sábado, 26 de junio de 2010

LO CELESTIAL EN LO TERRENAL


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)


Una cosa que llama poderosamente la atención es que la Biblia no nos dice prácticamente nada de nuestra supuesta “vida en el cielo” por la eternidad. Sí, es increíble descubrir que nada se dice de la vida de los salvos en el cielo, a pesar de que este “lugar” es considerado por muchos cristianos como su paradero final después de morir. ¿Pero no extraño de que la Biblia no nos diga nada de lo que harán los justos allá, si en verdad ese es el lugar o el destino final y eterno para ellos? La Biblia dice que Dios trabaja, e igualmente su Hijo, por tanto los cristianos estarán también trabajando en la eternidad, y no tan solo tocando un arpa o una lira dorada. ¿Pero en qué podrían estar trabajando los salvos en el cielo? La Biblia no lo dice. Lo que sí nos dicen las Escrituras es lo que harán los salvos EN LA NUEVA TIERRA.

Los salvos en el reino de Dios

La Biblia, en cambio, sí nos dice lo suficiente sobre lo qué estarán haciendo los que ganen la vida eterna en el reino de Dios. La palabra de Dios nos da muchísima información de la labor de los salvos en la nueva tierra de justicia. Esto se explica fácilmente porque la tierra, y no el cielo, u otro lugar supra mundano, es la promesa de Dios para los salvos.

Veamos los pasajes más importantes que nos indican cuál será la tarea de los salvos en el reino de Dios:

En Lucas 19:11-19 Jesús nos da la siguiente pista:

“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12 Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. 14 Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 El le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades”. 20

Si leemos con cuidado estos versos, podremos ver que los salvos recibirán del Señor el pago correspondiente por haber cumplido con la tarea que él les encomendó, y ese pago no es un eterno descanso en un paraíso celestial, tocando el arpa, y rodeado de bellas doncellas, sino, más bien, el ejercicio de la autoridad sobre las naciones. ¿Qué significa esto?

El Reino de Cristo es un gobierno

Siendo que el reino de Cristo es un gobierno con un monarca supremo (el Mesías escogido), es lógico concluir que éste tenga un territorio, leyes, y súbditos. Para que el gobierno funcione, el Mesías Jesús deberá contar con asistentes de confianza en su régimen mundial, hombres probos y santos que administrarán en su reino con equidad y justicia. ¿Y quiénes mejores que los miembros de su iglesia que han mostrado probidad en esta vida? Es por eso que la iglesia ha sido llamada para recibir el reino (Lucas 12:32) para que ejerza autoridad sobre las naciones (Apo. 2:27, “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones”). De modo que acá tenemos la función que desempeñará la iglesia en el reino milenario de Cristo.

Los santos juzgarán el mundo

En 1 Corintios 6:1-3 Pablo dice algo sumamente interesante: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?

Aquí Pablo amonestaba a los creyentes por su incapacidad para juzgar cosas pequeñas de esta vida, y máxime, considerando que ellos tenían por delante una tarea aún más difícil e importante que desempeñar y que consistía en el futuro juicio y gobernación del mundo entero.

Daniel vislumbró el dominio de Cristo y los santos en el Reino de Dios

En Daniel 7 leemos:

“Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido…y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán”.

Así que el pueblo de los santos del Altísimo recibe el reino, el dominio, y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo. Entonces es fácil ver que los salvos, los santos, tendrán una gran responsabilidad en el reino venidero de Jesucristo. Serán los asistentes y los cogobernantes del reino de Cristo por espacio de mil años.

En el milenio descansaremos de nuestras obras para hacer las obras de Dios en el reino de Cristo. Estaremos edificando una nueva sociedad donde realmente exista la justicia y la rectitud. Será una sociedad donde el diablo y sus demonios estarán ausentes, sin que causen las desgracias y maldades que ahora están ocasionando en la tierra y en los hombres.

Desgraciadamente son pocos los cristianos que anuncian estas buenas noticias de un mundo de paz y justicia gobernado por Cristo y su iglesia. Los más de ellos predican evangelios trucados o adulterados que nada tienen que ver con el reino de Cristo y el destino final y glorioso de su iglesia en dicho gobierno divino. Los textos que arriba hemos citado son poco o nada citados por los evangélicos y católicos por igual. Simplemente no los creen literales y para la iglesia.

Es hora de retomar el anuncio verdadero (el evangelio del reino) de Cristo para dejar de estar esperanzados en una creencia errónea de escapar algún día de este mundo caótico y perverso como almas inmortales en dirección al cielo.

www.yeshuahamashiaj.org

www.elevangeliodelreino.org

www.ladoctrinadedios.blogspot.com

TEXTOS BÍBLICOS “GEOCÉNTRICOS”



Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

“Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del MUNDO, sino por la justicia de la fe” (Romanos 4:13).

Nos llama mucho la atención que las iglesias estén aún predicando que los salvos partirán al cielo para morar con Dios y Su Hijo por toda una eternidad, cuando en realidad hay una infinidad de pasajes bíblicos donde Dios promete a los salvos la herencia de una tierra renovada y restaurada como al inicio de la creación.

Ya es hora que corrijamos este error extendido dentro de las iglesias que se han dejado influenciar por las ideas de los gnósticos en cuanto al destino de los elegidos.

He aquí los pasajes que nos hablan de nuestro futuro en la tierra:

Génesis 12:7: Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta TIERRA. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

Génesis 13:15: Porque toda la TIERRA que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.

Génesis 15:18: En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta TIERRA, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates

Génesis 17:8: Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la TIERRA en que moras, toda la TIERRA de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.

Génesis 28:13: Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la TIERRA en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

Génesis 35:12: La TIERRA que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la TIERRA.

Génesis 48:4: y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones; y daré esta TIERRA a tu descendencia después de ti por heredad perpetua.

Levítico 20:24: Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la TIERRA de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, TIERRA que fluye leche y miel. Yo Jehová vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos.

Levítico 25:18: Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la TIERRA seguros;

Salmos 25:13: Gozará él de bienestar,Y su descendencia heredará la TIERRA.

Salmos 34:16: La ira de Jehová contra los que hacen mal, Para cortar de la TIERRA la memoria de ellos.

Salmos 37:3: Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la TIERRA, y te apacentarás de la verdad.

Salmos 37:9: Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la TIERRA.

Salmos 37:11: Pero los mansos heredarán la TIERRA, Y se recrearán con abundancia de paz.

Salmos 37:22: Porque los benditos de él heredarán la TIERRA; Y los malditos de él serán destruidos.

Salmos 37:29: Los justos heredarán la TIERRA, Y vivirán para siempre sobre ella.

Salmos 37:34: Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la TIERRA; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

Salmos 46:10: Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la TIERRA.

Salmos 67:4: Alégrense y gócense las naciones, Porque juzgarás los pueblos con equidad,
Y pastorearás las naciones en la TIERRA. Selah

Salmos 72:8: Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la TIERRA.

Salmos 85:9: Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, Para que habite la gloria en nuestra TIERRA.

Salmos 102:15: Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, Y todos los reyes de la TIERRA tu gloria;

Salmos 104:5: El fundó la TIERRA sobre sus cimientos; No será jamás removida.

Proverbios 2:21: Porque los rectos habitarán la TIERRA, Y los perfectos permanecerán en ella,

Proverbios 2:22: Mas los impíos serán cortados de la TIERRA, Y los prevaricadores serán de ella desarraigados.

Proverbios 10:30: El justo no será removido jamás; Pero los impíos no habitarán la TIERRA.

Proverbios 11:31: Ciertamente el justo será recompensado en la TIERRA; ¡Cuánto más el impío y el pecador!

Isaías 45:18: Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la TIERRA, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.

Isaías 57:13: Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la TIERRA por heredad, y poseerá mi santo monte.

Isaías 60:21: Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la TIERRA; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

Jeremías 7:7: os haré morar en este lugar, en la TIERRA que di a vuestros padres para siempre.

Jeremías 23:5: He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la TIERRA.

Jeremías 30:3: Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la TIERRA que di a sus padres, y la disfrutarán.

Jeremías 33:2: Así ha dicho Jehová, que hizo la TIERRA, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre

Jeremías 33:15: En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la TIERRA.

Ezequiel 36:28: Habitaréis en la TIERRA que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.

Ezequiel 37:22: y los haré una nación en la TIERRA, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.

Ezequiel 37:25: Habitarán en la TIERRA que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David será príncipe de ellos para siempre.

Joel 2:21: TIERRA, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.

Amós 9:15: Pues los plantaré sobre su TIERRA, y nunca más serán arrancados de su TIERRA que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.

Habacuc 2:14: Porque la TIERRA será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.

Zacarías 2:12: Y Jehová poseerá a Judá su heredad en la TIERRA santa, y escogerá aún a Jerusalén.

Zacarías 9:10: Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la TIERRA.

Zacarías 14:9: Y Jehová será rey sobre toda la TIERRA. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

Zacarías 14:17: Y acontecerá que los de las familias de la TIERRA que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia.

Mateo 5:5: Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la TIERRA por heredad.

Efesios 6:3: para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la TIERRA.

2 Pedro 3:13: Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y TIERRA nueva, en los cuales mora la justicia.

Apocalipsis 5:10: y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la TIERRA.

Apocalipsis 21:24: Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la TIERRA traerán su gloria y honor a ella.

¡USTED DEBE ENTENDER DE UNA VEZ POR TODAS QUE EL “REINO DE LOS CIELOS” NO ES EL CIELO!


Millones de ingenuos cristianos creen que irán al cielo cuando Cristo regrese—¿Pero están en la razón?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)


Es increíble que millones de llamados “cristianos” aún estén esperando volar hacia el cielo para morar con Dios y Su Hijo por toda la eternidad, cuando en realidad la Biblia nada nos dice al respecto. la mayoría de los que asisten a las iglesias parecieran que las famosas “Bienaventuranzas” de Jesucristo no tuviesen mucho significado para ellos cuando pasan por alto lo que dijo Jesús a sus discípulos: “Los mansos heredarán la tierra” (Mat. 5:5).

Definitivamente algo anda muy mal con los católicos, evangélicos y protestantes en general, cuando nos damos cuenta de que han dejado de lado la promesa de nuestro Señor Jesús de heredar la tierra si somos mansos.

La Tierra y el Reino de los cielos

Sí, los mansos heredarán la tierra, dijo Jesús (Mateo 5:5), aunque también dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Verso 3). ¿Se contradice nuestro Señor acá? ¿Es que para los pobres en espíritu es el reino de los cielos, mientras que para los mansos es la tierra? ¿Existen dos esperanzas distintas para dos tipos de cristianos: uno que es pobre en espíritu y otro que es de carácter manso? Imposible! Todos los cristianos deben ser mansos y también pobres en espíritu.

No obstante, los más de los cristianos afirman que esperan heredar el “reino de los cielos” pero no la tierra. Y en la mayoría de las iglesias se enseña que si el cristiano es fiel hasta la muerte, heredará el reino de los cielos, frase que ellos entienden como equivalente al cielo mismo. Así, el reino de los cielos es, para la mayoría de los cristianos, el cielo mismo donde moran Dios, Cristo y los ángeles.

El desentendimiento del verdadero sentido de la frase “el Reino de Dios”

La tragedia del cristianismo nominal es que hay un desconocimiento total de lo que es el Reino de Dios. Pareciera que los supuestos seguidores de Jesús de los últimos diecisiete siglos no han entendido nada en absoluto la proclama de Jesús, cuando gritaba: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Sí, Jesús predicaba el evangelio del reino de Dios, y esperó que sus oyentes creyeran en su anuncio. ¿Pero es que acaso el reino de Dios era para Jesús el cielo mismo donde mora Su Padre? ¿Estaba Jesús predicando para que nos prepararemos para ir al cielo? ¡No lo creo!, pues él decía que lo que se había acercado era el reino de Dios (o “de los cielos”)…¡no el cielo!

La frase ‘el Reino de los cielos’ es usada por Mateo, pero no por Marcos, Lucas o Juan, quienes usan la locución “el reino de Dios”. Esto no significa que son dos frases distintas, sino que significan exactamente lo mismo. Sólo basta con comprar Mateo 8:11 y Lucas 13:29, donde para una misma enseñanza se usan indistintamente “reino de Dios” y “reino de los cielos”.

El problema de la teología del cielo reside en que persiste un desconocimiento total de lo que es el reino de Dios, pero una vez que el problema queda resuelto con una comprensión correcta de esta locución, los cristianos dejan de esperar vivir en el cielo y se enfocan en la tierra.

Un hecho que es indiscutible es que para los discípulos primitivos de Jesús el reino de Dios era algo que les era bien conocido, puesto que Jesús proclama que se había acercado, y que estaba próximo de ellos. Esto, por sí solo, indica que los Judíos de los tiempos de Jesús sabían lo que era el reino, y además, que lo estaban esperando ardientemente. Por otro lado, Jesús nos les dijo a ellos que algún día partirían de la tierra para entrar a dicho reino, sino que éste vendría a ellos, y que mientras tanto debían buscarlo y pedirlo sin descanso (Mateo 6:10,33).

El Reino de Dios es el reino de Israel

Un hecho que también es claro es que los apóstoles esperaban que el reino de Israel, que es el reino de Dios, se restaurara en Jerusalén como lo fue originalmente. Ellos le preguntaron: “Señor, restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6), y Jesús no les dice algo así, como: “Oigan, quiero que sepan bien que nunca más se restaurará el reino de David, y ustedes no deben hacerse ninguna esperanza en ese sentido”. Más bien él les dice que “no les toca saber los tiempos y las sazones que Dios puso en su sola potestad” (Hechos 1:7).

Recordemos, además, que cuando Jesús estaba entrando en Jerusalén, el pueblo pensó que el reino del padre David estaba próximo a restablecerse en Jerusalén en la persona de Jesús, el Cristo de Dios. Dice Marcos 11:8,10, así: “Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!”. ¿Pero estaba el pueblo equivocado por tal esperanza? ¡No lo creo ni por un segundo!

En Lucas 19:11, Jesús se ve forzado a dar la parábola de las Diez minas, y él lo dice por una razón muy simple, y es que el pueblo, al verlo entrar en Jerusalén (la ciudad del gran rey) ellos pensaron que él empezaría a restaurar todas las cosas, y en especial, el reino de David. Los versos 11 y 12, dicen: “Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver”. Aquí se hace evidente que Jesús no contradice la esperanza Judía por el reino, sino que les dice que dicho reino NO vendrá inmediatamente, pues primero tiene que ir al cielo para recibir la autoridad real, y luego volver.

Habiendo entendido esto, las bienaventuranzas de Jesús prometen al cristiano fiel, al que es manso y pobre en espíritu, la herencia del reino de Dios en la tierra renovada. Por tanto, cualquier otra esperanza que se enseñe y que se aleje de este propósito divino, es falsa y herética. Enseñar que la tierra desaparecerá apenas Cristo regrese, y que los salvos serán trasladados al cielo, es el error más grande del cristianismo helenizado.

¡Los impíos serán removidos de la tierra, no los justos!

Los fieles, contrario de lo que dicen la mayoría de maestros bíblicos, no serán removidos jamás de este planeta. Y así lo dice la misma Escritura inspirada con estas solemnes palabras “El justo no será REMOVIDO jamás; Pero los impíos no habitarán la tierra” Proverbios 10:30. ¿Leyó esta Escritura inspirada, estimado amigo? ¡Aquí hay una declaración que desubica a cualquiera que piensa que será removido de la tierra para habitar el cielo! Este texto nos dice que sólo los impíos serán removidos de la tierra, y esto es grave, pues si los cristianos dicen que serán removidos de este planeta, lo podrán hacer están andando en impiedad. ¡No hay otra forma posible!
En Proverbios 2:21 también encontramos otra afirmación inspirada divinamente que nos promete una residencia en la tierra sin que seamos removidos. Dice este pasaje, así: “Porque los rectos habitarán la tierra, Y los perfectos PERMANECERÁN en ella”. Aquí vemos que los que son rectos y perfectos permanecerá en la tierra. Ahora bien, si usted insiste que la tierra no es para usted, sino algo más grande y fuera de este mundo como el cielo, entonces no lo queda otra cosa que hacerse imperfecto y torcido, andando como cualquier impío. Sólo así usted podrá ser removido de este mundo.

Así que si usted me viene con el cuento de que será arrebatado, raptado, y trasladado secretamente de la tierra a otro sitio, lo que me está diciendo es que usted es un impío impenitente, un malvado que no acepta el plan de salvación de Dios y que merece ser sacado de aquí. ¿Es eso lo que usted realmente quiere para usted?
¡Yo, no!

martes, 22 de junio de 2010

PROYECTO CAMELOT – BILL RYAN EXPLICA LA MISIÓN ANGLOSAJONA


Por Apologista

La misión Anglosajona.


16 de Febrero del 2010.


Bill Ryan de Project Camelot y Project Avalon, decide hacer una presentación en video acerca de una entrevista realizada en Enero del 2010 a un testigo anónimo, quien se infiltró sin querer en una reunión de altos masones en el año 2005 en la Ciudad de Londres, donde discutieron su plan a seguir, en el cual plantean una agenda de desastres venideros como; La Tercera Guerra Mundial, guerras biológicas y un escenario terrorífico post-apocalíptico. Todos estos planes no se han puesto en marcha en su totalidad, unos si, otros no, también probablemente puede que nunca sucedan, ya que, según la fuente anónima, están tratando de implantar dichos planes a contra reloj. Pero en todo caso es una información que el público necesita saber debido al peso que tiene la misma. También para ver como podemos unirnos e impedir que dicho escenario se realice.


Ya que es absolutamente necesario ver la transcripción de la entrevista de audio, para escuchar y comprender este asunto, de mano directa del entrevistado.


http://apologista.wordpress.com/2010/06/22/proyecto-camelot-bill-ryan-explica-la-mision-anglosajona/

Ingresar también a este link:


http://projectcamelot.org/lang/es/ang…
(subtitulado por Fabiocomplejo)

sábado, 19 de junio de 2010

¿PUEDE DIOS TENER FE?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

La fe de Jesús
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Dice Apocalipsis 14:12: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y LA FE DE JESÚS”.
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Una de las preguntas que se suscita en la mente de cualquier persona pensante es si Dios puede tener fe. Y es que según la doctrina de la Trinidad, el Dios Trino está compuesto por Tres Personas distintas: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, y la Biblia nos dice, además, que Jesús, la supuestamente segunda Persona de la Trinidad, tenía fe—¡La fe de Jesús!
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¿Qué es fe?
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El apóstol Pablo nos dice de la fe, lo siguiente: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Es decir, la fe es la certeza de que vendrá u ocurrirá lo que se espera (p.e las promesas de Dios), y la convicción de lo que no se ve (p.e: la existencia de Dios y la de sus ángeles, la realidad de los demonios o ángeles caídos).
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Dios no puede tener fe
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Teniendo en cuenta de que la fe es tener la certeza de lo que se espera, y la convicción de lo que no se ve, sería imposible que Dios pueda tener fe, ya que para Él no puede existir cosa alguna que haya prometido que no se cumpla, ni nada invisible que Él no pueda ver. Definitivamente Dios no puede tener fe. Sin embargo, aquí tenemos al supuesto “Dios Hijo encarnado” que es el paradigma de la fe. ¿Cómo se puede explicar esto? ¿No dicen los Trinitarios que Jesús era Dios-hombre?¿No dicen que Jesús sabía todo? Si Jesús, en su supuesta preexistencia, estaba con Dios el Padre, ¿cómo podía tener fe en la existencia de Dios, y en sus promesas, si él mismo lo había visto personalmente en el cielo, y además, dar las promesas a los fieles humanos como Testigo de Su Padre? Definitivamente aquí hay algo que no encaja en la supuesta “Deidad” del Hijo.

viernes, 18 de junio de 2010

GABRIELE AMORTH: SATANÁS ESTÁ SIEMPRE ACTIVO


Padre Amorth: ¿Existen momentos en que el demonio está más activo que en otros?
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-En términos generales, Satanás está siempre activo. Es el tentador desde el principio. Hace de todo para que el hombre peque y cada vez que se realiza el mal, él está detrás, dejando en claro que es el hombre quien decide libremente sus actos. Pero también existe una acción extraordinaria del maligno: y ésta es la posesión diabólica.
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-¿Son frecuentes los actos de posesión?
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-No, son raros. Me es imposible dar cifras precisas. Los casos de verdadera posesión diabólica que yo atiendo son numerosos, pero es porque a mí llegan los casos más difíciles, no resueltos por otros exorcistas. En los primeros años de mi actividad, cuando acogía a todos sin filtro, la gran mayoría eran enfermos psíquicos, sin el demonio de por medio.
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-¿Cómo se da cuenta que alguien está endemoniado?
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-Lo sé durante la curación, no antes. Un síntoma inequívoco es la violentísima, visceral aversión a todo lo que es sagrado. Recuerdo un padre que temía que su hijo estuviera poseído por el demonio y un día, mientras estábamos juntos en la mesa, dije mentalmente por él un Ave María. El muchacho prorrumpió en un grito: ‘¡Papá, no, cállate!’. Después está el hablar en lenguas desconocidas, la explosión de una fuerza sobrehumana, la levitación: todas son cosas que suceden durante los exorcismos.
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“Un endemoniado puede llevar una vida normal”
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- ¿Entre una crisis y otra, cómo vive un endemoniado?
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-De manera normal. Va a su trabajo y ninguno lo sabe. Tiene bien escondido su estado. Cuando siente que le llega una crisis se aleja, se encierra en el baño, se descarga, y luego regresa impasible a su lugar. Esto sucede con mayor razón con los endemoniados en curación, a los cuales el exorcismo da la fuerza para regresar plenamente a una vida normal. Una cosa debe destacarse: la posesión diabólica no es ni hereditaria ni contagiosa.
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-¿Qué cosa une a los endemoniados con los satanistas?
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-Sucede frecuentemente que un endemoniado se convierta en tal después de haber ingresado a una secta espiritista o satánica. Entre aquellos que estoy tratando hay pocos de esos, porque quienes vienen a pedir el exorcismo son los satanistas arrepentidos. Pero pienso que entre los satanistas existan muchos más. A las sectas satánicas es muy fácil entrar pero muy difícil salir. En algunos casos se arriesga la vida.
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-¿Y qué vínculo tienen los satanistas con el demonio?
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-Hay de dos tipos: aquellos que adoran al demonio, celebrando misas satánicas, tienes sus sacerdotes y su jerarquía; y aquellos que no creen en la existencia personal de Satanás, pero se entregan a acciones torpes y contra natura. Este otro satanismo es el más peligroso.
“En la Iglesia, la creencia en el demonio está muy en descenso”
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-Aparte del Papa, ¿Cómo está en la Iglesia la creencia en el demonio?
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-Muy en descenso. Y el demonio está contentísimo, porque así tiene las manos libres para hacer su trabajo. La Iglesia ha pasado de un exceso a otro. Para remediar la locura de la caza de brujas, que en vez de ser exorcizadas eran quemadas, ha cancelado todo, diablo y exorcismos. El resultado es regiones católicas enteras que no tienen más exorcistas: España (En España sí existe un conocido exorcista, el P. Fortea –nota del traductor-), Portugal, Alemania, Austria, Suiza. Yo admiro a los obispos italianos. No comprenden nada, pero al menos nombran a los exorcistas.
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-Explíquese mejor. ¿En qué sentido los obispos “no entienden nada”?
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-Porque también ellos, como todos los sacerdotes, han estudiado en el seminario. Y desde hace tiempo en el seminario no se enseña nada de los ángeles y los demonios, nada de los exorcismos, nada de los pecados contra el primer mandamiento, “No tendrás otro Dios fuera de mí”.
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-¿Y la Curia vaticana?
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-La misma incompetencia. Ha aprobado un nuevo ritual que para nosotros los exorcistas es un desastre. Prohíbe actuar en caso de maleficio, cuando el 90 por ciento de los casos de posesión derivan precisamente de allí. Prohíbe actuar si no se tiene la certeza previa de la acción diabólica, cuando eso sólo se puede comprender cuando se está actuando. Por suerte sigue valiendo el viejo ritual. Yo uso ése, de otra formar tendría que renunciar.
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Comentario:
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Todo parece indicar que la curia romana no quiere perder ningún contacto directo con Satanás y sus huestes corruptas de maldad. Por eso hay tantos curas endemoniados que hacen de las suyas en las iglesias, colegios, parroquias y conventos. Dentro de poco todos los teólogos caóticos romanos terminarán negando la existencia del diablo y de sus demonios malvados. Realmente esta es una iglesia satánica.

jueves, 17 de junio de 2010

DEBEMOS TOMAR AL DEMONIO MUY EN SERIO


DEBEMOS TOMAR AL DEMONIO MUY EN SERIO

Por Profesor de Santantoni

Por su acción contra el hombre «debemos tomar al demonio muy en serio», pero sin olvidar en nuestro camino la confianza en el amor de Dios –un amor «más fuerte que todo»–, cuya misericordia «vence todo obstáculo», explica el cardenal Georges-Joseph Marie Martin Cottier, O.P., teólogo de la Casa Pontificia.
En esta entrevista a la agencia Zenit, el cardenal Cottier aborda la acción real del demonio en el mundo, sus causas, sus consecuencias y el motivo de esperanza para el hombre.

–¿En el gran misterio del mal, cuánto cuenta la acción del diablo y qué parte tiene en cambio la responsabilidad del hombre?

–Cardenal Cottier: El diablo es sin más ni más el gran seductor porque intenta llevar al hombre al pecado presentando el mal como el bien. Pero la caída lleva nuestra responsabilidad porque la conciencia tiene capacidad de distinguir lo que es bueno de lo que es malo.

–¿Por qué el diablo quiere inducir al hombre al pecado?

–Cardenal Cottier: Por envidia y celos. El diablo quiere arrastrar consigo al hombre porque él mismo es un ángel caído. La caída del primer hombre estuvo precedida por la caída de los ángeles.

–¿Es una herejía afirmar que también el diablo forma parte del proyecto de Dios?

–Cardenal Cottier: Satanás fue creado por Dios como ángel bueno porque Dios no crea el mal. Todo lo que sale de la mano creadora de Dios es bueno. Si el demonio se ha convertido en malo es por su culpa. Es él quien haciendo mal uso de su libertad se ha hecho malo.

–¿Habrá alguna vez redención para el demonio, como afirma algún teólogo?

–Cardenal Cottier: Planteemos una premisa: el hombre ha caído en el pecado porque el primer pecador, o sea el demonio, le ha arrastrado a su abismo de mal. ¿De qué se trata en sustancia? Del rechazo de Dios y, sobre todo, de la oposición al Reino de Dios como proyecto de providencia sobre el mundo. Este rechazo que nace de la libertad de una criatura del todo espiritual como el diablo es un rechazo total, irremediable y radical, como se dice también en el catecismo de la Iglesia católica.

–¿Entonces, ninguna esperanza de que al final la misericordia de Dios pueda vencer el odio del diablo?

–Cardenal Cottier: El carácter perfecto de la libertad del ángel caído hace que su elección sea definitiva. Esto no significa poner un límite a la misericordia de Dios, que es infinita. El límite está constituido por el uso que el diablo hace de la libertad. Es él quien impide a Dios cancelar su pecado.

–¿Por qué el diablo, que es espíritu inteligentísimo, usa de esta manera esa libertad, que es en cualquier caso siempre un don de Dios?

–Cardenal Cottier: Aquí estamos ante el misterio. El misterio del mal es ante todo el misterio del pecado. Somos golpeados, justamente, por los males físicos, pero existe un mal mucho más radical y más triste que es el mal del pecado. El diablo se ha establecido en su rechazo. Además el pecado del ángel es siempre más grave que el del hombre. El hombre tiene tantas debilidades en sí que de alguna manera su responsabilidad puede resultar velada; el ángel, siendo espíritu purísimo, no tiene excusas cuando elige el mal. El pecado del ángel es una elección tremenda.

–Parece imposible que un ángel creado en la luz de Dios haya podido elegir el mal…

–Cardenal Cottier: Cuando hablamos de un ángel caído a causa del pecado afrontamos un tema muy grave y por lo tanto debemos tratarlo con gran seriedad. En la tentación del hombre tenemos casi un reflejo de lo que fue el pecado mismo del ángel. He aquí la seducción suprema: ponerse en el lugar de Dios. Incluso Satanás no reconoció su condición de criatura.

–¿Por qué el demonio es llamado príncipe de este mundo?

–Cardenal Cottier: Es una expresión del Evangelio de Juan. Significa que el mundo, cuando olvida a Dios, es dominado por el pecado. La acción del demonio está guiada por el odio hacia Dios y puede hacer graves daños cuando seguimos sus tentaciones. El mal principal del demonio es el mal espiritual, el del pecado. Esta acción toca tanto al individuo como a la sociedad.

–¿Dios no habría podido impedir todo esto?

–Cardenal Cottier: Sí, pero ha permitido que tanto el demonio como el hombre tuvieran la libertad de actuar y, a veces, de pecar. Es un misterio tremendo. San Pablo dice: «Todo es para bien de los que aman a Dios». Cuando por lo tanto estamos con Dios, incluso el mal contribuye a nuestro bien.

–Difícil de aceptar…

–Cardenal Cottier: Pensemos en los mártires. En el extraordinario bien espiritual que, a la luz de la fe, se deriva de una tragedia como un martirio. San Agustín, comentando a Pablo, dice: «Dios no habría permitido el mal si no hubiera querido hacer de este mal un bien mayor». Hay bienes que la humanidad no habría conocido si no hubiera estado la presencia del pecado y del mal. Es difícil afirmar esto, pero es la verdad.

–¿Cómo actúa el diablo en la realidad de todos los días?

–Cardenal Cottier: Lo podemos comprender por algunas expresiones del Evangelio de Juan, allí donde se dice que el demonio es homicida desde el principio. O sea, es destructor y hace morir, tanto en sentido propio como espiritualmente. Por esto es llamado el gran tentador.

–¿Nos referimos al diablo cuando en el «Padre Nuestro» decimos «no nos dejes caer en tentación»?

–Cardenal Cottier: Sí, pedimos a Dios resistir la tentación. Es erróneo pensar que toda tentación venga del demonio, pero las más fuertes y más sutiles, las más espirituales, tienen ciertamente su impronta. Y son tanto tentaciones individuales como colectivas. El demonio actúa sobre la historia humana. Su influencia es negativa. La muerte, el pecado, la mentira son signos de su presencia en el mundo.

–Dice que no todas las tentaciones vienen del demonio. ¿De qué otra cosa debemos guardarnos entonces?

–Cardenal Cottier: La tradición cristiana nos dice que las fuentes de tentaciones son tres. La más terrible, cierto, es la del demonio. Después está el mundo, la sociedad, los «otros» en la acepción joánica. Y finalmente está la «carne», esto es, nosotros mismos. San Juan de la Cruz dice que de estas tres tentaciones la más peligrosa es la última, o sea nosotros mismos. Para cada uno de nosotros el enemigo más pérfido es uno mismo. Antes de atribuir las tentaciones al demonio y al mundo, pensemos en nosotros mismos. Aquí encontramos también la importancia de la humildad y del discernimiento. El Espíritu Santo nos da el don del discernimiento y nos preserva de la soberbia de confiar demasiado en nosotros mismos.

–¿Cuál es la actitud más correcta que el cristiano debería observar frente al misterio del maligno?

–Cardenal Cottier: No olvidar jamás que la pasión y la muerte de Jesús han triunfado para siempre sobre el demonio. Esto es una certeza. Lo dice San Pablo. La fe es la victoria sobre el padre del pecado y de la mentira. Esto quiere decir que el demonio, siendo una criatura, no tiene un poder infinito. A pesar de todos sus esfuerzos el demonio nunca podrá impedir la edificación del Reino de Dios, que crece pese a todas las persecuciones. El cristiano, gracias a la fidelidad en la fe, vence el mal.

–En conclusión…

–Cardenal Cottier: Debemos tomar al demonio muy en serio, pero no debemos pensar que sea omnipotente. Hay gente que tiene un miedo irracional al demonio. La confianza cristiana, que se alimenta de oración, humildad y penitencia, debe ser sobre todo confianza en el amor del Padre. Y este amor es más fuerte que todo. Debemos tener conocimiento de que la misericordia de Dios es tan grande como para vencer todo obstáculo.

LA VERDAD DE LA PANDEMIA