lunes, 1 de junio de 2009

¿POR QUÉ NO PRESENTÓ PABLO AL DIOS TRINO A LOS ATENIENSES?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)


Es curioso que el apóstol Pablo desaprovechara una magnífica ocasión de presentar al “Dios Trino Cristiano” a los Griegos cuando estuvo de visita en el Aerópago en Atenas. Esto es, además, sorprendente si consideramos que la Trinidad es la doctrina fundamental y central de Cristianismo ortodoxo. ¿Pero pudo ser realmente posible que el inspirado apóstol de los gentiles se olvidara de una tan crucial doctrina de la Cristiandad como es la Trinidad? ¿No sería posible acaso que la razón para ello sea que Pablo nunca fue un apologista Trinitario como millones de cristianos lo son hoy? Pero veamos la historia completa en Hechos 17:22-31:

“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”.


Al terminar de leer los versículos de arriba, no encontramos ni un atisbo de la doctrina de un “Dios Trino” en labios de Pablo. Al contrario, él claramente distingue al Dios Creador de aquel varón que Él mismo designó y levantó de entre los muertos, el cual, obviamente, es Su Hijo Unigénito. Pablo no incluye al Hijo de Dios (que él llama “aquel varón”) dentro de ese Dios desconocido (la Divinidad), y mucho menos, al Espíritu Santo.

Esto realmente no me sorprende para nada, pues a los Corintios también les dijo que para él (y para los demás verdaderos Cristianos) sólo hay un Dios, el Padre; y un Señor, Jesucristo (1 Cor. 8:4-6).


Algunos dirán que Pablo no presentó a un Dios Trino porque lo consideró inoportuno y complicado y seguramente no lo entenderían. Sin embargo, los Griegos no eran ajenos a las Deidades Trinas en su religión. Y por otro lado, cualquier Griego culto sabía perfectamente del pensamiento de Platón en relación con una divinidad Trina, cuatro siglos antes de que Pablo estuviera visitando Atenas.

De acuerdo con el Nouveau Dictionnaire Universel: “La trinidad de Platón, en sí meramente un rearreglo de trinidades más antiguas que se remontan hasta pueblos más primitivos, parece ser la trinidad racional de atributos de índole filosófica que dio origen a las tres hipóstasis o personas divinas respecto de las cuales enseñan las iglesias cristianas.[... ] El concepto que tuvo este filósofo griego [Platón, del siglo IV a. De la E.C. ] de la divina trinidad [... ] puede encontrarse en todas las religiones antiguas [del paganismo]” (París, 1865-1870, edición dirigida por M. Lachâtre, tomo 2, pág. 1467).


Como vemos, los Griegos hubieran aceptado de buena gana la supuesta doctrina Cristiana de la Trinidad de labios de Pablo, ya que fue el mismo filósofo Griego Platón quien había sentado las bases para la doctrina que hoy los Trinitarios defienden celosamente. Por eso me parece doblemente extraño que Pablo no haya dicho ni pío del Dios Trino (Padre, Hijo, Espíritu Santo) a un pueblo ya acostumbrado a escuchar de deidades trinas por todos lados, salvo, claro está, que él no hubiese sido un apologista Trinitario.






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