jueves, 7 de enero de 2010

LOS PIES DE HIERRO Y BARRO DE LA IMAGEN DE NABUCODONOSOR, EL REINO DE DIOS Y EL PRETERISMO


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
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“Lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes (los diez reyes de los diez dedos) el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, ”. Daniel 2:41-44.
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Como todos los estudiantes de la Biblia sabemos, el cuarto reino de la imagen colosal soñada por Nabucodonosor representa al Imperio Romano, y Daniel habla acerca del mismo con mayor extensión que los otros. El hierro describe un gobierno sólido y duro como el hierro, y por supuesto, la disciplina de los soldados romanos que conquistarían el mundo conocido. La longitud de sus piernas nos indica que sería un reino duradero, de largo alcance, lo que ciertamente ocurrió.
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Primero, debemos diferenciar que las piernas estaban hechas de hierro puro, es decir, que no eran débiles, pero los dedos y pies estaban hechos de barro cocido y hierro, lo que indica que en esta etapa, el imperio no era tan sólido y cohesionado. Sin embargo todo ello formaba parte de un imperio pero en dos fases distintas.
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La piedra desmenuza los pies de barro y hierro, no las piernas de hierro
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“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro”. Daniel 2:44-45.
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Como muy claramente lo revela el profeta Daniel, diez reyes (los diez dedos de los pies) surgirán en los tiempos finales, los cuales harán alianza con el hierro, pero así como el barro no se une con el hierro, tampoco los diez dedos podrán tener una unidad sólida y cohesionada.
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Después de esto el Dios del cielo levantará un reino que no será destruido y que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre. Esto nos dice que el reino de Dios no pudo establecerse al comienzo del imperio romano como han venido sosteniendo los preteristas y campbelitas, sino al final de dicho imperio, cuando surgiera como una “quinta potencia” mundial, pero frágil o débil como el barro y hierro.
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¿Quién es la piedra?
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La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo; de parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Salmo 118:22-23.
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He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Isaías 28:16.
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La piedra se refiere definitivamente a Jesucristo. Pablo afirma esto en Romanos 9:33, y Pedro dice lo mismo en 1 Pedro 2:6-7.
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Resumen:
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Las piernas de hierro y los pies de barro cocido y de hierro representan dos etapas del Imperio Romano. Esto debe quedar bien establecido en la mente de todo estudiante de las profecías bíblicas. La primera etapa es una época de fortaleza, y la segunda es una renovada coalición de pueblos, naciones en una asociación política frágil. Sin embargo, el establecimiento del reino viene a cumplirse en la etapa de menos fuerza y cohesión (barro y hierro). Este hecho, por sí solo, desmorona la tesis de que el reino se estableció hace dos milenios en los tiempos de mayor auge y poderío del imperio.
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Con seguridad la piedra mencionada en Daniel se refiere a la venida de Cristo para establecer su reino. Los eruditos conservadores concuerdan en que el sueño del rey Nabucodonosor representa la aparición y caída de imperios humanos más importantes, y la venida de Jesucristo, la piedra viviente, para establecer su reino sobre la tierra. En el sueño, la venida de Cristo está relacionada con el Imperio Romano en su fase terminal o final y no en su etapa o fase de mayor auge y poderío.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Es Daniel 7 una profecía para hoy?


Durante el transcurso de los últimos casi dos mil años, han surgido incontables profetas/aspirantes, sus reclamos de grandeza ya mucho tiempo olvidados; igualmente innumerables interpretaciones de antiguas profecías bíblicas han sido expuestas, y prácticamente todas han probado estar incorrectas. Siglo tras siglo, siempre han existido personas deseosas de creer que estaban viviendo en el tal llamado “tiempo del fin”. Muchos de nosotros hemos experimentado esto mismo con nuestra propia historia cristiana. Así que admito con franqueza que es con cierto grado de cautela que planteo el tema de esta discusión particular, a saber, ¿es la famosa profecía contenida en el capítulo 7 de Daniel, pertinente a nuestros días? ¿Se manifiesta su cumplimiento en el acontecer del mundo actual?



El propósito de este estudio es simplemente compartir con ustedes una posibilidad, no una certeza absoluta. Aunque otros, así como yo mismo, en el pasado hemos escrito o hablado sobre el tema profético que Daniel nos presenta en los capítulos 2 y 7, por mucho tiempo he considerado que hay marcadas diferencias entre las profecías que leemos en ambos capítulos, de las cuales tradicionalmente se ha asumido que ambas dicen lo mismo. Lo que intento presentar no es todo necesariamente de mi propia información privada, aunque ciertos aspectos del estudio pueden contener algunas apreciaciones personales. No se pretende en ninguna manera ser dogmático, pero es un tema que debe provocar nuestro interés hacia un estudio más profundo, un objetivo el cual sinceramente espero será alcanzado en este artículo.

Antes de comenzar este estudio, quiero establecer la premisa sobre la cual está basada la información que sigue. Puesto que es bien importante mantener el principio rector en mente cuando se considera la evidencia presentada, puedo incluso repetir la premisa en algún punto durante la discusión.

La premisa para las conclusiones en este artículo es:

que estamos en este momento viviendo lo que las Escrituras describen como el tiempo del fin o los últimos días;
que la venida del Mesías está bastante cerca, no necesariamente en el futuro inmediato, pero en efecto bien cerca; y
que los principales poderes militares y políticos internacionales del presente momento deben encontrarse en la profecía bíblica, incluyendo a los Estados Unidos de América.
Recuerden que esto es un postulado. Personalmente, tengo sentimientos muy fuertes de que en efecto estamos cerca del fin de la presente era, pero si no lo estamos, entonces se hace mucho más difícil discutir con precisión y especificidad muchas de las profecías bíblicas que describen gráfica y característicamente las circunstancias de los últimos días. Así que por favor, mantenga en mente la premisa sobre la cual se fundamenta este tratado. Si se prueba que la venida del Mesías es, digamos de aquí a 100 años, o 500, o 1000, entonces obviamente no es posible establecer ninguna conclusión definitiva por los creyentes de hoy. Con esto firmemente en nuestras mentes, vamos entonces a comenzar este estudio que ha de ser un interesante e intrigante tema.

Cualquier estudiante de la profecía bíblica está muy consciente de que el libro de Daniel está literalmente repleto de sueños, visiones, encuentros extraños, y de detalladas predicciones gráficas para el futuro. El Mesías mismo consideró que los escritos de este judío en cautiverio son de gran importancia y significado, especialmente cuando se trata de Su venida y del fin de esta era, acerca de lo cual Sus discípulos, le preguntaron: “Dinos… ¿qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? En su contestación, Él específicamente los refirió a los escritos de Daniel, mencionando el dato harto conocido: la tal llamada “abominación desoladora”, tema sobre el cual comentaremos un poco más adelante en este artículo.



(...)

Lea texto completo en:

http://albores.net/Daniel7_2.html

LA VERDAD DE LA PANDEMIA