El pontífice señaló lo anterior, durante una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano con el Gran Jefe de la Asamblea para las Naciones Originarias de Canadá, Phil Fontaine, quien estuvo acompañado por un grupo de aborígenes de ese país norteamericano.
Ciudad del Vaticano.-
El Papa Benedicto XVI expresó hoy su pesar por los casos de abuso sexual sufridos por niños aborígenes canadienses en residencias católicas a lo largo del siglo pasado.
El pontífice señaló lo anterior, durante una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano con el Gran Jefe de la Asamblea para las Naciones Originarias de Canadá, Phil Fontaine, quien estuvo acompañado por un grupo de aborígenes de ese país norteamericano.
De acuerdo a un comunicado de la oficina de información de la Sede Apostólica, en la reunión el Papa recordó la presencia de la Iglesia en Canadá desde sus orígenes y la cercanía de los misioneros católicos con las poblaciones indígenas.
“Considerando los sufrimientos que algunos niños experimentaron en el sistema de internados canadiense, el Santo Padre expresó su dolor por la angustia causada por la conducta deplorable de algunos miembros de la Iglesia, ofreció su compasión y la solidaridad piadosa”, apuntó la nota.
“Su Santidad enfatizó que los actos de abuso no pueden ser tolerados en la sociedad. Rezó por la sanación de todos los afectados, y animó a las naciones originarias a seguir avanzando con la esperanza renovada”, agregó.
Según explicó la Conferencia Episcopal Canadiense, a finales del siglo XIX el gobierno de ese país estableció una serie de escuelas residenciales para los niños aborígenes, la mayoría de las cuales fueron administradas por organizaciones religiosas.
El número de estudiantes atendidos en esos centros se ha estimado en unos 100 mil, fueron arrancados a sus familias, forzados a suprimir su lengua y modo de vida mientras algunos sufrieron abusos sexuales o psicológicos.
En la década de los 90 del siglo pasado los antiguos estudiantes iniciaron juicios contra el gobierno de Canadá y las organizaciones religiosas que gestionaron las residencias. La comunidad aborigen exigió además una disculpa pública.
La Iglesia católica a nivel de diócesis y sus instituciones así como otras iglesias relacionadas (anglicana y presbiteriana) han solicitado perdón abiertamente. Lo propio hicieron las autoridades civiles el 11 de junio de 2008.
Además, como resultado de los procesos legales, miles de millones de dólares han sido pagados en indemnizaciones. Por este concepto la Iglesia católica desembolsó 79 millones de dólares.
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