martes, 25 de agosto de 2009

EL VERGONZOSO EVANGELIO SOCIAL




Robert Tilton, un promotor del “evangelio sucial”

¿Qué es el evangelio social?

El evangelio social es una invención moderna y fue creado originalmente en los Estados Unidos. Es un mensaje en el cual se quitan, o se diluyen, partes claves del mensaje de Jesús y sus apóstoles, tales como el arrepentimiento radical; la enseñanza del infierno; el juicio de Dios contra el pecado; la necesidad de negarse a uno mismo y sufrir por Cristo y otras doctrinas más. En el evangelio social sólo se habla de creer en Jesús, del amor de Dios, etc. En resumen, se habla sólo aquellas cosas agradables al oído de los hombres y casi no se menciona aquello que suena fuerte, o que pudiera incomodar a los oyentes. Se trata de crear un evangelio que no choque, en nada, con las costumbres y las ideas de la sociedad corrupta en que vivimos; pues si el mensaje es claro y directo o tiene demandas fuertes, entonces se cree que la gran masa de personas no asistirá a las reuniones y las congregaciones o iglesias no serán muy grandes.

Lo anterior ha sido examinado desde diferentes ángulos por reconocidos personajes del mundo académico cristiano como Hank Hanegraaff, director del Instituto Cristiano de Investigaciones; la organización internacional más profesional que existe actualmente en la investigación de doctrinas falsas:

“La cultura norteamericana está obsesionada por la idea de una vida crecientemente exitosa y por un gran materialismo… la palabra clave no es ‘auto sacrificio’ sino ‘auto engrandecimiento’. Tristemente, una porción significativa dentro del cristianismo moderno ha comprado el mensaje de que nosotros estamos en este mundo sólo por un rato, y por lo tanto lo mejor que podemos hacer es darnos todos los gustos mientras estamos aquí”. (“Cristianismo en Crisis”; Hank Hanegraff; casa de Publicaciones Harvest; Editorial Unilit; Eugene, Oregón; Pág. 203).

Michael Horton, pastor y reconocido escritor, confirma lo anterior en su libro “La agonía del engaño” cuando dice que es lógico que este tipo de “evangelio” haya surgido de la sociedad americana de hoy en día “amadora del placer y centrada en sí misma”. (“La agonía del engaño”; Michael Horton; Impresora Moddy; Chicago 1990; pág. 123).

Así que nada de sufrimiento, arrepentimiento u otras enseñanzas molestas para la carne en este nuevo evangelio, pues la idea es decirle a la gente que tendrá una vida cómoda y placentera. Mucho menos hablar de cosas como el infierno, aunque Cristo mismo habló de este tema alrededor de 23 veces solamente en el evangelio de mateo. Los maestros del evangelio social han creado, según su opinión, una mejor versión a la que han sido “recortadas” incluso enseñanzas tan básicas como la doctrina de la culpabilidad del hombre.

Veamos un ejemplo de esto último analizando las palabras de un popular predicador, ante su audiencia de alrededor de 5000 personas. Primero sorprende a su auditorio con la nueva revelación de que el arrepentimiento es una cosa pasada de moda y después los instruye en que nunca se le debe advertir a la gente acerca del infierno. Finalmente, en el clímax de sus nuevas revelaciones anuncia con voz potente que ningún ser humano, incluidos todos los no conversos, es culpable de pecado delante de Dios.

“Dios ya no inculpa al hombre de su pecado. Dios no está inculpando al mundo de pecado… ¿Qué te parece?, no eres culpable de nada”.

“Dios no inculpa de pecado al hombre, ese es el verdadero evangelio”.[1]

He aquí un claro ejemplo de una predicación del evangelio social.

Por si lo anterior fuera poco, en vez de predicar arrepentimiento francamente, y el mensaje bíblico completo, los que enseñan el evangelio social a veces sustituyen las enseñanzas originales por promesas de prosperidad económica, e incluso se manipula a las personas a creer en Jesús sólo para que les “vaya bien”.

Esta distorsión comercializada de la verdad ha dado paso últimamente a toda una filosofía cristiana de la prosperidad, en la cual Dios y Su Palabra se convierten en un escalón para obtener riquezas materiales, y el sacrificio de Jesús en un medio para obtener dinero. Así lo enseñó el Dr. Gordillo, un reconocido líder nacional en un congreso sobre finanzas bíblicas.

“La prosperidad (económica) es señal de perfección. Es caminar en justicia… es valorar el sacrificio del Hijo de Dios”.[2]

“Dios quiere que usted prospere financieramente… pero para eso usted necesita fe”.[3]

Es también el mensaje de Robert Tilton. Quizás el más reconocido exponente del evangelio social a nivel mundial. Obviamente él también ofrece a sus seguidores de que él les puede decir los secretos de esa fe que los puede hacer ricos. ¡Claro!, si le mandan una buena ofrenda. (“Cristianismo en Crisis”; Hank Hanegraff; casa de Publicaciones Harvest; Editorial Unilit; Eugene, Oregón; Pág. 34, 373 y 374).

Hay ocasiones en que el intento por manipular a la gente para que se acerque a Dios por conveniencia lleva a prometer a los exponentes de estas nuevas doctrinas cosas increíbles y a veces hasta a decir blasfemias. Lo siguiente lo declara uno de los promotores del evangelio de la prosperidad ante su auditorio:

“Cuando yo recibí el Espíritu Santo… recibí poder… ¿sabían ustedes que el poder de Dios es para hacer dinero?”.[4]

En resumen, este tipo de mensaje llega aun a promover el materialismo e incita a la gente a que se acerque a Cristo para tener más dinero y no por amor ni por quien Él es. Visto de otra manera, les dice a las personas que hay que buscar a Cristo por lo que Él les puede dar, no porque sean pecadores perdidos que deben amar a Jesús por lo que Él hizo en la cruz.

Los predicadores de este nuevo evangelio bien pueden ser descritos en este análisis del excelente libro “Cristianismo en crisis”.

“Esta gente invariablemente pregona la idea de que la prosperidad es el derecho divino de cada creyente. Esta nueva forma de ‘cristianismo’ no es más que una forma disfrazada de avaricia vestida sutilmente con una capa de religiosidad”. (“Cristianismo en Crisis”; Hank Hanegraff; casa de Publicaciones Harvest; Editorial Unilit; Eugene, Oregón; Pág. 198)

En el evangelio social siempre se oyen las bellas palabras para adular a los oyentes y que estos se sientan a gusto. Contiene interesantes mensajes salpicados con pasajes bíblicos que tienen como objetivo hacerle a uno la vida más cómoda. Mientras tanto, le promete el cielo a la gente aunque ésta ni siquiera entienda lo que es arrepentirse y entregarse a Jesucristo. la idea, es ser lo más cuidadoso posible con los asistentes y no incomodarlos en nada, pues si alguno se ofende y se va, eso disminuye el crecimiento numérico y… las entradas económicas.

Este evangelio falso ha sido cuidadosamente diseñado a través de los años para llenar las congregaciones y los bolsillos de predicadores sin escrúpulos. Ha sido fabricado para exaltar los gigantescos egos de hombres cuyo único deseo es tener grandes multitudes que los escuchen y ser así considerados “exitosos” ante los ojos de los demás. Este evangelio social, hace sentir bien a la gente pero falla en el importantísimo propósito de producir conversiones poderosas y estables. Esto sucede porque omite los importantes llamados al arrepentimiento y a confiar totalmente en Jesucristo, que vienen en el Evangelio bíblico, y los sustituye por un débil “Acepta a Jesús”, por medio de una oración que se hace sin convicción de pecado ni entendimiento mínimo de la obra y la persona de Jesucristo. De hecho, lo más grave de todo es que hace descansar a muchos en una falsa seguridad de salvación.El evangelio social es la creación maestra de la cultura comercial: un evangelio al gusto del cliente.

¿Qué dice la Palabra de Dios de esto?

En Romanos 1:16 y 2a Corintios 2:17 el apóstol Pablo dice que el evangelio es el poder de Dios para salvar y que nunca se debe rebajar, falsificar o diluir. La razón es obvia. Cuando se hace esto, el mensaje ya no es El Evangelio y pierde u poder transformador. Y si aparte se mezcla con ideas comerciales, se convierte en un falso evangelio. Es por eso que el evangelio social que se está predicando en muchos círculos evangélicos y cristianos hoy en día, no tiene efectividad para producir conversiones profundas y dar paz y libertad permanentes. Los que lo escuchan carecen de una vida victoriosa sobre el pecado y a veces se encuentran en terribles crisis morales y emocionales sin saber por qué.

“mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangeliodiferente del que os hemos anunciado, sea anatema”. Gálatas 1:8

[1] “Nuestro Dios maravilloso”; Marco Barrientos; Amistad Cristiana A. C.; cassette.
[2] “Batalla espiritual”; Dr. Gordillo; Serie de cassettes sobre finanzas bíblicas.[3] “Cristianismo en Crisis”; Hank Hanegraaff; Casa de Publicaciones Horves; Editorial Unilit; Eugene, Oregón 1993; pág 373.
[4] Javier Gómez Rubio; Amistad Cristiana A. C. en Guadalajara, México; “cassette sobre la prosperidad”





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