Existe una creencia generalizada entre el pueblo cristiano que el Reino de los Cielos está presente en cada uno de los cristianos alrededor del mundo, o sea, cuantas más personas se conviertan al “Cristianismo Evangélico ” es un indicativo de que el “Reino” continúa extendiéndose en la tierra, robándole terreno a Satanás y su dominio. Otros opinan que el “Reino de Dios” es la autoridad que Dios tiene en cada uno de los Creyentes, de manera que si alguien se somete a la voluntad de Dios [mejor dicho, a la autoridad del Pastor] indica que esa persona es parte del Reino; sin embargo, la escritura explica que el Reino de Dios es el “Gobierno que Dios establecerá en la tierra” y Jesucristo mismo es quien regirá a todas las naciones con vara de Hierro, es decir con mucha disciplina.
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, La palabra Reino, significa: “Territorio o Provincia con sus habitantes sujetos a un Rey”. Es interesante hacer notar que el mismo diccionario menciona que el Reino de Dios es: “Nuevo estado de cosas en que rige la salvación y la voluntad de Dios. Fue anunciado por los profetas de Israel, predicado e instaurado por Jesucristo. Su realización, incompleta y temporal en la iglesia militante, se consuma y perpetúa en la iglesia triunfante”. Esta definición es completamente acertada, puesto que Jesús vino, murió y resucitó para coronarse Rey del Reino de los cielos y terminará de instaurarse cuando la Iglesia triunfante culmine su carrera de la misma manera que Jesús lo hizo.
Este Gobierno necesita un Rey que lo dirija y Jesús nació precisamente para ser el Rey de Reyes. Este nacimiento no fue un suceso desapercibido, sino que muchas personas [inclusive] inconversas supieron que había nacido el Rey y Salvador de Israel. Herodes el gobernador supo sobre este evento porque los magos que vinieron del oriente para adorarlo se lo hicieron saber “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” Mateo 2:2
Este Gobierno necesita un Rey que lo dirija y Jesús nació precisamente para ser el Rey de Reyes. Este nacimiento no fue un suceso desapercibido, sino que muchas personas [inclusive] inconversas supieron que había nacido el Rey y Salvador de Israel. Herodes el gobernador supo sobre este evento porque los magos que vinieron del oriente para adorarlo se lo hicieron saber “diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” Mateo 2:2
Ellos creían que el Rey había nacido en la casa real, pero El Rey nació en un pesebre, y creció en medio de la pobreza Lucas 6:20. Estos magos llegaron a rendirle honores al Rey que había nacido, tal como en la actualidad se le rinden honores a un presidente de alguna nación. Sin embargo, Jesús murió en una cruz sin actuar como un Rey, aunque en aparente burla los soldados romanos colocaron un roturo sobre la cruz que indicaba que efectivamente lo era“ 36 Y sentados le guardaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDIOS. 38 Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda” Mateo 27:36-38
Jesús comenzó su ministerio anunciando que el Reino de los cielos estaba cercano “Decía: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.” Mateo 3:2 NVI ¡dijo esto porque su Reino aun no había llegado! Es evidente distinguir que Jesús no actuó como Rey sino como súbdito, sirviendo en lugar de ser servido; pero cuando Jesús triunfó en la cruz del Calvario, fue exaltado a grado sumo, siendo coronado Rey de Reyes y Señor de Señores. Cuando Jesús dijo que el Reino de Dios estaba cerca era porque faltaba un tiempo para que este se estableciera.
Podemos comparar el Reino de los cielos con la forma en la que elige a un presidente de alguna nación del mundo; aunque el presidente haya sido elegido, no entra en funciones el mismo día de su elección, sino que tiene que pasar un período de tiempo mientras el Presidente saliente pone al tanto al nuevo de la parte administrativa. De la misma manera, Jesús fue exaltado por el Padre como Rey de su Reino Mateo 28:18-20. Sin embargo, su realización en la tierra aún no ha sido cumplida. Jesús se establecerá como Rey de la Tierra de la misma forma que hoy en día ejercen los presidentes de las Naciones. Él no tomará el poder a través de elecciones democráticas sino que por medio de la fuerza.
No habrá ejército humano que pueda impedirlo “14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” Apocalipsis 19: 14-16.
El libro de Isaías dice Jesús se establecerá sobre el trono de David “Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud desde ahora y para siempre.” Isaías 9:7 NVI. El Reino de Dios se fundará en la tierra desde el momento que Jesús regrese como Rey de Reyes en su segunda venida, de modo que el “Reino” no es un imaginario gobierno celestial que rige los asuntos de la humanidad por medio del corazón de los hombres, sino que será algo tan real y palpable como cualquier gobierno humano.
Se Sentará sobre el Trono de David
La profecía de Isaías fue confirmada por el ángel que anunció a María el nacimiento del Mesías diciéndole: “30 Entonces el ángel le dijo: Maria, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre.” Lucas 1:30-32
¿Qué importancia tiene que Dios establezca su Reino alrededor de la figura de David? Definitivamente tiene gran trascendencia porque el trono de David fue fundado en Justicia, rectitud y bondad; virtudes que identificaron a David. Si examinamos las características de David nos daremos cuenta que representan en buena medida al modelo de Jesús, la diferencia radica en que Jesús no ejerció como Rey y David lo hizo por cuarenta años. El Señor buscó a un rey conforme a su Corazón, un hombre que pensara y que actuara en base al anhelo de su corazón. Un corazón misericordioso, bondadoso y justo “Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1 Samuel 13:14 esto, nos puede dar una idea de la calidad de virtudes que Dios establecerá en su Reino.
David era un hombre valiente que confiaba plenamente en Dios y no en sus propias fuerzas “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”. 1 Samuel 17:45 aunque David poseía una fuerza sobrenatural, derrotó a un gigante que era más fuerte, y con mucha más experiencia en asuntos de guerra que él. Este gigante habría amedrentado a los hombres más valientes de Israel; sin embargo, David era capaz de matar a un oso o un león con sus propias manos, lo que supone una fuerza superior a la de cualquier hombre común “33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba” 1 Samuel 17: 33-35. ¿Quién dijo que David era un jovencito bien parecido y debilucho? Contrario a la opinión popular David si era un hombre muy fuerte, posiblemente con fuerza sobrenatural, pero que no confiaba en sus propias fuerzas sino que depositaba toda su confianza en Jehová, su protector y su salvador “Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel”. 1 Samuel 17:46.
David era un hombre que caminaba en integridad “1 Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear. 2 Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. 3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos, Y ando en tu verdad.” Salmo 26:1-3 ¿Seria usted capaz de dirigir a Dios una oración como esta?
David fue un hombre de labios puros que no mentía, ni engañaba a nadie, salvo el asunto sobre Urías el Heteo David, él fue un hombre recto delante de los ojos de Dios “1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño. 2 De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud. 3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga transgresión” Salmo 17:1-3 ¿Acaso existen cristianos como David hoy en día? ¿O existe algún Político o Gobernante con esas características?
Las virtudes que caracterizaron el gobierno de David serán instauradas en el Reino de Dios en la tierra. Jesús gobernará con justicia y equidad a todos los hombres por siempre, pero de igual forma juzgará a los impíos y a los pecadores “3 Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4 sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.” Isaías 11:3-5
Estructura del Reino de Dios
El reino de Dios tiene características similares a las de un reino o gobierno humano en el sentido de poseer una organización que sirve para administrar a la nación en la cual el rey es la autoridad máxima. Después del Rey o Presidente de la República, hay gobernadores de provincias o de estados; existen también alcaldes en los pueblos y embajadores que son enviados a diferentes países para representar al Rey o gobierno. Lo mismo hay servidores del gobierno que tratan los asuntos de la administración del estado y por último el pueblo en general. Ahora bien, en el Reino de Dios existen lugares de privilegio que Dios entregará a los vencedores. Jesús dijo a sus discípulos que ellos gobernarán sobre cada una de las doce tribus de Israel “Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel” Mateo 19:28
Esa promesa no es sólo para los discípulos, sino para todos los vencedores que guarden las leyes de Dios “26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre” Apocalipsis 2:26-27 No podemos asegurar cómo ni quienes conformaran el Reino de Dios porque únicamente al Padre le corresponde hacerlo. Algunos discípulos como Juan y Jacobo querían sentarse junto a Jesús; pero él les dijo que los lugares de autoridad son sólo para aquellos a quienes les está destinado “ 35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. 36 El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? 39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; 40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado” Marcos 10: 35-39
Hoy en día existe muy poca expectativa en cuanto al establecimiento del Reino de Dios en la tierra, es más, la gran mayoría de los cristianos piensa que su carrera culminará cuando mueran o cuando llegue el “Rapto”. Sin embargo, para los discípulos era diferente, pues su esperanza y su fe estaban fundadas en la promesa de Jesús que regresaría para darles galardones. Ellos pensaban que Jesús volvería en su tiempo, por esa razón animaban a los demás a no desmayar y seguir adelante; “7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8 Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca” Santiago 5: 7-8 Cada uno de ellos que deseaba estar junto a Jesús en su retorno, entendían que participar del Reino de Dios era mucho más valioso que cualquier posesión terrenal, por esa razón estaban dispuestos a renunciar a todo para seguir a Jesús. Pedro siendo el más intrépido de los discípulos le preguntó a Jesús qué obtendrían después de haber dejado sus propiedades y seguirlo “Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?” Mateo 19:27 ¿De qué sirve dejar todo si no recibe nada a cambio?
Todas nuestras buenas obras serán recompensadas y especialmente si esas obras son hechas a su mismos siervos “ 40 El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. 42 Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.” Mateo 10:40-42
¿Cuándo será establecido el Reino?
En nuestro mundo y en pleno siglo 21 vemos tristemente que aún no se hace la voluntad de Dios en la tierra ¿Por qué decimos esto? Porque definitivamente no es la voluntad de Dios que se aprueben leyes que permitan el casamiento de homosexuales por ejemplo; tampoco es la voluntad de Dios que Países ricos boten toneladas de alimentos al mar para mantener los precios en el mercado mientras millones de personas no tienen nada que comer. Tampoco es la voluntad de Dios que países poderosos invadan a otros para apropiarse de sus recursos naturales, mucho menos que aumente la depravación sexual y la pornografía infantil; todas estas cosas van en contra de la voluntad de Dios. ¿Entonces cuándo se hará la voluntad de Dios en la tierra?… ¿Es acaso cuando todos los hombres se hayan convertido al cristianismo? O ¿cuando todos los políticos sean cristianos?…De ninguna manera!… la voluntad de Dios se hará hasta que Jesucristo venga de nuevo y establezca su Reino sobre la tierra, la escritura dice: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Mateo 6:10
La voluntad de Dios se hace en los cielos donde se encuentra su Reino hoy en día, igualmente se hará sobre todas las naciones de la tierra cuando Jesucristo regrese a establecer su gobierno divino. ¿Cuándo sucederá?¿Quiénes son esos enemigos?… ¿Dónde se encuentran?… El profeta Isaías nos da un panorama de quiénes y dónde se encuentran
“21 ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas. 22 Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua. 23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. 24 Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios; 25 y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza. 26 Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel. 27 Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia. 28 Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos.” Isaías 1:21-28
Los enemigos de Dios son aquellos que aun siendo miembros de alguna denominación no ayudan al necesitado, no dan agua al sediento, no ayudan a las viudas y los huérfanos, que se apartan de la verdad y van en pos de mentiras y “modas” doctrinales que conducen a los creyentes por caminos de codicia. Pablo nos advierte que muchos se constituyen en enemigos de la cruz de Cristo cuando rechazan padecer por su causa “ 17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal” Filipenses 3:17-19 Jesús se encuentra esperando que Dios ponga a esos enemigos por estrado de sus pies “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies” Hebreos 10:12-13
Dios Padre humillará a todos los soberbios y los pondrá frente a Jesús para que con toda autoridad tanto hombres y ángeles sean juzgados ante su presencia. No sabemos cuándo vendrá Jesús, por lo tanto no podemos saber en qué fecha se establecerá el Reino de Dios en la tierra, lo que sí sabemos es que desde el momento que Jesús regrese a la tierra, todas las naciones de la tierra estarán bajo su dominio “ 4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; 5 y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, 6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.” Apocalipsis 1: 4-6
Anunciando el Reino de Dios
Cuando el Señor Jesucristo estuvo en la tierra enseñó a sus discípulos a pedir al Padre para que su Reino se estableciera en la tierra Mateo 6:10. Y los envió que anunciaran que el reino de Dios se había acercado a los hombres “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado” Mateo 10:7 este era el mensaje central de la predicación de Jesús y no otro evangelio. Es necesario que el evangelio del reino sea predicado para testimonio a las naciones antes que venga el fin y él establezca su soberanía sobre los hombres. Jesús fue enviado precisamente a anunciar el reino de los cielos Lucas 14:43; lo mismo hicieron sus discípulos “Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres” Hechos 8:12
Los creyentes del primer siglo estaban convencidos y persuadidos de que el Reino de Dios vendría a la tierra, incluso, la mayoría murió con esa esperanza. Ellos anunciaban con toda seguridad que el »Reino de Dios se establecería en la tierra« en un futuro muy cercano “Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios” Hechos 19:8; cristianos como Pablo predicaron toda su vida acerca del Reino de Dios “ 30 Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, 31 predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento” Hechos 28:30-31; nosotros debemos proclamar el reino de los cielos y el nombre de Jesucristo, así como sus discípulos lo hicieron. Ahora bien, Jesucristo le dijo a los apóstoles que fueran por todo el mundo haciendo discípulos y que los Bautizaran en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y que enseñaran a otros a obedecer las cosas que él les enseñó. Y los que fueron bautizados lo hicieron creyendo en Jesús y en su anuncio del reino (Hechos 8:12).
La pregunta es: ¿le estamos enseñando a la gente, a esperar el nuevo gobierno de Dios en la tierra? ¿Le decimos al nuevo creyente que Cristo viene físicamente de nuevo a juzgar a vivos y a muertos, inclusive al Cristiano Evangélico? ¿Le enseñamos a no poner la mirada en las cosas materiales porque todas las obras en la tierra serán quemadas? ¿Le enseñamos al nuevo creyente que debemos cumplir con los mandamientos de Cristo para alcanzar la salvación?
Si no estamos haciendo esto, es tiempo que comencemos hacerlo, porque Jesús viene pronto y es preciso que retomemos sus doctrinas [o enseñanzas] en lugar de aquellas que cada línea religiosa o denominacional defiende; porque según ellos “están escritas en la Biblia”, aunque la escritura no las respalde. Es triste ver que las verdaderas enseñanzas de Cristo se han perdido con el tiempo y han sido suplantadas por una mezcla de paganismo y cristianismo que en la actualidad son enseñadas institucionalmente en las congregaciones. Debemos recalcar que el Reino de Dios es un gobierno real y que por lo tanto actuará en forma directa en los asuntos de los hombres desde el instante que sea establecido. No se trata de una fantasía, ni un cuento de personas ignorantes. Se trata de anunciar al mundo que Cristo viene pronto y que él hará su voluntad en la tierra; de modo que es imprescindible que aprendamos a conocer su voluntad y actuar en función de ella.
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