¡Muchos creen haber aceptado el evangelio de Cristo, cuando en realidad han creído en una mentira satánica!
Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
Muchos suelen afirmar, “Yo soy un creyente cristiano, y seré salvo porque dejé ser incrédulo”. Otros dirán, "Yo soy salvo porque le entregué mi corazón al Señor" y aun otros dirán: "Yo soy salvo porque invité a Cristo entrar en mi vida".
¿Pero realmente están salvos estos "creyentes"?
En 2 Corintios 4:4 Pablo escribe algo muy interesante: “En los cuales el DIOS de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de DIOS. Pues bien, acá Pablo dice que los incrédulos han sido cegados en su entendimiento para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo”. Sí, hay ciegos que no logran entender el evangelio de la gloria de Cristo, y son abiertamente incrédulos al mensaje de la gloria de Cristo. ¿Pero puede esto suceder entre quienes dicen ser creyentes convertidos, y cristianos devotos y sinceros? ¿Pueden existir “creyentes” aún incrédulos, cegados por el diablo?
El diablo es un estratega muy hábil cegando el entendimiento de los hombres para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Aquí la frase que me interesa es “evangelio de la gloria de Cristo”, ¿Qué significa esto exactamente? ¿A qué gloria se refiere Pablo?
Gloria y Reino
Es interesante comparar Mat. 20:20-21 con Mar. 10:35-37, donde descubriremos claramente lo que era para los discípulos la gloria. Estos versículos de Mateo y Marcos han sido pasados por alto por muchos estudiantes de la Biblia, y sin embargo son claves para entender lo que es la gloria de Cristo. Desgraciadamente, muchos ´todavía creen que la gloria es estar en el cielo con Cristo como angelitos blancos y alados, y tocando un arpa o una lira dorada por toda una eternidad.
Comparemos en seguida ambos pasajes:
Mat. 20:20,21: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. Ella le dijo: Ordena que en tu REINO se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda”.
Mar. 10: 35-37: “Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro querríamos que nos hagas lo que te pidiéramos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu GLORIA nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda”.
Si comparamos ambas citas que se refieren al mismo asunto, pero bajo distintas perspectivas, veremos que Mateo dice que los hijos de Zebedeo (Jacobo y Juan) le solicitaron a Jesús una posición de privilegio en su REINO. En cambio, Marcos escribe que lo que Jacobo y Juan le pidieron a Jesús fue por un lugar de privilegio en Su GLORIA. ¿Por qué esta diferencia entre ambos evangelistas? Pues la única explicación posible es que no hay ninguna diferencia, dado que para los primeros cristianos, la GLORIA era un sinónimo del REINO, y viceversa. Con esto queda una vez más demostrado que el evangelio de la gloria de Cristo (2 Cor. 4:4) es lo mismo que “el evangelio del Reino de Cristo” (Mat. 24:14).
En buena cuenta, podemos verter el pasaje de 2 Corintios 4:4 como que el diablo, el dios de este siglo, “cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio del reino de Cristo, el cual es la imagen de DIOS”. ¿Se dan cuenta, amigos, lo importante que es creer en el evangelio del reino de Cristo? El evangelio original que Cristo vino a proclamar por mandato del Padre fue el reino (Lucas 4:43, Marcos 1:1,14,15; Lc. 8:1,2; 9:1,2; Hechos 8:12; Hechos 20,24,25; 28:23,30,31) y que, no obstante, millones de personas, incluidos muchos llamados cristianos, se resisten a creer y predicar. Y es que estos llamados conversos o “crédulos” no han llegado a entender correctamente el reino de Dios, y muchos le han asignado una interpretación espiritual, romántica y hasta gnóstica.
¿Y por qué cegó el diablo el entendimiento de los hombres a tal punto que no crean y busquen este reino de Cristo? Primero, para que no se salven, y segundo, para que la gente no se haga parte de este reino divino futuro que lo destituirá del domino mundial, y que por ahora está en sus maléficas manos. El diablo sabe que Cristo vino a buscar a hombres y mujeres que regirían con él el mundo de la era venidera (Lc.12:32; Lc. 19:11-19, Mateo 24:31,32), y por esto él está buscando que la gente desconozca esto, y no se haga copartícipe del reino de Cristo (por la conversión), un gobierno que finalmente lo sacará del presente gobierno mundial maléfico. El diablo sabe que le queda muy poco tiempo, y por este motivo él está como león rugiente tratando de devorar a todos, usando diferentes estratagemas, incluidas las doctrinas y evangelios de demonios (1 Pedro 5:8; 1 Timoteo 4:1).
Así que si usted afirma ser creyente, un devoto seguidor de Cristo, pero se resiste a creer en el evangelio del reino, el mismo reino que creyó y predicó Jesús, y luego, sus primeros discípulos, usted simplemente sigue permaneciendo un incrédulo. En ese caso, el diablo le ha engañado vilmente, haciéndole creer que ya es salvo porque aceptó “el evangelio de Cristo”, cuando en realidad usted aceptó un evangelio distinto, o en el mejor de los casos, uno incompleto que no salva. Y esto es asunto muy serio, el cual fue previsto y advertido por Pablo en Gálatas 1:6-10: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.
Usted definitivamente no podrá ser un siervo de Cristo si aún se resiste en creer en el único evangelio salvador, que es el reino venidero del Mesías, e insiste tercamente en oír y seguir a falsos maestros que predican otros evangelios diferentes que parecen más bonitos, pero que finalmente le conducirán a su perdición eterna.
¿Cambiará usted finalmente de opinión, y se volverá al verdadero evangelio salvador, que es el reino de Dios? Hoy es el día de salvación…¡¡¡mañana podría ser muy tarde!!!
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