miércoles, 27 de mayo de 2009

¿ES LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD EL EVANGELIO SALVADOR?


“Porque no me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación para todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego” (Romanos 1:16).

¡Lo que los trinitarios como Pablo Santomauro no quieren aceptar!

Muchos cristianos sostienen que la negación de la doctrina de la Trinidad acarrea inexorablemente la perdición eterna del individuo en el infierno de tormento sin fin. Y se afirma, además, que todos aquellos que alguna vez defendieron esta doctrina central de la Cristiandad, y que ahora la han repudiado, son unos auténticos herejes o apóstatas que han perdido la gracia de Dios. ¿Pero encontramos semejante criterio en las Escrituras? ¿Es el evangelio salvador la doctrina de la Trinidad?

El verdadero evangelio salvador

Jesús vino a predicar o a anunciar un mensaje salvador a la humanidad por encargo de Su Padre. El dijo: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he sido enviado (Lucas 4:43). En el libro de Marcos capítulo 1 y versos 1,14,15 leemos sobre este mensaje central que Cristo vino a anunciar, y que él esperó que su audiencia lo creyera para su bien o salvación. Dicen los versículos, así:

“Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios…Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Y más adelante, al final de este libro, Jesús dice de este evangelio, así: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:15,16).

En los pasajes de Marcos que hemos mencionado arriba, Jesús evidentemente considera que la creencia en el evangelio es vital para la salvación. Este evangelio gira alrededor de él y de su reino venidero de Justicia. Y más adelante, el gran apóstol Pablo, al escribirles a los creyentes Corintios, definirá el evangelio salvador, así: “…os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque PRIMERAMENTE os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. (1 Cor. 15:1-8). Claramente vemos que el evangelio salvador de Pablo es la creencia de que Cristo murió por nuestros pecados, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, apareciéndoseles vivo y glorioso a muchos testigos presenciales (500), y por supuesto el anuncio inicial de un reino que sería establecido en la tierra (1 Cor. 15:45-50; Hechos 19:8; 20:25; 28:23,30,31). Nótese que Pablo no dice que el evangelio es creer PRIMERAMENTE que Cristo es Dios o que es la Segunda Persona divina de la Trinidad, sino simplemente de que Cristo murió por nosotros, que fue sepultado, y que resucitó al tercer día para luego aparecerse vivo y glorioso a muchos Testigos. Si nosotros, como cristianos convertidos, tenemos esta misma fe en el evangelio paulino, seremos salvos.

Pablo nunca hubiera sido trinitario

Una de las verdades que a pocos cristianos les agrada oír es que Pablo claramente y rotundamente nunca hubiera sido un paradigma del cristiano Trinitario. Y es que escasean en sus epístolas afirmaciones en pro de una doctrina que se supone es central para el “cristianismo ortodoxo”. Esto es interesante y curioso, pues si la Trinidad es una doctrina central y fundamental del cristianismo, el apóstol de los gentiles no fue precisamente un ardiente defensor de esa doctrina católica que se infiltró en la iglesia cristiana.

Afirmaciones paulinas como las que siguen son más que suficientes como para convencernos de que Pablo no era precisamente un apologista Trinitario sino más bien unitario. Veamos algunas de sus afirmaciones sobre quién es Dios para él:

1 Corintios 8:4-6:

“Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios. Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”.

Comentario:

Es muy claro para cualquiera que lea estos versículos de Pablo que él no era un Trinitario, sino todo lo contrario, un verdadero unitario, un monoteísta unitario. Sus locuciones “Y no hay más que un Dios” y “para nosotros (los apóstoles, y todos los verdaderos cristianos), sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre”, son más que suficientes para convencernos de que Pablo no era un Trinitario.

Romanos 15:6:

“Para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.

Comentario:

Si Pablo dice acá que Jesucristo tiene su Dios, entonces obviamente él no pudo ser un Trintario.

1 Corintos 1:3 y 2 Corintios 1:2:

“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

Comentario:

Acá, en estos dos versículos, Pablo distingue a Jesucristo como el Señor, y al Padre como Dios. Obviamente esto es sintomático de que Pablo no creyó en la Trinidad.

2 Corintios 11:31:

“El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento”.

Comentario:

Aquí Pablo habla del Dios y Padre de Jesucristo, estando ya Jesucristo en el cielo con su Padre. Obviamente para Pablo, aun en el cielo Jesús tiene su Dios y Padre.

Gálatas 1:3:

“Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo”.

Comentario:

Pablo distingue claramente al Señor Jesucristo de Dios el Padre. Para Pablo, sólo el Padre es Dios.

Efesios 1:2:

“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”.

Comentario:

Pablo distingue claramente al Señor Jesucristo de Dios el Padre. Para Pablo, sólo el Padre es Dios.

Efesios 1:3:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”.

Comentario:

Aquí Pablo habla del Dios y Padre de Jesucristo, estando ya Jesucristo en el cielo con su Padre. Obviamente para Pablo, aun en el cielo Jesús tiene su Dios y Padre. Pablo, por tanto, difícilmente hubiera sido un Trinitario.

Efesios 1:17:

“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él”.

Comentario:

Aquí Pablo habla del Dios y Padre de Jesucristo, estando ya Jesucristo en el cielo con su Padre. Obviamente para Pablo, aun en el cielo Jesús tiene su Dios y Padre. Pablo, por tanto, difícilmente hubiera sido un Trinitario.

Efesios 4:6:

“Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”.

Comentario:

Para Pablo, sólo hay un Dios a quién él identifica como el Padre de todos. Este pasaje es igualmente contundente para concluir que Pablo no era un binitario, y menos, un Trinitario.

Efesios 5:20:

“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

Comentario:

Para Pablo sólo el Padre es Dios, y Jesucristo, el Señor.

Filipenses 2:11:

“Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

Comentario:

Acá Pablo manda a que toda lengua confiese que Jesucristo es SEÑOR (no Dios), para la gloria de Dios Padre.

Filipenses 4:20:

“Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén”.

Comentario:

Para Pablo, el Padre es el Dios de los creyentes.

Colosenses 1:3:

“Siempre orando por vosotros, damos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”

Comentario:

Para Pablo, Jesucristo tiene su Dios y Padre aun en el cielo. Recuerde que cuando

Pablo escribió esto, Jesús ya había ascendido al Padre.

1 Tesalonicenses 3:11:

“Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros”.

Comentario:

Para Pablo, Dios es sólo el Padre, y Jesucristo, nuestro Señor.
Pedro no era Trinitario

1 Pedro 1:3:

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de

Jesucristo de los muertos”

Comentario:

Pedro coincide con Pablo al decir que Jesucristo tiene su Dios y Padre, inclusive estando ya glorificado en el cielo con Su Padre.

Estimados correligionarios y detractores por igual, no estamos apostatando de la fe al negar la doctrina de la Trinidad, pues sencillamente ésta no se puede encontrar en ninguna parte de la Biblia. Son los herejes Trinitarios quienes le han dado la espalda al verdadero y prístino monoteísmo unitario de las Santas Escrituras, abrigando doctrinas de demonios y filosofías paganas infiltradas en el cristianismo original vía la madre iglesia Romana. Desagraciadamente sus llamadas “hijas” también se han contaminado con estas herejías, incluyendo el Trinitarismo, hasta el día de hoy.

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