En este video católico romano, verán ustedes lo que NO es el reino de Dios en su máxima expresión. Ustedes deben saber que Roma sostiene que el reino de Dios es la iglesia Católica misma, compuesta por el Papa, los llamados santos difuntos que supuestamente son intercesores, los cardenales, los Arzobispos, Obispos y sacerdotes. Es decir, el llamado ”clero” católico.
En cuanto a la feligresía laica católica, parece que ésta está excluida de lo que los católicos suelen llaman ”la Iglesia”.
El punto es que acá ni siquiera se hace una ligera insinuación del reino davídico que se establecerá en la tierra en la segunda venida de Cristo (Hechos 1:3,6,7; Mato. 25:31,34). Y es que la jerarquía católica siempre ha sostenido que la nueva Israel es la iglesia católica, y la heredera de todas las promesas y pactos que recibieron los judíos, y que por su supuesta “infidelidad” Dios se las arrebató para entregárselos a ella. Sin embargo, como ya lo he venido sosteniendo una y otra vez en mis estudios del reino, ni Jesús (Rom. 15:8), ni Pablo (Romanos 11:1,2), hubieran apoyado tal postura católica, y más bien la hubieran considerado una blasfemia o herejía.
Hay un reino escatólogico que se cumplirá en la parusía de Cristo, cuando él les diga a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mt. 25:34). Este es un reino que no es la iglesia, pues la iglesia está aún compuesta por personas mortales. En cambio, para entrar en el reino bíblico, es necesario una transformación física o transfiguración, y esto sólo será posible en la parusía futura del Señor (1 Cor. 15: 45-50).
En cuanto a la feligresía laica católica, parece que ésta está excluida de lo que los católicos suelen llaman ”la Iglesia”.
El punto es que acá ni siquiera se hace una ligera insinuación del reino davídico que se establecerá en la tierra en la segunda venida de Cristo (Hechos 1:3,6,7; Mato. 25:31,34). Y es que la jerarquía católica siempre ha sostenido que la nueva Israel es la iglesia católica, y la heredera de todas las promesas y pactos que recibieron los judíos, y que por su supuesta “infidelidad” Dios se las arrebató para entregárselos a ella. Sin embargo, como ya lo he venido sosteniendo una y otra vez en mis estudios del reino, ni Jesús (Rom. 15:8), ni Pablo (Romanos 11:1,2), hubieran apoyado tal postura católica, y más bien la hubieran considerado una blasfemia o herejía.
Hay un reino escatólogico que se cumplirá en la parusía de Cristo, cuando él les diga a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mt. 25:34). Este es un reino que no es la iglesia, pues la iglesia está aún compuesta por personas mortales. En cambio, para entrar en el reino bíblico, es necesario una transformación física o transfiguración, y esto sólo será posible en la parusía futura del Señor (1 Cor. 15: 45-50).
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