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jueves, 23 de diciembre de 2010

¿ES CRISTO MISMO EL EVANGELIO QUE DEBEMOS PROCLAMAR?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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Hay gente que dice que yo he cambiado el evangelio de Cristo, al estar enseñando el reino de Dios y no a Cristo. Es decir, lo que pretenden decirnos nuestros detractores es que el verdadero evangelio es Cristo mismo y no su mensaje del reino.
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Predicando a Cristo
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Los evangélicos presentan unos textos para señalar que el evangelio predicado por los primeros cristianos era “Cristo” mismo, lo cual nos resulta extraño, ya que Cristo mismo dijo que él fue enviado a predicar el evangelio del Reino de Dios y no su persona como tal (Lc. 4:43, Mr. 1:1,14,15). He aquí los pasajes en que usan nuestros detractores para “demostrarnos” que Cristo mismo era el evangelio:
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1. Hechos 8:5: Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les PREDICABA A CRISTO.
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Hechos 9:20: En seguida PREDICABA A CRISTO en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.
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Pero observemos que aquí se dice que se predicaba a Cristo, pero ojo que no se dice que Cristo mismo era el evangelio.
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Predicando el evangelio de Cristo
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En otros momentos veremos que Pablo predicaba el “evangelio de Cristo” como un sinónimo de “predicar a Cristo”, lo cual ha hecho suponer a muchos que Cristo es el evangelio, lo que es totalmente falso. He aquí los pasajes:
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1. Romanos 15:19: con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del EVANGELIO DE CRISTO.
2.
Romanos 15:29: Y sé que cuando vaya a vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del EVANGELIO DE CRISTO.
3.
1 Corintios 9:12: Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al EVANGELIO DE CRISTO.
4.
1 Corintios 9:18: ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el EVANGELIO DE CRISTO, para no abusar de mi derecho en el evangelio.
5.
2 Corintios 2:12: Cuando llegué a Troas para predicar el EVANGELIO DE CRISTO, aunque se me abrió puerta en el Señor,
6.
2 Corintios 9:13: pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al EVANGELIO DE CRISTO, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos;
7.
2 Corintios 10:14: Porque no nos hemos extralimitado, como si no llegásemos hasta vosotros, pues fuimos los primeros en llegar hasta vosotros con el EVANGELIO DE CRISTO.
8.
Gálatas 1:7: No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el EVANGELIO DE CRISTO.
9.
Filipenses 1:27: Solamente que os comportéis como es digno del EVANGELIO DE CRISTO, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
10.
1 Tesalonicenses 3:2: y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el EVANGELIO DE CRISTO, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe,
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¿Qué se entiende por el evangelio de Cristo? ¿Acaso que Cristo es el evangelio? Pues no, ya que si el evangelio de Cristo es Cristo mismo, entonces el evangelio de Pablo es Pablo mismo. Recuerde que Pablo usó en varías ocasiones la frase “mi evangelio” (Rom. 2:16; 16:25; 2 Tim. 2:8), lo que significa que el evangelio es ”el evangelio de Pablo”. ¿Pero creerá alguno que Pablo mismo era el evangelio? ¡No lo creo! El evangelio de Cristo como el evangelio de Pablo proclamaba el mismo mensaje del Reino, sin variación alguna. He aquí la prueba:
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Marcos 1:14: Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio dEL REINO DE DIOS
Hechos 19:8: Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del REINO DE DIOS.
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Es cierto de debemos predicar a Cristo, así como debemos predicar la resurrección, la condenación de los impíos, el arrepentimiento de los pecados, etc; pero eso no quiere decir que el evangelio sea expresamente Cristo, la resurrección de los muertos, la condenación de los impíos, o el arrepentimiento. El único y singular evangelio, les guste o no a nuestros detractores, es el evangelio del reino de Dios, las buenas noticias de un gobierno justo en la tierra en la persona del Mesías.
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Sin embargo, sería bueno que se revise Lucas 4:43, en donde Jesús es claro al decir que fue enviado para anunciar el evangelio del reino de Dios. Esto significa que el mensajero no era el mensaje, sino el portador del mensaje de Dios para los hombres concerniente a algo que él llamó ”el reino de Dios”.
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Sí, mis amigos, Jesús vino al mundo para predicar el reino de Dios, y fue lo primero que hizo cuando comenzó su ministerio (Marcos 1:1,14,15). Ustedes notarán que en ningún momento Jesús comenzó a hablar de su persona y diciendo que él era el evangelio salvador que debía ser creído para ser salvos. El dijo “Creed en el evangelio”, más no dijo que creyéramos que él era el evangelio, sino el reino que introdujo. El evangelio que Jesús quería que creyéramos era definitivamente el reino de Dios (Mr. 1:1,14,15).
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Mientras tanto, y a pesar de la resistencia al evangelio del reino, los siervos fieles están esforzándose a dar a conocer este mensaje de esperanza de un gobierno justo a todas las naciones a través de este magnífico medio, sin contar con otros que son igualmente eficientes o eficaces.
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Estoy convencido de que lo que la gente llama “tardanza de su venida” no es otra cosa que nuestra tardanza de predicar el evangelio verdadero al mundo habitado, es decir, la Buena Nueva del reino de Dios. Y mientras los cristianos no entiendan la importancia de dar a conocer este mensaje al mundo, Jesús no volverá con la presteza que quisiéramos todos (Mat. 24:14).

martes, 4 de noviembre de 2008

VE Y ANUNCIA EL REINO DE DIOS

Jesús le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios” (Lucas 9:60)



Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

El Señor Jesucristo se había topado con un hombre que buscó su beneplácito para seguirle a todas partes (Lucas 9:57), pero antes quería ir y atender el sepelio de su padre. Pero Jesús le contesta: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.” Aquí Jesús pone una disyuntiva entre atender los asuntos temporales y predicar el reino de Dios, y lo que Jesús parece resaltar es la importancia de predicar el reino de Dios por sobre todas las cosas que parecen importantes. Y también parece cierto que la frase “seguir a Jesús” significa o equivale a propagar el mensaje del reino de Dios, ya que Jesús le dice que vaya y anuncie el evangelio del reino por su cuenta. De esta forma el joven estaría siguiendo a Jesús en su misión evangelizadora.

Pero acá no acaba la historia. En los versos siguientes, leemos: Entonces también dijo otro: “Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:61,62). En esta ocasión Jesús enseña que aquel que pospone la tarea de predicar el reino de Dios por otros asuntos sin mucha importancia, no es apto para el reino de Dios. Y eso es lo que desafortunadamente está ocurriendo hoy entre los cristianos y los no cristianos. La mayoría opta por posponer la prédica del mensaje por tareas que deberían ocupar un segundo lugar. Para Jesús el mirar hacia adelante, hacia el supremo llamamiento, equivale a mirar hacia el reino. Antes él había enseñado a sus discípulos a pedir y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás sería concedido por añadidura (Mateo 6:33). Algunos individuos posponen su conversión y su militancia en la iglesia para acumular fortuna, y entonces se deciden a ser cristianos. Estos no tienen un sentido de urgencia ni un amor por el mensaje del reino. Su reino es el reino del dinero y del poder ahora. El reino escatológico para éstos es para los jubilados, para aquellos que ya están para partir, pero no para aquellos que están llenos de vida y de ambiciones materiales para hoy.

El Reino es sinónimo de ‘Evangelio’ ‘la Palabra’, 'La Gracia', 'El consejo'

Jesús quiere predicadores que lo anuncien a él y su reino, pues este es el único y verdadero mensaje de esperanza para el mundo sufriente y desesperado por una edad de justicia y de paz duraderas.

Cuando la iglesia de Jerusalén fue perseguida, los creyentes fueron esparcidos por Judea y Samaria: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan” (Hechos 8:4,5, 12,14). En Hechos 20:24,25 leemos: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro”. Y en el verso 27 se dice además: “Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios”.

Así pues, si nos guiamos por lo que está subrayado en los versos de arriba, tenemos que: a) Predicar el evangelio es predicar a Cristo, y b). Predicar a Cristo, es predicar el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, y 3) Predicar el Reino de Dios y el nombre de Jesucristo es predicar la palabra. Predicar la palabra es predicar la gracia de Dios, y predicar la gracia es predicar el reino de Dios, y predicar el reino de Dios es predicar el consejo de Dios”

Conclusión:

Estamos llamados a predicar el reino de Dios y todo lo relacionado con el nombre o persona de Jesucristo (Su muerte, sepultura y resurrección al tercer día). Esto es lo que la Biblia llama “el evangelio” o “el mensaje”, “la gracia”, y el consejo” de Dios. Esto es lo que la iglesia debiera estar predicando y no evangelios espurios y de hechura humana o diabólica. El reino de Dios es el centro de toda la predicación de Jesús, y fue el tema con el que inició y terminó su ministerio (Marcos 1:1,1,4,15; Hechos 1:3,6,7).

Más sobre el verdadero reino de Dios en:

www.apologista.wordpress.com

www.elevangeliodelreino.org

www.yeshuahamashiaj.org

LA VERDAD DE LA PANDEMIA