domingo, 3 de mayo de 2009

MISTERIOSAS MUERTES RELACIONADAS CON EL VATICANO




“Me voy a tomar mi cafecito que me han preparado con mucho cariño mis asistentes…hasta mañana… ¡si mis acólitos me lo permiten, claro!”

En su bestseller “La santa mafia del papa” Robert Hutchison menciona una serie de misteriosas muertes, que estarían en relación a asuntos financieros o personales con el Vaticano o un grupo cercano. Él se refiere a los siguientes casos fatales:

1975: El senador francés príncipe Jean de Broglie
1977: Charles Bouchard, gerente del banco Leclerc de Ginebra
1978: Padre Giuliano Ferrari
1978: El patriarca ortodoxo Nikodim
1978: Papa Juan Pablo I
1978: Poco después el secretario de estado cardenal Villot
1979: Cardenal Vagnozzi, jefe de la prefectura para asuntos económicos del Vaticano
1981: Francesco Cosentino, logia P2
1982: El banquero milanés Roberto Calvi
1982: El anticuario Giorgio Di Nuncio
1982: El cardenal Benelli de Florencia
1985: El ex ministro de relaciones exteriores de España Gregorio López-Bravo
1985: El banquero Ricardo Tejero
1986: El empresario marítimo José María Aristrain
1986: El mafioso Michele Sindona
1986: Un fallido intento de asesinato del empresario español Ruiz-Mateos
1986: El juez del tribunal constitucional Manuel García Pelayo
1994: El arzobispo salvadoreño Rivera Damas
1998: El director de la filial del banco Vaticano en Nápoles, Aldo Palumbo

El sacerdote Giuliano Ferrari fue encontrado muerto en un compartimiento vacío del tren expreso ginebra – Paris. Aparentemente murió a causa de un “fulminante ataque cardíaco”. Ya en 1969 se trató de envenenarlo lentamente con digitalis glucosides. Esta droga produce fallas cardíacas.

Ferrari llamó a la iglesia romana “la empresa financiera más grande y sucia del mundo”. Deschner especula, si ni habrá sido una víctima del Vaticano. Según opinión de Ferrari sacerdotes latinoamericanos Camilo Torres y Oscar Romero. Ferrari dijo poco antes de su muerte: “El crimen más reciente del vaticano fue el asesinato de mi amigo, el arzobispo Oscar Romero en San Salvador.“

En la mañana del 18 de Junio de 1982 fue encontrado el banquera milanés Roberto Calvi, colgando bajo un puente del Támesis. El fue encubridor y participante en uno de los grandes escándalos financieros que fue gatillado por el Vaticano. Él le dijo a sua hija poco antes de morir: “Los curas van a ser mi fin.”

Su esposa, Clara Calvi, dijo en una entrevista: “Con seguridad fueron los curas del Vaticano. Esto nos dijo Roberto antes. Matar a alguien no es pecado para ellos, así le dijeron. Ellos liberarían sólo un alma de un cuerpo.“ y www.theologe.de/theologe 16.htm

Al consejero financiero anterior del Vaticano, Leopold Ledl, le dijo Calvi, días antes de su muerte, en su huida a Londres: “Marcinkus quiere mi cabeza” (se refirió al cardenal Marcinkus).

El lunes, 4 de mayo de 1998 fueron asesinados tres personas.

La versión oficial: El guardia suizo Cédric Tornay, habría asesinado al teniente Estermann y a su esposa Gladis Meza Romero, para luego dispararse a si mismo. Un grupo pertenecientes al vaticano, clérigos y laicos, que quieren permanecer en el anonimato, lo ve de otra manera. Ellos escribieron un libre, en Italia, sobre este tema con el título: ”Mentiras sangrientas en el Vaticano”. En Alemania apareció este libro con el título: “Ihr habt getötet”. 23)

En su libro exponen sus reflexiones, de cómo se pudo haber llegado a este asesinato, quién fue el beneficiario y enumeran muchas incongruencias hasta la falsificada carta de despedida del supuesto asesino.

La madre de Céderic afirma, que hay alguien en el Vaticano quien podría aclarar la verdad, pero este habría desaparecido de repente.

Ella tiene miedo, porque delegados del vaticano viajaron donde ella, a Suiza, para presionarla y requerir su silencio.

Según datos de este grupo colaborador anónimo del Vaticano, que se hacen llamar los “Apóstoles de la verdad”, en el vaticano habría una “sangrienta guerra de sucesión“ desencadenada entre los remanentes de la tristemente famosa logia masónica P2 y el archi conservativo grupo internacionalmente activo.

Los “apóstoles de la verdad” del Vaticano escriben, que un tenaz forceo donde el clan de los masones y este grupo internacional se reparten entre ellos “la gigantesca (político, económico y logístico) poder del Vaticano donde el papa es sólo una imagen para el público.“

A la muerte de Juan Pablo I (Albino Luciani) dicen, que él quería terminar con los dudosos negocios financieros, el exagerado lujo y la corrupción dentro de la Iglesia oficial. “Pero su pontificado fue notoriamente corto (sólo 33 días), las circunstancias de la muerte fueron misteriosas, y el cadáver de Albino Luciani fue tan rápidamente embalsamado, que fue imposible hacerle una autopsia …”

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