Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
Es lamentable que miles de teólogos llenos de prejuicios no se den cuenta que Jesucristo ES HIJO DE DAVID. El evangelista Mateo empieza su sinóptico diciendo que Jesucristo es "hijo de David, hijo de Abraham" (1:1). Normalmente nadie comienza una biografía diciendo de quién es hijo su personaje central, pero en el caso de Jesús el autor sienta las bases del origen de su personaje central, Jesucristo---¿por qué?¿Qué importancia tendría que Jesús fuera del linaje de David (o de Abraham), un ancestro suyo que vivió casi mil años antes que él? Generalmente uno dice que es hijo de su progenitor. Yo soy hijo de mi Padre llamado Aldo, no de mi abuelo o mi bisabuelo. Pero en el caso de Jesús hay una razón muy importante, y es la de destacar su origen noble y real. Es decir, está destacando que Jesucristo tendría el derecho de ser un heredero del reino davídico si éste existiese nuevamente en Jerusalén como en tiempos pasados.
¿PREDICÓ ÚNICAMENTE LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE CRISTO EL GRAN APÓSTOL PABLO?
Muchos "Cristianos" prejuiciados no han leído bien todo lo que tiene que decirnos Romanos 1:1-5. Estos versos nos dicen lo siguiente:
"Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio, que él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras, acerca de su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor a su nombre.”
Pues bien, aquí tenemos el evangelio completo del apóstol Pablo el cual es pasado por alto por muchos creyentes sinceros, pero que aún están prejuiciados por la tradición Católica. En primer término el evangelio es acerca del Hijo de Dios. ¿Y qué involucra esto?¿Acaso que Jesús es el evangelio como muchos suponen? No lo creemos así porque la Biblia dice que Jesús vino a predicar el evangelio del reino de Dios…¡y el reino no es Jesucristo, sino el Rey del reino! Pero sigamos la línea de la exposición de Pablo. El dice que ese evangelio acerca de su Hijo consiste en que Jesucristo era del linaje de David según la carne, y que fue declarado Hijo de Dios, por su resurrección. De modo que Pablo anuncia que Cristo es hijo de David según la carne y que Dios lo resucitó y lo constituyó en su Hijo---El Hijo de Dios. Aquí Cristo es claramente declarado Hijo de Dios, título que tiene una clara connotación Mesiánica. ¿Cómo lo sabemos?. Sólo basta con leer el famoso Salmo 2:7-9, donde dice que Dios engendró a Cristo para ser su hijo y heredero de las naciones: “Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy. Pídeme y yo te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro, como vasija de alfarero los desmenuzarás” (Ver también Apo. 12:5; 19:15). Es decir, al alcanzar Jesús su justa resurrección, Dios lo constituyó en un hijo mesiánico engendrado para ser el rey del reino de David, su padre. Es por eso que Pablo hace hincapié en primer lugar que Cristo es del linaje de David, para luego pasar a decir que él es el que regirá a las naciones como rey ungido o Cristo (=hijo de Dios), tal como lo fue su padre David, Salomón y los demás reyes davídicos ungidos. Esta sorprendente verdad no es comprendida por muchos que se llaman “Cristianos” o “mesiánicos”. Dicen ser Mesiánicos (=cristianos) pero no entienden que Jesús es el hijo de Dios, el Cristo nombrado para sentarse en el reino de David, el cual es llamado el reino de Dios (en 1 Cró. 28:5).
De modo que resumiendo lo dicho hasta acá, el evangelio de Pablo era que Cristo era del linaje del rey David, y que Dios lo engendró como hijo mesiánico por su resurrección de entre los muertos. Este hijo mesiánico restaurará el reino davídico y tomará el control del nuevo mundo, o llamado por algunos burlones “el maravilloso mundo de mañana”. De modo que los que dicen que Pablo jamás predicó el reino de David por restaurarse están mintiendo y propagando las mentiras satánicas de un reino espiritual o iglesia, o un reino en el “corazón del creyente”. Y es que éstos incautos no saben que están oscureciendo el evangelio de la gloria (y reino) de nuestro Señor Jesucristo (2 Cor. 4:4).
El mismo Jesucristo hace la pregunta crucial. ¿Quién decís que soy yo? Y Pedro da con el punto y dice acertadamente: “tú eres el Cristo, el Hijo de Dios” (Mateo 16:16). Sin duda Jesús aprobó tal confesión de Pedro diciéndole que Dios se lo había revelado y no los hombres (v. 17). Pedro supo que Jesús era el cumplimiento del salmo 2:6-8 como el verdadero Mesías de Israel, el rey del reino davídico.
Desgraciadamente existen aún indoctos que no entienden que si bien es cierto que Pablo predicaba la resurrección de Cristo, lo hacía para señalar que esa resurrección lo constituía a Jesús como el heredero del reino davídico y en consecuencia, como el futuro amo del mundo venidero en el reino de David (= reino de Dios). En realidad, según se desprende de Romanos 1:1-5, el evangelio de Pablo era integral, y mostraba la verdad de las buenas noticias que Cristo resucitó para convertirse en el futuro rey mesiánico en la tierra. Su evangelio fue que Cristo resucitó de entre los muertos para justificarnos y hacernos copartícipes de su glorioso reino en la tierra cuando tome el trono de David su padre en Jerusalén. Esta verdad ha sido oscurecida por Satán, quien sabe que muy pronto el Mesías, el hijo de Dios, y heredero del trono de David, lo depondrá para inaugurar el reino davídico que por el momento está suspendido por un decreto divino, según Ezequiel 21:25-27, pero que será restaurado definitivamente con el retorno del rey glorioso desde los cielos (Mateo 25:31,34; Hechos 1:3,6,7).
¿SÓLO A LOS ROMANOS PREDICÓ PABLO EL EVANGELIO?
En Tesalónica Pablo anunció a los Judíos que Jesús era el Cristo. Dice así Hechos 17:2,3: “Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que Cristo padeciese y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo”. Así que acá vemos algo similar a lo que él enseñó a los romanos. El les dijo a los Judíos de Tesalónica que Cristo murió y resucitó, pero además les declaró que Jesús era el Cristo, o sea, el Mesías, el hijo de Dios. El les estaba diciendo que por la resurrección Dios había hecho a Jesús Cristo, el hijo de Dios, el heredero del reino de David. Pero muchos aún no entienden qué es lo que significa “Cristo”. Piensan que es un nombre o el apellido de Jesús (Jesús Cristo), y no saben que es UN TITULO…un título dinástico. Cristo es el equivalente Hebreo “Mashiaj” que significa Ungido. Y un ungido en el Antiguo Testamento era aquel que había recibido el óleo sagrado en su frente para ser nombrado rey de Israel. David fue ungido, Salomón fue ungido, y así sucesivamente. Y Jesús fue igualmente proclamado Cristo (ungido) en su bautismo y sellado con su resurrección de entre los muertos (Hechos 2:24,30,35).
Pero sigamos con Hechos 17 el cual estamos examinando. Los versos 4 dice que algunos de ellos (Judíos) creyeron, y también de entre los Griegos, un buen número de ellos. El verso 5 nos dice que los Judíos que no creyeron, por celos, alborotaron la ciudad diciendo, según el verso 6 que los creyentes del evangelio de Pablo contravenían los decretos del César, ¿por qué? Porque el evangelio de Pablo decía que había otro rey, llamado Jesús (v.7). De modo que se hace claro que al predicar Pablo el evangelio de que Jesús era el Cristo resucitado, lo que predicaba era que Jesús era un rey, un rey que tomaría su poder en el mundo y que desestabilizaría los reinos temporales y los dominaría con vara de hierro. Es por eso que los Judíos incrédulos aprovecharon la ocasión para acusar a Pablo y sus seguidores de ser unos sediciosos, unos revolucionarios predicadores de un nuevo gobierno en la tierra que pondría en jaque a los imperios del mundo. Pues si el evangelio era sólo un mensaje espiritual e inofensivo, ¿cómo podría haber sido una amenaza para César?¿Cómo le hubiera perjudicado a César saber que unos “locos” fanáticos predicaban la resurrección de un hombre?¿Acaso no habría oído César de la resurrección de Lázaro mucho antes? Esas noticias no amenazaban su imperio, pero sí un nuevo imperio que lo depondría a él. Por eso Pablo dice en Hechos 28:20 que él está en cadenas, perseguido, maltratado, golpeado, por causa de la esperanza de Israel, que era la esperanza del Reino de David (Marcos 11:10; 15:43).
Y Finalmente, Pablo repite la misma predicación tanto en Corinto (Hechos 18:5) y en la ciudad de Efeso diciendo que Jesús era el Cristo (Hechos 18:28).
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