Primero:
En la Biblia a los súbditos o ciudadanos del reino son llamados "herederos", a quien el Padre da el reino (Santiago 2:5, Mateo 25:34, Lucas 12:32). Nada de esto se dice de la iglesia. Los miembros de la iglesia no son los herederos de la iglesia, no se les da una iglesia.
Segundo:
Jesús dijo a sus discípulos que iban a "recibir el reino" (Lucas 19:12) y se les asignaría un reino "(Lucas 22:29). Esto nunca se dice de la iglesia que pertenece a Cristo, la Cabeza.
Tercero:
Los oficiales de la iglesia y los ministros se llaman pastores, ancianos, diáconos, o maestros. (Efesios 4:11, Hechos 14:23, Santiago 5:14, l Timoteo 3:8-12). Ninguno de estos términos se utiliza de los funcionarios en el reino.
Cuatro:
El griego "basileia" se traduce como "reino" sólo cuatro veces en plural, pero la frase “reino de Dios” nunca aparece en plural, lo que si ocurre con la frase “iglesia de Cristo” (“iglesias de Cristo”). Si el reino es la iglesia, ¿por qué nunca aparece la frase “reino de Dios” en plural como sí ocurre con la frase “iglesia de Cristo” (Ver Rom. 16:16)? Evidentemente no hay entrecruzamiento de significados en estas dos locuciones.
Cinco:
Jesús habla de los "hijos del reino" (Mateo 13:38, 8:12). Nunca se menciona a los hijos de la Iglesia.
Seis:
Los nombres de la Iglesia nunca se utilizan para el reino: el cuerpo (Efesios l: 23), edificio, templo santo (2:21), un solo cuerpo, un solo Espíritu (4:4), "los miembros de su cuerpo, Su carne, sus huesos"(5:30), "Casa de Dios" (1 Timoteo 3:15)
Siete:
Jesús fundó su iglesia la cual empezó a extenderse desde el primer siglo. En cambio, Jesús se ha ido al cielo para recibir un reino y volver (Lc. 19:11,12). Obviamente Jesús no ha ido al cielo para recibir del Padre una iglesia y volver.
Ocho:
Carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. No obstante, a la iglesia se puede pertenecer siendo de carne y sangre corruptibles. ¿O es que ya somos inmortales los cristianos? Esto significa que la iglesia y el reino no son lo mismo.
Nueve:
Del reino se dice que será restaurado (Hechos 1:6), en cambio de la iglesia se dice que será edificada, no restaurada (Mateo 16:16-18).
Diez:
Los ricos difícilmente entran al reino (Mat. 19:23) en cambio éstos sí entran fácilmente a ser miembros de las iglesia, aportando mucho dinero para la causa de Cristo. Por tanto, reino e iglesia son dos cosas distintas.
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