:11:

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

1 Juan 5:13:

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

Judas 1:21:

Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

Comentario:

¿Encuentra usted alguna insinuación de que hay que creer en el Dios Trino para ser salvo? ¡Yo, no! ¿Y ustedes? Espero que no. Lo cierto es que Jesús nunca vino a enseñarnos la Trinidad, ni exigió a nadie creer en algo semejante en ningún momento de su ministerio. Al contrario, Jesús vino a enseñar que sólo Su Padre es el único Dios verdadero y nadie más (ver Juan 17:3) y esto fue corroborado por el apóstol Pablo en 1 Corintios 8:4-6.

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viernes, 10 de abril de 2009

DIOS, JESÚS Y LA VIDA ETERNA


Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)


Existen en internet los así llamados maestros de la palabra que mal entienden quién es el Dios verdadero y la vida eterna. Hay un sitio donde su dueño, el Sr. Tito Martínez, enseña que Cristo es verdadero Dios y la vida eterna al igual que Su Padre. Es decir, este señor enseña que hay dos dioses verdaderos y dos fuentes de la vida eterna: El Padre y el Hijo. ¿Pero es posible que existan dos dioses y dos fuentes de vida eterna?

¿Cómo se adquiere la vida eterna?

Jesús responde a esta pregunta de esta manera: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Aquí Jesús está diciendo que la vida eterna se puede obtener o ganar CONOCIENDO al Dios verdadero y a Jesucristo, el enviado del Dios verdadero. Por tanto, aquí Jesús aclara que el único Dios verdadero es el Padre y nadie más. Sin embargo, la vida eterna se obtiene con el conocimiento del único Dios y de Su Hijo. Si conocemos a ambos podremos obtener la vida eterna.

Palabras de Vida Eterna

¿Quién es el que tiene palabras de vida eterna según las Escrituras? “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú (Jesús) tienes palabras de vida eterna” (Juan 6:68). Aquí Pedro le confiesa a Jesús que él tiene PALABRAS DE VIDA ETERNA. Esto significa que son las palabras de Jesús las que nos pueden dar el conocimiento necesario de Dios y Su Hijo para la vida eterna. Uno llega a conocer a una persona a través de sus palabras o enseñanzas, y esto es exactamente lo que Jesús hace: pronuncia palabras que nos dan el conocimiento necesario de Su Padre y de él mismo que nos pueden conducir a la vida eterna si las creemos de verdad.

¿Pero de quién en verdad son las Palabras que Jesucristo pronuncia?

En otra ocasión Jesús es enfático cuando nos dice: “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras… El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió” (Juan 14:10,24). ¿Entonces qué podemos concluir? Que las palabras de Cristo son las palabras de Su Padre… ¡y dan vida eterna! ¿Quién entonces es la fuente de la vida eterna? Obviamente la verdadera fuente de las palabras de vida es el Padre, quien es el único Dios verdadero. Sin embargo, es Jesús quien vino al mundo para darnos esas palabras de vida, que son de Su Padre. El Padre nos habló y nos dio vida por Su Hijo, el Mediador. Por eso Juan el Bautista fue bien claro cuando dijo: “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida (Juan 3:34). En ningún momento Juan pensó que Jesús fuera Dios, ya que él dijo que Jesús hablaba las palabras de Dios, tal como después Jesús lo revelaría a sus interlocutores.

La adquisición de la Vida eterna es por la Voluntad del Padre

El Señor Jesús vino a cumplir la voluntad del Padre para dar vida eterna a los hombres. Jesús dijo: “Y esta es la voluntad (¿de quién?) del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Notemos que es por la voluntad del Padre que nosotros podemos tener vida eterna si creemos de corazón en Cristo, su Hijo. No fueron dos o tres voluntades las que se unieron para dar la vida eterna a los hombres, sino sólo la del Padre, el único Dios verdadero (1 Cor. 8:4-6). Así que Cristo vino a cumplir con los deseos de Dios para dar vida inmortal a los hombres, dado que Su Padre, como Dios único y verdadero, es la verdadera fuente de la vida.

¿Qué es creer en el Hijo?

Juan dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36). Como hemos visto antes, el acto de creer en las palabras de Cristo (que son las de Su Padre) nos dará vida eterna. Lo importante es subrayar que creer en Cristo no significa aceptar imperiosamente su supuesta Deidad o que él es el mismo único Dios verdadero como sostienen los Binitarios y Trinitarios. No! Creer en Cristo es creer en sus palabras, las cuales son realmente las palabras de Dios, Su Padre, habladas por su intermedio (Hechos 10:36: “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos”).

Así que creer en Cristo es creer en Su mensaje, el cual es la Palabra de Dios para los hombres. Definitivamente en los evangelios leemos que Jesús vino a enseñar las Buenas Noticias o el evangelio (también llamado “el mensaje” o "la palabra") del Reino. Este anuncio era la gran proclama de Jesucristo para la humanidad toda. Dice Así Jesús: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado (Lc. 4:43).

Obviamente Jesús esperó que sus interlocutores creyeran en este mensaje o evangelio de Dios, el Padre, para que fuesen salvos (Marcos 1:14,15— “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.

Así que no se deje sorprender con la doctrina de que existen dos dioses verdaderos y dos fuentes distintas de la vida eterna. Sólo el Padre es el originador de nuestra salvación por medio de Su Hijo amado, Jesucristo. Con esto no denigramos a nuestro amado Señor sino que le damos su justo lugar dentro del plan de restauración de la raza humana. Todo fue realizado por la soberana voluntad del Padre, el único Dios verdadero, a través de Su Hijo. Dice así Pablo de Dios, el Padre: “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad” (Efe. 1:9-11).

¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad! (Efesios 1:3-5).

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LO QUE USTED DEBE SABER DE LA SALVACIÓN DE DIOS




Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)


LA SALVACIÓN BÍBLICA ORIGINAL ES INGRESAR AL REINO DE DIOS CON VIDA ETERNA


Lo que muchos estudiantes bíblicos no parecen entender es que hay una salvación presente referida al perdón de nuestros y a la sanidad (Luc. 23:35) y otra, futura, relacionada con nuestra eternidad (Ver Hebreos 9:28, 1 Pedro 1:5, Luc 18:30, Jud.21). No obstante, son pocos los que saben de qué se trata la salvación futura, y que es, a mi juicio, la más interesante.

Algunos suponen que ya estamos totalmente salvos y que no hay otra salvación que esperar. Éstos suponen que los que están en la gracia de Dios irán al cielo una vez que les sobrevenga la muerte física. Según estos creyentes, Jesús no habló de ninguna salvación futura, pero deliberadamente ignoran los textos de Hebreos 9:28, 1 Pedro 1:5, y el de Mateo 24:13, los cuales afirman que habrá una salvación futura con la segunda venida de Cristo.

La Biblia es clara respondiendo puntualmente lo que es la salvación futura. No obstante, casi nadie ha advertido esta salvación futura que está escondida en el diálogo de Jesús con el joven rico de Lucas 18:18-30. Los militantes evangélicos y los feligreses católicos ni siquiera se han percatado de esta información contenida en este interesante diálogo entre Jesús, el joven rico, y sus apóstoles. Sí amigos, en este diálogo está escondido el significado de la verdadera salvación futura. Sólo aquellos que ESCUDRIÑAN la Biblia con la ayuda del Espíritu Santo, pueden descubrirlo. Pero la mayoría de cristianos apáticos no podrán descubrirlo fácilmente, porque sencillamente no se toman la molestia de hacer un rápido y sencillo escudriñamiento de cada palabra contenida en este diálogo. Usted debe abrir su corazón y disponer su mente para meditar, sin prejuicios, todos los versículos donde aparece el diálogo del joven rico con Jesús. Los vamos a escribir a continuación tal como aparecen en la Biblia (VRV 60): En Lucas 18:18-30 leemos: “Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 19 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.21 El dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. 22 Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.23 Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. 24 Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 25 Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 26 Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27 El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.28 Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. 29 Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, 30 que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna”.

Aquí hay cuatro frases ‘clave’ que nos ayudarán a definir claramente lo que es salvación. Esas son: “LA VIDA ETERNA”, “EL REINO DE DIOS”, “SALVO”, “SIGLO VENIDERO”. Estas cuatro frases han sido pasadas por alto por la mayoría de estudiantes de la Biblia, y seguramente por usted mismo, privándose así de comprender lo que es la salvación para Jesucristo y sus discípulos. Usted tiene ahora la oportunidad de entender lo que su Pastor u Obispo de su iglesia nunca le reveló porque está ciego.

El joven rico quería heredar la VIDA ETERNA, pero no estaba dispuesto a dejarlo todo por Cristo. Jesús se ve precisado a decir que difícilmente entrará un rico en el REINO DE DIOS. Los discípulos le preguntan entonces a Jesús: ¿Quién podrá SALVARSE? Y Jesús entonces reafirma lo que antes había dicho y añade que aquellos que hayan dejado todo lo acariciado por el Reino de Dios recibirán la vida eterna en el “SIGLO VENIDERO.

Reflexione ahora: ¿Qué es la salvación, según este diálogo? La respuesta es diáfana como el agua cristalina. Usted deberá disponer su corazón y mente para entender. La fórmula es ésta: ¡Sólo tiene que acomodar las CUATRO FRASES CLAVE! (‘Vida Eterna’, ‘Reino de Dios’, ‘Salvación’, Siglo Venidero). Salvación es entonces —y grábeselo bien porque esto no lo escuchará en ningún lado— “ganar la vida eterna en el reino de Dios del siglo venidero”. Esta sencilla explicación no es conocida por millones de cristianos. La mayoría de cristianos cree que salvación es estar con Dios en el cielo. Pero esto no es lo que dice Jesús. Aquí se habla de un reino y de una salvación futuros que vendrán con la segunda venida de Cristo (Mat.25:31,34; Luc 18:30, Hech. 9:28). Entonces se cumplirá lo dicho en Apocalipsis 12:10: “Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo.” Nótese que la salvación está asociada con el reino y la autoridad de Cristo— ¡Realmente salvación y reino van de la mano! Ah, y los difuntos de la fe tampoco han heredado el reino, pero serán resucitados para entrar en él.

Si uno compara Hebreos 9:28 y Mateo 25:31,34, descubrirá que en la segunda venida de Cristo se desencadenará la salvación de los fieles. Esto quiere decir que éstos “heredarán el reino y la consecuente vida eterna preparados por Dios desde la fundación del mundo.” Este es el verdadero evangelio de Jesucristo que no es predicado mayormente por las iglesias, salvo muy raras excepciones.

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lunes, 3 de noviembre de 2008

LA SALVACIÓN, LA GRACIA, Y NUESTRO REINADO FUTURO EN LA TIERRA

Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

Texto clave:

“Pues si por transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia REINARÁN EN VIDA por medio de un solo hombre, Jesucristo” (Rom. 5:17--NVI).

Gracia y Reinado

En el texto de arriba Pablo escribe que todos aquellos que han recibido en abundancia la gracia y el don de la justicia, reinarán en vida. Nótese que Pablo no sólo dice que los justificados tendrán la vida, sino que reinarán en vida, ¡y esta vida será vida eterna! (“…y la gracia que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo, nuestro Señor”---Rom. 5:21. También Tito 3:7). Desgraciadamente millones de cristianos no entienden que la gracia de Dios nos conducirá a un reinado con vida eterna. Y si hablamos de un reinado, estamos implicando un reino necesariamente. De allí que el evangelio de la gracia para Pablo se equipara con la predicación del Reino de Dios. Estas son sus palabras: “…que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro” (Hechos 20:24,25).

Es imperioso entender que la gracia de Dios nos justifica para poder reinar en vida eterna. Pero este reinado no se produce inmediatamente después de nuestra conversión, ni mientras seamos mortales y corruptibles. Es imposible pensar en un actual reinado de mil años de los santos en nuestra condición de hombres mortales y corruptibles, y cuando sólo podemos vivir hasta los 70, 80 o 90 años de edad. Algunos cristianos del primer siglo parece que olvidaron esta verdad, y creyeron estar ya en una posición de reyes en ejercicio. En 1 Corintios 4:8 Pablo les dice irónicamente a los creyentes corintios que se creían reyes, lo siguiente: “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis, ¡Y ojalá reinaseis para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!” (1 Corintios 4:8). Sin duda alguna, muchos de los creyentes primitivos habían entendido mal la doctrina de la justificación por la gracia que Pablo había estado predicando. Creyeron que su acceso a la gracia los convertía inmediatamente en hombres ricos y con poder cuando en realidad no tenían ningún poder de gobernar el mundo de entonces. Ellos no entendieron que su reinado se produciría en la transformación, cuando recibieran el cuerpo incorruptible e inmortal en la parusía de Jesús.

Gracia y Salvación

Hasta ahora hemos visto que la gracia va estrechamente ligada al reinado futuro de los santos con cuerpos inmortales. Ahora veremos que el apóstol Pablo vincula la gracia con la salvación. Esto lo descubrimos cuando Pablo le escribió a Tito, lo siguiente: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11).

Recapitulando, la gracia de Dios se traduce en nuestro reinado, y este reinado es el resultado de nuestra salvación que viene por la gracia de Dios. Esta verdad se deja ver en el diálogo del joven rico con Jesús y sus apóstoles en Mateo 19:11-25, y en donde justamente las tres frases: ‘vida eterna’, ‘el reino’ y ‘la salvación’ se hacen notorias. ¡Ustedes necesitan examinar cuidadosamente cada palabra de esos versículos de Mateo 19!

Estamos viendo que la salvación por gracia y el reino de Cristo van de la mano, y ambos están estrechamente ligados como gemelos idénticos en una sola placenta. Los que sostienen que la gracia de Dios no tiene nada que ver con el reino de Dios están engañados. El evangelio del reino de Cristo es el mismo evangelio de la gracia de Pablo. Y Pablo enseñó que su evangelio era el evangelio de Cristo, el mismo inalterable evangelio del reino que él lo llamó “la gracia” (Romanos 15:19; Gál. 1:6-9, Hechos 20:24,25).

La gracia y la Gloria

El apóstol Pedro escribió lo siguiente:

“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada… Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria… Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca… Por conducto de Silvano, a quien tengo por hermano fiel, os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios, en la cual estáis”.

Estas palabras de Pedro han sido pasadas por alto, o bien, incomprendidas por millones de cristianos. Y es que Pedro mismo dice que la verdadera gracia de Dios es aquella que tiene que ver con la participación de la gloria que será revelada. Esto debe grabárselo bien en su mente, pues si no lo entiende, tampoco comprenderá el mensaje y el propósito de la venida de Cristo al mundo.

Aquí está la verdadera gracia que no es predicada por los más populares evangelistas de hoy. La mayoría de ellos predican una gracia totalmente distinta y paganizada, como es la de “recibir a Cristo por la fe para obtener el perdón de los pecados y después partir a la morada final y eterna en el cielo como almas inmortales”. Aunque es verdad que unos pocos predicadores admiten que el reino será efectivamente establecido y otorgado a los santos, éstos yerran al decir que sólo será para los santos Judíos.

Nuevamente regresemos a Pedro. El dice en 1 Pedro 5:12 que “ésta es la verdadera gracia”—¿cuál?— Según el contexto (versos 1,5,10) la gracia verdadera es la esperanza de ser parte de la gloria que será revelada en la parusía. Definitivamente también la gracia y la gloria van de la mano. ¡Esto está más claro que el agua cristalina! Y Pablo también coincide con Pedro al escribir a los Tesalonicenses: “a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio (de la gracia o del reino), para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo”. (2 Tes. 2:14)

La gloria y el Reino

Debe quedar en bien claro que la verdadera gracia es la participación de la gloria que será revelada en la parusía. La gloria, a su vez, está vinculada con el Reino. Siempre recuerde que el reino está envuelto en todos estos vocablos clave (salvación, vida eterna, gloria, gracia, etc). Por ejemplo, a los Tesalonicenses Pablo les escribe lo siguiente: “y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria” (1 Tes. 2:12).

En los evangelios sinópticos vemos que un evangelista usa para narrar un mismo acontecimiento el vocablo ‘reino’, mientras que otro usa la palabra ‘gloria’. Por

Ejemplo:

Mateo 20:21: “El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda”.

Marcos 10:36: “El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda”.

Así que el reino de Dios va siempre asociado a los términos gloria, salvación, gracia, evangelio, vida eterna.

Conclusión

Estamos, por la gracia de Dios, llamados a participar de la gloria venidera del reino de Dios con vida eterna. Este es el evangelio o buenas nuevas de la gracia de Dios. Es la Buena Nueva de salvación para la participación (por su gracia) en el reino venidero de Cristo con vida eterna. Esta es la salvación final o escatológica que nos traerá Cristo en su parusía (Heb. 9: 28). ¡Y éste es el verdadero evangelio de la gracia!

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LA VERDAD DE LA PANDEMIA