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El comentario de hoy será breve, y comenzaré diciendo que encuentro en la mayoría de las falsas doctrinas una misma raíz, que es el error doctrinal más grande de todos, y es creer que Dios ha desechado a los judíos, cuando la verdad es que Dios ha invitado a los no judíos a ser judíos adoptivos. Muchos supuestos “creyentes” de hoy en día no quieren aceptar que por el sacrificio de Jesucristo somos ahora todos considerados “judíos” y Dios ha derribado el muro que nos separaba:
Porque Cristo es nuestra paz: él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba. (Efesios 2:14)
Pero para los escritores bíblicos, esto no significa que se creó otro pueblo nuevo, sino que los que no eran por naturaleza o por nacimiento Judíos, han sido invitados a ser parte del pueblo Judío, ya que Dios no ha desechado a su pueblo:
Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano conoció. (Romanos 11:1)
El apóstol Pablo repite ésta importante verdad en numerosas oportunidades, pues quiere que les quede claro a todos, incluso en una oportunidad reprende a Pedro por comportarse hipócritamente con los que no siendo judíos de nacimiento, habían sido sellados con la misma presencia de Dios:
Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado." (Gálatas 2:14-16)
Las obras de la ley no justificarán al hombre, pero si lo harán las obras de la fe (para profundizar sobre este tema, por favor solicite el estudio: los mandamientos de Dios, la ley de Moisés y la gracia de Jesucristo, o encuéntrelo en google) Pero Dios nunca va a despreciar al pueblo que él mismo eligió para ser el portador de la simiente bendita del salvador Jesucristo:
¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De ninguna manera! Más bien, gracias a su transgresión ha venido la salvación a los *gentiles, para que Israel sienta celos. Pero si su transgresión ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá! (Romanos 11:11-12)
El plan de Dios es restaurar su pueblo, reunirlo todo bajo sus alas. Por esto Jesucristo afirmó:
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. (Juan 10:16)
Para el mismo Jesucristo, la ecuación estaba clara, el verdadero pueblo judío sería compuesto por no judíos de nacimiento:
Pues si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a la vida? Si se consagra la parte de la masa que se ofrece como *primicias, también se consagra toda la masa; si la raíz es santa, también lo son las ramas. (Romanos 11:15-16)
Para el apóstol Pablo estaba claro que Dio planea restituir a su pueblo, junto con los no judíos que se unen ahora al pueblo de Dios:
Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti. (Romanos 11:17-18)
El apóstol Pablo llega al punto de afirmar que de todo Israel habrá salvos:
Hermanos, quiero que entiendan este *misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los *gentiles. De esta manera todo Israel será salvo, como está escrito: «El redentor vendrá de Sión y apartará de Jacob la impiedad. Y éste será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados.» (Romanos 11:25-27)
A la luz de esta revelación bíblica deben verse todas las demás cosas. Por ejemplo, cuando en Revelación o Apocalipsis se habla de los 144.000 de todas las tribus, ¿significa que son solo judíos de nacimiento? ¡Por supuesto que no! Si nos empeñamos en verlo así estaríamos pasando por alto la verdad de que somos ramas injertadas, y si somos injertados en el pueblo de Israel, pues para Dios somos parte del pueblo Judío, herederos de las promesas hechas a los patriarcas:
“Y si sois de Cristo [el Mesías], entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa” (Gálatas 3:29)
Vemos pues que en el pensamiento de Dios, solo hay un pueblo heredero, los descendientes de Abraham, los hombres de fe.
Conclusión
Muchos han malinterpretado la Biblia y consideran que Dios tiene un trato diferente con los Judíos de nacimiento y otro con los no judíos de nacimiento, pero nada más alejado de la verdad que se ve en el pensamiento de los apóstoles y de Apocalipsis. Éste malentendido ha hecho que los que se autoproclaman cristianos y apostólicos y romanos, hayan ayudado a asesinar a tantos judíos en la historia y que tantas personas no comprendan el Reino venidero del Mesías que será en Jerusalén, como fue profetizado por los hebreos… sin más, la salvación viene de los verdaderos adoradores, los que han sido hecho judíos por la fe:
"Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
El comentario de hoy será breve, y comenzaré diciendo que encuentro en la mayoría de las falsas doctrinas una misma raíz, que es el error doctrinal más grande de todos, y es creer que Dios ha desechado a los judíos, cuando la verdad es que Dios ha invitado a los no judíos a ser judíos adoptivos. Muchos supuestos “creyentes” de hoy en día no quieren aceptar que por el sacrificio de Jesucristo somos ahora todos considerados “judíos” y Dios ha derribado el muro que nos separaba:
Porque Cristo es nuestra paz: él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba. (Efesios 2:14)
Pero para los escritores bíblicos, esto no significa que se creó otro pueblo nuevo, sino que los que no eran por naturaleza o por nacimiento Judíos, han sido invitados a ser parte del pueblo Judío, ya que Dios no ha desechado a su pueblo:
Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano conoció. (Romanos 11:1)
El apóstol Pablo repite ésta importante verdad en numerosas oportunidades, pues quiere que les quede claro a todos, incluso en una oportunidad reprende a Pedro por comportarse hipócritamente con los que no siendo judíos de nacimiento, habían sido sellados con la misma presencia de Dios:
Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado." (Gálatas 2:14-16)
Las obras de la ley no justificarán al hombre, pero si lo harán las obras de la fe (para profundizar sobre este tema, por favor solicite el estudio: los mandamientos de Dios, la ley de Moisés y la gracia de Jesucristo, o encuéntrelo en google) Pero Dios nunca va a despreciar al pueblo que él mismo eligió para ser el portador de la simiente bendita del salvador Jesucristo:
¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De ninguna manera! Más bien, gracias a su transgresión ha venido la salvación a los *gentiles, para que Israel sienta celos. Pero si su transgresión ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá! (Romanos 11:11-12)
El plan de Dios es restaurar su pueblo, reunirlo todo bajo sus alas. Por esto Jesucristo afirmó:
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. (Juan 10:16)
Para el mismo Jesucristo, la ecuación estaba clara, el verdadero pueblo judío sería compuesto por no judíos de nacimiento:
Pues si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a la vida? Si se consagra la parte de la masa que se ofrece como *primicias, también se consagra toda la masa; si la raíz es santa, también lo son las ramas. (Romanos 11:15-16)
Para el apóstol Pablo estaba claro que Dio planea restituir a su pueblo, junto con los no judíos que se unen ahora al pueblo de Dios:
Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti. (Romanos 11:17-18)
El apóstol Pablo llega al punto de afirmar que de todo Israel habrá salvos:
Hermanos, quiero que entiendan este *misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los *gentiles. De esta manera todo Israel será salvo, como está escrito: «El redentor vendrá de Sión y apartará de Jacob la impiedad. Y éste será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados.» (Romanos 11:25-27)
A la luz de esta revelación bíblica deben verse todas las demás cosas. Por ejemplo, cuando en Revelación o Apocalipsis se habla de los 144.000 de todas las tribus, ¿significa que son solo judíos de nacimiento? ¡Por supuesto que no! Si nos empeñamos en verlo así estaríamos pasando por alto la verdad de que somos ramas injertadas, y si somos injertados en el pueblo de Israel, pues para Dios somos parte del pueblo Judío, herederos de las promesas hechas a los patriarcas:
“Y si sois de Cristo [el Mesías], entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa” (Gálatas 3:29)
Vemos pues que en el pensamiento de Dios, solo hay un pueblo heredero, los descendientes de Abraham, los hombres de fe.
Conclusión
Muchos han malinterpretado la Biblia y consideran que Dios tiene un trato diferente con los Judíos de nacimiento y otro con los no judíos de nacimiento, pero nada más alejado de la verdad que se ve en el pensamiento de los apóstoles y de Apocalipsis. Éste malentendido ha hecho que los que se autoproclaman cristianos y apostólicos y romanos, hayan ayudado a asesinar a tantos judíos en la historia y que tantas personas no comprendan el Reino venidero del Mesías que será en Jerusalén, como fue profetizado por los hebreos… sin más, la salvación viene de los verdaderos adoradores, los que han sido hecho judíos por la fe:
"Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
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